sábado, 2 de julio de 2016

Sobre el Festival Wesak y la Meditación. Cap. 2 (V.B. Anglada)



V.B. Anglada
Sobre el Festival Wesak y la Meditación. II


Todos estamos pues en esta especie de carisma místico que nos permite representar igual que Cristo, igual que cualquier Maestro, un drama positivo de realización en el mundo donde vivimos, pues así es la ley; y si son doce los discípulos de Cristo, tal como se nos dice en el concepto cristiano, tengamos en cuenta de que desde el momento en que el cristianismo primitivo era realmente esotérico y que todos sus símbolos son realmente esotéricos, y al ser esotéricos se quiere decir que no están en oposición con ninguna otra creencia o religión de ningún aspecto determinado en el mundo, es porque no hay religión que en el fondo no guste al Padre, al Padre o al Hijo, unos por el amor y otros por la voluntad. Otra fracción busca a Dios por el entendimiento, por la comprensión, por el ejercicio de la inteligencia, pero desde el momento en que nos damos cuenta de que realmente el esoterismo no es una nueva religión sino que es la esencia mística de todas las religiones, podemos abarcar dentro de su contexto todas las grandes religiones del mundo y ver que en el fondo todas están persiguiendo lo mismo; y además, que todas las religiones principales tienen idénticos símbolos.

El símbolo de Cristo y los apóstoles no es ni más ni menos que el símbolo del Sol y las doce Constelaciones Zodiacales, es decir, que encontramos el misticismo en todo, y los misterios del cristianismo no son otra cosa que lo que en esoterismo se llama las Iniciaciones o las Iluminaciones progresivas. Y esto nos lleva progresivamente a distinguir que cuando se habla de los aspectos trinos del hombre, de la mente, del amor y de su voluntad, nos estamos refiriendo que en el hombre debe existir forzosamente una atracción mística hacia lo superior en forma de integración que hace que su mente, su corazón y su voluntad, plenamente de acuerdo, están destinados a demostrar la Voluntad de Dios. Y que cada vez que Buda renueva, por ejemplo, como en el día de hoy o mejor dicho anteayer en la Luna llena del signo de Tauro, la resolución de llevar equilibrio al mundo, toda aquella persona de buena voluntad que esté abierta a estas influencias cósmicas puede empezar a edificar el edificio o la estructura de su propio condicionamiento psicológico en libertad de acción, y que puede desde este punto convertirse en un agente creador de la divinidad, es decir, lo que podíamos decir: discípulo no solamente aquel número doce que nos cita históricamente la religión cristiana. Es discípulo toda aquella persona capaz de amar y servir a sus semejantes; es decir, capaz de interpretar la Voluntad de Dios en forma amorosa e inteligente. Desde este punto de vista, ya podemos extender el razonamiento a todas las zonas vitales de la humanidad. ¿Por qué?... Porque realmente estaremos hurgando constantemente en el corazón de Dios, o en su inteligencia creadora, o en los arcanos de su voluntad infinita en cuanto estemos tratando de descubrir un hecho en la naturaleza, o bien, de ayudar a una persona en necesidad.

La meditación, tal como la comprendemos, tal como tratamos de ejercitarla, es el instrumento más adecuado de conexión con la voluntad superior, y si esto se realiza en grupo, se sobreentiende que en ese grupo habrá un ejercicio de la voluntad de Dios en tanto exista integración. Y la integración no es el estar atentos simplemente cuando estemos hablando o discutiendo algún tema esotérico, sino cuando llenos de unción hagamos el firme propósito de ponernos en contacto con el Yo superior y establecer así contacto con un aspecto del Padre. Entonces, con ese aspecto del Padre que hayamos conquistado en un momento de la meditación, se creará en nuestro corazón la semilla o la levadura de lo eterno; y desde aquí empezará el ejercicio de una nueva vida para nosotros, al extremo de que existirá una transformación constante sin que lo queramos y sin que lo pretendamos.

Existe algo de la propia esencia de la divinidad tratando de llegar a un cumplimiento, y cuando exista un número suficiente de personas que a través de la meditación, del estudio, o bien del servicio, hayan logrado establecer ese contacto, se establecerá en la Tierra el germen de una nueva situación. Porque esto no vamos a lograrlo cambiando las estructuras sociales, no vamos a lograr que la voluntad de Dios llegue a los hombres solamente cambiando los ornamentos de lo que hasta aquí hemos ido edificando, sino que hay que reformar estructura partiendo de la propia estructura individual. De no ser así, de nada nos sirve el tener un gran aprecio por la divinidad y tratar de revelarla a través de un corazón muy amante y muy místico. Se trata, como verán, de un trabajo lento que es el trabajo de pulir los ornamentos del cáliz, preparando el día en que el Verbo podrá ocupar plenamente este cáliz, y entonces elevar gozosamente la copa hacia arriba y decir: “Padre, hágase en mí tu santa Voluntad”. Esta palabra sagrada, ya es la última que puede pronunciar el hombre al llegar al pináculo, digamos, de la perfección. Solamente puede hacer que la voluntad del Padre sea en sí, cuando llegado el momento en que ha pulido el cáliz de tal manera que su deseo ya no está contaminado con nada de cuanto le rodea.

Es decir, seguir el imperio místico de aquellas palabras sagradas: “Vivimos en el mundo, pero no somos del mundo”, lo cual quiere significar también que vivir en el mundo sin ser del mundo exige una completa donación de la pequeña voluntad que somos nosotros en la Voluntad del Padre, y que todo el amor que tengamos en el corazón sea capaz de romper la vasija de lo que nos mantiene en lo habitual, en lo personal, para hendirse progresivamente en las entrañas de lo eterno, en donde existe el sentimiento de unidad, y que términos como la familia, el concepto de amigo, el concepto de grupo, el concepto de unidad, tendrán un valor mucho más extenso, más amplio y más útil que el que tenemos hasta ahora en la actualidad, porque fíjense ustedes que hemos hablado del amor, de la justicia, no hemos hablado del amor del sentimiento. Consideremos hoy, al menos hoy, que el amor por las cosas y por las personas ha desaparecido y que solamente queda en nosotros el amor por Dios, lo cual significa que tendremos que realizar un esfuerzo supremo para surgir como el Ave Fénix de las cenizas de nosotros mismos buscando algo que todavía no forma parte del contexto de la evolución de la humanidad. Llegando a este punto, veremos que tal como ejercitamos el amor o la inteligencia en el mundo actual es falso desde el punto de vista del Padre, porque estamos apegados a las cosas y a los valores; y si vemos nosotros, por ejemplo, que existe un sacrificio constante de la divinidad enviando época tras época, civilización tras civilización, a alguno de sus hijos avanzados, alguno de sus avatares, para instruirnos y darnos fe de la Presencia divina para testificar el que “Cristo en ti, esperanza de gloria”, que constantemente estamos buscando, nuestra reorganización mental y nuestro sentido de valores tendrá que dar un cambio completo sobre sus ejes tradicionales y dirigir la vista hacia una cosa nueva que se presenta en lontananza. Una perspectiva nueva para cuya conquista todavía no tenemos nociones mentales.

Podemos así, de esta manera, ejercer la vida dentro del nuevo campo magnético de situaciones, hasta el punto de que si transformamos nuestra vida de acuerdo con esos valores nuevos que ya empezamos ahora a ejercer, toda la problemática de la vida social tenderá a sufrir una gran transformación, quizá no hablaremos de fraternidad, de moral ni de ética, que son palabras, tampoco hablaremos de Dios y de paz, ni de fecundidad creadora, quizá no diremos nada, pero el amor de Dios estará en nosotros actuando con justicia, porque se pierde mucho tiempo hablando del amor de Dios, como se pierde mucho tiempo tratando de ejercer el amor de Dios a través de lo inmediato, lo más difícil es liberarse del sentido inmediato de valores y pensar o crear los caminos que conducen a la meta más lejana. Al llegar a este punto toda la problemática de la existencia cambia, cambia radicalmente hasta el punto que todo cuanto hasta aquí hemos conocido carece completamente de valor, viene una reorientación absoluta hacia los misterios de gracia que son, como comprenderán, cosas desconocidas todavía para nuestra mente humana, para llegar finalmente a la conclusión de que el único ser que puede expresar amor en su máxima integridad es Aquél que creó el planeta a su imagen y semejanza. Y naturalmente estamos dirigiendo la mirada apuntando hacia la meta más lejana, hacia el centro superior de la cabeza, como podíamos decir. Hacia Shamballa, allí en donde la voluntad de Dios no solamente es ejercida sino conocida, sino que (también) es convenientemente interpretada y a través de la cual nos viene todo el apoyo que necesitamos; y que es de allí precisamente de donde proceden todos y cada uno de los grandes avatares que la civilización en marcha necesita para llegar a sus cauces definitivos.

Meditación, contemplación, todo cuanto en nuestro corazón tiene algo de místico y que tienda necesariamente a un silencio de comprensión, se basa precisamente en la comprensión ya acabada de este concepto de que solamente amamos con una pequeña parte del ser, que sólo sentimos con una débil fracción de nosotros mismos, que estamos tratando de llegar a un punto en donde la vida nos tiene sujetos ya, y que al tenernos sujetos nos impide continuar marchando. Al llegar a este punto de comprensión viene el desapego, el cual se realiza por el esfuerzo sistemático de pulir, como decíamos antes, las estructuras, no las estructuras externas, las estructuras de la sociedad que nos rodea, sino las estructuras o andamiajes en donde se apoya nuestro “yo”, nuestro pequeño “yo”, lleno de satisfacciones y lleno de apego por lo inmediato. Naturalmente, si tratamos de arrancar algo que está apegado a nuestro concepto psicológico sufriremos, ahí viene precisamente la deuda de sacrificio que tenemos con los grandes seres, puesto que con su ejemplo, con la testificación de su trabajo, nos han dado la norma y la medida de cuanto deberemos realizar para hacer y llegar a aquello que ellos hicieron y a donde ellos llegaron.

Es decir, que la meditación, la llegada de estas energías que invocaremos, todo el poder místico que está encendiéndose a nuestro alrededor, el silencio de esta aura que nos rodea, que contiene los gérmenes de la meditación de aquellos que a través del tiempo llegaron a las alturas, debe llegar a un momento en que lo podamos realizar no solamente en grupo, sino en forma individual, a fin de que podamos ser cada vez más conscientes no sólo de las cosas, no sólo de las personas que nos rodean, sino místicamente de nosotros mismos, porque el trabajo no es hacia fuera sino que es hacia adentro. La música de la meditación viene siempre por el contacto con el ser interior, una vez en contacto con este ser, una vez nos demos cuenta de la gloriosa eficacia de su contacto, es cuando podemos empezar a trabajar y es cuando podemos decir realmente: “Mi meditación ha sido fructífera”.

Y con respecto a los planes de los grandes seres que llegaron antes que nosotros a culminar un estado de evolución, antes de poder interpretar la voluntad de Dios a través de Cristo en nuestro planeta y poder así ejercitar un poco en la medida que podamos el amor de su corazón, o hasta aquel punto mágico en que nuestra mente haya adquirido la certeza de las cosas del Reino; hasta este punto estaremos solamente marchando, o tratando de marchar de acuerdo con el principio que nos exigen las jerarquías, y sin darnos cuenta, esta jerarquía se convertirá en el centro de nuestras miradas y en el centro de todos los esfuerzos y de todas nuestras resoluciones. Es decir, nada de lo que podamos recoger tiene un valor total si lo aprendemos como una conquista de nuestro ánimo o como una conquista de exterior constantemente volcado hacia deseos y conquistas, sino que debe ser en todo momento una interpretación exacta de desapego, de desapego de valores, porque se llegará a un punto (en el) que nos daremos cuenta que lo que más nos separa del corazón de Dios es el deseo de llegar a Dios. Ya esto es una etapa avanzada en la cual tendrá que utilizarse por vez primera, dentro de la existencia planetaria en el ser humano, la espada de la justicia. Solamente la espada de la justicia puede romper los lazos que nos apegan a las cosas y a las personas; y esto es una cosa que, tarde o temprano, deberemos realizar, puesto que en esta especie de amor no hay duda ni confusión, existe la certeza, y con la certeza, el imperio de una fuerza que nos hace más grandes y más dignos de lo que hemos sido hasta este momento.

Les sugeriría la meditación y después, si acaso, un poco de coloquio, ¿qué les parece? Porque si hacemos el coloquio ahora, al haber muchos razonamientos habría un poco de confusión, en cuanto que partiendo de esta idea que he analizado solamente como vía de preparación para la meditación, empecemos a divagar, entonces existiría un poco de desequilibrio en el ambiente. Podíamos ahora aprovechar este momento de místico silencio para la meditación y después...

(Se hace la meditación)

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Sobre el Festival Wesak y la Meditación. Cap. 1 (V.B. Anglada)






V.B. Anglada
Sobre el Festival Wesak y la Meditación. I


Conversaciones Esotéricas

Vicente. – Durante el Año Solar; o sea, el tiempo que tarda nuestra Tierra en dar una vuelta completa alrededor del Sol, se producen cíclicamente tres acontecimientos que, a la vista del esoterista, tienen una importancia capital, puesto que se trata de tres grandes festivales que, con el tiempo, serán una especie de unificación de la mente y los corazones de los seres humanos.

Se trata primero de la festividad de Pascua, que es una festividad auténticamente cristiana y en donde se exalta la elevación de Cristo o la ascensión a los cielos, tal como se dice místicamente, y que tiene por objeto que la humanidad se dé cuenta de aquella frase sacramental - “Cristo en ti, esperanza de gloria”- en ascensión permanente. El segundo gran festival coincidente con la luna llena de Tauro, es precisamente el llamado festival de Wesak, una fiesta auténticamente oriental en la que se ensalza la gloriosa figura de Buda.

Y no sólo esto sino que así como, por ejemplo, (en) la festividad de Pascua o la exaltación en la luna llena de Aries, se tiene en cuenta un acontecimiento pasado cual es la ascensión de Cristo como dato histórico, el festival de Wesak tiene su importancia porque se trata de un acontecimiento actual, mediante el cual y siguiendo (tal como se dice en los libros santos) los dictados de su corazón, Buda desciende anualmente a la Tierra desde los altos lugares, en donde su elevada concepción espiritual del Cosmos lo ha llevado, a bendecir a todos los seres humanos. 

Por lo tanto, como precisamente él en un acto de sacrificio desciende, hablando simbólicamente, puesto que en el espacio no existe arriba ni abajo, pero si podemos decir (que) toma conciencia de un estado que pertenece a los seres humanos y que desde allí distribuye la fuerza cósmica con destino a la Tierra, estaremos en el buen camino de la comprensión. 
Es decir, que el acto de hoy que preparará a la humanidad para todo un año de invocación y evocación espirituales, tiene por objeto que la persona humana, la psicología del hombre, llegue a interpretar adecuadamente los ritmos cíclicos del tiempo y a darse cuenta también de que el Universo y el planeta, y todo el contenido planetario son solidarios; que no existe, ni ha existido, ni jamás existirá separación alguna.

Esto es precisamente lo que Buda trae cada año con su celestial bendición: el sentido de unificación, el sentido de comunión, tal como se dice que es la comunión de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que están tratando de resolver la incógnita terrible de su vida: ¿Quién soy, de dónde vengo y adónde voy?..., y que, además, tienen presente que todos constituimos parte de una sola humanidad y que únicamente el principio de fraternidad es el que está actuando en la Tierra constantemente aunque no nos demos cuenta.

Y la preparación mística de Cristo ascendiendo a los cielos como dato histórico, y la bendición anual de Buda; es decir, que el festival occidental del cristianismo y el festival oriental del budismo, le dan luz a una nueva concepción de la vida y a un nuevo tipo de festival: el festival que se llama de la Humanidad o de la Gran Invocación, o de la invocación de los seres superiores. Es decir, que la preparación que realizamos durante los tres primeros meses del año a través de las lunas llenas de Aries, de Tauro y de Géminis, será de un ritmo creciente y, con el tiempo, participará de este festival la humanidad entera y ya no sólo una fracción de creyentes de no importa qué religión, ya sea la cristiana o la budista, pues esencialmente, si el hombre es uno con la divinidad, no puede existir en el hombre una clase determinada de religión sin que se atenten los principios de unidad, al menos desde el punto de vista esotérico es así. 

Y si existe comprensión desde el principio de vinculación cósmica con todo cuanto existe, entonces la religión tendrá solamente el interés de un dato pictórico dentro de la conciencia que nos servirá quizá de atalaya para ver quizá un poco mejor el camino; pero, realmente, lo que se intenta con los festivales, precisamente con los festivales que están de acuerdo con los principios jerárquicos de ritmos de fuerza o de ciclos de fuerza, como son, por ejemplo, el culto a la divinidad en los momentos cíclicos del plenilunio o cuando se están estudiando por los grandes esoteristas la influencia de las constelaciones sobre el planeta, no solamente como un dato zoológico, sino más bien con un sentido de la vida, de unificación, del cual participa todo cuanto hemos aprendido a través del cristianismo y también las explicaciones budistas a través de lo que significa la redención del hombre.

Se nos dice, por ejemplo, que Cristo vino a traer el amor de Dios, porque en el planeta, si alguien representa con toda genuidad, con la totalidad de su corazón, la plenitud del desapego y la más exquisita de las devociones hacia el Padre, es Cristo; y si algún ser ha habido en la Tierra capaz de interpretar a Dios desde un punto de vista iluminado, ha sido Buda; y teniendo presente que solamente el equilibrio de la razón y del amor, que solamente cuando estén identificados plenamente Oriente y Occidente; y que cuando el hombre, como tantas veces hemos dicho, llegue a pensar con el corazón y a sentir con su mente, se producirá en la Tierra este gran equilibrio que la Jerarquía y Shamballa están esperando desde el principio mismo de lo que es la humanidad.

Así que toda meditación en la cual estamos tratando de hurgar en los destinos cíclicos del tiempo, tratando de resolver la incógnita punzante y dolorosa de toda vida, buscando este equilibrio que debe traernos la paz que no tenemos, que debe hacer que nos desprendamos de la costra de la pasión y del apego y que finalmente nos lleve a adorar en su pureza infinita al Padre del cual procedemos, entonces, toda la concepción histórica de la vida tiene que sufrir una gran transformación. Tiene que existir una razón de ser superior que nos debe progresivamente atrapar por todos los medios, de unificar nuestro corazón y nuestra mente con la mente y el corazón de todos los que nos rodean, para llegar así finalmente a una etapa mística denominada Iniciación o Iluminación, tal es el secreto de síntesis que el hombre trata constantemente de adquirir y de resolver dentro de su mente y su corazón.

La festividad de hoy, de exaltación del aspecto superior del hombre, tratando definidamente de trabajar conscientemente también para el Plan que su Padre desde los altos lugares ha planeado para nosotros, (tratar) de resolver la incógnita de toda vida y (tratar) de crear para la humanidad, testificando la presencia de que “el Cristo en ti, esperanza de gloria”, un arquetipo de tipo superior, es el porqué existen las reuniones de luna llena, para que de esta manera se pueda participar más ampliamente del sentido de la bendición búdica. 

Si decimos que Buda desciende a la Tierra siguiendo el imperioso dictado de su corazón, siguiendo uno de los caminos que él ha elegido para servir los planes del Padre eterno (en este caso el Logos Solar); y (si decimos) que la humanidad cada vez va siendo más consciente de esa etapa mística de su propia vida psicológica, y si llega a comprender que la Jerarquía, los seres humanos y el más elevado centro planetario de Shamballa, en donde la voluntad de Dios es conocida, deben llegar a un equilibrio perfecto, se darán cuenta de la importancia de esta bendición búdica, pues Buda, por su elevación, por su sentido exacto, sincrónico, de su voluntad con la Voluntad del Padre, por haber adquirido el poder planetario de emerger de lo más hondo hasta adquirir la certeza de lo infinito; y que desde allí y por el imperio de su propia voluntad, y repito, siguiendo los dictados de su corazón, se sacrifica anualmente para llevar a nosotros, cual un Prometeo nuevo de lo cósmico, la luz de los altos lugares. Es para que la humanidad renueve también, año tras año, su propósito de amar y de servir los planes de la divinidad. Ahí está, que una meditación cíclica, solamente con el objeto de sacudirnos un poco de la modorra de lo que significa el ajetreo de la vida cotidiana; de salir de este ritmo que nos va encadenando progresivamente a esta era técnica que estamos viviendo, o bien, solamente el efecto de la voluntad de ser más consciente cada día de la fuerza viva que le da el imperio sobre las sombras que nos rodean, ya es de sí de importancia capital por cuanto cada meditación, cada acto de veneración o de aspiración superior es ante todo (esto lo venimos diciendo constantemente) un acto de servicio. 
Un acto de revelación en nosotros de la Voluntad de Aquél que está más allá y por encima de nosotros.

Esto, ustedes me dirán, y tendrán razón, son palabras. 

Palabras que tendrán el significado que cada cual les asigne dentro de su mente y su corazón, (esto no ha de ser así) por más que estuviese convencido de la realidad de este acontecimiento (que realmente lo estoy) sino porque cada persona por su propia ley tiene que comprobar, tiene que experimentar la Voluntad del Padre en su propia vida antes de que no se dé cuenta de cual ha de ser el camino que tiene que seguir. 
Y también decir que no basta escuchar ni leer, que no es necesario que la persona sepa mucho esoterismo, porque se le ha dicho que el esoterismo con sus conocimientos puede alegarle más luz y más poder; sino porque el amor que siente por las cosas y el amor que siente por los demás debe ser tan grande que debe tener primacía sobre todo cuanto tiene como contexto psicológico, para de esta manera llegar a penetrar los destinos del Padre, lo cual quiere significar que no se llega al Padre por el propio impulso de la personalidad sino que se llega al Padre por el Hijo, el Hijo es el amor del corazón. 
Y si se pone énfasis en que debemos comprendernos los unos a los otros, porque si no hay comprensión no podemos tener un místico sentido del amor, y si sabemos también que solamente por este amor que podamos sentir podemos comprender en su justa y acabada medida la voluntad superior, entonces es cuando penetramos audazmente en el sentido meditativo de la vida. Y cuando estemos en meditación, ya de buen principio estamos educiendo, estamos desarrollando en nosotros una actividad mayor de servicio en conexión con los grandes seres del sistema.

Por lo cual, una meditación sostenida es de contacto siempre con la divinidad; y esto es lo que hay que tratar de buscar, sintiendo mucho en el corazón este inmenso deseo por la fuerza de un propósito superior, y comprender que la Jerarquía es una ley en nuestro universo, de la misma manera que una ley de nuestro universo es el principio hermético de analogía por la cual, si una persona llega a conocerse mucho a sí misma, comprenderá muy bien a Dios, y que cuando los griegos en el templo de Delfos habían puesto aquel axioma de “Conócete hombre a ti mismo”, se le estaba diciendo: “En la medida que te estés reconociendo a ti mismo, estás reconociendo los planes de la Divinidad, y por lo tanto, ya no serás un hombre como los demás; vivirás en el mundo sin ser del mundo”, para ser más exactos y repitiendo las palabras de Cristo. Porque la persona que se auto reconoce en toda su intensidad, se comprenderá en todos sus niveles de actividad y tratará de ser correcto en cada uno de estos niveles. Se dará cuenta también de que siendo la vida una Jerarquía en funciones y que de la Jerarquía se destila el hálito de este Plan que los Maestros conocen y sirven; y que en la medida que sirvamos este Plan se nos ensanchará la visión y será más elevada la perspectiva.

Entonces, llegaremos a una consecuencia de que si realmente en una meditación de Luna llena, en la cual ya de un principio se les dice: “Se trata de un hecho actual el que Buda, el gran Iluminado, desciende por su propia voluntad y siguiendo la ley de su corazón, a la Tierra, procedente de los altos lugares del sistema en donde, por su propia sutilidad, debe estar por su jerarquía, y por la misma Jerarquía en funciones hay un sacrificio que se renueva año tras año para llevarnos el mensaje del Padre”. Pues ante todo, siguiendo la Ley de Jerarquía, sabemos esotéricamente que la Jerarquía de los Maestros con Cristo a la cabeza y Shamballa, en donde “La Voluntad de Dios es conocida”, este lugar más sagrado del planeta, el único que puede servir de intermediario directo es precisamente el señor Buda.

Y que se sobreentiende que cuando descendiendo o, si ustedes prefieren otra palabra, haciendo conciencia en otro nivel superior más asequible a nosotros, renueva año tras año su bendición al mundo, significa no sólo que nos trae una energía propia de la Jerarquía en función de amor, sino que nos trae otra clase de amor desconocido en el planeta: el amor por la justicia o el amor de la justicia que debe hendir, como se dice en los libros sagrados, su espada en las entrañas del cumplimiento planetario. Por lo cual se nos dice, que si la festividad máxima del año es Wesak, o, es decir, la fiesta que celebramos hoy, es porque cada día es más necesaria la voluntad del hombre para que pueda dignificar su amor, que cada vez el amor esté más libre del conjuro del deseo; que si el amor está libre del deseo, automáticamente se convierte en algo superior a lo que entendemos por amor, se convierte en justicia y en cumplimiento, en resolución. Es decir, se convierte en voluntad.

Hasta aquí, separábamos dentro de la conciencia, la inteligencia, el amor y la voluntad, desde el momento en que existe integración, se da uno cuenta que no existe la separación, sino que existen solamente modalidades vibratorias de un solo aspecto. Un solo aspecto que se llama la Voluntad de Dios de manifestarse a través del Universo, utilizando el amor de un aspecto de Sí mismo e interpretando estas cosas del amor en función de inteligencia creadora, por lo cual, hemos visto que existe un proceso de descenso de la divinidad con respecto al ser humano y esto se llama el sentido de descenso del Espíritu Santo. Existe por parte del ser humano una tendencia infinita a seguir los dictados de su corazón y a fortalecer constantemente su mente y su entendimiento, lo cual significa que tiene dos caminos abiertos ante sí: el camino que va recto dentro al corazón y el que asciende hacia arriba a la cabeza, creando así un nuevo tipo de expresión que, podemos decir, es el que va a actualizar el hombre de la Nueva Era.

Todo cuanto estamos realizando en estos momentos de meditación no es ni más ni menos que un deseo infinito del Creador a través de todos y cada uno de nosotros, y en el momento en que se cumple la Voluntad a través de nosotros se define en el hombre el ser realizado, un discípulo de un Maestro, alguien en quien se puede confiar como un testimonio de gracia, y desde el momento en que podemos confiar en un hombre por el testimonio de gracia de su presencia, siguiendo los dictados de que “por sus frutos son reconocidos” (las cualidades de un árbol), entonces sabemos que existen en el planeta actual personas que tienen esta fuerza, este Poder de poder conectarse conscientemente con el Corazón de Dios, y que pueden llevar a la Tierra un cumplimiento planetario para llevarle al mundo aquello que Cristo define con “la sal de la Tierra”.

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¿Cómo Podemos Cambiar al Mundo?.



Saint Germain
¿Cómo Podemos Cambiar al Mundo?.


¿Cómo Podemos Cambiar al Mundo? Maestro Saint Germain canalizado por Natalie Glasson

Queridos y Amados Seres de Luz de la Tierra. Mucho Amor y respeto os son enviados a través de mi Ser desde las amorosas Almas del Universo del Creador, vuestros amigos álmicos y vuestra Familia Álmica. En vuestras actuales vidas sois enormemente apoyados; y queremos que sepáis que os estamos guiando para que continuéis entrando en el desarrollo de vuestro propósito Divino en la Tierra. Quizá tú no entiendas tu propósito, pero con el más profundo Amor te diremos que estás caminando y existiendo ahora como tu propósito Divino, en este mismo momento. La aceptación de que ahora existes como tu propósito y que tu propósito es tu existencia, te otorgará una gran riqueza de discernimientos para entrar en ellos desde tu Alma. Frecuentemente podemos tener acceso al más profundo conocimiento del Alma por medio de la alegría, en lugar de esforzándonos. Por favor, permítete abrirte completamente para recibir el Amor que fluye desde tu Familia y desde el Universo del Creador; queremos recargarte, re-energizarte e inspirarte con la Luz más brillante y con las más veloces vibraciones, para que puedas existir en remembranza del Creador sobre la Tierra.

En un tiempo en la Tierra en el cual la confusión es prominente, quiero manifestar alguna claridad y discernimientos del Creador. Sois conscientes de que desde 2012 habéis pasado por un cambio mayor en la Tierra y en todos vuestros cuerpos energéticos; esto es algo a lo cual os estáis ajustando en cada momento de vuestra realidad. Pequeños ajustes permiten que ocurran con relativa facilidad grandes cambios de consciencia y vibración energética. Incluso mientras estos cambios tienen lugar dentro de tu Ser, manifestando acceso a mayor expansión y realización de niveles superiores de consciencia, puedes mirar más allá de ti preguntándote cuándo florecerán en tu realidad los signos del cambio. Es mi deseo hablar contigo para ofrecerte alguna iluminación concerniente a cómo podemos cambiar al Mundo. Notarás que opto por sugerir que nosotros como un colectivo unificado, hablando de todos en la Tierra y en los planos internos, podemos alterar la realidad de la Tierra. Tú solo no puedes alterar el Mundo; es algo para ser logrado como una unidad y en Unicidad con Todo Lo Que Es el Creador. Las vibraciones de Amor del Universo del Creador están fluyendo hacia vosotros a través de mi Ser; queremos que sepáis que estáis conectados y unificados como Uno con nosotros; consecuentemente, podemos ayudar y apoyar muchas transiciones en la Tierra a través de vosotros. Es valioso cuando muchos de vosotros en la Tierra con mentes afines os reunís con la intención de hacer una diferencia en la Tierra, pero entendemos que por muchas razones esto no siempre puede ser posible; por favor sabed que podéis desempeñar un papel Divino en traer el cambio a la Tierra; y que estamos aquí para apoyaros, actuando como un grupo en Unicidad con vosotros para manifestar poderoso despertar del Creador, en la consciencia de muchos y en la consciencia de la Tierra.

Con la comprensión de que no estás solo y de que puedes apoyar un cambio en la Tierra, ya sea solo o en grupo, te abres a una gran fuente de poder y a una perspectiva superior; esto te ayudará a realizar tu poder y propósito internos en la Tierra.

La primera perspectiva es observar todo lo que está ocurriendo en la Tierra y contemplar si el cambio es necesario. Con esta práctica, realmente estás contemplando tu creencia en el Creador. Muchos afirmaréis que no estáis contentos con los comportamientos en vuestro mundo y en el gran Mundo que os rodea. Puedes ver sufrimiento, dolor, juicio, limitaciones y negatividad en el Mundo; y preguntarte cómo se puede cambiar el Mundo hacia un espacio más amoroso. Cuando otra persona está experimentando perjuicios o sufrimiento, puede ser difícil reconocer siquiera que la vibración del Creador existe en la Tierra. La primera perspectiva para adoptar y para reconocer dentro de tu Ser, es que todo en torno a ti y dentro de ti, ya es el Creador. La Voluntad Divina del Creador se está desplegando y entretejiendo en cada circunstancia y realidad del Mundo. Se puede requerir enorme confianza para aceptar esta afirmación, pero cuando reconoces que el Creador está en cada Alma sobre la Tierra, mientras comprendes que hay una razón para todo lo que se experimenta en la Tierra, comienzas a ver más allá del dolor y del sufrimiento, reconociendo la presencia del Creador inclusive en la más caótica experiencia. Con esta perspectiva comienzas a notar la armonía presente en el caos, la sanación y el retorno al Creador que se pueden encontrar en situaciones dolorosas, así como la Maestría del Yo que se encuentra en los desafíos, ya sea que los experimentes o los observes. Hay una razón para todo lo que ocurre en torno a ti; tener fe en que el Creador está presente eternamente en todos los aspectos de la realidad te estimula a sentirte contento; ya no sentirás tus emociones o pensamientos reaccionando con negatividad, juicio o temor; en lugar de ello reconocerás la Verdad del Creador. Ya te estás desapegando del drama de la vida al darte cuenta de que la paz está presente en cualquier situación. Así todo es más fácil de manejar y resolver; y comienza a construírse una fortaleza interna que constantemente te hace retornar al Amor y la paz.
Con esta perspectiva puedes soportar las alteraciones del Mundo porque estás aceptando al Mundo y a su gente, aprendiendo a amar al Mundo en lugar de juzgarlo, energizando así la negatividad con tu apego al drama.

La segunda perspectiva se presenta casi automáticamente, porque comienzas a notar la maravilla, la belleza, la bondad y la dicha del mundo. Te has retirado del drama y de la reacción al mundo exterior, así que la alegría y el Amor crecen desde tu interior estimulándote a ver las maravillas del mundo. Estás atrayendo hacia tu realidad y hacia la atención del mundo exterior lo mismo que se está formando dentro de tu Ser. Esto solamente se puede volver cada vez mejor hasta que reconoces los milagros y las sincronías en tu realidad. Es en estos momentos cuando sabes que estás construyendo una realización del Creador dentro de tu Ser que está siendo proyectada hacia tu realidad. Aunque esto beneficia a tu realidad y permite experiencias de Alegría y Amor, quizá te preguntes cómo puede ayudar eso al mundo. Mantener una perspectiva de Amor y proyectarla hacia tu realidad, especialmente estar agradecido, alegre; y buscar la belleza del Creador en tu realidad, permitirá que se disipen muchas actitudes y proyecciones negativas que has creado; tu perspectiva se volverá positivamente contagiosa en cierto nivel; y la luminosidad y expansión de tu energía ayudarán e inspirarán a otros, frecuentemente sin que seas consciente de ello. Tu energía y tu conexión con nosotros en los planos internos fluirán con gran libertad hacia el mundo, actuando como un catalizador del Despertar. Así que tu vibración y la manera como interactúas con el mundo facilitarán el cambio.

Puedes notar alteraciones y cambios dentro de tu Ser y de quienes te rodean, pero frecuentemente son situaciones y circunstancias alejadas de ti las que estimulan un sentimiento de desilusión en el mundo. Con las dos anteriores perspectivas puedes sentirte más fuerte, empoderado, compasivo, amoroso y comprensivo. Frecuentemente, muchas situaciones caóticas que son negativas en el mundo son energías del pasado pasando a ser liberadas; algunas liberaciones pueden causar una manifestación que permite que muchos reconozcan la liberación, estimulando así que sean enviadas y ancladas sanadoras vibraciones de apoyo, para ayudar a completar el ciclo de energía. Puedes creer que es triste que muchos sufran simplemente porque sea liberada una energía, pero las personas involucradas pueden estar atadas a la energía o incluso haberla creado en otra vida; y así están también completando un ciclo que creará libertad y comprensión. Otra vez estamos volviendo a la primera perspectiva en la cual es necesario entender que hay un propósito Divino para todo; el uso de la aceptación te permite adoptar esta comprensión.

La tercera perspectiva es reconocer que tu propósito y el de otros es invitar al Creador a entrar en acción en tu realidad y en las circunstancias del Mundo. El Creador siempre está presente, pero algunas veces tenemos que pedir al Creador que entre en acción, lo cual simboliza que nos abrimos a actuar como instrumentos para la Luz del Creador, la sanación Divina y las influencias para crear armonía e iluminación. Estamos invitando al Creador a anclarse más plena y conscientemente dentro de cada persona y de cada situación, mientras pedimos que podamos estar al servicio permitiendo que el Creador actúe a través de nuestras acciones, pensamientos, emociones y consciencia, para manifestar sanación, cambios; y la mayor Luz del Creador.

Quizá quieras decir:

“Entre el Creador en acción completamente, absolutamente y apropiadamente en mi realidad, trayendo armonía, sanación Divina y sintonía con el Creador a la experiencia externa”.

O quizá quieras decir para apoyar al mundo:

“Entre el Creador en acción completamente, absolutamente y apropiadamente a través de mí y de todos los involucrados en esta situación (si quieres puedes mencionar la situación) para producir la experiencia de armonía, sanación Divina y sintonía con el Creador externamente, dentro de todos; y dentro de la consciencia de la Tierra”.

“Que el Creador entre en acción para manifestar Amor, sanación, Verdad y dicha”.

Recuerda que no te estás ofreciendo como ejemplo del Creador, sino que estás permitiendo que el Creador trabaje a través de ti; para que esto ocurra es necesario que seas consciente de ello y sigas tu intuición Divina. Hay muchas maneras en las cuales puedes traer sanación a la Tierra, ayudando a crear la Era del Amor en la Tierra, o incluso a alterar el Mundo en el cual existes; pero si nosotros compartimos prácticas, éstas no son tan poderosas como tener la intención y pedir al Creador que entre en acción para manifestar sanación, Amor, iluminación, dicha y armonía. Recuerda que cada vez que te enfocas en la Luz y traes al Creador a través de tu Ser de cualquier manera que elijas, estás apoyando una elevación de consciencia y vibración, en la frecuencia de la Tierra y en la de todos los que están presentes.

Que el Creador entre en acción ahora.

Maestro Saint Germain.


Noviembre 28 de 2013
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
http://www.jairorodriguezr.com/
 
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