miércoles, 3 de agosto de 2016

Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO XIII (SENSIBILIDAD TELEPATICA UN DESARROLLO NORMAL)



CAPITULO XIII 

SENSIBILIDAD TELEPATICA UN DESARROLLO NORMAL 
Habrán observado que no he dado instrucciones sobre el arte de desarrollar la sensibilidad telepática. 
La razón de ello, como ya lo he explicado, reside en que dicha sensibilidad debería ser, y siempre es, un desarrollo normal cuando el discípulo se halla correctamente orientado e íntegramente dedicado y está aprendiendo a descentralizarse. Si el proceso es forzado, entonces la sensibilidad desarrollada no es normal, acarreando grandes dificultades y peligros futuros. En lo que respecta al discípulo, el poder liberarse de la constante preocupación de las circunstancias y problemas personales lo conduce, inevitablemente, a la liberación mental, proporcionándole esas zonas de libre percepción mental que hacen posible la sensibilidad superior. 
Gradualmente, a medida que el discípulo adquiere verdadera libertad de pensamiento y el poder de ser receptivo a la impresión de la mente abstracta, acopia para sí una reserva de pensamientos que están a su disposición cuando necesita ayudar a otras personas y para su creciente servicio mundial. Más adelante, se hace sensible a la impresión de la Jerarquía. Al principio es puramente ashrámica, pero luego, cuando el discípulo es un Maestro, se trasforma en impresión jerárquica; entonces el Plan es la sustancia dinámica que suministra el contenido de la reserva de pensamiento de la cual él puede abastecerse. 
Esta afirmación es de única y excepcional importancia. Posteriormente, se sensibiliza a la impresión de Shamballa, y la cualidad de la Voluntad que complementa el Propósito planetario, se suma al contenido del conocimiento adquirido. Sin embargo, lo que trato de recalcar aquí es la existencia de una creciente reserva de pensamiento que el discípulo ha creado en respuesta a las distintas impresiones, a las cuales se hace cada vez más sensible; las ideas, conceptos y objetivos espirituales, de los cuales es cada vez más consciente, los va formulando constantemente en pensamientos con sus correspondientes formas mentales, aprendiendo así a abastecerse de ellos, a medida que trata de servir a sus semejantes. 
Así se encuentra en posesión de una reserva de sustancia mental resultante de su propia actividad mental y de su receptividad innata, lo cual le suministra material para la enseñanza y es "fuente de conocimiento", de la que puede extraer lo necesario para ayudar a otros. 
El punto esencial que se ha de captar es que la sensibilidad a la impresión constituye un desarrollo normal y natural, paralelo al desenvolvimiento espiritual. 
Les di una clave de todo el proceso cuando dije que "Sensibilidad a la impresión significa engendrar un aura magnética sobre la cual pueden actuar las impresiones más elevadas". 
Quisiera que reflexionaran profundamente sobre estas palabras. 
Cuando el discípulo comienza a demostrar la cualidad del alma y el segundo aspecto divino se posesiona de él, controlando y matizando toda su vida, entonces se desarrolla automáticamente la sensibilidad superior convirtiéndose en un imán para las ideas y conceptos espirituales; primero atrae a su campo de conciencia el delineamiento y, más tarde, los detalles del Plan jerárquico; llega así oportunamente a ser consciente del Propósito planetario cuyas impresiones no ha de buscar ni aprender a distinguir laboriosamente, tampoco ha de captar ni aferrarse a ellas. Se introducen en el campo de su conciencia porque él ha creado un aura magnética que las invoca en su mente y las atrae. 
Esta aura magnética comienza a formarse en cuanto se hace contacto con el alma; el aura se ahonda y expande a medida que estos contactos son más frecuentes, convirtiéndose finalmente en un estado habitual de conciencia; entonces se halla siempre y a voluntad en relación con su alma, el segundo aspecto divino. 
Esta aura constituye en realidad la reserva de la sustancia mental, de la cual puede depender espiritualmente. 
El punto de unión se encuentra en el plano mental. 
Entonces el discípulo no está controlado por la naturaleza astral, sino que trata de construir el Antakarana, por el cual pueden fluir las impresiones superiores; aprende a no disipar esta afluencia sino a acumular, dentro de su aura (aquello con lo que se ha circundado), el conocimiento y la sabiduría que considera necesarios para servir a sus semejantes. 
Un discípulo es un centro magnético de luz y conocimiento mientras mantiene su aura magnética en un estado de receptividad. 
Entonces invoca constantemente, en los niveles superiores, las impresiones que pueden ser evocadas y puestas en "actividad distribuidora" mediante lo inferior y aquello que demanda ayuda. Por lo tanto, a su debido tiempo, el discípulo se convierte en una diminuta analogía de la Jerarquía pues puede invocar a Shamballa y es fácilmente evocado por la demanda humana. 
Estos puntos merecen una cuidadosa consideración, pues involucran el reconocimiento elemental de puntos de tensión y su consiguiente expansión en auras o zonas magnéticas, capaces de invocación y evocación. Estas zonas de sensibilidad abarcan tres etapas, sobre las cuales no tengo intención de extenderme. 1. Sensibilidad a la impresión de otros seres humanos, útil para prestar servicio cuando, la necesaria aura magnética esencial ha sido engendrada y puesta bajo control científico. 
2. Sensibilidad a la impresión grupal el paso de las ideas, de un grupo a otro. El discípulo puede convertirse en agente receptor del grupo del cual forma parte, y esta capacidad indica progreso. 
3. Sensibilidad a las impresiones jerárquicas, que llegan al discípulo, primeramente, por el antakarana y, luego, de toda la Jerarquía, cuando él ha alcanzado algunas de las iniciaciones superiores. Esto indica la capacidad de registrar impresiones de Shamballa. Sería de valor considerar ahora tres puntos que se refieren a la sensibilidad a la impresión, a la construcción de la reserva de pensamiento resultante y la consiguiente respuesta a las demandas invocadoras. 
Estos tres puntos son: 
 1. Proceso de Registro. 
 2. Proceso de Registro de Interpretaciones. 
 3. Proceso de Respuesta Invocadora Resultante.
Quisiera recordarles que el aura que cada uno ha creado alrededor del núcleo central del "yo o alma en encarnación", es un fragmento de la super alma una, que trae el ser a la manifestación. 
Esta aura, como bien saben, está compuesta de las emanaciones del cuerpo etérico, y éste, a su vez, encarna tres tipos de energía, de los cuales cada uno es individualmente responsable. Estos tres tipos (cuando se asocian a la energía de prana que compone los vehículos etéricos) son: 
1. El aura de la salud, que es esencialmente física. 
2. El aura astral, que por lo general es el factor más predominante, amplio y controlador. 
3. El aura mental, que en la mayoría de los casos es relativamente pequeña, pero se desarrolla rápidamente cuando el discípulo emprende conscientemente su propio desarrollo o cuando la personalidad está polarizada en el plano mental. Finalmente llegará el momento en que el aura mental eliminará (si puedo emplear este término inadecuado) al aura emocional o astral, entonces la cualidad egoica de amor creará un sustituto, a fin de que la necesaria sensibilidad no desaparezca totalmente, sino que sea de naturaleza más elevada y aguda. 
En esta triple aura (o mejor dicho, cuádruple, si contamos el vehículo etérico) todo individuo vive, se mueve y tiene su ser; esta aura vital es el agente que registra las impresiones objetivas y subjetivas. 
El Yo interno debe controlar y utilizar a este "agente de respuesta sensitiva" a fin de registrar las impresiones y dirigir las impresiones etéricas o mentales hacia el mundo de los hombres. 
La impresión astral es completamente egoísta y personal, y aunque puede afectar al medio ambiente del hombre, no está dirigida como las energías registradas. 
Esta aura es responsable de los efectos que una persona produce sobre otra; las palabras no producen reacciones, aún suponiendo que sean el reflejo de sus reacciones y pensamientos, pero, en realidad, son generalmente expresiones de sus deseos emocionales. 
Por lo tanto, todos poseemos un mecanismo subjetivo que es el verdadero y perfecto reflejo de nuestro propio grado de evolución. 
Ésta es el aura que un Maestro observa y también el factor más importante en la vida del discípulo. 
La luz del alma dentro del aura y la condición de los distintos aspectos del aura indican si el discípulo está acercándose o no al Sendero del Discipulado. 
Puede comprobarse con exactitud el progreso del aspirante, a medida que su mente se clarifica y su reacción a las emociones es menos frecuente. 
Debe distinguir muy bien entre lo que es cuerpo astral y mental y lo que ellos emanan. 
Lo que se denomina cuerpo es de naturaleza sustancial; el aura es esencialmente irradiante y se extiende en todas direcciones desde el vehículo sustancial. 
Esto hay que tenerlo muy en cuenta. El problema que tiene el aspirante, a medida que "engendra" su aura magnética, es cómo retraerse él mismo y así disminuir la extensión y el poder de su aura astral y expandir y acrecentar la potencia de su aura mental. Debe recordarse que la mayoría de los aspirantes están polarizados en la naturaleza astral y, por consiguiente, su problema consiste en lograr una polarización distinta y enfocarse en el plano mental. 
Esto toma mucho tiempo y gran esfuerzo. 
Como lo mencioné anteriormente, la irradiación del alma, presente hasta ese momento, sustituye a la actividad emocional del aspirante; en realidad, esta emanación es una irradiación de los pétalos de amor del loto egoico.
Cuando el aspirante comienza a trabajar conscientemente en su propio desenvolvimiento y a considerar y a manejar su aura, pasa por tres etapas de progreso en el Sendero de Retorno, que son: 
1. La etapa donde descubre la potencia y la cualidad de su aura astral. Debido a que ésta es (en el actual segundo sistema solar) la cualidad del amor, distorsionada por la naturaleza astral, el desarrollo de la sensibilidad emocional es muy intenso y de una fuerza casi sobrenatural, siendo mucho más fuerte que su cuerpo y orientación mentales. 
2. La etapa en que el vehículo mental aumenta su potencia y produce una radiación mental tan fuerte, que domina y controla al aura astral. 
3. La etapa donde el alma expresa su naturaleza esencial de amor y comienza a esparcir su radiación en el aura astral por medio del cuerpo astral. 
Eventualmente, la sensibilidad del amor subsistirá a la sensibilidad emocional y al deseo. 
Los aspirantes pueden hallarse en estas tres etapas de sensibilidad. 
Durante la segunda iniciación, llega un momento en que el alma del iniciado entra en actividad y la fuerza fundamental si puedo emplear este término sumerge la naturaleza astral, vitalizando e inspirando al cuerpo astral, cambiando temporariamente la cualidad del aura astral y estableciendo un control que conduce finalmente a la sustitución ya mencionada. 
Este aspecto de la verdad contiene la doctrina de la "expiación vicaria" doctrina lastimosamente tergiversada por la teología cristiana. 
 Ahora vamos a considerar los temas ya mencionados: "Proceso de Registro", "Proceso de Registro de Interpretaciones", y "Proceso de Respuesta Invocadora Resultante". 
Hay que tener presente que expongo reglas generales y no estoy considerando lo ideal ni lo indeseable; las fuentes de impresión varían a medida que progresa el discípulo, aunque la fuente mayor y más amplia siempre incluye a las menores. 
El hecho de que un hombre sea sensible a la impresión jerárquica en su aura mental, no impedirá que en su naturaleza astral sea sensible a la demanda invocadora y emotiva de los seres humanos. Ambos son de suma utilidad si el discípulo procura relacionarlos. Deben recordar esto. 
La capacidad para interpretar las impresiones registradas, se adquiere a medida que el aura mental se desarrolla bajo la influencia de la "mente mantenida firme en la luz del alma"; el discípulo aprende que toda verdad registrada es susceptible de innumerables interpretaciones y que ellas se revelan, con más claridad, a medida que pasa una iniciación tras otra y desarrolla la respuesta consciente. 
La capacidad para invocar se manifiesta vida tras vida, e involucra la invocación de la respuesta consciente del ánima mundi o del alma subconsciente de todas las cosas, como también de la conciencia humana y del contacto superconsciente del mundo. 
Esta capacidad se desarrolla a medida que el estudiante recorre el Sendero del Discipulado, hallando con frecuencia en las primeras etapas mucha confusión, psiquismo astral y falsas interpretaciones. No debe preocuparse demasiado, pues todo lo que se requiere es experiencia, que se adquiere por medio del experimento y su expresión en la vida diaria. 
En ningún caso, el conocido axioma de que se aprende a través de un sistema de prueba y de error, ha sido tan aplicable como en la vida y experiencia del discípulo en probación. 
Cuando llega a ser un discípulo aceptado, disminuye el número de errores, aunque las pruebas (o sea, el empleo experimental de las numerosas y distintas energías) sean muchas y por lo tanto abarquen un campo más amplio de actividades. 
El Proceso de Registro se fundamenta en lo que podría denominarse: acercamiento invocador desde una extensa zona de posibles contactos. 
El discípulo tiene que aprender a diferenciar entre los numerosos impactos que llegan a su aura sensible. 
En las etapas iniciales la mayoría de los impactos son registrados inconscientemente, aunque el registro sea agudo y exacto, sin embargo el objetivo consiste en registrar conscientemente; esto se efectúa manteniendo con constancia y firmeza la actitud del Observador, que se desarrolla obteniendo el desapego –el desapego del Observador, de todos los deseos y ansias que conciernen al yo separado. 
Es evidente que el empleo de la palabra "observador" comprende el concepto de dualidad y la consiguiente separación. 
En este caso, el móvil que motiva la observación no es el propio interés sino la determinación de depurar el aura, de manera que registre sólo aquello que sea iluminador y esté relacionado con el Plan divino, lo cual sería de beneficio para la humanidad y, por lo tanto, para la creación de un nuevo servidor dentro de los Ashramas de la Jerarquía. 
Algunos psicólogos dividen la conciencia del hombre en subconsciente, consciente o autoconsciente y superconsciente, 
lo cual es de valor aquí Sin embargo debe recordarse que el discípulo se convierte, ante todo, en un ente humano verdaderamente consciente, desarrollando así la verdadera conciencia del yo. 
Esto lo hace discriminando entre el yo inferior y el yo superior y procurando que su aura magnética sea sensible a un aspecto de sí mismo que hasta ese momento no había sido el factor controlador. 
Desde ese punto comienza a registrar impresiones con gran claridad y precisión. Por lo general, en las primeras etapas, el único deseo del discípulo es registrar impresiones de la Jerarquía, prefiriéndolas a las impresiones de su propia alma o de los factores humanos que lo rodean, sus semejantes, o el medio ambiente y las circunstancias que éstos crean. 
Anhela lo que podríamos denominar la "impresión vertical". Este móvil, por ser en gran parte autocentrismo, hace que el discípulo se introduzca introspectivamente en sí mismo, siendo ésta la etapa en que muchos aspirantes se convierten en prisioneros, hablando en sentido astral, porque registran en su aura magnética las múltiples formas mentales motivadas astralmente por lo que ellos creen, esperan y suponen que les impartirá la "impresión vertical". 
Establecen fácilmente contacto con las contrapartes astrales de los mundos superiores que están reflejados (por lo tanto, distorsionados) en el plano astral; allí se registra un mundo de espejismo formado por los deseos erróneos y egoístas y los pensamientos ansiosos de los devotos bien intencionados. 
No es necesario que me extienda sobre esto. 
Todos los discípulos en alguna etapa de su entrenamiento tienen que abrirse camino a través de este aspecto del espejismo, y al hacerlo, depuran e intensifican el aura magnética, clarificando simultáneamente el mundo astral que los circunda, con el que están en contacto. 
También aprenden que el anhelo de registrar impresiones jerárquicas debe trocarse en el anhelo de poner a disposición de la humanidad su aura magnética; entonces aprenden a registrar la necesidad humana y a comprender dónde es posible ayudar y servir a sus semejantes. 
Mediante este registro consciente de las demandas invocadoras que proceden del mundo de los contactos horizontales, el aura magnética del discípulo se libera de las formas mentales que lo obstaculizan y absorben, como también de los deseos, aspiraciones y anhelos que hasta ahora le han impedido registrar correctamente.
El discípulo deja de crearlas, y las formas mentales creadas se desvanecen o atrofian por falta de atención. 
Posteriormente, cuando el discípulo en probación se convierte en discípulo aceptado y se le permite participar en actividades ashrámicas, entonces agrega a ello la capacidad de registrar la impresión jerárquica; sin embargo, podrá hacerlo después que ha aprendido a registrar la impresión que le llega de su propia alma (impresión vertical) y la del mundo circundante de los hombres (impresión horizontal). 
Cuando ha obtenido ciertas iniciaciones importantes, su aura magnética será capaz de registrar impresiones provenientes de los reinos subhumanos de la naturaleza. 
Finalmente, cuando se convierte en un Maestro de Sabiduría y, por lo tanto, en un miembro del quinto reino de la naturaleza, su aura magnética recibirá la impresión horizontal del mundo de la vida y actividad jerárquicas; la impresión vertical la recibirá en los niveles superiores de la Tríada espiritual, y por último de Shamballa. 
Entonces la humanidad será para él lo que los reinos subhumanos fueron para el cuarto reino, el humano, cuando constituía el campo de su impresión horizontal registrada. 
Aquí está claramente revelado el verdadero significado de la Cruz de la Humanidad. Registrar no es un fenómeno fuera de lo común. 
Las personas sensibles reciben constantes impresiones desde algún nivel de conciencia, y son receptivas a éstas de acuerdo al nivel de conciencia en que normalmente actúan; los médium, por ejemplo, son excesivamente propensos a recibir impresiones de niveles etéricos o astrales; lo mismo sucede con la vasta mayoría de los psíquicos astrales, cuyo número es legión. 
Las impresiones (concretas, abstractas o de naturaleza más excelsa) que proceden de los planos mentales, impresionan las mentes de los que han logrado un enfoque verdadero en el plano mental. 
Los científicos, místicos, matemáticos, estudiantes esotéricos, aspirantes y discípulos, educadores y humanistas y todos aquellos que aman a sus semejantes, son sensibles a tales impresiones, y una de las necesidades principales del discípulo consiste en desarrollar una adecuada sensibilidad a la impresión y contacto ashrámico. 
Entonces deja de pertenecer al grupo de los sensitivos mentales ya enumerados. 
El problema que ahora consideraré es más profundo y concierne a la interpretación y al correcto y claro registro de la impresión, siendo esto mucho más difícil. 
El individuo que recibe la impresión debe conocer el origen de la misma, ha de ser capaz de vincularla a alguna demanda, información, rectificación, instrucción o distribución de energía; ha de poder percibir con claridad en qué aspecto del mecanismo de registro (la mente, el cuerpo astral, el cuerpo de energía o el cerebro) ha hecho impacto la impresión impartida y registrada. 
Una de las cosas más difíciles para el discípulo aspirante y el estudiante esotérico es llegar a registrar, directamente en el cerebro, impresiones desde la Tríada espiritual (y luego desde la Mónada) vía el Antakarana.
Dicha impresión debe descender directamente desde los niveles mentales hasta el cerebro, evitando todo contacto con el cuerpo astral; sólo en la medida en que se consiga este descenso directo, estará libre de error la impresión recibida, y no estará viciada por algún complejo emocional, puesto que el nivel astral de conciencia es el gran desfigurador de la verdad esencial. 
Las impresiones que llegan del Ashrama o de la Tríada espiritual (único tipo de impresiones de las cuales me ocupo) pasan a través de tres etapas:
1. La etapa de registro mental. La claridad y precisión de este registro dependerá de la condición del canal de recepción, el antakarana; por extraño que parezca, interviene en ello cierto elemento tiempo, no el tiempo que se conoce en el plano físico, lo cual es sólo el registro, por el cerebro, de los "acontecimientos" pasajeros, sino la analogía mental superior del tiempo. 
De esto no puedo ocuparme porque es un tema demasiado profundo, ya que el tiempo, en este sentido, está relacionado con la distancia, el descenso, el enfoque y el poder de registrar. 2. La etapa de recepción cerebral. 
La precisión de esta recepción depende de la calidad de las células cerebrales, de la polarización del pensador en el centro de la cabeza y de la liberación de las células cerebrales de todas las impresiones emotivas. 
Aquí reside la dificultad, y el aspirante receptor o el pensador enfocado es emocionalmente consciente del descenso de la impresión superior y del consiguiente esclarecimiento del tema de su reflexión. 
No obstante, ha de ser registrado por un vehículo astral perfectamente pasivo, y en ello reside uno de los objetivos principales de la verdadera meditación. 
3. La etapa de la interpretación reconocida. 
Etapa excesivamente difícil. 
La interpretación depende de muchos factores: el acervo cultural, el grado logrado en la evolución, el acercamiento místico u ocultista del discípulo al centro de la verdad, su emancipación del psiquismo inferior, su humildad esencial 
(que desempeña un papel preponderante en la verdadera comprensión), su descentralización de la personalidad. 
En realidad, el carácter del individuo se halla totalmente involucrado en el importante proceso de correcta interpretación. 
En esta fase de la impresión, el tema de los SIMBOLOS está necesariamente implicado. 
Todas las impresiones deben ser interpretadas y traducidas en símbolos, por medio de la palabra o por representaciones pictóricas; el aspirante no puede evitar esto, pues es en el empleo de las palabras (es innecesario decir que son símbolos) donde está propenso a cometer errores. 
Son el medio por el cual la impresión registrada es impartida a la conciencia cerebral, por ejemplo, la percepción en el plano físico que tiene el discípulo, hace posible la comprensión práctica de las ideas abstractas o de esos aspectos del Sendero que le corresponde comprender y enseñar. 
No es necesario extenderme sobre este tema. 
El verdadero discípulo siempre es consciente de la posibilidad de cometer errores, de las intromisiones psíquicas y de las tergiversaciones; sabe muy bien que la verdadera y efectiva interpretación de la impresión impartida depende, en gran parte, de la pureza del canal de recepción y de la emancipación de todos los aspectos del psiquismo inferior, algo que muy a menudo se olvida. 
Un espeso velo de formas mentales concretas puede también distorsionar la verdadera interpretación como así también la intervención astral; la enseñanza en el Sendero y la impresión espiritual pueden ser interferidas desde el plano astral por el espejismo o las ideas concretas y separatistas emanantes de los niveles mentales. 
En este caso se puede decir "que la mente es el matador de lo real". Hay un significado hondamente esotérico en las palabras "una mente abierta" siendo tan esencial para la verdadera interpretación como lo es el liberarse del psiquismo y del espejismo del plano astral. 
Se evidencia claramente aquí la necesidad de obtener el verdadero alineamiento, de modo que se forme un canal directo por el cual la impresión (dirigida por alguna fuente más elevada que la personalidad) pueda descender al cerebro. 
Al principio el canal y el alineamiento deben ser establecidos entre el cerebro y el alma; esto involucra los tres aspectos de la personalidad el cuerpo etérico, el vehículo astral y la naturaleza mental; fundamentalmente, este proceso de alineamiento deberá ser emprendido y desarrollado en el Sendero de Probación, y llevado a una condición de verdadera y superior efectividad en las primeras etapas del Sendero del Discipulado. Después, a medida que el discípulo construye conscientemente el antakarana y es parte activa del Ashrama, aprende (al practicar el alineamiento) a trascender dos aspectos de sí mismo que hasta entonces eran de gran importancia: 
el vehículo astral y el cuerpo egoico o causal. 
El cuerpo astral es trascendido antes de la cuarta iniciación, el cuerpo egoico antes de la quinta; todo el proceso de "trascender" lleva mucho tiempo y tiene que realizarlo con intensidad; primero, enfocándose en la naturaleza emotiva mediante la discriminación consciente y, finalmente, en la naturaleza egoica inspirada por la Tríada espiritual, que eventualmente sustituye al alma. 
Todo esto abarcará numerosas encarnaciones, porque el registro y la interpretación de las impresiones superiores es una ciencia fundamentalmente esotérica y requiere mucho estudio y práctica para perfeccionarlos. 
 A medida que se desarrollan gradualmente los dos procesos, la tercera etapa, automáticamente, llega a ser más efectiva. 
La impresión recibida e interpretada produce cambios fundamentales en la vida y en la conciencia del aspirante, sobre todo en su orientación. 
Así llega a ser un centro evocador e invocador de energía. 
Lo que ha recibido a través del canal de alineamiento, se convierte en un poderoso factor para invocar una nueva corriente de impresiones superiores, haciéndolo también evocador en el plano físico, de manera que el aura magnética que ha engendrado llega a ser cada vez más sensible a las impresiones espirituales afluyentes y, en forma cada vez más amplia, se hace también sensible a aquello que evoca de su medio ambiente físico y de la humanidad, trasformándose en una usina central que está en contacto con la Jerarquía y distribuyendo la energía recibida (en respuesta a la demanda evocadora y a las necesidades de la humanidad). 
Así se convierte en un "receptor de luz" de iluminación espiritual y en un distribuidor de luz en todos los ámbitos lúgubres del mundo y en los corazones humanos. 
Por lo tanto, es un centro invocador y evocador utilizado por la Jerarquía, en los tres mundos de la evolución humana.
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/

Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO XII (RELACION DEL CENTRO HUMANO CON EL CENTRO JERARQUICO)



CAPITULO XII 
RELACION DEL CENTRO HUMANO CON EL CENTRO JERARQUICO
La verdadera relación telepática constituye parte de la suprema Ciencia de Contacto y se vincula con la humanidad en forma peculiar y definida. 
Podrían emplearse distintos términos para poder impartir cierta comprensión de este sutil método de relación subjetiva y, entre otros, he empleado los siguientes: 
 1. La Ciencia de Contacto. 
 2. La Ciencia de Impresión. 
 3. La Ciencia de Invocación y Evocación. 
 4. La Ciencia de Relación. 
 5. La Ciencia de Sensibilidad. 
Estos términos abarcan los distintos aspectos de la reacción de la forma o formas al contacto, a la impresión, al impacto, al medio ambiente, al contenido mental de distintas mentes, a las energías ascendentes y descendentes, a la invocación de los agentes y a la evocación de su respuesta. 
Todo el sistema planetario es, en realidad, una vasta complejidad de vehículos entrelazados, interdependientes e interrelacionados que se comunican o responden a la comunicación. 
Cuando se estudia este sistema de comunicación e interrelación, desde el ángulo de las relaciones, los procesos de la evolución y la meta del espíritu del hombre (que en verdad es el Espíritu del Logos planetario), llegan a ser de suprema y vital importancia, pero al mismo tiempo difíciles de comprender. Tan extenso es el tema que no es conveniente considerar más que dos factores: 
1. La Ciencia de Impresión, en relación con la humanidad. 
2. Los Centros impresores, en lo que afectan a la comprensión de las relaciones. 
Los numerosos métodos de contacto entre las distintas formas, grupos y reinos subhumanos y superhumanos, son demasiado complicados para ser comprendidos en esta época por los estudiantes y lo que es más importante cualquier información sería de poca utilidad. 
Por lo tanto, nos limitaremos a las Ciencias de Impresión y de Invocación y Evocación, hasta donde afectan a la humanidad. Dichas ciencias desde el ángulo humano abarcan la recepción de la impresión y de las ideas y la manifestación de las consecuencias producidas por la sensibilidad, en esta época y en este ciclo particular. 
Vamos a considerar, por lo tanto, la relación que existe entre el centro humano y el jerárquico, y la acrecentada respuesta de la humanidad al "Centro donde la Voluntad de Dios es conocida". Como dije anteriormente, no tengo la intención de exponer aquí las reglas que rigen el intercambio telepático. 
Esto existe entre un hombre y otro y entre un grupo y otro, lo cual se está desarrollando normal y lentamente sin necesidad de acelerarlo, en la misma forma en que se han desarrollado los otros sentidos del hombre y sus órganos de percepción. 
Sin embargo, la humanidad está superando el desarrollo telepático debido a que los grupos y seres humanos, en conjunto, responden rápidamente a las impresiones y a la inculcación grupal de ideas. 
La respuesta inmediata de grupos y naciones a la ideología de la masa ha sido inesperada y difícil de manejar en forma inteligente y constructiva. 
No fue anticipado por Shamballa o la Jerarquía que la impresión general se desarrollaría con más rapidez que la sensibilidad individual. Pero ha ocurrido así. 
El individuo que está en un grupo y trabaja en él, es más sensible que aquél que lucha sólo y desea llegar a ser sensible a la impresión. Uno de los factores que militan en contra del desarrollo telepático personal, consiste en que la fuerte, potente y moderna ascendencia del espíritu en el hombre, contrarresta, con frecuencia, las reacciones de la personalidad, y la telepatía es algo personal que depende del contacto de una mente con otra. En cuanto el hombre trata de ser telepático, es arrastrado inmediatamente a un vórtice de energías abstractas, que más bien lo condicionan para recibir impresiones espirituales que lo capacitan para establecer telepáticamente relaciones personales. 
Ese sorprendente desarrollo permitió a los Maestros supervisores dedicarse a algunos de Sus planes y abandonar el entrenamiento individual sobre la sensibilidad telepática, impartido a los discípulos, aprovechando la oportunidad para entrenar y desarrollar grupos invocadores. 
En vez de trabajar empleando sustancia mental inferior con aspirantes seleccionados, cambiaron ese medio de hacer contacto por el contacto con el alma, e iniciaron una nueva Ciencia de Invocación y Evocación. 
La mente inferior se convirtió entonces en simple intérprete de impresiones con el énfasis puesto sobre la mente, propósito y voluntad grupales. 
Este sistema de invocadores entrenados hace que la mente se convierta en un factor positivo y activo, anulando toda tendencia a la negatividad. 
Tal decisión jerárquica condujo necesariamente a instituir los procesos de iniciación grupal, transfiriendo la zona de entrenamiento y la enseñanza y preparación para la iniciación a niveles más elevados. 
Se llevó a cabo el experimento de dar La Gran Invocación a la humanidad, lo cual está dando buenos resultados, aunque queda mucho por hacer. Se podría decir que los requisitos para ayudar al discípulo a enfrentar las exigencias del proceso iniciático son: "la habilidad de ser impresionado, la capacidad de registrar con exactitud dicha impresión, el poder para grabar lo que ha sido dado y luego darle forma en la Conciencia de la mente mediante las palabras". 
Basándose en la información recibida, el discípulo ha de invocar correctamente las energías necesarias y aprender, mediante la experiencia, a evocar respuesta. 
La afirmación que hice en otra página, sobre este tema, estaba destinada a llevarlos a esta enseñanza, y la repito aquí: 
"Toda la familia humana constituye hoy un maravilloso receptor de impresiones, debido a los innumerables tipos de mecanismo sensible... Por esta causa el reino humano (ese gran reino intermedio cuya función es mediar entre los reinos superiores e inferiores), es objeto de la impresión divina impartiendo el Propósito de Sanat Kumara... 
En estas instrucciones me ocupo de las posibilidades grupales, de los grupos que pueden ser entrenados para recibir, registrar y ser impresionados por la Jerarquía. 
Si quisieran, dichos grupos podrían ser capaces de invocar poderosamente a la Jerarquía. 
Llevo esto a la atención de los aspirantes y discípulos, pero desde un ángulo distinto del de mis escritos anteriores; pues la responsabilidad de la impresionabilidad, del registro telepático y de la demanda invocadora es muy grande". 
Para el aspirante y particularmente el discípulo consciente, la impresión a considerar procede de cuatro fuentes: 
1. Del alma del discípulo. 
2. Del Ashrama al cual pertenece. 
3. Del Maestro directamente. 
4. De la Tríada espiritual, vía el Antakarana. 
Las dos primeras etapas abarcan el período de las dos primeras iniciaciones; la tercera etapa precede a la tercera iniciación y persiste hasta que el discípulo se convierte en Maestro; el cuarto tipo de impresión informativa puede ser registrado después de la tercera iniciación y llegar al discípulo en el Ashrama; entonces tiene la tarea de impresionar su mente con lo que se le ha dicho y ha conocido en el Ashrama; finalmente, como Maestro de un Ashrama, emprende una de las principales tareas jerárquicas, la de dominar la Ciencia de Impresión. 
Por lo tanto esta etapa de impresión comprende dos aspectos: uno se refiere a la capacidad de recibir impresiones; el otro a la capacidad de ser agente impresor. 
No se le permite al discípulo practicar el arte de la impresión hasta que se encuentre entre quienes reciben impresión de la Tríada y, por lo tanto, de Shamballa, dentro de la zona protectora o aura del Ashrama al que pertenece. 
Debe recordarse que esta Ciencia de Impresión es, en realidad, la ciencia de la construcción, vitalización y dirección de las formas mentales; sólo a un discípulo que haya pasado por los procesos de la Transfiguración y no sea ya víctima de su propia personalidad, se le puede confiar un ciclo tan peligroso de poderes. 
Mientras exista el deseo de obtener el poder egoísta y controlar e influir materialmente las mentes de otros seres humanos o grupos, no se le puede confiar al discípulo, de acuerdo a las reglas jerárquicas, la creación deliberada de formas mentales, designadas para producir efectos específicos y su divulgación entre individuos y grupos. 
Sólo pueden hacerlo después de pasar las pruebas de la iniciación de la Transfiguración. 
La Ciencia de Impresión constituye la base para la práctica de la telepatía. Si se llevara a cabo una importante encuesta mundial, quienes son aptos para recibir impresiones podrían constituirse en dos grupos: 
1. Aquellos que son receptores inconscientes de la impresión telepática. En la actualidad constituyen una mayoría, que recibe las impresiones mediante el plexo solar; las formas mentales así generadas son enviadas por el agente impresor desde el centro laríngeo. 
2. Aquellos que han desarrollado o están desarrollando la receptividad consciente, donde la impresión es, ante todo, recibida por medio de la mente y luego impartida y registrada por el cerebro. 
El agente impresor en este caso trabaja mediante el centro ajna, el centro entre las cejas. 
El primer grupo de receptores está exclusivamente enfocado o conectado con la personalidad. En algunos casos son sólo físicamente conscientes de los procesos vitales y de algún contacto qué desconocen y no pueden mantener ni controlar de ninguna manera. 
En este grupo debemos incluir todos los fenómenos mediumnímicos, incluso los de naturaleza astral elevada o espiritual, y los mensajes recibidos del subconsciente del término medio de las personas que se hallan en el Sendero de Probación. Los mensajes que provienen de la propia alma del discípulo pueden ser, tanto impresiones mediumnímicas como definidamente mentales. 
Se hallará que este último tipo de comunicación contiene ciertos mensajes o impresiones que provienen del Ashrama y, que posiblemente el discípulo confunda con telepatía grupal, comunicación del alma y relación directa con el Maestro relación que no existe en esta etapa, lo cual no es de gran importancia, porque cuando el discípulo comience a darse cuenta de ciertas diferencias, surgirá un nuevo tipo de registro que guiará y despertará su conciencia, Esta etapa que comprende el segundo tipo de impresión en su forma más primitiva, puede ser muy extensa porque abarca un período de transición muy definido que va desde el plano astral al mental. La ecuación tiempo varía según el rayo y la edad del alma. 
Las personas de sexto rayo, por ejemplo, son muy lentas para efectuar esta transición, debido al espejismo predominante; las personas de primero y segundo rayos son relativamente rápidas. 
Las de tercer rayo también son lentas, porque se pierden en la maraña de sus propias manipulaciones ilusorias y sus pensamientos confusos, y apenas se dan cuenta dónde empieza la verdad y termina el engaño. 
La ilusión, problema esencial de los tipos mentales de todos los rayos, es mucho más momentánea que el engaño. 
Cuando el discípulo ha dominado, en alguna medida, la significativa diferencia que hay entre los mensajes de su propio subconsciente o el de otras personas, con las cuales puede estar en contacto, y los que provienen de su propia alma, entonces orienta y organiza su vida haciéndola más fructífera en lo que respecta al servicio y por lo tanto más útil a la Jerarquía. Aprende a distinguir entre los mensajes que provienen de su propia alma y los de la Jerarquía; su vida está mejor regida, y distingue nítidamente las comunicaciones enviadas desde el Ashrama, para impresionar las mentes de los aspirantes y discípulos de todos los grados y tipos de rayo. 
Cuando puede distinguir entre las diversas comunicaciones, es posible obtener el tercer tipo de comunicación mensajes directos que se deben al contacto personal con el Maestro de su Ashrama. 
A esta altura entrará en posesión de lo que se llama "la libertad que otorga el Ashrama" y de "las llaves del Reino de Dios", pudiéndosele confiar parte de la potencia rectora del Ashrama mismo. Entonces, sus pensamientos afectarán y llegarán a otros. La eficacia aumenta rápidamente cuando el discípulo se familiariza con el cuarto tipo de impresión, la cual procede de la Tríada espiritual y por lo tanto de la Mónada y Shamballa. En consecuencia (en esta última etapa de impresión) existen tres estados menores pero bien definidos; cada uno marca una expansión en el campo de servicio y se relaciona con las últimas tres iniciaciones, de las nueve posibles que enfrenta la humanidad en su desarrollo. 
La sexta iniciación, de la que sólo los Maestros pueden participar, marca una transición que comienza en las tres primeras etapas de sensibilidad, necesarias para el discípulo, como preludio para la quinta iniciación en realidad para la tercera, cuarta y quinta, teniendo que ver con las tres etapas de comunicación de la Tríada, cada una de las cuales está relacionada con la séptima, octava y novena iniciaciones. 
Nunca se quebranta el arquetipo geométrico, la progresión numérica o la Ley de Correspondencia o Analogía en la comprensión del propósito y planes del Logos planetario, establecidos antes de la creación de los mundos y que han encontrado su prototipo en los planos mentales cósmicos. 
Esto difícilmente lo comprenderán quienes tienen actualmente centrada su conciencia en la individualidad. 
Sin embargo, el hombre responde acrecentadamente a la expansión del medio ambiente, por ejemplo, cuando reconoce la diferencia que existe entre nacionalismo e internacionalismo. Esta respuesta, está condicionada lógicamente, por el libre albedrío humano, que se hace especialmente eficaz en el proceso regulador del tiempo. 
Puede aprender rápidamente o bien seguir el camino más lento, pero su conciencia reacciona siempre al medio ambiente de acuerdo a su percepción, hasta que etapa tras etapa se convierte en un factor integrador. 
Esta integración en el medio ambiente, la absorción de la atmósfera que lo rodea y su potencia en constante desarrollo, se relacionan con el hecho de que él ha sido creado para recibir impresiones y es poseedor de un mecanismo que responde a todas las facetas de la divina expresión en manifestación. 
Por esta razón el hombre verdaderamente iluminado y quienes han recibido las tres iniciaciones superiores son denominados "almas diamantinas"; constituyen la "joya en el loto" ese loto de doce pétalos que es símbolo y expresión de la potencia del Logos planetario. 
Como podrá verse, el tema de la revelación se va desarrollando a través de todo el proceso evolutivo y ha de recordarse que paso a paso, etapa tras etapa, expansión tras expansión, iniciación tras iniciación, el hombre va comprendiendo al divino TODO. 
El método es impresionado desde un medio ambiente hasta ahora desconocido; esto sólo es posible realizarlo de esta manera particular cuando "los Hijos de la Mente, que son los Hijos de Dios y cuya naturaleza está unificada con la Suya, empezaron a moverse en la Tierra". 
La Ciencia de Impresión es en realidad la técnica por medio de la cual la Jerarquía espiritual ha instruido a la humanidad, desde el momento en que ésta apareció en la Tierra. 
Todos los discípulos deben aprender esta técnica (no importa cuál de los Siete Senderos elijan), siendo también el arte sublime que cada Maestro practica, inspirado desde Shamballa; dicha técnica está complementada por la voluntad, y su consumación implica la completa asimilación de las "pequeñas voluntades de los hombres" al propósito divino; constituye la aceptación, por su parte, de la promoción de ese propósito por medio de la correcta impresión sobre todas las formas de vida, en alguna etapa de la evolución. 
Los discípulos se convierten entonces en agentes de la voluntad divina y se les confía la dirección de las energías, el Plan y los secretos de la inspiración, ocultos en la Mente de Dios. 
 A ese conocimiento –que germinó y se formó en el sistema solar anterior los discípulos agregan lo que el actual sistema solar debe producir y madurar, la atracción  magnética del segundo rayo de Amor-Sabiduría, en una de sus tres formas mayores o rayos de Aspecto, suplementada por los cuatro rayos de Atributo. 
Este poder de utilizar las energías de Rayos para atraer e imprimir constantemente la revelación progresiva, es la clave de todo el trabajo que actualmente se desarrolla, denominando a esta actividad Ciencia de Impresión. 
Involucra la continua apertura de un nuevo ambiente, que abarca desde el nivel inferior de a vida cotidiana del ser humano menos desarrollado, hasta el punto en que el aspirante llega a ser, en la escala de la evolución, conscientemente susceptible a lo que se llama impresión espiritual. 
En esta etapa es capaz de ser más sensible a una gama superior de impresión y, al mismo tiempo, comienza a aprender el arte de impresionar las mentes de otros, a comprender plenamente el nivel en el cual trabaja como agente impresor y a saber quiénes son los hijos de los hombres, a los cuales puede impresionar. 
Debe también dominar lo aprendido y adaptarse al medio ambiente, en tal forma, que pueda impresionar a otros y esta impresión abrirse camino a través de las circunstancias que lo rodean, penetrando en las mentes desprevenidas de quienes él se siente responsable. 
Esto lo realiza acrecentando el conocimiento de sí mismo y aprendiendo el arte de registrar. 
Cuanto más clara y honda es su capacidad para registrar la impresión a la que es sensible y está sujeto, tanto más fácilmente llegará hasta quienes deben ayudar a obtener una percepción más amplia y profunda. 
El registro de su propio medio ambiente en expansión con todas las implicaciones de una nueva visión, nuevos objetivos y un amplio campo de servicio hace que las energías afluyentes (que vienen en alas de la inspiración) se conviertan en una reserva de sustancia mental que deberá acostumbrarse a utilizar.
El primer paso consiste en grabar y en reducir a conceptos correctos y accesibles, las ideas y formas mentales de aquello que ha registrado. 
Esto señala la primera etapa del verdadero servicio ocultista y a este nuevo tipo de servicio se dedicará cada vez más. 
Desde la reserva existente de sustancia mental aprenderá a proyectar esas formas e ideas magnéticas que invocan la atención de aquellos a quienes trata de ayudar; a esta etapa se la denomina "invocación resultante". 
Es un acto invocador, una forma invocadora de vivir, que penetrará en las mentes de los hombres, evocando en ellos una respuesta y una conciencia de expansión; así se establecen los procesos de la impresión espiritual, constituyendo también una invocación por parte del discípulo para una mayor y mejor impresión e inspiración, a fin de acrecentar su capacidad de servir.
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/

Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO XI (LOS RESULTADOS DEL CONTACTO Y DE LA RECEPTIVIDAD)


CAPITULO XI 
LOS RESULTADOS DEL CONTACTO Y DE LA RECEPTIVIDAD 
No daré indicaciones sobre la forma en que un individuo puede llegar a ser telepático. Todos esos desenvolvimientos, dentro de la zona de contactos progresivos, sólo son útiles cuando se desarrollan normal y naturalmente y no como resultado de un desarrollo prematuro. 
En este caso existe siempre el peligro de interpretaciones equívocas y autocentradas. 
Las informaciones telepáticas pueden ser de un valor puramente egoísta o personal y ese tipo de telepatía no tiene cabida en lo que trato de impartir. La mayoría de las personas posee con frecuencia capacidad telepática o cierta tendencia a la telepatía. 
Se sintonizan con algo o alguien (frase que se considera más eufónica que las palabras sensibilidad telepática), aunque no saben lo que es. Consideran de gran importancia todo lo que registran y que generalmente está relacionado con el yo, lo cual no significa que su grado de desarrollo espiritual sea tan elevado como para justificar que sean custodios de misteriosos mensajes espirituales, y por lo general son de naturaleza trivial e insustancial, provenientes de muchas fuentes y sería conveniente mencionar algunas de ellas; lo que voy a decir quizás sea de valor para el ocultista. 
 1. Mensajes que emanan del subconsciente entrenado y refinado, del receptor. Surgen del subconsciente pero son considerados por el receptor como procedentes de una fuente externa. 
Las personas introspectivas penetran frecuentemente en los planos del recuerdo subconsciente, no dándose cuenta de ello. Se interesan excesivamente en sí mismas e ignoran que lo hacen; lo consideran lo que allí observan como inusitado, hermoso e importante y luego lo formulan en mensajes, esperando que sus amigos y el público en general los consideren espirituales. 
Dichos mensajes son, por lo general, inocuos y a veces bellos porque su contenido es una mezcla de lo que han leído y recogido de los escritos místicos y de La Biblia, o de lo que han oído de fuentes cristianas. En realidad es el contenido de su recto pensar sobre temas espirituales y no ocasionan daño ni tienen importancia. Sin embargo ellos constituyen el ochenta y cinco por ciento (85%) de los pseudo escritos llamados telepáticos e inspirados, tan prevalecientes en esta época. 
 2. Impresiones del alma, traducidas en conceptos y registradas por la personalidad; el receptor es impresionado profundamente por la alta vibración que la acompaña y olvida que la vibración del alma es la de un Maestro, puesto que el alma es un Maestro en su propio plano. 
Éstas son verdaderas impresiones del alma, pero por lo general no contienen en sí nada nuevo ni de gran importancia; son el resultado del desenvolvimiento del alma en épocas pasadas (en lo que se refiere a la personalidad) y todo lo bueno, verdadero y bello que la personalidad incipiente ha proporcionado al alma, más lo que ha penetrado en la conciencia de la personalidad como resultado del contacto con el alma. 
Esto constituye hoy el ocho por ciento (8 %) de los escritos y comunicaciones presentados al público por los aspirantes. 
 3. Enseñanzas dadas por un discípulo más avanzado en los planos internos a un discípulo en entrenamiento o que ha sido admitido recientemente en un Ashrama; llevan las impresiones y conclusiones del discípulo avanzado; son frecuentemente de valor, pudiendo contener, y a menudo contienen, información que el receptor ignora totalmente. El criterio en este caso es que nada (literalmente nada), ni espiritual ni mentalmente, concierne al receptor y en ninguna forma está relacionado con su personalidad ni tampoco contiene trivialidades de su trasfondo religioso. 
Esto constituye el cinco por ciento (5 %) de las enseñanzas dadas, en lo que respecta a todo el mundo y no se refiere a un determinado grupo ocultista, creencia religiosa o nación. 
Este reconocimiento es de vital importancia. 
 4. Comunicaciones de un Maestro a Su discípulo. 
Esto constituye el dos por ciento (2%) de la receptividad telepática manifestada por la humanidad en todo el mundo. 
El estudiante occidental debería recordar que el estudiante subjetivo oriental es mucho más propenso a la receptividad telepática que su hermano occidental, lo cual tiene que ver con las clasificaciones anteriores, siendo algo humillante para el místico occidental y el estudiante ocultista. Las Escrituras del mundo provienen de otro sector de la cualidad de enseñar que posee el segundo rayo. 
Aquí no incluyo El Antiguo Testamento, excepto los versículos, como el Salmo XXXIII y otros más de los Profetas, especialmente del Profeta Isaías. 
Las Escrituras del mundo fueron escritas por místicos que se ocuparon de la belleza, del bienestar y del estímulo, pero no fueron escritas para los esotéricos. 
Llamo la atención sobre esto. En esta parte de la enseñanza me ocuparé de la naturaleza y de los resultados del contacto, la receptividad. No doy reglas para el desarrollo individual, ni tampoco lo haría si pudiera. 
Actualmente, la humanidad está desarrollando receptores de todo tipo empezando por los de menor categoría, las masas, que por medio de los demagogos, la prensa, la radio, los libros y las conferencias, son condicionadas por innumerables mentes de acuerdo al tipo de rayo a que pertenece su receptividad. 
A medida que se desarrolla la verdadera inteligencia y el amor comienza a penetrar en el pensamiento humano, estos factores condicionantes serán cada vez menos atractivos. 
Significa que cuando el alma adquiera mayor importancia vital, las ideas elaboradas por el hombre (si tal frase es permitida) serán de menor importancia. 
En realidad, no existen ideas elaboradas por el hombre sino ideas captadas por los intelectuales y luego "aminoradas" por la constante reacción de la humanidad al espejismo y por la tendencia de llegar a conclusiones emocionales y astrales, y a interpretaciones egoístas. 
 Se ha de recordar que la actividad de estos "agentes impresores" es sentida en forma amplia y general en todo el planeta y también en el aura planetaria. 
Ningún reino de la naturaleza escapa a este impacto, y es así como se lleva a cabo el propósito del Señor del Mundo. 
Ser, Coherencia y Actividad se fusionan en un todo creado y creador; vida, cualidad y apariencia responden unidos a la intención impuesta por el Logos planetario; no obstante, permanecen independientemente creadores en lo que respecta a su reacción hacia esas impresiones con las cuales han hecho contacto, reacción que depende del tipo y de la cualidad del mecanismo que registra la impresión. 
Este mecanismo ha sido desarrollado por la vida dentro de la forma durante el período creador y hasta donde está implicado el elemento tiempo por la entidad moradora en cualquier reino de la naturaleza que se haya liberado, en un período breve o extenso, y cuya reacción haya sido rápida o lenta de acuerdo a la voluntad de la vida que controla. 
En el reino mineral esta reacción es muy lenta porque la inercia o tamas controla la vida espiritual en la forma mineral; en el reino vegetal es más rápida, y por el llamado invocador de las vidas de ese reino es invocado el mundo dévico, lo cual ayuda y acelera grandemente el desarrollo de la conciencia vegetal; esto significa su relativa inocencia y extraordinaria pureza. 
La principal impresión registrada por el segundo reino de la naturaleza emana de los mundos angélico y de la jerarquía dévica. Los ángeles y devas son para el reino vegetal lo que la Jerarquía espiritual es para la humanidad. 
Esto lógicamente es un misterio que no le concierne al lector, pero las reacciones e impresiones se producen en ambos reinos y de tal respuesta depende la evolución de la conciencia que mora en ellos. El reino animal tiene una relación peculiar con el cuarto reino de la naturaleza, y el desenvolvimiento de la conciencia animal prosigue paralelamente, aunque difiere de la del ser humano que comienza a responder al reino de las almas, el quinto reino. 
El karma y destino del cuarto reino constituye el agente impresor del tercero; sin embargo, el problema se complica, porque el reino animal precede al humano y, por lo tanto, ha generado una cantidad de karma –bueno o malo– antes de la aparición del género humano. 
El "proceso de impresión" desarrollado por la humanidad es modificado y negado frecuentemente, debido a dos factores: 
1. La ignorancia y el egoísmo humanos, más la incapacidad de trabajar consciente e inteligentemente con las mentes embrionarias de las formas animales; esto es verdad, excepto en aquellos casos, muy pocos, que involucran a los animales domésticos. 
Cuando la humanidad esté más avanzada, su impresión inteligente en la conciencia del reino animal traerá resultados planetarios. En la actualidad no sucede así. 
Sólo se producirá cuando el reino animal (como resultado de la comprensión humana) llegue a ser invocador. 
2. El karma generado por el reino animal está desapareciendo en estos días debido a su relación con la humanidad. 
La entidad kármica manteniendo una especie de gobierno en el tercer reino constituye parte del Morador en el Umbral planetario. 
Se observará, por lo tanto, la asombrosa secuencia de la impresión planetaria que emana de las fuentes más elevadas, aunque atenuadas y reguladas de acuerdo a los factores receptores; concierne en grado mayor o menor (según la cualidad del mecanismo receptor) a la voluntad y al propósito de Sanat Kumara, durante milenios, obteniendo potencia grupal y sensibilidad de respuesta. 
El factor principal que impide la ininterrumpida secuencia de la impresión desde Shamballa hasta el reino mineral, a través de los demás reinos, constituye el libre albedrío, trayendo como resultado karma bueno o malo. 
Resulta interesante observar que tanto el karma bueno como el malo, no sólo produce condiciones que deben ser superadas sino también otras que desde nuestro limitado punto de vista demorarían lo que podríamos considerar la liberación del planeta. 
Para generar buen karma se requiere "vivir plenamente" en esas condiciones donde todo (tanto para el hombre responsable como para cualquier otra forma dentro de sus limitaciones) es bueno, agradable, benéfico y útil. 
El mal karma generado en cualquier reino, en relación con "el lugar donde se halla el Morador Planetario en el Umbral" está ubicado entre el Portal cósmico de la Iniciación y nuestros Logos planetario. 
El Morador representa todos los errores cometidos por las reacciones equívocas, contactos no reconocidos, decisiones premeditadas contrarias al bien establecido y movimientos y actitudes masivas que temporariamente no progresan en tiempo y espacio. Comprendo que no entiendan el significado de los hechos cuando atañen a los reinos subhumanos de la naturaleza, pero no alteran la ley o los movimientos que de ninguna manera están relacionados con la evolución humana. Respecto al Logos planetario, quisiera agregar que en esa gran lucha planetaria y Su consiguiente iniciación, estamos todos implicados desde el átomo de la sustancia hasta incluir todas las vidas que forman la Cámara de Concilio del Señor del Mundo. Este titánico esfuerzo es realizado por la totalidad de procesos y entidades vitales que componen la manifestación de Sanat Kumara, responsable de los procesos creadores evolutivos, siendo también responsable de lo que denominamos tiempo, concepto que implica acontecimientos, oportunidades, el pasado, el presente y el futuro, lo bueno y lo malo. 
La impresión dinámica que emana de Shamballa abarca grandes ciclos y oleadas cíclicas, los cuales son impulsados desde fuentes extraplanetarias, de acuerdo a la demanda o invocación del Señor del Mundo y Sus asociados, emanando como respuesta a la "voluntad reconocida" de Sanat Kumara en la Cámara de Concilio. 
Esta última expresión, altamente espiritual, surge externamente a través de los siete rayos, considerados como siete corrientes de energía espiritual, cualificados y matizados por la impresión de Shamballa, proceso que se repite cuando, eficaz y exitosamente, es implantada la invocación jerárquica. 
También se repite entre la Jerarquía y la Humanidad, en respuesta a la invocación humana, que está siendo cada vez más inteligente, poderosa y evocadora. 
Sin embargo, el problema del reino humano es muy grande. 
La humanidad recibe muchos impactos, impresiones, corrientes telepáticas y mentales e impresiones vibratorias cualificadas, provenientes de los siete reinos de la naturaleza, que han tardado eones para desarrollar la sensibilidad discriminadora adecuada y establecer con certeza el punto en la evolución del cual ha de surgir la invocación consciente, y donde ha de ser registrada la impresión evocada. 
La invocación inconsciente se lleva a cabo continuamente; cuando se efectúa conscientemente adquiere enorme poder. Toda la familia humana constituye hoy un maravilloso receptor de impresiones, debido a los innumerables tipos de mecanismos sensibles. Estos instrumentos impresionables son capaces de registrar impresiones tamásicas que provienen de los reinos subhumanos, especialmente del tercero y del primero; registran impresiones rajásicas provenientes de fuentes mentales de toda índole; también –en menor grado– responden a impresiones sátvicas o rítmicas. 
Sin embargo, aunque proceden de fuentes superiores, su respuesta a estas elevadas impresiones y su registro de la verdad, de la luz y de la cualidad, aumentan constantemente. Por esta causa, el reino humano (ese gran reino intermedio, cuya función es mediar entre los reinos superiores e inferiores) es objeto de la impresión divina, impartiendo el Propósito de Sanat Kumara. 
Esto ya lo saben, pues he dado mucha enseñanza en Tratado sobre los Siete Rayos y también en Tratado sobre Fuego Cósmico. En estas instrucciones me ocupo de las posibilidades grupales, de los grupos que pueden ser entrenados para recibir, registrar y ser impresionados por la Jerarquía. Dichos grupos podrían, si quisieran, ser capaces de invocar a la Jerarquía poderosamente. Llevo esto a la atención de los aspirantes y discípulos desde un ángulo distinto al de mis escritos anteriores, pues la responsabilidad por la impresionabilidad, el registro telepático y la demanda invocadora, es muy grande; por eso he escrito esto.
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...