sábado, 13 de agosto de 2016

Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO II EL FUNDAMENTO DE LA NO SEPARATIVIDAD



CAPITULO II 
EL FUNDAMENTO DE LA NO SEPARATIVIDAD 
El empleo de la imaginación creadora podría ser de valor aquí. Quizá no nos proporcione una verdadera imagen de los puntos a tratar, pero nos hará ver una gran realidad. 
La realidad a que me refiero es que no existe una posible separatividad en nuestra vida planetaria manifestada, ni en ninguna otra parte, ni siquiera más allá de nuestro "círculo no se pasa" planetario. 
El concepto de separatividad y de aislamiento individual es una ilusión de la mente humana, que aún no está iluminada. 
Todo lo que existe (cada forma, todo organismo existente en cada forma, todos los aspectos de la vida manifestada en cada reino de la naturaleza) está íntimamente relacionado entre sí a través del cuerpo etérico planetario (del cual todos los cuerpos etéricos son partes integrantes) que subyace en todo lo existente. 
Por poco que pueda significar e inútil que pueda parecer, la mesa en que se escribe, la flor que se tiene en la mano, el caballo que uno monta, el hombre con quien se conversa, comparten la vasta vida circulatoria del planeta a medida que fluye en todo aspecto de la naturaleza forma a través y fuera de él. Las únicas diferencias existentes residen en la conciencia, particularmente en la conciencia del hombre y en la de la Logia Negra. 
Existe sólo UNA VIDA que fluye por todas las formas, las cuales constituyen, en conjunto, nuestro planeta tal como lo conocemos. 
Todas las formas están relacionadas, interrelacionadas y son interdependientes; el cuerpo etérico planetario las mantiene unidas de manera que aparecen, ante los ojos del hombre, como un Todo coherente, cohesivo y expresivo o, ante la percepción de la Jerarquía, como una gran conciencia en desarrollo. 
Las líneas de luz pasan de una forma a otra. 
Unas son brillantes, otras débiles, algunas se mueven o circulan con rapidez, otras están aletargadas o son lentas en su interacción, unas circulan con facilidad en algún reino particular de la naturaleza y otras en otro; algunas vienen desde distintas direcciones, pero todas están en continuo movimiento, es decir, en constante circulación. 
Todas pasan, penetran y atraviesan cada forma y no hay un solo átomo en el cuerpo que no sea receptor de esta energía viviente y móvil; no existe ni una sola forma que no "mantenga su forma y vivencia" debido a este determinado flujo y reflujo; en consecuencia, no hay ninguna parte del cuerpo de manifestación (parte integrante del vehículo planetario del Señor del Mundo) que no esté en complejo y a la vez en completo contacto con Su divina intención, mediante Sus tres centros mayores: Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. 
No es necesario que Él esté en contacto consciente con la multiplicidad de formas que componen Su gran vehículo. 
Sin embargo, esto es posible, si así Lo desea; pero no Le sería de valor, como tampoco lo es para el aspirante, ponerse en contacto consciente con algún átomo de determinado órgano del cuerpo físico. Sin embargo, trabaja por medio de Sus tres centros mayores: Shamballa, el centro coronario, la Jerarquía, el centro cardíaco planetario, y la Humanidad, el centro laríngeo planetario. 
Las energías actúan automáticamente en otras partes controladas desde tres centros. 
El objetivo de las energías circulatorias tal como nos parece cuando tratamos de penetrar en el propósito divino consiste en vivificar todas las partes de Su cuerpo, a fin de promover el desenvolvimiento de la conciencia.
Esto es fundamentalmente verdad desde el ángulo de Shamballa "donde la voluntad de Dios es conocida", pero es parcialmente verdad con respecto a los Miembros de la Jerarquía que perciben el Propósito, formulan el Plan y luego lo presentan en forma comprensible a los iniciados menores, discípulos y aspirantes. 
Ambos grupos trabajan totalmente con el aspecto conciencia, que motiva y dirige (según sea necesario) las energías móviles y circulantes. 
Esto no es verdad respecto a la mayor parte de la Humanidad, pues sólo es consciente dentro de su "círculo no se pasa", estando por lo tanto fundamentalmente separada debido a que pone el énfasis sobre la forma como existe en los tres mundos los niveles físico densos del plano físico cósmico. 
En el más inferior de estos niveles la forma física externa reacciona y responde a las energías circulatorias mediante la energía etérica que procede de los cuatro niveles inferiores del plano etérico. Gradualmente la conciencia, dentro de estas formas, reacciona a la naturaleza del vehículo externo, cuando es impulsada desde los niveles etéricos, dando lugar a un desarrollo de profundo significado. 
Este desarrollo hablando en general cabe dentro de tres categorías: 
1. La forma externa cambia por el impacto de las energías etéricas que entran, pasan a través de ella y desaparecen (incesantemente unas tras otras). 
La energía existente aparece y desaparece instantáneamente. 
2. Esta incesante acción de energía varía en tiempo y espacio, se mueve muy lentamente, rápida o rítmicamente, de acuerdo al tipo o a la naturaleza de la forma, a través de la cual pasa en determinado momento. 
3. La energía del plano etérico cambia considerablemente a medida que trascurren los eones, según la dirección o fuente de donde procede. 
La energía rectora cambia en forma significativa a medida que progresa la evolución. 
Los estudiantes, por lo general hablan del cuerpo etérico como si fuera una entidad integral, constituida únicamente de sustancia etérica, olvidando que este cuerpo es el medio empleado para transferir muchos tipos de energía y también olvidan los siguientes hechos: 
1. Que el cuerpo etérico está compuesto de cuatro tipos de sustancia, cada uno de los cuales tiene una definida especialidad, hallándose en uno u otro de los niveles etéricos. 
2. Que estas sustancias, actuando en forma activa en un determinado cuerpo etérico, crean una red de canales y producen tubos delgados (si puedo emplear palabra tan inapropiada) los cuales toman la forma general de la materia densa o forma tangible con la que están asociados. 
Estas formas subyacen en todas las partes del cuerpo físico y pueden verse como se extienden fuera de la forma. 
Dicho cuerpo etérico no es en realidad un ovoide (como enseñan los libros teosóficos), sino que generalmente toma la forma o contorno del vehículo físico con el que está asociado. 
Sin embargo, cuando el centro coronario está despierto y activo, entonces es más frecuente su apariencia ovoide. 
3. Estos canales o tubos de acuerdo al tipo de energía que conducen pasan a ciertas zonas del cuerpo, por medio de tres estaciones principales:
3. El reino animal está sustentado desde el plano 3. 
4. El reino humano está sustentado desde el plano 4. 
Ése fue el estado original pero, a medida que prosiguió la evolución y se estableció una emanación interactiva entre todos los reinos, cambió automáticamente. 
Este "cambio esotérico emanante", fue el que produjo al hombre animal, hace milenios. 
Cito esto como ejemplo y clave de un gran misterio. 
b. En forma curiosa en el reino humano (y sólo en éste) el cuerpo etérico está compuesto ahora de los cuatro tipos de sustancia etérica. 
La razón estriba en que (cuando la humanidad esté espiritualmente desarrollada) cada uno de estos cuatro planos o tipos de sustancia etérica responderán a los cuatro niveles del plano físico cósmico los niveles etéricos denominados logoico, monádico, átmico y búdico. 
Esto acontecería como resultado del desenvolvimiento de la conciencia y de la iniciación. 
9. También debe recordarse que la sustancia de la que se componen estos canales etéricos o tubos de canalización, está compuesta de prana planetario, energía dadora de vida y de salud del planeta. A través de estos tubos pueden fluir todas o cualquiera de las energías –emocional, mental, egoica, manásica, búdica o átmica, según el grado de evolución a que haya llegado el hombre. 
Esto significa que diversas energías fluyen a través de estos tubos, a no ser que el grado de evolución sea extremadamente superior o de que exista una brecha; estas distintas energías están fusionadas y combinadas, pero encuentran sus propios puntos de enfoque en el cuerpo etérico cuando entran directamente en el cuerpo físico denso. 
Lo que puede decirse del alma o de la Deidad, también puede decirse del cuerpo o entidad etérica energética o vital: "Habiendo compenetrado el entero universo con un fragmento de Mí mismo, Yo permanezco". La palabra "prana" es casi tan mal interpretada como lo son los términos "etérico" y "astral". Esta vaga designación es responsable de la gran ignorancia que prevalece en los círculos esotéricos. 
Prana puede definirse como la esencia de vida de cada plano en la zona séptuple a la que denominamos plano físico cósmico. 
Es la VIDA del Logos planetario, reducida dentro de los límites, animando, vivificando y correlacionando a los siete planos (en realidad los siete subplanos del plano físico cósmico) y a todo lo que se encuentra dentro de ellos y sobre los mismos. 
El sustratma cósmico o hilo de vida del Logos planetario se manifiesta en el más elevado de nuestros planos (el logoico) y, mediante la instrumentalidad de las Vidas que dan forma, que se hallan en Shamballa (debo recordarles que no es el nombre de una localidad), entran en contacto o están relacionadas con la materia de la cual están formados los mundos manifestados amorfos, como los planos etérico cósmicos (nuestros cuatro planos superiores), o tangibles y objetivos, como los tres planos inferiores. 
El hecho de que se llame tangible sólo a lo que se puede ver, palpar y tocar mediante los cinco sentidos, es completamente erróneo. Todo lo que existe en el plano físico, en el astral y en los niveles de la mente inferior, se considera como perteneciendo al mundo de la forma. 
Este plano mental inferior, al que me referí anteriormente, incluye el nivel en que se encuentra el cuerpo causal, el plano en que "flota el loto del amor", como lo expresa El  Antiguo Comentario. Todo lo que se halla por encima de esto, en los niveles mentales, y asciende hasta al más elevado de los planos físico cósmicos, es amorfo. Estas diferencias deben tenerse en cuenta. En el cuerpo humano existe un maravilloso símbolo que establece la diferencia entre los niveles etéricos superiores y los llamados físicos. 
El diafragma separa la parte del cuerpo que contiene el corazón, la garganta, la cabeza y los pulmones, del resto de los órganos del cuerpo, los cuales son de gran importancia desde el ángulo de la VIDA. Aquello que la cabeza decide, el corazón impulsa, el aliento sostiene y se expresa por medio del aparato laríngeo, determina lo que el hombre ES. Abajo del diafragma se encuentran los órganos cuyo uso es mucho más objetivo, aunque de gran importancia; para que cada uno de estos órganos inferiores tenga vida y propósitos propios, su existencia y funcionamiento deben estar impulsados, decididos y condicionados por la vida y el ritmo que emanan desde la parte superior del vehículo. Esto no lo comprende fácilmente el hombre común, pero cualquier grave limitación o enfermedad física que exista arriba del diafragma, tiene un grave efecto compulsivo sobre todo lo que se produce abajo del mismo. 
No sucede lo mismo a la inversa. Esto simboliza la potencia y esencialidad del cuerpo etérico, tanto micro como macrocósmico, y la expresión macrocósmica de la cuádruple Vida, condiciona todas las formas vivientes. 
Cada uno de los cuatro éteres, como se los denomina a veces, está destinado, en lo que concierne al hombre, a ser canal o expresión de los cuatro éteres cósmicos. En la actualidad esto no es así, y lo será realmente cuando esté construido el antakarana y actúe, por lo tanto, como canal directo para los éteres cósmicos, a los que hemos denominado vida universal, intensidad monádica, propósito divino y razón pura. Reflexionen sobre estos tipos de energía e imaginen en forma creadora el efecto que producen cuando, en el transcurso del tiempo y del desarrollo espiritual, pueden fluir sin restricciones en el cuerpo etérico de un ser humano y a través de éste. 
Hoy, el cuerpo etérico responde a energías que provienen de: 
1. El mundo físico. No son principios sino energías alimentadoras y controladoras de los apetitos animales. 
2. El mundo astral. Determinan los deseos, emociones y aspiraciones que el hombre expresará y buscará en el plano físico. 
3. El plano mental inferior o mente inferior, desarrollando la propia voluntad, el egoísmo, la separatividad y la dirección o tendencia de la vida en el plano físico. 
Este instinto directivo que, cuando se dirige a cosas superiores, abre oportunamente la puerta a las energías superiores. 
4. El alma, el principio del individualismo, el reflejo en el microcosmos de la intención divina, hablando simbólicamente, es, para la expresión monádica, aquello que "está en el punto medio", el instrumento de la verdadera sensibilidad, de la capacidad de respuesta, de la contraparte espiritual del plexo solar, que se encuentra en el punto medio entre lo que se halla arriba del diafragma y lo que está abajo de éste.
Cuando el antakarana ha sido creado y los tres superiores se hallan directamente relacionados con los tres inferiores, entonces el alma ya no es necesaria. 
Luego, reflejando este acontecimiento, los cuatro niveles etéricos se convierten simplemente en trasmisores de la energía que emana desde los cuatro niveles etérico cósmicos. 
El canal entonces es directo, completo e ininterrumpido; la trama etérica de luz resplandece, y todos los centros en el cuerpo se despiertan y actúan al unísono y rítmicamente. Entonces el centro coronario la vinculación con la Mónada y la Personalidad directamente relacionada el loto de mil pétalos, el brahamarandra, estará directamente relacionado con el centro en la base de la columna vertebral. Así se establece el dualismo en lugar de la triple naturaleza de la manifestación divina:
1. Mónada....................................................... Personalidad Con la triple alma que ya no es necesaria. 
2. Centro coronario.................................... Centro en la base de la columna vertebral. 
Con los cinco centros intermediarios que ya no son necesarios. El Antiguo Comentario referente a esto dice: "Los tres que eran considerados como todo lo que era, actuando como Uno y controlando los siete, ya no existen. 
Los siete que respondieron a los tres, respondiendo al Uno, ya no oyen la triple llamada que determinó todo lo que fue. 
Sólo quedan los dos, para demostrar al mundo la belleza del Dios viviente, la maravilla de la Voluntad al Bien, el Amor que anima al Todo. Los dos son Uno, y así el trabajo queda terminado. 
Y entonces los "Ángeles cantan". 
Notas: * Tratado sobre los Siete Rayos. T, IV, Curación esotérica, págs. 62-63
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Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO I LA NATURALEZA DEL CUERPO ETERICO



SEGUNDA PARTE 

CAPITULO I 
LA NATURALEZA DEL CUERPO ETERICO 
Gran parte de lo que expondré aquí posiblemente sea conocido, porque hay en mis libros una vasta información respecto al cuerpo etérico. Sin embargo, sería de valor que los estudiantes pudieran recibir, en pocas páginas, una idea general y los conceptos fundamentales que subyacen en esta enseñanza o ¿debería decir en esta realidad? Si disponen de tiempo sería conveniente que relean lo que ya he dicho, y hojeen mis libros y artículos en busca de la palabra "etérico". No se arrepentirán. La vida, el futuro entrenamiento, las conclusiones a que arribará la ciencia y un nuevo sistema de civilización, se enfocarán cada vez más en esta excepcional sustancia que es la verdadera forma que conforma todos los cuerpos físicos en cada reino de la naturaleza. Observen esta fraseología. Actualmente el ocultismo es negativo respecto a la realidad y a la naturaleza del cuerpo etérico. 
La gente está dispuesta a aceptar su existencia, pero lo que predomina en su conciencia es la realidad del cuerpo físico (para cuyo bienestar, seguridad y cuidado dedican toda su vida) y la realidad de la naturaleza astral o emocional. 
Ni las personas ni los estudiantes esotéricos ponen atención sobre el cuerpo etérico, existiendo hoy una gran brecha en la conciencia (siendo actualmente normal y correcta) entre la personalidad y la Tríada espiritual, la cual será eliminada mediante la construcción del antakarana, que sólo podrá ser construido por los estudiantes más avanzados. 
Aún no se ha planeado construir este puente en la conciencia, entre el cuerpo físico y su contraparte etérica. 
El cuerpo etérico existe en materia etérica sutil, y en realidad no existe tal brecha, sino que la humanidad ignora un aspecto del cuerpo físico de mucha más importancia que el vehículo físico denso. Actualmente la conciencia humana es de carácter físico astral, ignorándose el factor que condiciona las energías, pues desde el ángulo de la conciencia no existe. 
Una de las principales obligaciones de los estudiantes esotéricos consiste en verificar la existencia del cuerpo etérico; la ciencia moderna lo está comprobando, porque sus investigaciones la han llevado al campo de la energía. 
La electroterapia, el progresivo reconocimiento de que el hombre es de naturaleza eléctrica y la comprensión de que, incluso el átomo de los objetos aparentemente inanimados, es una entidad viviente y vibrante, comprueban este punto de vista esotérico. Generalizando, la ciencia ha precedido al esoterismo en el reconocimiento de la energía como factor dominante en toda expresión de la forma. 
Los teósofos y otros esoteristas se enorgullecen de ser los pensadores más avanzados, pero no es verdad. H. P. B., iniciado de alto grado, presentó puntos de vista científicos muy avanzados, pero ello no significa que pertenezcan a los exponentes de la enseñanza teosófica. 
El conocimiento de que todas las formas manifestadas son formas de energía de las cuales la forma humana no es una excepción, la humanidad se lo debe a la ciencia y no al ocultismo. La demostración de que la luz y la materia son términos sinónimos es también una conclusión científica. 
Los esotéricos siempre lo han sabido, pero sus presentaciones agresivas y tontas de la verdad han obstaculizado enormemente a la Jerarquía. Con frecuencia, los Maestros han deplorado la técnica de los teósofos y de otros  grupos ocultistas. 
Cuando la nueva presentación y la enseñanza esotérica aparecieron por medio de la actividad inspirada de H. P. B., un grupo de teósofos (que ha ido acrecentándose en el transcurso de los años) presentó las enseñanzas esotéricas en tal forma, que fue tergiversada la verdadera enseñanza y ultrajada la percepción intelectual de los investigadores y personas inteligentes. 
La enseñanza sobre el cuerpo etérico es un ejemplo de ello. 
H. P. B. fue en gran parte responsable cuando, al utilizar la palabra "astral" dio amplia información sobre el cuerpo etérico y sobre el astral. Esto se debió a la comprensión de que el cuerpo astral estaba destinado a desaparecer en unas cuantas generaciones (hablando en forma relativa); particularmente para H. P. B. ya no existía, debido al elevado grado de evolución que había alcanzado este discípulo. 
Sabiendo que el cuerpo etérico ha sido siempre una expresión de la energía dominante que controla a la humanidad en cualquier ciclo, H. P. B. empleó el término "cuerpo astral" como sinónimo de cuerpo etérico. 
El cuerpo etérico, en la mayoría de los casos, es el vehículo o instrumento de la energía astral. La mayoría de los hombres son todavía de naturaleza atlante o astral, lo cual significa que existe un porcentaje mucho mayor de lo que admite el ocultista común. H. P. B. no obstante fue sincera, y sabía que en esa época y durante los siglos venideros (probablemente unos 300 años), el cuerpo astral seguirá rigiendo las múltiples reacciones humanas y su expresión en la vida diaria. 
De allí la aparente confusión de los escritos respecto a ambos "cuerpos". La siguiente afirmación es muy fundamental, y rige y controla todo el pensamiento respecto al cuerpo etérico: 
El cuerpo etérico está compuesto principalmente de energía o energías predominantes, a las cuales el hombre, el grupo, la nación o el mundo, reaccionan durante un ciclo determinado o período mundial. Si se quiere comprender esto con claridad, es esencial que deje sentadas ciertas proposiciones referentes al cuerpo etérico, que han de regir el modo de pensar del estudiante; si no rigen, el estudiante se acercará a la verdad desde un ángulo erróneo, y esto no lo hace la ciencia moderna. La limitación de la ciencia moderna estriba en su falta de visión, pero sus posibilidades residen en que reconoce la verdad cuando la comprueba. 
Es esencial que la verdad resplandezca en todas las circunstancias, de lo cual la ciencia da un verdadero ejemplo, aunque ignora y desprecia al ocultismo. 
Los científicos esotéricos se obstaculizan a sí mismos debido a su forma de presentar la verdad y a su falsa humildad. 
Ambas son malas. 
Existen seis proposiciones que rigen cualquier consideración sobre el cuerpo etérico, y quisiera presentarlas a los estudiantes como primer paso: 
1. No existe nada en el universo manifestado solar, planetario y en los distintos reinos de la naturaleza que no posea una forma sutil e intangible, aunque sustancial, de energía que controle, rija y condicione al cuerpo físico externo. Este es el cuerpo etérico. 
2. Esta forma de energía que subyace en el sistema solar, en los planetas y en todas las formas existentes dentro de su "círculo no se pasa" específico está condicionada y regida por la energía solar o planetaria predominante, que incesante e ininterrumpidamente la crea, cambia y cualifica. 
El cuerpo etérico está sujeto a incesantes cambios. 
Esto es verdad respecto al Macrocosmos, e igualmente verdad respecto al hombre, el microcosmos, y por intermedio de la humanidad eventual y misteriosamente probará la verdad, en lo que atañe a todos los reinos subhumanos de la naturaleza. Los reinos animal y vegetal lo evidencian. 
3. El vehículo etérico está compuesto de líneas de fuerza entrelazadas y circulantes, emanando de uno u otro o, de uno o varios de los siete planos o zonas de conciencia de nuestra Vida planetaria. 
4. Dichas líneas de energía y este sistema estrechamente entretejido de corrientes de fuerza, se relacionan con siete centros focales que se encuentran dentro del cuerpo etérico, estando cada uno relacionado con cierto tipo de energía entrante. 
Cuando la energía que llega al cuerpo etérico no está relacionada con un determinado centro, éste permanece inactivo y dormido, pero cuando lo está y es sensible a su impacto, entonces ese centro llega a ser vibrante y receptivo y se desarrolla como un factor que controla la vida del hombre en el plano físico. 
5. El cuerpo físico denso, compuesto de átomos, cada uno con su vida, luz y actividad individuales, se mantiene unido por las energías que componen el cuerpo etérico y es la expresión de ellas, siendo de dos tipos: 
a. Las energías que forman (mediante "líneas de potente energía entrelazadas") el vehículo etérico, considerado como una totalidad y en relación con todas las formas físicas. 
Esta forma está cualificada por la vida general y la vitalidad del plano en el cual actúa el Morador del cuerpo, siendo allí donde normalmente se halla enfocada su conciencia. 
b. Las energías particularizadas o especializadas, a las cuales el individuo (en este punto específico de su evolución, mediante las circunstancias de su vida diaria y su atavismo) elige para regir sus actividades cotidianas. 
6. El cuerpo etérico tiene muchos centros de fuerza, que responden a las múltiples energías de nuestra vida planetaria; consideraré sólo los siete mayores que responden a las energías afluyentes de los siete rayos. 
Los centros menores están condicionados por los siete mayores, algo que los estudiantes olvidan con frecuencia. 
Aquí es de utilidad el conocimiento de los rayos egoico y de la personalidad. 
Es evidente, por lo tanto, cuán importante resulta el tema de la energía, pues controla y hace al hombre ser lo que es en todo momento, indicándole, análogamente, el plano en el que debe actuar y el método por el cual ha de gobernar su medio ambiente, circunstancias y relaciones. 
La captación de esto le permitirá comprender que tiene que transferir su atención de los planos físico o astral a los niveles etéricos de percepción; entonces su objetivo consistirá en determinar qué energía o energías, si es un discípulo avanzado deberá controlar su expresión en la vida diaria. 
Entonces sabrá que a medida que eleva su actitud, realización y comparación a niveles superiores, su cuerpo etérico cambiará y responderá constantemente a las nuevas energías, que atraerá voluntariamente; este es el verdadero significado de la palabra "voluntariamente".
No resulta fácil para el clarividente común distinguir el cuerpo etérico de su medio ambiente o aislar su tipo particular de energía o vivencia, porque su autómata, el cuerpo físico compuesto de átomos energéticos vibrantes está en constante movimiento, lo cual produce como consecuencia la necesaria irradiación, siendo el magnetismo animal un ejemplo de dicha irradiación. 
Esta emanación del cuerpo físico denso se mezcla normal y naturalmente con las energías del cuerpo etérico, y es por ello que sólo el vidente entrenado puede diferenciar entre ambas, especialmente dentro del cuerpo físico mismo. 
Desde cierto punto de vista el cuerpo etérico debe ser considerado de dos maneras: primero, como que interpenetra, sostiene y ocupa todo el organismo físico y, segundo, como que se extiende más allá de la forma física, a la cual circunda y rodea como un aura. 
De acuerdo con el grado de evolución así será la extensión de la zona que abarca el cuerpo etérico más allá de la parte externa del cuerpo físico. Puede extenderse a pocas o muchas pulgadas. El cuerpo vital o etérico puede ser estudiado con cierta facilidad sólo en esta zona, una vez que la actividad emanante de los átomos físicos es contrarrestada o considerada. 
La red del cuerpo etérico compenetra todas las partes del cuerpo físico. En la actualidad se halla principalmente asociada al sistema nervioso, nutrido, energetizado y controlado por su contraparte etérica, la cual existe en millones de pequeñas corrientes o líneas de energía, que el ocultista oriental denomina "nadis". 
Los nadis son los conductores de la cualidad de la energía, siendo en realidad la energía misma, y llevan la cualidad de la energía proveniente de alguna zona de conciencia donde el "morador del cuerpo" podría estar enfocado, quizás en el plano astral o en los planos de la Tríada espiritual, siendo la única manera que las energías pueden controlar el cuerpo físico desde cualquier plano, no importa cuán elevado sea. 
Según el enfoque de la conciencia, el estado psíquico de percepción, la potencia de la aspiración o deseo y el grado de evolución o estado espiritual, así será el tipo de energía trasportado por los nadis, los cuales la pasan al sistema nervioso externo. 
Esta proposición general debe ser aceptada, pues el tema es aún demasiado complicado y el mecanismo de observación del estudiante está muy poco desarrollado como para que yo pueda entrar en mayores detalles. 
Esto bastará como hipótesis inicial del trabajo. 
La cantidad y el tipo de energía que controla cualquier aspecto del sistema nervioso están condicionados por el centro situado en su zona inmediata. En último análisis un centro es un agente distribuidor. Aunque esa energía afectará a todo el cuerpo, el centro que más responda a la cualidad y al tipo afectará poderosamente a los nadis y, por consiguiente, a los nervios, en su medio ambiente inmediato. 
Debe recordarse que los siete centros no se hallan dentro del cuerpo físico denso; existen únicamente en materia etérica y en la denominada aura etérica, hallándose fuera del cuerpo físico, y estrechamente relacionados con el cuerpo físico denso por medio de la red de nadis. 
Cinco de los centros están ubicados en la contraparte etérica de la columna vertebral, y la energía pasa (desde los grandes nadis que responden) a través de las vértebras y de la columna vertebral, circulando luego por todo el cuerpo etérico, pues está internamente activo en el vehículo físico. 
Los tres centros de la cabeza están ubicados, uno sobre la parte superior de la cabeza, otro delante de los ojos y la frente y el tercero en la parte posterior de la cabeza, justamente donde termina la columna vertebral. 
Forman ocho  centros, que en realidad son siete, pues al centro en la parte posterior de la cabeza no se lo tiene en cuenta en el proceso iniciático, como tampoco al centro esplénico. 
El poderoso efecto de la entrada de energía, vía el cuerpo energético, ha creado automáticamente estos centros o reservas de fuerza; puntos focales de energía que el hombre espiritual tiene que aprender a utilizar y con los cuales podrá dirigir la energía adonde es necesario. 
Cada uno de estos siete centros ha ido apareciendo en el curso de la evolución humana, en respuesta a energías de uno o de varios de los siete rayos. 
El impacto de estos rayos sobre el cuerpo etérico, al emanar de los siete rayos, como lo hacen periódica e incesantemente, es tan poderoso que las siete zonas del cuerpo etérico se sensibilizan en forma más aguda que el resto del vehículo, convirtiéndose a su debido tiempo en centros de respuesta y de distribución. 
El efecto de estos siete centros sobre el cuerpo físico produce oportunamente una condensación o un estado de lo que se denomina "respuesta atraída" desde la materia densa, y así los siete centros mayores de las glándulas endocrinas entran lentamente en activo funcionamiento. 
Se debe tener presente que el desarrollo del cuerpo etérico consta de dos etapas históricas: 
1. Aquella en que la energía etérica, fluyendo por los centros de respuesta y creando en consecuencia las glándulas endocrinas, tuvo un efecto gradual y bien definido sobre la corriente sanguínea; la energía actuó exclusivamente a través de ese medio durante mucho tiempo, y aún lo hace, porque el aspecto vida de la energía anima a la sangre mediante los centros y sus agentes, las glándulas. De allí las palabras bíblicas "la sangre es la vida". 
2. A medida que la raza humana se desarrolló, adquirió mayor conciencia y tuvieron lugar grandes expansiones; los centros comenzaron a aumentar su actividad y a emplear los nadis, actuando sobre el sistema nervioso, y a través de él, lo cual trajo una actividad consciente y planeada en el plano físico, de acuerdo al lugar que ocupaba el hombre en la escala evolutiva. Así la energía entrante, que formaba el cuerpo etérico, creó el mecanismo etérico necesario con las correspondientes contrapartes físico densas. 
Se observará en consecuencia que por su relación con la sangre, vía las glándulas, y con el sistema nervioso, vía los nadis (y ambos, por medio de los siete centros), se convirtió en trasmisor de dos aspectos de energía: 
uno era kama-manásico (deseo y mente inferior), el otro, átmico-búdico (voluntad y amor espirituales), en el caso de la humanidad avanzada. Aquí hay una gran oportunidad para todos, a medida que la Ley de Evolución rige a toda la manifestación. Lo que es verdad respecto del Macrocosmos lo es también del microcosmos.
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Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO XV (RELACIONES INTERPLANETARIAS Y EXTRAPLANETARIAS)



CAPITULO XV
RELACIONES INTERPLANETARIAS Y EXTRAPLANETARIAS 
 Al considerar la Suprema Ciencia de Contacto vemos que el tema referente al cuerpo etérico de todas las formas y del Logos planetario, es el de mayor importancia. 
Lo que quiero destacar, a medida que estudiamos los tres puntos o conceptos básicos explicados en el capítulo anterior, es el concepto contacto sensible. Los términos tales como planos, grupos, Jerarquías creadoras y centros, son simplemente modismos para designar relación, interacción o impresión mutua entre los seres o las vidas que componen la totalidad de nuestro universo manifestado; sin embargo, significa que estamos llegando a una síntesis o integridad planetaria, de naturaleza hasta ahora no imaginada por el hombre. Inevitablemente el tema es muy difícil, porque todos los seres humanos piensan en términos de sus propios contactos y relaciones, que son muy limitados y no se expresan en términos de la Vida Una que fluye a través de todas las formas y reinos y de las distintas evoluciones planetarias (sobre las cuales ustedes nada saben) y crean, en tiempo y espacio, una Entidad planetaria viviente e inteligente de madurez universal, cualificada por numerosas energías atractivas e integradoras, puestas en acción por el Propósito supremo, el cual es parte del vasto propósito del Logos solar, actuando por medio de los Logos planetarios y, por consiguiente, responsable de la evolución progresiva y del bienestar de todas las vidas dentro de la estructura esencial de nuestro planeta. 
La relación evocada es, como bien se imaginan, interplanetaria y extraplanetaria; estos términos significan poco para el discípulo común y hasta que el proceso iniciático no lo lleve a una posición determinada, no podrá valorar cabalmente la situación. De estas últimas etapas nada se puede saber; sólo en la Cámara de Concilio de Shamballa se conocen estos contactos y relaciones extraplanetarios. 
Pero ha de ser captado el hecho fundamental de que el medio para establecer la relación y el contacto es la SUSTANCIA; el efecto de tales relaciones, llevado a cabo por este medio, es el gradual desarrollo y progresivo desenvolvimiento de los tres aspectos divinos conocidos por todos los esotéricos, además de otros, que el milenio venidero revelará El factor contribuyente, dentro y fuera de nuestro planeta, podría ser considerado como los tres centros mayores de nuestro Logos planetario: 
1. El Centro Coronario. Agente dinámico del Propósito extraplanetario, expresión de la divina Voluntad planetaria enfocada en Shamballa. 
Es la Energía de Síntesis, origen de toda vida planetaria; significa el Ser esencial. 
2. El Centro Cardíaco. Agente del Plan de evolución. 
Expresión del Amor divino o Razón pura, la Jerarquía. 
Es esencialmente la energía de Atracción, el reino de las almas. 3. El Centro Laríngeo. Agente de los tres aspectos en relación con los tres reinos subhumanos de la naturaleza, expresión de la inteligencia divina, la Humanidad. 
Esta energía, que es Mente activa, hace que la humanidad sea el macrocosmos del microcosmos, los tres reinos subhumanos. 
La humanidad es para ellos lo que la Jerarquía es para el cuarto reino de la naturaleza, el reino humano.
Éstos son los elementos de la ciencia esotérica y, para los estudiantes, no encierra nada nuevo. 
Sin embargo, deben ser considerados en su triple relación y modalidad, si se quiere captar con mayor claridad que hasta ahora, la manera en que actúa la Vida Una. 
El objetivo de todo el esquema evolutivo consiste en llevar estos tres centros a una relación tan estrecha, que la síntesis del Propósito divino pueda actuar armónicamente en todo posible nivel de conciencia (observen esta frase). 
Si ello se lleva a cabo, podrá finalmente ser revelado al hombre el Pensamiento básico, la Proposición fundamental del Logos planetario. Deseo recordarles la afirmación oculta de que todo ser viviente o vida manifestada  desde el Logos planetario hasta el más ínfimo átomo ha sido, es o será un hombre. 
Esto se refiere al pasado, al presente y al futuro de toda vida manifestada. Por lo tanto, la realidad de la existencia de la humanidad y lo que ésta representa, constituye, probablemente, el aspecto primordial y principal del Propósito divino. Deténgase y reflexionen sobre esta afirmación. 
Por lo tanto, es el primer hecho que indica claramente el alcance y la magnitud de un ser humano, y hasta que no sean revelados consecutivamente otros dos hechos, no será posible medir con exactitud los aspectos más amplios del propósito de Sanat Kumara. 
Todo lo subhumano avanza paulatinamente hacia una definida experiencia humana; también está atravesando la etapa del esfuerzo humano y la consiguiente experiencia, o bien ha salido de este aspecto limitador y a través de la Iniciación está llevando a la naturaleza humana a un estado de divinidad (empleando una frase inadecuada). 
En consecuencia, la nota clave del Señor del Mundo es HUMANIDAD, por ser la base, la meta y la estructura interna esencial de todos los seres. La humanidad misma es la clave de todos los procesos evolutivos y de la correcta comprensión del Plan divino que expresa en tiempo y espacio, el Propósito divino. 
No sabemos por qué Él quiso que esto fuera así; pero es un punto que debe ser aceptado y recordado al estudiar la Ciencia de Impresión, pues es el factor que hace posibles la relación y el contacto, siendo también la fuente de toda comprensión. 
Estas cosas son muy difíciles de ser expresadas y dilucidadas, porque únicamente la aguda intuición puede esclarecer estas cuestiones a las mentes ávidas y activas. 
Por lo tanto se observará que, aunque llamamos a uno de los Centros principales la HUMANIDAD, sin embargo, en último análisis, todos los centros están constituidos por vidas que progresan hacia la etapa humana, por esas unidades de vida que se hallan en dicha etapa y por los que ya la han pasado, pero que están dotados de todas las facultades y todos los conocimientos plasmados en la expresión humana en esquemas planetarios o sistemas solares anteriores, o a través de nuestra propia, definida y característica vida planetaria. 
La uniformidad de experiencias permite que el arte de establecer contacto y la ciencia de impresión sean totalmente factibles y normalmente eficaces. Las grandes y omnipotentes Vidas, en Shamballa, pueden impresionar las Vidas omniscientes y las vidas menores de la Jerarquía, porque comparten una humanidad común; los Trabajadores o Maestros y los iniciados jerárquicos pueden, por lo tanto impresionar a la humanidad debido a la comprensión y experiencia compartidas; entonces las vidas que componen la familia humana presentan la meta a los reinos subhumanos y pueden impresionar y los impresionan, debido a las tendencias instintivas fundamentales que se manifiestan en el  grupo humano, pero son tendencias instintivas latentes y acervo potencial de los tres grupos subhumanos. 
Esta enseñanza siempre ha estado implicada en las doctrinas esotéricas, pero no había sido suficientemente acentuada debido al grado de evolución de la Humanidad. 
Actualmente la humanidad ha progresado tanto, que estas etapas pueden ser alcanzadas en forma efectiva. 
Quisiera que observaran que esto fue la nota clave de los Evangelios: la naturaleza divina-humana de Cristo lo relaciona con el Padre por medio de Su divinidad esencial y también con el hombre por medio de Su humanidad esencial. 
La iglesia cristiana dio a la enseñanza una interpretación errónea al presentar al Cristo como único, aunque la crítica constructiva (considerada como una ofensa hace cincuenta años) ha hecho mucho para corregir esta falsa impresión. Sensibilidad inteligente a la impresión es la característica sobresaliente de la humanidad. 
Reflexionen sobre esta manifestación definida y enfática. Después de todo, el trabajo de la ciencia consiste simplemente en desarrollar el conocimiento acerca de la sustancia y de la forma; este conocimiento permitirá a la humanidad actuar oportunamente como principal agente impresor respecto a los tres reinos subhumanos de la naturaleza; tal es la responsabilidad principal de la humanidad. 
Esta tarea de establecer relación consiste prácticamente en desarrollar o desenvolver la sensibilidad humana. 
Me refiero aquí a la sensibilidad a la impresión por la Jerarquía o desde Ella. 
El trabajo realizado mediante el procedimiento iniciático tiene por objeto capacitar a los discípulos e iniciados para recibir impresión desde Shamballa; el iniciado es esencialmente un producto de la combinación del entrenamiento científico y religioso; ha sido reorientado hacia ciertas etapas de existencia divina aún desconocidas por el ser humano común. 
Estoy tratando de aclarar la síntesis fundamental que subyace en toda vida manifestada sobre nuestro planeta, como así también la estrecha interacción o relación que eternamente existe, y se expresa mediante la suprema ciencia de contacto o de impresión. 
Los tres grandes Centros están en estrecha relación en todo momento, aunque esto no es reconocido aún por el discípulo inteligente; siempre existe una serie ininterrumpida de impresiones que relacionan un centro con otro, presentando un unido y evolucionante objetivo y desarrollando (con gran rapidez en esta época) una ciencia secundaria, la de Invocación y Evocación. 
En realidad, esta ciencia de impresión es práctica y no simplemente teórica. 
La primera gran Invocación fue pronunciada por el Logos planetario cuando expresó el deseo de manifestarse e invocó y atrajo hacia Sí mismo la sustancia necesaria para Su expresión designada. Esto inició la cadena de ser o de jerarquía; luego se estableció la interrelación entre todas las unidades "sustanciales"; los más poderosos, dinámicos y mayores pudieron impresionar a los menores y más débiles, hasta que gradualmente y a medida que pasaban los ciclos fueron creados los siete Centros y entraron en una estrecha relación de mutua impresión. Sólo consideraremos tres de estos siete Centros, de los demás muy poco se conoce porque en su mayoría están formados por entes que pertenecen a evoluciones dévicas (observen la pluralidad) y por vidas subhumanas, que actúan bajo la impresión proveniente de los centros coronario, cardíaco y laríngeo del Logos planetario.
Los estudiantes tienden a complicar indebidamente sus pensamientos cuando tratan de detallar, definir y separar en grupos académicos y en series, la multiplicidad de energías que enfrentan al considerar los centros planetarios y humanos. 
Les aconsejaría pensar con sencillez y (sobre todo al principio) en términos de las tres energías mayores, a medida que emanan de algún centro y se convierten en agentes impresores y son nuevamente trasmitidas o reducidas: 
1. La energía eléctrica y dinámica de la Vida misma, o la potencia divina del Propósito personificado, expresándose por medio de la manifestación evolutiva, la divina Voluntad. 
Sería conveniente comprender que el propósito emana del plano mental cósmico, siendo el principio omnincluyente, sintético y motivador que se expresa como voluntad divina en el plano físico cósmico los siete planos de nuestra Vida planetaria. Esta energía dinámica se enfoca a través de las Vidas o Seres que controlan y dominan a Shamballa. 
Hasta que el Propósito divino haya sido alcanzado, el Logos planetario mantiene todo en manifestación mediante el poder de Su voluntad, animando todas las formas con fuego eléctrico. El conocimiento de esta Voluntad y Propósito le llega al estudiante que está construyendo el antakarana y que está por lo tanto siendo controlado por la Tríada espiritual, la triple expresión de la Mónada. 
 2. La energía solar magnética atractiva a la que damos el nombre inapropiado de Amor. 
Esta energía constituye la fuerza coherente y unificadora que mantiene unido al universo manifestado o forma planetaria, siendo responsable de todas las relaciones; es el alma de todas las cosas o formas, comenzando por el ánima mundi, hasta llegar a su punto máximo de expresión en el alma humana, factor constituyente del quinto reino de la naturaleza, el Reino de Dios o de las Almas. 
La comprensión de este poder humano vendrá a medida que el individuo haga contacto con su propia alma y establezca una relación estable con esa alma; entonces se convertirá en una personalidad fusionada con el alma. 
Como bien saben, la triple personalidad es para el alma lo que la Tríada espiritual es para la Mónada: un medio claro de expresión. La mayoría de los estudiantes están o deberían estar actualmente ocupados con esta energía atractiva, porque hasta que no hayan logrado dominar la naturaleza de deseos, trasmutándolos en aspiración y control egoico, no podrán comprender la energía dinámica del fuego eléctrico. 
El magnetismo atractivo es la energía que domina y controla a la Jerarquía. 
 3. La inteligente actividad del fuego por fricción. 
Los estudiantes deberían releer "Tratado sobre Fuego Cósmico", donde expongo extensamente estas tres energías condicionantes. 
Esta tercera y fundamental energía se expresa en los tres mundos y en los cuatro reinos de la naturaleza, culminando su expresión en la energía creadora del reino humano. 
Emanó originalmente (en lo que concierne a nuestro sistema solar y a nuestro esquema planetario) del primer sistema solar, siendo la energía mejor comprobada y conocida en la manifestación. 
Es el medio de actividad en todas las formas, a través de las cuales se expresa el Logos planetario; es el resultado de la actividad de la Mente divina, a medida que ese tipo peculiar de energía divina actúa sobre todos los átomos y todas las formas atómicas y a través de ellos. 
La fisión de los núcleos del átomo, en los últimos años, es el signo externo o demostración de que la humanidad ha "abarcado" la Mente divina y puede ahora "abarcar" el amor o la naturaleza atractiva de la divinidad. 
Reflexionen sobre  esto. 
No sé qué palabra emplear en lugar de abarcar, pues es inadecuada: se hace imprescindible una terminología más netamente esotérica. Si reflexionan sobre estas tres energías fundamentales, trabajan con ellas y buscan su expresión dentro de sí mismos, simplificarán grandemente su manera de pensar en forma esotérica. 
Permítanme hacer algunas afirmaciones que forzosamente tendrían que aceptar como hipótesis, pero que pueden ser corroboradas si se llega a comprender la Ley de Analogía o de Correspondencia y si se acepta también la verdad de que el microcosmos refleja al macrocosmos y, por lo tanto, que cada ser humano está relacionado con la Deidad en razón de su similitud esencial. 
1ª Afirmación. 
La energía eléctrica dinámica entró en nuestra esfera planetaria desde fuentes extraplanetarias y desde un punto de enfoque definido, en el plano mental cósmico; esta energía iba a la par de una energía secundaria proveniente del sol Sirio. 
Esto explica el dualismo en la manifestación. 
2ª Afirmación. 
Esta energía se expandió externamente desde su foco central (el centro denominado Shamballa) y durante esta expansión se convirtió en el agente que impresionó a la Jerarquía servidora del Plan. El Plan es esa posibilidad, de importancia inmediata, que puede presentar el Propósito divino en cualquier momento en tiempo y espacio. 
3ª Afirmación. 
Este proceso de expansión estableció otro punto focal de energía, entonces vino a la existencia el centro cardíaco del planeta, la Jerarquía; así dos centros fueron creados y relacionados, lo cual constituye el principal acontecimiento en el arco involutivo, hecho al cual se ha prestado poca atención hasta ahora. 
Coincidió con el advenimiento o la llegada de los Señores de la Llama desde el "alter ego" de nuestra Tierra, el planeta Venus. Ellos crearon el núcleo de la Jerarquía, que en esa remota época consistía sólo en cuarenta y nueve miembros; eran seres humanos avanzados y no almas que esperaban encarnar en forma humana en la Tierra, como sucedió con la vasta mayoría de estos ángeles solares visitantes.
4ª Afirmación. 
El alineamiento entre los centros coronario y cardíaco fue así establecido en el arco involutivo; tuvo lugar otra expansión, cuyo resultado fue, como bien lo saben, la creación de un nuevo reino en la naturaleza, el cuarto o humano. 
Este reino estuvo destinado a ser, y lo es actualmente, el tercer centro principal en la vida planetaria. Entonces se produjo otro alineamiento, que permanece aún dentro del arco involutivo.
5ª Afirmación.
En la actualidad se está produciendo un alineamiento evolutivo. El centro planetario que denominamos Humanidad está activo y vibrante, y ahora es posible "progresar por el Camino ascendente y crear el vínculo que une lo inferior con lo superior, permitiendo así un intercambio". 
Los hombres salen rápidamente del centro humano para entrar en el jerárquico; las masas responden a la impresión espiritual. 6ª Afirmación. 
Al mismo tiempo el centro cardíaco del Logos planetario, la Jerarquía, mientras responde a la invocación del centro laríngeo, la Humanidad, se hace acrecentadamente evocativo, logrando un contacto y un alineamiento muy elevado con el centro coronario del Logos planetario, siendo por lo tanto, capaz de recibir de Shamballa una impresión dinámica en constante desarrollo. 
7ª Afirmación. 
De esta manera se está logrando un gran alineamiento mediante la relación y la interacción entre estos tres principales centros planetarios, lo cual produce una constante afluencia de energía proveniente de diferentes fuentes que energetizan a los tres centros, para que inicien una nueva y acrecentada actividad. 
De estos tres centros se eleva continuamente una invocación, produciendo la consiguiente evocación de energías impresoras. En estas siete afirmaciones está descrito el CANON del actual trabajo planetario, o la presente tesis logoica. 
El alineamiento involutivo (garantía de futuros alineamientos) constituye la más antigua historia; el alineamiento evolutivo en el cual los tres centros están involucrados, produce constantemente una interacción de energías como también una constante y efectiva impresión de un centro sobre otro. 
La humanidad, como centro laríngeo del Logos planetario y principal agente creador planetario (como lo demuestra la ciencia moderna), invoca al centro cardíaco, la Jerarquía, y luego recibe la impresión necesaria que dará como resultado las distintas civilizaciones y culturas en desarrollo, como así también la oportuna aparición en la Tierra del quinto reino, 
el espiritual. 
La Jerarquía o el centro cardíaco planetario invoca a Shamballa, el centro coronario planetario, y el Plan como expresión del Propósito es impresionado en la conciencia jerárquica. 
Si hay redundancia en estos comentarios, es completamente intencional; la repetición sirve para una presentación exacta de todo lo que concierne al esoterismo. 
A medida que se propague el sistema invocador y se alcance un mayor alineamiento, Shamballa centro coronario planetario invocará energías más allá de la vida planetaria, y la afluencia de energías solares y cósmicas será cada vez mayor; los esotéricos del mundo tendrán que prepararse para este acontecimiento. 
También producirá el advenimiento o aparición de muchos AVATARES; llevará numerosos y distintos tipos de energía a Aquellos que hasta ahora han controlado los problemas humanos y sus acontecimientos y la evolución de los reinos subhumanos de la naturaleza. 
Con la reaparición de Cristo, como punto focal o agente supremo del centro cardíaco planetario, se instituirá una nueva era o "época divina". El Avatar de Síntesis se aproximará mucho a la humanidad e inaugurará el "reino de los Avatares", los cuales personifican el Propósito y la Voluntad espiritual; iniciarán tanto a la Jerarquía como a la Humanidad, en los aspectos de carácter divino que  actualmente se ignoran y no tienen una terminología que defina su real y exacta naturaleza. Lo que estoy tratando de hacer aquí es dar un delineamiento general de acontecimientos que pueden ocurrir dentro de siglos, pero que inevitablemente ocurrirán, una vez que Cristo venga nuevamente en Presencia física y sea reconocido en la Tierra. En La Doctrina Secreta H. P. B. habla de los "tres vehículos periódicos", refiriéndose a la Mónada, al Alma y a la Personalidad; trata por lo tanto con los nueve aspectos de la divinidad que constituyen las nueve iniciaciones mayores y esas características divinas mediante las cuales se reflejan los tres aspectos mayores de la divinidad. 
Respecto a esto los estudiantes saben muy bien que la Mónada se expresa mediante la Tríada espiritual, el Alma mediante los tres aspectos del Loto egoico y la personalidad a través de los tres vehículos mecánicos. Evidentemente estos tres vehículos periódicos están bajo la impresión de los tres centros planetarios principales, condicionados por las tres energías principales, a las cuales me he referido anteriormente. 
Creo innecesario extenderme sobre esta relación fundamental, pues es lo que integra el alma humana en una vasta totalidad y hace que el individuo forme parte intrínseca de la suma total. Existe un aspecto de la Ciencia de Impresión que aún no he tocado, y es el lugar que ocupan los centros como puntos focales, trasmisores y agentes para las siete energías de rayo. Los esotéricos saben que cada uno de los siete centros está influido por alguna energía de rayo o es el receptor de ella; generalmente se acepta el hecho de que el centro coronario es el agente del primer Rayo de Voluntad o Poder, el centro cardíaco es el custodio de la energía del segundo Rayo de Amor Sabiduría, mientras que el tercer Rayo de Inteligencia Activa creadora pasa a través del centro laríngeo y lo energetiza. 
Estos Rayos de Aspecto tienen su expresión a través de los tres centros ubicados arriba del diafragma y, en mayor escala, por medio de Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. 
También Shamballa expresa en especial el segundo rayo, porque es el rayo del actual sistema solar y del cual forma parte Shamballa; el primer rayo o aspecto de vida dinámica, está enfocado en el corazón, porque es el centro de vida. 
El gran centro que llamamos Humanidad está predominantemente regido por el tercer Rayo de Inteligencia Activa. Esta energía de rayo llega al centro laríngeo mediante los centros coronario y cardíaco. 
Señalo esto por dos razones que deben formar parte del estudio de esta ciencia: 
1. Los centros están influidos por todos los rayos, y esto es evidente con respecto a la mayoría de los seres humanos no desarrollados. Si no fuera así, tales seres no podrían responder a las energías de los rayos primero, segundo y tercero, porque en dichos casos los centros que están arriba del diafragma se hallan inactivos. 
2. En tiempo y espacio y durante el proceso evolutivo, no es posible decir qué centro está expresando la energía de determinado rayo, porque hay un constante movimiento y actividad. El centro en la base de la columna vertebral es, con frecuencia, la expresión de la energía de primer rayo. 
Esto puede dar lugar a confusión. 
La mente humana trata de precisar, estabilizar y mantener relaciones o asignar a ciertos centros, energías de rayo, y esto no puede ser. Al finalizar el ciclo mundial, cuando el propósito divino haya sido alcanzado y el proceso evolutivo haya producido los cambios y ajustes necesarios para la expresión plena de la Voluntad de Sanat Kumara, entonces será distinta la situación, y los hombres sabrán (como saben los miembros de la Jerarquía) cuáles son los centros que expresan la energía de los siete rayos. 
También debe recordarse que los Rayos de Atributo se trasladan y cambian constantemente; por ejemplo, la humanidad como centro laríngeo planetario está bajo la constante influencia del séptimo rayo, como lo está el centro del plexo solar del planeta. 
A ese centro subdiafragmático no le doy nombre alguno. Aunque el centro laríngeo humano es principalmente la expresión del tercer rayo, existe una interesante situación que debe observarse respecto a ello: dos energías de rayo controlan este centro en la actualidad. 
El centro laríngeo de la personalidad común integrada está regido por el tercer rayo o fuertemente vitalizado por las energías del tercer rayo (siete en total), mientras que el centro laríngeo del aspirante espiritual, de los discípulos e iniciados que aún no han pasado la tercera iniciación responde esencialmente a la influencia del séptimo rayo, y esto sucede en la actualidad porque el séptimo rayo está en manifestación. 
Los rayos que se manifiestan en un momento dado afectan poderosamente a los demás centros, como también a aquel a través del cual se expresan normalmente. 
Algo que se olvida con frecuencia. Es innecesario señalar que el hombre a medida que progresa en el Sendero de Retorno está constantemente bajo la impresión del centro del cual es parte integrante: primeramente, del centro laríngeo planetario, la familia humana; luego, como alma, recibe la impresión de la Jerarquía, el centro cardíaco planetario, y en ese momento empieza a expresar las energías combinadas de la inteligencia y del amor; finalmente, en el Sendero de Iniciación, está bajo la impresión de Shamballa, el centro coronario planetario, convirtiéndose en colaborador del Propósito divino y en Agente del Plan divino. 
 En consecuencia, es textual y eternamente cierto que la misma Vida energética afluye por los centros planetarios en los tres vehículos periódicos de la Mónada encarnada y a través de éstos, y por último en los tres centros del cuerpo etérico humano, que corresponden a los tres centros principales del Logos planetario y a través de ellos. 
Por consiguiente no existe una base ni punto de separación ni división esencial. Cualquier sensación de separatividad se debe simplemente a la ignorancia y al hecho de que ciertas energías aún no pueden hacer ninguna impresión adecuada en la conciencia humana, la cual actúa en tiempo y espacio. 
La síntesis esencial existe, y el fin es seguro e inevitable; la unidad es alcanzable porque existe, y el sentido de separatividad constituye sencillamente la Gran Ilusión. 
Con el fin de eliminar en la mente de los hombres esa gran ilusión de separatividad y de lograr que surja la existente unidad fundamental, se dio a los hombres la nueva plegaria mundial. En otra parte * me referí al origen y al impulso dado a la Gran Invocación. 
La expongo aquí como un final apropiado para esta parte de mi trabajo amoroso al presentar la verdad, y como un posible punto de partida para mis lectores. 
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios, Que afluya luz a las mentes de los hombres; Que la luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios, Que afluya amor a los corazones de los hombres; Que Cristo retorne a la Tierra. Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida, Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres; El propósito que los Maestros conocen y sirven. Desde el Centro que llamamos la raza de los hombres, Que se realice el Plan de Amor y de Luz Y selle la puerta donde se halla el mal. Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra * La Reaparición de Cristo.
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Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO XIV (ASPECTOS SUPERIORES DE LA RELACION EN LA MENTE UNIVERSAL)





CAPITULO XIV 
ASPECTOS SUPERIORES DE LA RELACION EN LA MENTE UNIVERSAL.
La palabra telepatía se emplea principalmente para abarcar los numerosos aspectos del contacto mental y el intercambio de pensamientos sin necesidad de emplear el signo o la palabra hablada o escrita. Sin embargo, lo que se comprende por esta acepción moderna no involucra los aspectos superiores de las "relaciones de la Mente Universal". 
El tercer aspecto, la inteligencia, está involucrado cuando es interpretado el contacto; el segundo aspecto, amor-sabiduría, es el factor que hace posible la impresión superior, y esto ocurre cuando dicho factor se está desarrollando o en proceso de entrar en actividad funcionante. Durante este proceso de desarrollo sólo es posible la telepatía directa, la cual es de dos tipos: 
1. Telepatía simpática o entendimiento inmediato entre dos seres, percepción de acontecimientos, captación de hechos e identificación con las reacciones personales. Todo esto está vinculado con la actividad del plexo solar de la personalidad y cuando el segundo aspecto, el amor, está desarrollado o en desarrollo ésta se convierte en la "simiente o germen" de la facultad intuitiva. Todo el proceso es, por lo tanto, búdico-astral, involucrando, como agente, los aspectos inferiores de la Mente Universal. 
2. Telepatía mental o intercambio de los pensamientos trasmitidos. Aunque es un fenómeno corriente entre personas de cierta capacidad intelectual, hoy apenas es reconocido; sus leyes y modos de expresión son aún desconocidos, y las mejores mentes e intérpretes que se hallan en niveles subjetivos la confunden con las reacciones del plexo solar. 
Es una ciencia relativamente nueva e inexplorada;  la extensión de sus actividades no es astral, sin embargo está relacionada con el plexo solar, porque la sustancia con la cual es llevada adelante esta ciencia no es astral sino mental, estando por lo tanto implicado y siendo empleado otro vehículo, el cuerpo mental. 
Es la "simiente o germen" de los contactos superiores y de las impresiones procedentes de niveles más elevados que el búdico o intuicional. Está relacionado con el aspecto superior de la Mente Universal, la Voluntad inteligente. 
En ambos casos están involucrados el aspecto inferior del amor (respuesta emotiva y sensitiva) y el amor puro del alma. 
La sensibilidad astral simpática es falible y da lugar a falsas interpretaciones. 
La telepatía superior otra forma de sensibilidad, y el punto de partida o concepto llegará a ser oportunamente infalible; en las primeras etapas (concernientes a los métodos de interpretación y deducción) puede frecuentemente fallar. 
La telepatía mental directa es una de las manifestaciones más elevadas de la personalidad; es un eslabón de enlace, uno de los pasos principales hacia la impresión superior; presupone un estado elevado de desarrollo mental; constituyendo una de las razones por la que no es considerada una capacidad honesta, comprobada y probable del ser humano. 
En este caso la mente es, en realidad, "el matador de lo Real" y los recursos y modalidades del conocimiento subjetivo permanecen aún en las zonas oscuras de la conciencia humana. Los procesos normales de la evolución, prueban incontrovertiblemente la existencia de facultades, las cuales permiten que las impresiones subjetivas de elevada espiritualidad sean posibles y normales. 
Esta "Suprema Ciencia de Contacto", puede ser clasificada, según se ha dicho, en los siguientes aspectos que se desarrollan por separado y progresivamente. 
Téngase en cuenta la inevitable continuidad, característica principal del proceso evolutivo. 
1. Percepción astral sensible. 
Se basa en las reacciones del plexo solar y todo el proceso se lleva a cabo en el plano astral y con sustancia astral. 
En su aspecto más elevado es un factor que hará posible la percepción y la sensibilidad intuitiva, entonces el proceso se realiza con sustancia búdica. Los aspirantes son, en cierta etapa de su desarrollo, de naturaleza fuertemente astral-búdica. 
Esto debe ser recordado. 
2. Telepatía mental. Involucra dos o más mentes, y el proceso se desarrolla con sustancia del plano mental. 
Este factor hace posible que se produzca la actividad llamada "impresión", la cual proviene en su mayor parte de ciertos aspectos del plano mental: 
a. El alma del individuo telepático, emplea los pétalos del conocimiento del loto egoico un estado elevado de inteligencia mental. 
b. La denominada mente abstracta. Este aspecto de la sustancia mental es utilizado con frecuencia por la Jerarquía para llegar a la mente de los discípulos. 
Sólo en los últimos siglos la Jerarquía ha trasladado el foco de su atención vital al plano búdico y la ha apartado del plano mental. 
Esto ha sido posible porque los aspirantes del mundo, actualmente, son sensibles a los contactos basados en la conciencia astralbúdica, que son estrictamente llevados a cabo dentro de la sustancia mental. 
Esto implica necesariamente la mente concreta, el Hijo de la Mente y la sensibilidad o reacción abstracta; involucra, en el plano físico, la actividad del cuerpo pituitario (como puede verse fácilmente) y también el empleo del centro ajna. 
3. La Ciencia Esotérica de Impresión. Se logra cuando las otras dos formas de relación telepática se hallan presentes y se están desarrollando para obtener cierta medida de exactitud. Depende también de la construcción del antakarana y de la firme orientación del aspirante o discípulo hacia la Tríada espiritual; se alcanza cuando la mente abstracta está desarrollada y es sensible, convirtiéndose en la simiente o germen de la Voluntad espiritual, incluyendo la capacidad de responder al propósito divino. 
El aspecto superior de esta mente abstracta es el plano átmico. Sería útil comprender la naturaleza sustancial de ambos niveles de conciencia. Dentro de la sustancia del plano átmico se inicia esa actividad que puede impresionar a la mente abstracta, la cual se convierte en asiento de la conciencia del hombre espiritual; al mismo tiempo posee y emplea activamente su personalidad y continúa empleando la mente concreta; sin embargo la sensibilidad astral desciende por debajo del umbral de la conciencia, llegando así a formar parte de ese gran conjunto de instintos y reacciones instintivas que posee el ser humano, que lo admiten en la vida y lo hacen consciente de todo lo que existe en los tres mundos, incluyendo los tres reinos subhumanos de la naturaleza. 
Con estos instintos sublimados y controlados trabajan los Maestros y discípulos, cuya tarea consiste en vigilar la evolución de las formas de vida en los reinos subhumanos. 
Las formas superiores de la telepatía mental comprenden el alma y la mente abstracta y se ocupan únicamente del Plan divino a medida que la Jerarquía lo desarrolla en los tres mundos. 
La Ciencia de Impresión se ocupa principalmente del Propósito divino de acuerdo a cómo Shamballa lo desarrolla y también de esos aspectos más elevados del trabajo jerárquico que nada tienen que ver con el trabajo en los tres mundos. 
Quisiera que reflexionen sobre este punto. 
Debido a la curiosa etapa de la evolución, actualmente alcanzada en el reino humano, ha sido instituido un aspecto intermedio en las tres formas de impresión mencionadas; algo parecido al período intermedio existente entre la plena expresión humana y la plena expresión del reino de las almas. 
A esto lo denominamos: 
4. La Ciencia de Invocación y Evocación. 
Esta ciencia puede emplear y emplea los impulsos de los ignorantes y los anhelos superiores (aún incipientes) de las multitudes, expresados en forma invocadora; haciéndolo con el fin de eliminar la brecha existente en la conciencia entre la vida del hombre común, la vida de la personalidad integrada y la vida del alma. 
Mediante el empleo de la demanda invocadora (a menudo inaudible e inconsciente) los discípulos del mundo pueden enfocar, empleando y generando una energía suficientemente fuerte, como para efectuar un verdadero impacto y una impresión definida en los Seres y Vidas que se hallan en niveles más elevados que aquellos de los tres mundos. 
Este impacto evoca la reacción de estos Seres superiores y establece un intercambio espiritual e inteligente de gran valor, propiciando el estímulo y produciendo una acrecentada vitalización del normal, aunque generalmente lento, proceso evolutivo. 
Esto se ha agudizado en la actualidad y es una explicación de lo que está sucediendo en el mundo de los asuntos humanos. 
El estímulo esparcido es de naturaleza muy intensa. 
El clamor invocado desde la humanidad, no es sólo la demanda inaudible provocada por los trabajadores jerárquicos de todas partes, sino que también encuentra su expresión en todos los planes y proyectos, en las declaraciones de principios y en los numerosos grupos y organizaciones dedicados al mejoramiento del vivir humano. 
Ciertos conceptos fundamentales están contenidos en todos los aspectos de la Ciencia de Contacto, sin lo cual no tendría fundamento alguno realizar el esfuerzo para dominar esta ciencia. Procuren captar esto. Existen tres conceptos que siempre deben tenerse presentes:
1. El cuerpo etérico planetario es el medio a través del cual las corrientes o impresiones mentales (no importa de qué fuentes proceden) deben pasar a fin de producir un impacto en el cerebro humano. Esto es fundamental. 
Este vehículo etérico hace posibles todas las relaciones, puesto que el cuerpo etérico individual es parte integrante del cuerpo vital del planeta, el cual es también el medio de toda reacción instintiva, tal como lo demuestra el animal cuando presiente el peligro. 
Cuanto más entretejido esté (si puedo emplear esta palabra) con el vehículo físico denso, más evidente será la reacción instintiva el ejemplo dado se basa en millares de reacciones parecidas y mayor será la sensibilidad, la aptitud para el contacto telepático y el reconocimiento de las impresiones superiores. 
También podría decirse que el cuerpo etérico de un discípulo o de una persona de edad avanzada puede ser manejado y tratado en tal forma que rechace gran parte de lo que pudiera hacer impacto, atravesarlo o utilizarlo como canal. 
Este entrenamiento es automático; se evidencia en la capacidad que tiene el mecanismo humano para eliminar todos los contactos e impresiones innecesarios, a los cuales se halla tan acostumbrado que ni siquiera registra aquello que considera indeseable o inútil. 
La razón de que el verdadero contacto telepático entre mentes no es muy común, se debe a que muy pocas personas piensan con claridad o con la energía requerida; no crean formas mentales verdaderas, precisas y poderosas, o si lo hacen no están correctamente dirigidas hacia el objetivo deseado. Cuando un hombre es discípulo y trata premeditadamente de dejarse impresionar por su alma, por el Maestro o por la Tríada espiritual, la tarea del agente impresor es relativamente sencilla; lo único que debe hacer es desarrollar la adecuada receptividad, más una inteligencia intuitiva que le permitirá interpretar correctamente y reconocer la fuente de comunicación o impresión. Esto nos lleva al segundo concepto básico: 
2. Sensibilidad a la impresión involucra la gestación de un aura magnética sobre la cual pueden actuar las impresiones más elevadas. Ya me ocupé de esto en la parte anterior. 
Se ha de recordar que la potencia del aura magnética, que envuelve a todos los seres humanos, se encuentra actualmente en cuatro zonas de sustancia, las cuales están cerca de los cuatro centros mayores. 
Cuando el individuo es manifiestamente inferior y predominantemente animal, la mayoría de  las impresiones le llegarán automáticamente a través del centro sacro; tales impresiones (como bien pueden imaginarse) serán densas, pero no obstante dinámicas, y se relacionarán con todo lo que concierne a su ser físico, sus apetitos y bienestar o malestar físicos. Sin embargo, muy pocas personas, en proporción a los habitantes del planeta, emplean hoy el centro sacro como órgano principal de registro. 
El aura magnética (en este caso) es relativamente pequeña, todas sus tendencias son de naturaleza descendente y las impresiones (que no proceden de fuentes más elevadas que el hombre mismo) descienden a través del aura del centro sacro. La mayoría de estas impresiones son por lo tanto Instintivas y de escasa mentalidad; es evidente, sin embargo, que lo que es comprendido comúnmente como aspiración, no es lo que un verdadero aspirante considera como algo espiritual. 
El ser humano común, que todavía no piensa, actúa por medio de su cuerpo astral y, puesto que está polarizado en él, lo hace etérica y principalmente, por medio del plexo solar. Todas las impresiones entran en el aura vía la zona que circunda esa parte del vehículo etérico. 
El médium corriente actúa a través de este centro mayor, recibiendo impresiones y comunicaciones de entidades o formas astrales animadas que se encuentran en los espejismos creados por la humanidad. Recuerden que la verdadera aspiración es esencialmente un producto o reacción astral; todos los aspirantes, en las primeras etapas de su reorientación, actúan por medio del plexo solar, y concentran en forma gradual las energías inferiores antes de trasmutarlas y elevarlas al centro superior, el cardíaco. 
Hay discípulos que trabajan deliberadamente en el plano astral, obedeciendo las instrucciones del Maestro de su Ashrama, a fin de poder llegar a los neófitos y de esta manera impresionarlos con el conocimiento y la información sutil, necesarios para su progreso. 
Ningún Maestro trabaja de este modo, y debido a ello se ven obligados a servirse de Sus discípulos. 
Tales discípulos dirigen la impresión deseada a la zona del plexo solar del aura magnética. 
Esta aura tiene además otro punto de entrada en la región del centro laríngeo, utilizándolo como receptor de impresiones superiores. Dicho centro o zona de energía es, por lo general, utilizado y vitalmente activado por los hombres creadores del mundo, que necesariamente han debido establecer un contacto directo con el alma y, por lo tanto, se hallan abiertos a las ideas intuitivas, fuente de su trabajo creador. 
De acuerdo al éxito alcanzado en la producción creadora y a la belleza de su trabajo, así será la impresión que harán en otros. 
Es sorprendente que las nuevas y singulares formas del arte, que agradan a algunas personas y desagradan a otras, en su mayoría son creaciones del plexo solar, por lo tanto no son de orden verdaderamente elevado. En algunas de estas creaciones, mejor dicho, en muy pocas, está implicado el centro laríngeo. 
El aura magnética que circunda la cabeza es sensible a las impresiones superiores y el punto de entrada al centro coronario. No es necesario explayarme sobre esto, todo lo que he enseñado está relacionado con el despertar de este centro superior, antes de que el aspirante llegue a ser un miembro del reino de Dios. 
El centro ajna no está involucrado y permanecerá por muchos siglos siendo el agente de la impresión dirigida y no el objetivo de tales impresiones. 
Existe un pensamiento clave muy importante en las siguientes palabras: 
3. El Plan es la sustancia dinámica que provee el contenido de la fuente de abastecimiento, de donde el agente impresor puede extraer, y al cual ha de ser sensible el receptor de la impresión. Probablemente esta frase implica un serio reajuste en el modo de pensar de la mayoría de los estudiantes. 
El concepto del Plan como Sustancia, es probablemente nuevo para ellos y quizás para muchos. Sin embargo, deben esforzarse para captar este concepto. Permítaseme expresarlo de otra manera: 
El Plan constituye o está compuesto de la sustancia con la que los miembros de la jerarquía trabajan constantemente. 
Para una mayor claridad analizaré este concepto. 
Hago hincapié sobre ello porque es muy importante, pues está más allá de la comprensión humana y puede enmendar y revitalizar el total acercamiento al Plan y capacitarlos para trabajar en forma fresca y renovada: 
1. El Plan ES sustancia. Es esencialmente energía sustancial. Y energía es sustancia y nada más. 
2. La sustancia, el Plan, es dinámica por naturaleza, y está impregnada de la energía de la VOLUNTAD. 
3. El Plan constituye una reserva de sustancia energetizada, mantenida en solución por la VOLUNTAD de Sanat Kumara, que encarna Su propósito intangible (intangible para nosotros pero no para Él).
4. Ésta es la Sustancia planetaria que deben extraer los "agentes impresores" –los Nirmanakayas, los Miembros de la Jerarquía y los discípulos activos del mundo, así como también los sensitivos espirituales de cierto grado. 
5. Los receptores de la impresión deseada deben llegar a ser sensibles a esta energía sustancial. Todo esto puede remontarse al Pensador originante, que trajo a la existencia nuestro mundo manifestado que, correlativamente a la Ley de Evolución y de acuerdo a ella está llevando a la fructificación el objetivo de Sus pensamientos. 
En sentido más amplio, constituye el mar de energías en el que "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser", siendo el séptuple cuerpo del Logos planetario. 
Sin embargo, no estamos considerando aquí el Todo mayor, sino una zona específica y enfocada en la conciencia planetaria, la cual se encuentra a mitad de camino entre el plano superior, donde se halla la Cámara de Concilio del Gran Señor y los tres planos que forman el campo activo del trabajo jerárquico los tres niveles de conciencia de la Tríada espiritual. 
Esta "zona enfocada" ha sido precipitada por los Agentes de la Voluntad divina; Ellos conocen el último propósito de Sanat Kumara, lo tienen siempre presente y lo ponen al alcance de los Maestros de Sabiduría, los cuales actúan como "Agentes impresores de la Voluntad de Sanat Kumara". 
Éstos son el Manu, el Cristo y el Mahachohan, el Señor de la Civilización. Se podría decir que los tres Budas de Actividad son los Agentes impresores más importantes, y que los tres Grandes Señores son los "Receptores de la impresión" en un nivel sumamente elevado, el nivel átmico de percepción, zona energetizada por la Voluntad divina. 
Al tratar el quinto Punto de Revelación *, dije que concernían al aspecto superior de la Voluntad –aquello que produce la síntesis superior, la síntesis final. 
El propósito planetario constituye la síntesis eventual del pensamiento inicial del Logos planetario, y a este pensamiento se le da el nombre, aparentemente sin sentido, de "GLORIA"; esto representa todo lo que se puede concebir acerca del propósito divino; para nosotros es el "resplandor de gloria".
La mente humana en esta etapa, en tiempo y espacio, es incapaz de registrar un aspecto del Propósito; lo único que puede hacer es colaborar con los esfuerzos de la Jerarquía a fin de activar los acontecimientos que permitirán la manifestación del Propósito, el cual constituirá la revelación final para la última raza raíz humana, estando por lo tanto muy lejos de nuestra actual etapa de evolución. 
Haré una declaración que probablemente no aporte nada a la inteligencia del discípulo medio, pero puede constituir un pensamiento simiente fructífero para el iniciado que lea estas palabras: El Propósito de Sanat Kumara está siendo creado en la actualidad por la síntesis que la naturaleza de los últimos siete Senderos revela. Es adaptado en tiempo y espacio a la inteligencia humana, mediante el plan presentado, y en la gloria de la culminación el Plan realizado revelará el Propósito en los siete planos de evolución. Entonces la evolución, tal  como ha sido formulada e impuesta por la Jerarquía, terminará y tendrá lugar una expansión dinámica mayor. 
Observarán que en todos los campos de la enseñanza se llega a una eventual combinación y fusión y, en cierta etapa de desarrollo de la conciencia, los innumerables aspectos de acercamiento espiritual quedan reducidos a unas pocas formas de percepción espiritual consciente. Lo mismo ocurre con los detalles del proceso evolutivo, con la formulación del Plan jerárquico y con el reconocimiento del Propósito. Prácticamente hablando (y esto es muy importante) se podría decir que la evolución controla la forma del Propósito; el Plan concierne al reconocimiento jerárquico del Propósito, mientras que éste es el Pensamiento sintético que afluye a la suprema conciencia del Señor del Mundo, a través de los siete Senderos que los Maestros perciben en una iniciación muy elevada. 
Las siete grandes energías fluyen a nuestro mundo manifestado a través de los siete Senderos; no son energías que provienen directamente de los Siete Rayos, porque conciernen a la conciencia en forma muy específica; son energías sustanciales de la expresión material y su origen encierra un gran misterio. Cuando ambas energías energía material y energía de la conciencia están unidas por el Propósito divino, constituyen el dualismo esencial de nuestra vida manifestada. 
Todo lo que podemos conocer de ese Propósito es el Plan jerárquico, y sólo los discípulos y los aspirantes avanzados pueden juzgar y reconocer. 
Este Plan se basa en el reconocimiento de la guía divina en el pasado, en el reconocimiento del progreso que va de ese pasado al presente, además del esfuerzo por llegar a ser sensible a la correcta emergencia de ese Plan –que encarna un aspecto del Propósito en el futuro inmediato. 
El propósito está relacionado con el pasado, el presente y el futuro. 
Los Agentes del Plan son impresionados desde Shamballa, vía los Nirmanakayas; el proceso entonces se repite, y la humanidad avanzada se convierte en receptora, receptora sensible del Plan, tal como le ha sido trasmitido por los Agentes Impresores, los Maestros, que actúan a través del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. 
Este grupo constituye la analogía inferior de los Nirmanakayas, receptores de la impresión proveniente de Shamballa. 
Por lo tanto, verán la belleza y la síntesis, la interdependencia y la interacción colaboradora que se manifiesta por intermedio de la cadena jerárquica, desde el Agente más elevado, hasta el más humilde receptor de la impresión divina. 
La energía es la clave de todo esto. 
Energía es sustancia, y la sustancia está cualificada por la VOLUNTAD dinámica divina. 
Hay mucho que aprender respecto a la Voluntad. 
Como energía dinámica, no es comprendida aún en su verdadero sentido, por el ser humano. 
La humanidad, por lo general, reconoce la Voluntad como una determinación fija; constituye, en realidad, el esfuerzo individual para impresionar la sustancia (personal o circundante) con su propia voluntad o con su bien intencionado esfuerzo, para acatar lo que ellos creen que es la Voluntad de Dios, hablando simbólicamente. 
Pero los hombres nada saben del proceso de trabajar con sustancia dinámica energetizada, pues ésta los impresiona y utiliza a medida que perciben el Plan y se ponen bajo la influencia de la Tríada espiritual. 
Los hombres son utilizados en vez de utilizar lo que está disponible para el desenvolvimiento del Plan la energía dinámica de la Voluntad divina. 
Esta Voluntad dinámica no puede aprovecharse ni estar a disposición de los discípulos, que trabajan con el Plan hasta que el antakarana, en cierta medida, esté adecuadamente construido, aunque todavía no sea perfecto. 
Sin embargo, es de valor para el aspirante o discípulo, conocer la naturaleza de los Agentes que pueden localizar su aura magnética e impresionar en ella Su comprensión del Plan; dichos Agentes pueden ser discípulos aceptados o iniciados y Maestros; entonces el aspirante o discípulo hallará a aquellos con quienes podrá actuar personalmente como agente impresor. En consecuencia, debe estudiarse a sí mismo como receptor y también como agente, como factor receptor sensible, originador e impresor. 
Esto se podría considerar como un acercamiento científico a la vida espiritual, siendo de gran valor porque en la necesidad de servir está implícita la de recibir y, por lo tanto, se relaciona con la Invocación y Evocación.
En nuestro siguiente tema fundamental, la naturaleza del cuerpo etérico, hallaremos nuevamente las relaciones superiores y la interdependencia de muchos factores afines. Esta interdependencia surge con mayor agudeza a medida que se progresa en el esquema de las analogías, lográndose oportunamente un punto de fusión. 
* Discipulado en la Nueva Era, T. II, Tercera Parte.
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