viernes, 2 de septiembre de 2016

Libro los 12 Trabajos de Hércules (3º TRABAJO DE HERCULES)


3º TRABAJO DE HERCULES: Apoderarse de las Manzanas de Oro de las Hespérides
1.- En ti yace la verdad. Tienes en ti una fuerza, que es la
herencia de todos los hijos de los hombres que son también hijos de
Dios.
Este tercer trabajo se da en el signo de Géminis. 
Y trata del trabajo en el plano físico mientras el aspirante empieza a comprenderse a sí mismo. Antes de poder trabajar en este signo, como siempre, debe haber un proceso mental, a veces muy lento y muy largo, para poder unificar, en el plano físico, el cuerpo y el espíritu.
En este trabajo se prueba la sinceridad del aspirante.
Porque en él, para logara las manzanas de la sabiduría, hay que sentir antes un verdadero deseo de ser bueno y de investigar los aspectos de la vida espiritual y practicar la autodisciplina, la meditación y la oración.
De ese modo, el devoto se transforma en un hombre activo
porque el deseo hay que bajarlo al mundo de la realización. 
En el mundo físico es donde adquirimos experiencia. Y ésta es la prueba de Géminis. 
Porque las causas puestas en el mundo del pensamiento han
de manifestarse aquí como realidades. También es aquí donde,
mediante los sentidos, el espíritu descubre nuevos campos de
conocimiento y nuevas zonas de la existencia a investigar. 
Es aquí donde se logra el conocimiento que, finalmente se ha de transmutar en sabiduría. 
Porque el conocimiento es la búsqueda del significado,
mientras que la sabiduría es el conocimiento del espíritu.
Sin la comprensión de la forma en que debe aplicarse el
conocimiento, fracasamos, porque la comprensión es la aplicación del conocimiento a la luz de la sabiduría, a los problemas de la vida y a la consecución de la meta.
Hércules sen enfrenta, pues, al desafío de juntar los dos polos de su ser y coordinar espíritu y cuerpo logrando así la unidad en que se funden los pares de opuestos.
2.- A Hércules se le indica el trabajo a realizar: buscar las
manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.
La manzana figura mucho en la mitología. En el Edén, Lucifer
ofreció una a Eva que, al aceptarla, obtuvo el conocimiento del bien y del mal, es decir, la sabiduría. Es una manera simbólica de exponer la aparición de la mente y de cómo ese nuevo vehículo empezó a funcionar en aquel ser que ni era animal ni era humano.
Pero, con la adquisición de la mente llegó también la conciencia
de la propia dualidad, el pensador y lo pensado, la atracción de los pares de opuestos, del espíritu, que es bueno, y la materia que es mala si no se deja dominar por aquél para expresarse a través de ella.
Sólo se le dijeron a Hércules tres datos del problema a
resolver: que había un jardín con un árbol en el que crecían las
manzanas de oro; que el árbol estaba custodiado por la serpiente de cien cabezas; y que, cuando lo encontrara, encontraría allí a tres hermosas doncellas.
Y, con esos datos, Hércules empezó a explorar el planeta.
Primero fue al norte, luego al sur y al este y al oeste, hasta que
encontró a Nereo. 
Hércules le preguntó, pero Nereo nunca daba una
respuesta clara y concreta y directa, sino vagas sugerencias o
insinuaciones. Por fin, le dijo la dirección en que debía buscar, lo que le hizo volver hacia el sur, es decir, retroceder en el camino ya andado.
En ese camino hacia el sur, Hércules encontró a la serpiente
llamada Anteo, con la que hubo de luchar. Anteo era hijo de Poseidón, el dios de las aguas, y de Gea, la Tierra. Por eso, cuando Anteo estaba en contacto con la tierra, su madre, se hacía invencible. 
Y Hércules, como todos los discípulos, en esa lucha, tuvo que usar su mente y descubrir por qué si Anteo perdía contacto con la tierra se debilitaba.
Y, cuando lo hubo descubierto, le fue fácil mantener a Anteo en el aire y vencerlo. 
Recordemos que también Moisés tuvo que levantar en el
aire la serpiente para defender a su pueblo, atacado por serpientes venenosas.
Pero el aspirante a la vida superior ha de defenderse de otro
peligro muy común y que hace caer a muchos candidatos por lo
atractivo que resulta y que es el astralismo.
Géminis es un signo común, es decir, variable, y es un signo de
aire, es decir, mental. Y, en su búsqueda, tras vencer a Anteo, se tuvo que enfrentar al astralismo, que se ocupa de la apariencia y no de la realidad. Y por eso, su próximo encuentro fue con Busiris.
Busiris era hijo de Poseidón, el dios de las aguas, y de una
mortal. Y presumía de ser un gran maestro, de poder indicar a
Hércules el camino para llegar a las manzanas de las Hespérides y de ser el depositario de la verdad. Hércules lo creyó y permaneció mucho tiempo con él, admirándolo y olvidando el trabajo pendiente. 
Lo aceptó como su maestro y guía. Y, cuando Busiris lo tuvo
completamente dominado, lo ató al altar del sacrificio y le hizo olvidar a Nereo. 
Hércules, finalmente despertó de aquella sugestión, se dio
cuenta de lo que sucedía y del engaño de que estaba siendo objeto, se liberó, ató en su lugar a Busiris en el altar y siguió su camino en busca de las manzanas. Esta parte de la prueba nos muestra los engaños, retrasos, desalientos y rodeos que contiene el Sendero.
Siguiendo su búsqueda, encontró a Prometeo, atado a una roca y con los buitres devorándole el hígado, que cada día se renovaba., así que Hércules, se desvió de su camino para ahuyentar a los buitres y liberarlo, cosa que hizo.
Y llegó al momento cumbre de la prueba, en el que
encontró a Atlas cargando sobre sus hombros el peso del mundo. 
Tan impresionado quedó Hércules con el enorme esfuerzo que Atlas tenía que hacer para sostener el peso de la tierra que, conmovido, lo sustituyó en tal tarea. 
Y entonces se produjo el milagro: 
Atlas fue al Jardín de las Hespérides y, sin impedimento por parte de la serpiente de cien cabezas que las custodiaba y con la colaboración de las tres doncellas, cogió las manzanas de oro y se las entregó a Hércules que, instantáneamente, se vio liberado del peso del mundo y libre de la tarea que se había impuesto por ayudar a aquél.
3.- El problema con el que había que luchar en el signo de
Géminis era que el hombre es espíritu y es cuerpo y hay que
compensar el yo inferior con el Yo Superior.
Esa dualidad de Géminis está representada en muchas escrituras sagradas. 
Recordemos sino a Rómulo y Remo (matando el primero al
segundo), a Caín y Abel (haciendo lo mismo), a Cástor y Pólux (uno mortal y otro inmortal) y a Ismael e Isaac (uno hijo de la carne y el otro hijo de Dios). Y recordemos las dos columnas a la entrada del templo masónico.
4.- Esta historia del tercer trabajo contiene, pues, la primera
lección que todo aspirante debe asimilar: que no se puede aprender nada si no se ha pasado antes por los signos de Aries y de Tauro.
Porque, de otro modo, se caerá en el deseo de poderes y de presumir y, por tanto, en las garras de los Busiris que prometen la verdad sin poseerla y hacen perder el tiempo y el dinero a todos. 
O sea, que a la realización mística hay que añadir el conocimiento oculto de la realidad.
El encuentro de Hércules con Nereo resulta muy instructivo.
Nereo es el símbolo del Yo Superior, el verdadero Iniciado, el
Maestro. 
Una vez puestos en contacto, el Yo Superior se expresará
como con un destello fugaz, tan huidizo que el aspirante no será capaz de asirlo.
El Maestro, por serlo, no puede hacer el trabajo por el aspirante y es éste el que ha de encontrar el camino. 
A lo sumo, le dará alguna vaga insinuación, que él deberá juzgar si es sabia o no, y desaparecerá.
Pero nunca le dará una instrucción directa y definitiva.
Hay dos razones para que los verdaderos Maestros o
Hermanos Mayores sólo proporcionen un destello de pensamiento o de atención momentánea, que el aspirante ha de tener muy en cuenta:
Primera: El aspirante individual no es de interés personal para el Maestro hasta que haya llegado al punto de haber unido
suficientemente su cuerpo y su espíritu, y sea capaz de poder ser utilizado como canal para, a su través, dirigirle pensamientos y sugerencias. 
A medida que esas sugerencias sean seguidas, le dará
más, pero sólo en cuanto se refieran al trabajo que el discípulo ha de realizar en servicio del mundo. 
Hemos de tener presente esto y recordar que sólo llegaremos a maestros dominando nuestra parte mortal mediante los esfuerzos de nuestro propio espíritu, que es un
hijo de Dios y ha de saber sobreponerse, poco a poco, a su hermano mortal..
Segunda: Los cuerpos físicos de los aspirantes no están en
condición de soportar la elevada vibración de quienes ya se han
realizado. 
El cuerpo sería destrozado y el cerebro sería sometido a
demasiado esfuerzo, si uno de los Maestros hiciera constante
contacto con un discípulo, antes de que éste hubiera aprendido a conocer a Nereo como el símbolo de su propio yo superior. Cuando, por nuestros propios esfuerzos, estemos empezando a vivir como espíritus y, cuando, por nuestro propio autoiniciado empeño, estemos aprendiendo a servir y a ser canales de energía espiritual, entonces conoceremos a Nereo más íntimamente; y, casi inevitablemente, nuestro conocimiento del trabajo que los Grandes tienen que hacer, será tan vital y tan real, que renunciaremos a nuestro propio deseo por el contacto y buscaremos sólo levantar la carga que ellos llevan.
5.- Cuando los aspirantes hayan aprendido a olvidarse de
ellos mismos para servir, y a perder de vista su egoísmo espiritual ayudando a la humanidad, podrán pasar, como iniciados, a través del Portal del Sendero que conduce de la oscuridad hacia la Luz y de lo ilusorio a lo Real.
Hércules, el discípulo, había sentido el toque del Yo
Superior, pero no lo suficiente para permanecer con Nereo. 
Por eso hubo de regresar hacia el sur, es decir, al mundo.
Tuvo que luchar con Anteo, la serpiente (o gigante). 
Pero, esta vez, no era la serpiente del deseo, sino la de los hechizos del psiquismo inferior, que aparecen en las primeras etapas y atraen, inevitablemente, el interés de los aspirantes.
El aspirante se interesa en la escritura automática, o aprende a
sentarse y escuchar "voces", se vuelve astralmente clarividente y clariaudiente, se une a la confusión del plano psíquico, y así cae dentro de las trampas y peligros latentes del astralismo. Y se vuelve negativo, porque está todo el tiempo tratando de oír o ver lo que no es físico.
De un modo u otro, pues, el aspirante que ha dejado a Nereo, se
ha de encontrar con la serpiente y tendrá que luchar con ella. Como el mito lo relata, durante largo tiempo Hércules no pudo vencer pero, cuando levantó a la serpiente en el aire, triunfó.
Los aspirantes deberían renunciar a todo interés en los
fenómenos psíquicos, y a excluir, tan firmemente como puedan, el plano etérico, hasta que hayan desarrollado el poder de ser
intuitivos, y de interpretar sus intuiciones por medio de una mente bien desarrollada, bien provista y bien entrenada.
6.- La próxima etapa de la búsqueda de Hércules es
igualmente aplicable a la humanidad en su conjunto. El cayó en las garras de Busiris, que pretendía ser un gran maestro. Y, durante un largo período de tiempo Hércules estuvo cautivo de Busiris sin saberlo. 
El mundo hoy en día está lleno de maestros; de Busiris que
afirman que son iniciados, que son los custodios de la verdad, y que tienen un camino seguro y cierto de desarrollo que debe,
inevitablemente, capacitar al aspirante para realizarse. Pero el
verdadero iniciado es conocido por su vida y sus actos; está
demasiado ocupado sirviendo a la raza, para perder el tiempo en interesar a la gente sobre sí mismo; y no puede hacer promesas más allá de decir a cada aspirante: 
"Éstas son las reglas; éste es el camino que todos los santos y Maestros de Sabiduría han recorrido; ésta es la disciplina a la cual has de someterte; y, sólo si tratas de resistir y tener paciencia, alcanzarás la meta.
" Y esto es, precisamente, lo que ofrece la Filosofía Rosacruz que, desde al principio, anuncia al estudiante que, en su seno, no hay Busiris y que cada cual ha de ser sus propio Maestro.
7.- Hércules se liberó, como lo hacen todos los buscadores
sinceros; y habiendo escapado del mundo psíquico y seudoespiritual empezó a servir.
Primero, se liberó a sí mismo bajo el símbolo de Prometeo, el
que significa Dios encarnado, liberándolo de la tortura de los buitres de lo antiguo. Hércules se liberó a sí mismo de los buitres del deseo, que por largo tiempo lo habían torturado. Dejó de ser egoísta, y de buscar su propia satisfacción. Prometeo, el Dios interior, podría adelantarse al servicio del mundo y levantar la carga de Atlas.
Después del sacrificio viene la recompensa, y Hércules recibió
su gran sorpresa después de liberar a Prometeo. 
Habiendo abandonado su búsqueda para ayudar al mundo, Atlas fue en su lugar al jardín y le trajo las manzanas de oro, poniéndole en contacto con las tres hermosas doncellas, los tres aspectos del espíritu.
No debemos, pues, olvidar que el camino hacia nosotros mismos
discurre, siempre y exclusivamente, a través de actos de amor a los demás.
Francisco-Manuel Nácher.
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Libro los 12 Trabajos de Hércules (2º TRABAJO DE HERCULES)


2º TRABAJO DE HERCULES: CAPTURAR EL TORO DE GRETA
1.- El segundo Portal se abrió de par en par.
Euristeo mandó llamar a Hércules y le dijo que debía capturar el
toro sagrado que el rey Minos de Creta poseía, y llevarlo desde la isla
a la tierra firme. No le dio más instrucciones.
Hércules buscó primero y persiguió después al toro sagrado,
guiado por la estrella luminosa que brillaba sobre su frente. Así lo
siguió hasta su refugio y él sólo, lo capturó y lo condujo hasta la costa,
montado en él a horcajadas y, luego, a través de las aguar del mar, que
separaban a Creta de la tierra firme, hasta la ciudad de los cíclopes.
2.- De acuerdo con la ley universal, Hércules ha iniciado su
segundo trabajo en el plano mental.
Porque, en la ejecución de cualquier plan creador, primero es el
impulso del pensamiento y, luego, el del deseo. Primero el estado de
conciencia mental y, luego, el de la sensibilidad, que se desarrolla en
el mundo del deseo.
En este trabajo, hay que comprender perfectamente el
funcionamiento de la Ley de Atracción, que relaciona al que construye
la forma (el espíritu) y la forma misma, o sean, el polo positivo y el
negativo, el Yo y el no yo, el macho y la hembra, etc. Y aprender el
uso correcto y el control de la materia. Así que el aspirante es
probado, primero, en su naturaleza animal y sus motivaciones y,
luego, en la atracción que experimenta por la materia.
La gran ilusión de la materia y el sexo son dos aspectos de la
misma fuerza de atracción expresándose, uno, en el plano físico y el
otro en el plano del deseo o emocional.
3.- Todo aspirante tiene en el sexo un problema importante que
afrontar.
Porque, si su mente no puede resistir la atracción del polo
opuesto, se convierte en una víctima del sexo y puede llegar a ser
controlado por la parte inferior de su animalidad.
En cambio, si conoce la finalidad y correcto uso de su fuerza
creadora sexual y la posibilidad de transmutarla en palabras y escritos,
ideas y actos positivos y altruistas, entonces el aspirante se convierte
en un puntal para la sociedad, porque comprende y defiende la familia
y la reproducción como medio sagrado de proporcionar posibilidades
de renacimiento a otros espíritus hermanos. Y construye y ayuda y
progresa y beneficia a la sociedad en la que está integrado.
En el trabajo de Hércules, pues, el toro representa el deseo
animal, es decir, todos los deseos basados en la materia que, unidos,
dan lugar a la gran ilusión que produce el centrar la conciencia en algo
que no es real, alejándonos de lo que lo es, que es la vida del espíritu.
El discípulo es una parte del conjunto humano, separada de ese
conjunto y sometida a los vaivenes del deseo material. Por tanto, ese
deseo, ese toro, ha de ser perseguido y dominado hasta que se pueda
“cabalgar sobre él” y atravesar así las aguas de la pasión, sin peligro
alguno, hasta llegar a la tierra firme. El toro, pues, ha de ser montado
y conducido por el hombre, el espíritu.
Y, para hacerlo, para controlarlo, hay que emplear el sentido
común. Recordemos el lema rosacruz: Una mente pura, un corazón
tierno y un cuerpo sano, que deben ser utilizados, los tres, como
indican las leyes del lugar en que su propio destino lo ha situado.
Si el propósito es puro y está libre de la atracción de la materia,
la acción será justa y la consecuencia será una vida justa en el plano
físico y en todos los planos.
Quizá resulte interesante aquí, en el signo de Tauro, considerar
una costumbre española y su origen. Me estoy refiriendo a la Corrida
de Toros:
Nota previa importante: El que la simbología sea perfecta y el
que las corridas de toros, en su origen, en tiempos remotos y con
distintas exigencias morales, fueran una representación religiosa, no
cambia el hecho de que, para la sensibilidad alcanzada por la
Humanidad en nuestros días, se trata de algo innecesariamente
cruel y opuesto a los más elementales principios del amor y el
altruismo y, por tanto, reprobable desde el punto de vista de la
ciencia oculta. Pero resulta ilustrativo meditar sobre sus contenidos
ocultos originarios y que han perdurado formalmente.
El mito de la expedición de los Argonautas en busca del
Vellocino de Oro - representación simbólica del cuerpo-alma -
expresa, sin decirlo, que el acontecimiento relatado tenía lugar cuando
se estaba realizando el paso, por precesión de los equinoccios, de la
era de Tauro a la era de Aries, y ello supuso que las religiones que
habían representado a Dios por un toro (Buey Apis, toros de Asiria y
Babilonia, pueblo judío antes de salir de Egipto, civilización minoica
de Creta, nuestros Toros de Guisando, etc.) pretendiendo poner el
acento en la virtud de la fortaleza divina, estaban pasando a destacar la
mansedumbre, la bondad y la humildad del cordero, cambio que tuvo
lugar entre el tercero y el segundo milenio antes de Cristo.
Pues bien, nuestras actuales corridas de toros tienen su origen en
aquella lejana época en que el toro pasó a ser, de representante de la
deidad, a representante de las pasiones, los vicios y lo negativo que el
aspirante a la vida superior, en la nueva época, había de vencer a toda
costa. Baste recordar al efecto la reacción de Moisés cuando, al bajar
del Monte Sinaí con el Decálogo, descubrió que su pueblo había
vuelto a adorar al becerro de oro, es decir, había regresado a la
religión de la era de Tauro. Seguramente, en las Escuelas de Misterios
de entonces, existieron las corridas de toros.
Vamos, pues, a extendernos sobre este asunto, muy interesante,
sobre todo para los españoles, muchos latinoamericanos y algunos
franceses, contando con que la “fiesta” ha sufrido muchos cambios y
regulaciones pero que, curiosamente, no han hecho, sino destacar sus
simbolismos.
En realidad, una corrida de toros no es sino la escenificación
simbólica de lo que supone la subida del Monte de la Evolución por el
atajo de la Iniciación, sendero que escogen unos pocos, a diferencia
del camino ordinario, elegido por la mayor parte de la Humanidad.
Como Cristo dijo, “el camino es angosto y empinado” y “muchos son
los llamados y pocos los escogidos”.
La simbología, como se comprobará, es perfecta:
La arena, el ruedo, es la vida. El público son nuestros
semejantes, el mundo, en el que hay de todo: Gente avanzada y gente
atrasada, gente buena y gente no tan buena, gente que comprende y
gente que exige, gente que se emociona y gente que razona, gente
ardiente y gente fría... Y todos ellos presencian la corrida y hablan y
gritan y opinan y actúan e intervienen, a su manera, en el desarrollo
del espectáculo. Y, al final, lo juzgan.
La carrera del aspirante comienza como arenero: Nivelando -
antes de iniciarse la corrida - la arena, la materia, es decir, limando las
mayores asperezas de su carácter, eliminando los mayores defectos,
los más ostensibles, los que, de persistir, harían imposible la lidia y,
por tanto, el triunfo.
Cuando se ha dominado ese arte de eliminar los defectos más
importantes, cuando ya se carece de ellos, se pasa a “mono sabio”.
Entonces ya se está cerca del toro. Cierto que la actuación es mínima,
pero el ánimo se va templando al ver al enemigo cara a cara y a su
mismo nivel, aunque sea con la protección del picador y del caballo.
Adquirida la destreza suficiente, se pasa a enfrentarse
directamente con las pasiones. Pero, débil aún, el aspirante les hace
frente desde lejos, hostigándolas mediante una larga pica y subido en
un protector caballo que antes era blanco – símbolo del Yo Superior -
para ir debilitándolas poco a poco. Se aprende entonces a resistir con
brazo firme las embestidas de la fiera y hasta a aprovechar su energía
para debilitarla haciéndole perder fuerza. Y se nota que el cuerpo-alma
o vehículo espiritual del neófito se está desarrollando, puesto que ya
viste un traje de luces; aún modesto, sólo de plata, pero que ya brilla
por sí mismo. A medida que progrese en el Sendero, su traje se irá
enriqueciendo con nuevos destellos.
Dominado ese estado, se puede uno ya enfrentar a la bestia pie a
tierra. Aún no de modo definitivo ni sólo en el ruedo, pero puede
hostigar a sus pasiones, mirándolas de tú a tú, a su mismo nivel y sin
intermediarios. Por eso el banderillero ya no espera la acometida de
las pasiones. Ahora se atreve ya a salirles al paso y atacarlas y
debilitarlas más aún. Y su traje es más rico y más luminoso que antes.
Cuando se ha logrado dominar el arte anterior, se puede uno ya
enfrentar al toro sin más arma que el capote. Antiguamente el capote
era color púrpura, es decir, la suma o la mezcla del azul, el color del
Padre y el rojo, el color del Espíritu Santo, porque en aquella época el
Hijo aún no había hecho su aparición en la Tierra. Aún la muleta
conserva ese color. El capote, sin embargo, ha adoptado ya, en una de
sus caras el color amarillo, el del Hijo. Con la ayuda, pues, de la
Santísima Trinidad, es decir, de su triple espíritu, su voluntad, su
sabiduría y su actividad inteligente, el neófito se enfrenta a sus
pasiones y aprende a detener sus envites y a desviarlas sin que le
afecten.
En un estadio posterior, muleta en mano, aprenderá a
dominarlas, a burlarlas, a amaestrarlas, es decir, a "parar, templar y
mandar".
Y, cuando ya domina ese grado, armado con el estoque de la
voluntad, en el momento oportuno, las matará, – como San Jorge
mataba el dragón - es decir, las destruirá, las eliminará del propio
carácter para siempre.
Y el lidiador, el aspirante, mediante la “alternativa” de un
Maestro, es decir, de un ya iniciado, se convertirá también en un
iniciado, en un "Maestro". Y, curiosamente, aún se les llama así,
"maestros", como a los hierofantes de los Misterios. Por eso el traje
del "matador" de sus pasiones, es de oro, o sea, que se ha desarrollado
completamente y, como el de todos los Maestros, es luminoso y
brillante. Es el "vellocino de oro" de los griegos, el "cuerpo del alma"
de que habla San Pablo, el "dorado vestido de bodas", imprescindible
para asistir al banquete nupcial, de que nos habla la parábola de
Cristo.
Según el nivel alcanzado por el lidiador en su evolución
personal, serán las adquisiciones que su trabajo le proporcione. Y así,
terminada con éxito la lidia, para un primer grado de nivel alcanzado,
la consecución será el dar la vuelta al ruedo, es decir, tendrá que
volver al mundo y vivir en él y mezclarse con los demás hombres. Y
éstos le obsequiarán con los objetos que más estiman y se los
ofrecerán, es decir, lo tentarán. Pero él, agradeciéndolos, los
devolverá, es decir, no caerá en las tentaciones que, de buena o de
mala fe le tiendan sus semejantes. O le increparán e insultarán y
despreciarán, y él deberá saber dominar las emociones que ello le
pueda producir.
En un nivel superior de evolución, obtendrá y se le otorgará una
oreja del morlaco. Lo cual significa que el iniciado habrá adquirido la
clariaudiencia, es decir, la posibilidad de escuchar los sonidos de otros
planos de existencia; las voces de los ángeles, denominadas
esotéricamente como "el lenguaje de los pájaros"; la Sinfonía de las
Estrellas, el concierto que las notas clave de todos los astros
interpretan en la caja de resonancia del Cosmos y que, esotéricamente
se denomina "la Lira de Apolo"; la “Voz del Silencio”, es decir, la del
Cristo Interno, que susurra permanentemente llamándonos por el buen
camino.
En un grado más arriba de progreso, recibirá las dos orejas, o
sea, que habrá desarrollado, además, la clarividencia, la posibilidad de
contemplar los demás planos de existencia; y será capaz de ver a los
difuntos en sus vidas post mortem y a los ángeles y a los Luciferes y a
todos los habitantes de los mundos superiores e inferiores al mundo
físico que todos percibimos.
En un escalón superior evolutivo, la recompensa consistirá en el
rabo, lo cual significa que habrá adquirido la facultad de espantar con
toda facilidad cualquier intento de cualquier habitante de otro plano
que desee influenciarle, de cualquier modo que sea, y que será inmune
a los pensamientos y deseos y maquinaciones ajenas que en otras
circunstancias podrían afectarle negativamente.
Y, en un último grado de desarrollo, el premio será una pata. Lo
cual simboliza la capacidad de poder trasladarse a voluntad por los
distintos mundos.
Concluida la faena, si ésta fue lo suficientemente buena,
obtendrá la Liberación, representada por la salida a hombros por la
Puerta Grande, lo cual significa que se ha elevado sobre el nivel
medio de la Humanidad, pero gracias a ella - y por eso se apoya en los
hombros de otros hermanos a los que será deudor.-, y que se ha
adelantado a sus semejantes en la evolución y por ello, ya que ha sido
capaz de vencer a la muerte, es decir, de adquirir la conciencia
permanente, o sea, la memoria ininterrumpida entre sueño y vigilia y
entre vida y muerte, traspasa a hombros de sus semejantes el Portal
que conduce a la inmortalidad.
Francisco Manuel Nácher.
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Libro los 12 Trabajos de Hércules (PRIMER TRABAJO DE HERCULES)


PRIMER TRABAJO DE HERCULES: Capturar las Yeguas Devoradoras de Hombres, de Diómedes
1.- El Primer gran Portal del gran Zodíaco se abrió:
Y Hércules recibió la siguiente orden:
- Ve y captura esas yeguas malignas y detén sus hechos. Libera
a esa tierra y a sus habitantes.
Fue el primer trabajo que Euristeo encomendó a Hércules:
capturar las yeguas de Diómedes.
Diómedes, hijo de Marte, criaba en su reino las yeguas negras de
la guerra, en los pantanos del mismo. Eran salvajes y feroces y todos
las temía, pues mataban a los hijos de los hombres, asolaban las
cosechas y engendraban continuamente caballos igualmente malignos
y feroces.
Hércules le dijo a su amado amigo Abderis, que siempre le
acompañaba:
- Ayúdame en este trabajo.
Abderis así lo hizo. Y ambos se enfrentaron a la tarea juntos.
Planearon su estrategia, siguieron a los caballos a lo largo de las
praderas y los pantanos hasta que, al fin, lograron encerrarlos en un
lugar del que no podían salir. Y entonces les trabaron las patas.
Hércules, orgulloso de haberlo logrado, se consideró demasiado
importante para terminar personalmente el trabajo, así que,.mientras él
seguía adelante, le dijo a Abderis:
- Abderis, ve y lleva las yeguas a través del portal.
Pero Abderis no era como Hércules. Abderis era débil. Y temía a
los caballos. Y éstos se le escaparon y lo agredieron y lo patearon y lo
mataron.
Entonces, Hércules tuvo que tragarse su orgullo y repetir, esta
vez solo, todo el trabajo, mientras su amigo yacía muerto, y conducir
las yeguas a través del Portal, mientras Abderis yacía muerto.
Los pobladores de la región aclamaban a Hércules como su
salvador, cuando pasaba por los pueblos. Pero Abderis estaba muerto.
Al llegar al Portal, el Maestro dijo:
- Has llevado a cabo el primer trabajo. Pero mal. Aprende la
lección y pasa a otro servicio.
2.- Desde el punto de vista cósmico, Aries es el signo de la
Creación. Es el signo de los comienzos. En la evolución humana,
marca el punto en el que se inicia la conciencia subjetiva de la
existencia, en comienzo de la senda de la experiencia.
Aries es el signo del poder evolucionante emanado de Dios y del
hombre, que es un hijo de Dios. Y ese poder fluye hacia dentro del
mundo, hacia la materia, produciendo las formas, y hacia el mundo del
ser o del espíritu. El primer flujo se expresa a través de las formas en
el sendero del descenso, externo; y el otro representa el sendero de
retorno, interior. Y ambos, juntos, completan el recorrido de la
evolución toda.
En Aries se inicia el camino en el que se toma forma y se
aprende a dominarla. Pero también se inicia el desarrollo interior y el
dominio de lo interno sobre lo externo. Las características de este
período son: reorganización, repolarización, reorientación y
regeneración. Todo ello, todo el recorrido depende de la atención
mental que el ser divino y humano, que es el hombre, le dedique.
Durante millones de años, esa fuerza vital se ha usado para
satisfacer deseos. Pero, con el tiempo, durante una serie de recorridos
por todo el zodíaco, el atractivo de la materia va desapareciendo hasta
que, una vez, precisamente en Aries, nace una nueva visión, un nuevo
objetivo. El hombre que es, a la vez, un hijo de Dios, ha descubierto
su naturaleza dual y desea abandonar su aspecto material para
empezar a dejarse influenciar por su aspecto espiritual.
Y se ve en la necesidad de aprender a usar su fuerza vital, ya no
con una finalidad egoísta, sino desinteresada y altruista.
3.- Aries rige la mente. En Aries está la fuerza que construye,
con la materia, la forma exterior y visible, que se convertirá en la
prisión del espíritu. Más adelante, ese espíritu individual pasará a
sentirse integrado en una masa cuando pase por Cáncer y a
considerarse un hombre en Leo. Luego, en Escorpio, alcanzará la
máxima densidad y, por fin, en Piscis, la forma morirá.
En Libra, el signo opuesto a Aries, habrá alcanzado el espíritu el
equilibrio y la armonía entre sus dos aspectos, como consecuencia de
las experiencias acumuladas durante su recorrido por los cinco signos
intermedios.
Aries rige la cabeza y, por tanto, es el signo del pensador y un
potente signo mental.
El aspirante espiritual da comienzo a su trabajo consciente
cuando se convierte en un pensador y toma en sus manos su propio
destino, gracias al conocimiento adquirido con la mente.
Los caballos negros simbolizan la mente inferior, fábrica de
ideas falsas y conceptos errados. Representan la polaridad femenina
de la mente como creadora de conceptos, ideas y teorías. Ideas que,
luego, se lanzan al mundo, devastándolo y destruyéndolo cuando
surgen de la mente inferior, pero construyéndolo y salvándolo cuando
proceden del espíritu.
Por eso, el caballo blanco representa la mente iluminada del
hombre realmente espiritual.
Es de notar que, siendo Marte el regente exotérico de Aries,
Hércules inició este trabajo como militante, guerrero y líder. La
yeguas eran de Diómedes, hijo de Marte. Pero, como el regente
esotérico de Aries es Mercurio, el que “ilumina la mente y media
entre el espíritu y la personalidad”, por eso Hércules pudo realizar su
trabajo.
4.- Conviene, para la mejor comprensión de los trabajos
siguientes, tener claros cuatro conceptos:
a.- Dios. Que es la suma de todas las formas, de todos los
estados de conciencia y de toda la vida energizante.
b.- Sexo: Que es la vida en actividad que atrae a la materia y al
espíritu; la atracción entre espíritu y materia; el deseo; la tendencia a
la creación.
c.- Ley: Que es el conjunto de hábitos nacidos de la eterna
acción recíproca entre materia y espíritu, los dos polos opuestos, y que
el hombre conoce como leyes naturales; el efecto de la incidencia de
la voluntad divina sobre la forma; el reconocimiento de ese efecto por
el hombre.
d.- Pecado: Que es la rebelión de la unidad contra el todo; de la
individualidad contra el grupo; el egoísmo frente al interés universal.
5.- Ahora podemos comprender fácilmente el significado de este
primer trabajo:
Hércules había de empezar a adquirir control sobre la mente en
el mundo del pensamiento. Durante miles de años, las yeguas (que
representan a la mente inferior) habían estado produciendo negros
caballos agresivos y dañinos, es decir, pensamientos erróneos, juicios
equivocados e ideas falsas, que habían devastado la región, es decir, la
tierra.
Y una de las primeras lecciones que todo aspirante ha de
hacer propia es la de convencerse del enorme poder que poseen sus
pensamientos y, por tanto, el enorme daño que puede hacer con ellos
entre los más próximos, entre sus amigos y en el medio ambiente,
mediante esas yeguas madres marcianas que, una vez fecundadas,
siguen devastando la región. Ha de aprender, pues, a usar
correctamente su mente y no dejarla engendrar más caballos
guerreros y agresivos. Porque el egoísmo, la falta de bondad, el amor
a la murmuración y a la crítica, constituyen gran parte del contenido
de su pensamiento; y las yeguas madres de su mente están
constantemente siendo fertilizadas por el egocentrismo y la ilusión.
Estas yeguas madres, en lugar de dar nacimiento a ideas y
conceptos originados en el reino del espíritu, y en vez de ser
fertilizadas desde el reino espiritual, se convierten en madres del
error, la falsedad y la crueldad, que tienen su origen en el aspecto
inferior de la naturaleza humana.
Francisco Manuel Nácher
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/

Libro los 12 Trabajos de Hércules


LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES (INTRODUCCIÓN) (EL TRABAJO INTERIOR QUE TODO INICIADO DEBE EMPRENDER EN UN MOMENTO MÁGICO DE SU EXISTENCIA
Hércules representa al hijo de Dios que ha emprendido el viaje a voluntad al centro de su ser divino...viaje que implica disciplina y el desarrollo heroico con valentía de su verdadera naturaleza superior. A partir de un “loco” ser humano... emergerá un Ser que usará los destellos de su inteligencia superior para caminar a través del mundo en búsqueda de la construcción heroica de su divinidad interior... hasta tener la certeza que lleva dentro todo el potencial para despertar su naturaleza esencial. En los 12 trabajos de Hércules están descritos los caminos del sendero de la vida, como experiencia para desarrollar una inteligencia superior ilimitada... la inteligencia del amor.
La vida es parte del sendero de la evolución, el cual es un proceso de aprendizaje para encontrar nuestra verdadera libertad, autoconsciencia y sabiduría para anteponer nuestra voluntad a fines elevados que conducen a la paz y felicidad permanente. Es un continuo trabajo evolutivo en donde el hombre se desarrolla sistemáticamente durante diversos ciclos, depurando y transformando a “el loco” descarriado en “el héroe” de la eternidad, develando los misterios que permanecen ocultos y dormidos dentro su esencia, y cuando finalmente los encuentra permanece en armonía con el Todo.
En la medida que se profundiza en los 12 trabajos de Hércules y su recorrido por el gran zodiaco del cielo, te puedes aproximar a ti mismo a través de él... porque como tú, también parte desde el hombre común... "el loco" hasta el aspirante a la sabiduría universal. Desarrollando tu mente y coordinando tus aptitudes mentales, emocionales y físicas, agotando los intereses del inconsciente colectivo y empezando a buscar en un campo unificado de consciencia.
Eres como Hércules... un "Dios en embrión" y tienes que enfrentar sus mismos trabajos, sus mismas metas y el mismo círculo arquetipal del zodiaco que cruzar... todo este recorrido tiene como propósito... deshacer el miedo y el control de las fuerzas naturales instintivas.
Los arquetipos son una forma exterior y visible de una realidad interior y espiritual e influyen en todo lo exterior porque son un fiel reflejo de tus fuerzas creativas internas. Te invito a través de estos 12 trabajos... a que descubras en ti mismo, el significado de los símbolos arquetipales que existen dormidos en tu inconsciente… como una guía que dirija tu camino de una manera mucho más consciente y equilibrado.
Introducción de Luz Rodriguez

EL LIBRO DE ORO SAINT GERMAIN ( Capitulo VII)


CAPITULO VII 
Cuando se dio la orden «Hágase la Luz», la primera actividad fue la obediencia. Surgió la luz en cantidades ilimitadas, y así ocurre con todo lo que se refiere a la actividad exterior del único Principio Activo: Dios. Quiero decir que la primera actividad de todo lo externo es la obediencia perfecta a la presencia «YO SOY», pues sólo así se puede expresar armoniosamente la esencia pura. 
Hay que esforzarse por mantener tranquila en todo momento la expresión exterior; así sea entre amigos, parientes, socios o lo que sea, de cualquier condición o edad, pues cada vez que surge el impulso de discutir, criticar o resistir, es la señal de que la conciencia carnal se está entrometiendo para llamar la atención sobre ella. 
Ese es el momento de darle la orden de observar obediencia y silencio. 
Lo importante es conservarse en calma, en Gracia de Amor, Luz y Obediencia. 
Es inútil discutir; silencia tú el exterior. 
Cuando el estudiante entra ya en el sendero consciente, la menor apariencia de resistencia o de perturbación le indica que debe decretar 
«YO SOY LA OBEDIENTE E INTELIGENTE ACTIVIDAD DE MI MENTE Y CUERPO; YO SOY EL PODER QUE GOBIERNA Y ORDENA TODO ARMONIOSAMENTE». Todavía no puedo entrar a enumerar los elementos perturbadores de las actividades exteriores, porque sería impulsar en el estudiante una resistencia o, tal vez, un complejo de culpabilidad. 
Cuando los estudiantes estén lo suficientemente fuertes para escuchar estas verdades, se les darán. Basta con la mención hecha de que deben estar en guardia para no aceptar resistencia ni tentaciones de criticar. 
Cada uno debe usar muy a menudo la declaración: 
« YO SOY LA GUARDIA INVENCIBLE.
ESTABLECIDA Y SOSTENIDA EN MI MENTE, MI CUERPO, MI HOGAR, MI MUNDO Y MIS ASUNTOS». 
Esta guardia es la presencia «YO SOY», y, naturalmente, es Infinita Inteligencia. 
La conciencia de esto establecerá esa guardia de actividad inteligente, que no tendrá que ser repetida constantemente una vez que sea establecido el impulso, o sea, el momentum. Volvamos al punto de que cada vez que usamos el «YO SOY», sabemos que está actuando el poder del Amor, la Sabiduría y la Inteligencia Divinas. 
Usa también la declaración: «YO SOY LA ACCIÓN PLENAMENTE LIBERADORA DEL AMOR DIVINO». (Recuerda que el Amor, como virtud o atribución de Dios, es una entidad viviente, ya que Dios es Vida, y todos Sus atributos están vivientes.) Yo sugiero como actividad preparatoria para cada día que los estudiantes declaren con firmeza y con gozo (sabiendo de antemano que el propio poder dentro de la declaración la hace mantenerse vigente): 
« YO SOY EL AMOR, LA SABIDURÍA Y EL PODER CON SU INTELIGENCIA ACTIVA, LO QUE ESTARÁ ACTUANDO EN TODO LO QUE YO PIENSE Y HAGA HOY. YO LE ORDENO A ESTA ACTIVIDAD INFINITA QUE SEA MI PROTECCIÓN Y QUE ACTÚE EN TODO MOMENTO, HACIENDO QUE YO ME MUEVA, HABLE Y PROCEDA ÚNICAMENTE EN ORDEN DIVINO». 
Y es bueno que durante el día se declare: «YO SOY LA PRESENCIA GOBERNANTE QUE ME PRECEDE A DONDE YO VAYA DURANTE ESTE DÍA, ORDENANDO PERFECTA PAZ Y ARMONÍA EN TODAS MIS ACTIVIDADES». 
De esta manera se deja la puerta abierta para el flujo constante de la presencia interior que transformará tu mundo, te impedirá el contacto con la desarmonía y hará que la paz y la armonía se hagan en todo contacto exterior. 
No importa cuál sea la manifestación dentro o fuera del cuerpo; el estudiante debe adoptar la firme determinación de que su cuerpo es el Templo del Altísimo. 
Esta es una verdad incontrovertible, y esta actitud mantenida conscientemente traerá el cuerpo a la actividad perfecta, como es la intención divina. 
Yo les recuerdo en todo momento a los estudiantes que no hay otra forma de lograr adquirir una cualidad o un atributo deseado, sino reclamándolo, sabiendo que existe en nuestro espíritu perfecto. El exterior se ha acostumbrado a creer en la imperfección del ser humano y, por consiguiente, no puede manifestar perfecciones bajo tales condiciones. 
El pensamiento del estudiante, en general, es el siguiente: «Bueno, ya comprobé que no manifiesto esta cualidad que yo deseo y debe ser porque no estoy lo suficientemente adelantado». 
Pero yo te aseguro que no importa lo que esté manifestando el cuerpo o ser humano, el fracaso es imposible cuando se ha puesto en movimiento el «YO SOY», ya que se ha pronunciado la Verdad, además de movilizar los atributos de Dios. 
Muchas veces he visto a mis discípulos a punto de manifestar una gran victoria, y no solamente han fallado en el último momento, por la duda y la falta de persistencia, sino que le han cerrado la puerta por tiempo indefinido. 
El estudiante debe obligarse a mantener en su mente que cuando se ha puesto en movimiento el Poder de Dios, al pronunciar el «YO SOY», primero ocurre el caos universal antes de dejar de cumplirse la afirmación. 
No puede jamás dejar de actuar la actividad «YO SOY», a menos que el exterior se lo impida. Esto puede ocurrir cuando la precipitación asoma ya en el plano terrenal y la «efluvia» ataca para destrozarla. 
Todo estudiante debe vigilarse con gran atención para no usar el «YO SOY» en expresión negativa, porque cuando se dice: « Yo estoy enfermo, o Yo he fracasado, o Yo no estoy actuando correctamente», se está lanzando esta magna energía para destrozar aquello que deseas lograr. 
Esto la efluvia es la masa de energía negativa mal usada que flota en todo el planeta, o donde quiera que vivan seres humanos, y que está compuesta de las emanaciones mentales de todos los seres que, no conociendo la Ley de Mentalismo, no saben que sus pensamientos toman forma, quedan flotando y despiden una gran fuerza ocurre siempre que se usa el pronombre «YO», como ya lo sabes, pues ésa es la válvula que abre el «Poder Universal». 
Conociendo que «YO SOY» eres tú mismo, cuando dices: «me duele la cabeza, tengo el estómago malo», etc., estás lanzando la energía para que actúe en esos órganos en la forma que estás decretando, pues es igual cuando usas diferentes verbos y el pronombre posesivo. Se refieren éstos a una persona. «YO». 
No hay sino una sola persona que pueda afirmar en tu mundo, TU. Cualquier expresión que únicamente pueda ser apropiada por ti, para ti, está incluyendo la energía y la actividad de la presencia «YO SOY». 
La actitud correcta es que si un órgano aparenta estar rebelde, hay que declarar y mantener con firmeza: «YO SOY LA ÚNICA Y PERFECTA ENERGÍA ACTUANDO AQUÍ, POR LO TANTO, TODA APARIENCIA DE PERTURBACIÓN ES INSTANTÁNEAMENTE CORREGIDA». 
Este es el punto importante que hay que mantenerles a los estudiantes, y si por la fuerza de la costumbre usas algún agente exterior, como por ejemplo, un medicamento, úsalo parcamente, siempre aclarándote a ti mismo la verdad, hasta que adquieras la maestría suficiente para gobernar enteramente por vía de tu presencia «YO SOY». 
Yo te aseguro que aunque creas que el agente medicamentoso te ha aliviado, siempre es la presencia «YO SOY» la que le ha comunicado al medicamento el poder de aliviarte. 
Por ejemplo, YO, Saint Germain, he observado el mundo médico por muchos siglos, y cada vez que un individuo en autoridad dice que tal o cual medicina ya no sirve, al poco tiempo la medicina desaparece por completo del escenario. 
Lo que ocurre en la mente de todo individuo pensante es que consideran que ciertas hierbas o substancias tienen una acción química que corresponde al elemento dentro del cuerpo. 
Y yo te digo: ¿Qué es lo que te da la afinidad química? 
El poder de tu «YO SOY» que te permite pensar. 
Así cuando le das la vuelta al «Círculo de Actividad», encuentras que no hay sino una Inteligencia y Presencia actuando, el «YO SOY DIOS EN TÍ». 
Entonces, pues, ¿por qué no te enfrentas a esta verdad? Plántate sin vacilación y piensa: 
« YO SOY ESA PRESENCIA EN ACCIÓN». 
Es la misma Vida en mí y en todos los remedios a los cuales les da su poder. ¿No es mucho mejor ir directamente a la Suprema Fuente de todo, y recibir su Omnipotente e Inagotable asistencia, que no puede fallar, en lugar de concederle a algo interior que te lleva a otro algo exterior, a lo cual tú le has concedido el Poder de aliviar la condición a la cual diste el poder de molestarte? 
Yo sé que no es fácil dejar muy viejas costumbres. 
Pero un poco de meditación obligará al raciocinio exterior a soltar su dependencia en estos remedios exteriores y depender exclusivamente de la gran presencia «YO SOY». 
Por supuesto que no hay otro modo de convencer a un estudiante respecto a esta cuestión vital, sino por la aplicación de estas verdades con determinación y firmeza. 
Además NADIE PUEDE DEMOSTRARLE HASTA QUÉ GRADO SE PUEDE APLICAR LA VERDAD; SÓLO ÉL PUEDE DETERMINAR ESE GRADO. 
A veces la energía interior, acumulada por el deseo, es de tal magnitud, que el individuo se asombra ante los resultados. 
La palabra que emplean los orientales es OM. Significa lo mismo que «YO SOY» (I am). A mí personalmente me gusta más el «YO SOY», porque el estudiante siente más la acción de Dios en él. Para los orientales «OM» es una presencia universal, y no da la conciencia que da la presencia «YO SOY» actuando en el individuo. 
Esto explica la condición que existe hoy en la India, que por la confusión de tantas castas, han caído en el error de creer que lo que es importante es la entonación en que cantan «OM». 
Sí es verdad que impone una actividad, pero no la de energizar la acción del individuo y, por consiguiente, la diferencia de entonación es de poco beneficio. 
El sistema de los Maestros Ascendidos desde tiempo inmemorial ha sido el uso consciente de la Presencia «YO SOY». 
El reconocimiento y plena aceptación de DIOS EN ACCIÓN 
en el individuo es lo que imparte más y más la inteligente actividad, plena y completa, de la Presencia de Dios. 
Esto es la práctica de la Presencia de Dios, o sea, la Deidad. Aquellos orientales que han alcanzado grandes alturas, y que los hay sin duda, lo han logrado a fuerza de meditar sobre esta verdadera actividad. 
Tal vez la verdad más sencilla y más poderosa que el individuo puede sostener es que cuando él diga «YO SOY» pone en acción dentro de sí mismo, consciente o inconscientemente, la plena energía de Dios sin adulteración alguna. 
La energía se convierte en poder, a través del uso consciente. 
El hecho de que un individuo está encarnado como ser humano es una orden de elevar su mundo a un estado de actividad perfecta. Cuando la conciencia del individuo es elevada, todo el mundo de ese ser es subido al plano de actividad interior. 
La frase oriental «O mani padme hum» significa 
«Dios actuando en el individuo». 
Usa el «YO SOY» en lugar de «OM» en todo momento, porque tal vez tú has vivido encarnado en cuerpos hindúes. 
Conociste ese uso, y para impedir que se invoque un uso inferior, emplea el «YO SOY», para que te lleve a la altura completa. 
Cada vez que tú usas el «YO SOY», pones la pura energía en Dios en movimiento, sin color ni tinte de concepto humano. 
Es la única forma de mantener la pura energía de Dios incontaminada por calificaciones humanas. 
Enormes resultados se logran en corto tiempo por medio del uso de las afirmaciones siguientes:
 «YO SOY LA PURA INSPIRACIÓN; YO SOY LA LUZ PURA. EN ACCIÓN AQUÍ» (visualiza esto en y a través del cuerpo en el propio momento); «YO SOY LA PURA REVELACIÓN DE TODO LO QUE YO QUIERO SABER». Mantén para siempre dentro de ti las riendas del poder. 
La gente teme abrazar el Gran Poder de Dios y dejarlo obrar. ¿Y qué puede haber en Dios que te dé temor? 
Tienes que reclamar o apropiarte lo que tú desees. 
Di: «YO SOY AHORA EL SER ASCENDIDO QUE DESEO SER». Esto te envuelve inmediatamente en la Presencia Ascendente. 
«YO SOY LA ETERNA LIBERACIÓN DE TODA IMPERFECCIÓN HUMANA». 
Esto realiza quien es «YO SOY». «YO SOY ACEPTO AHORA MI PERFECCIÓN COMPLETA Y TERMINADA YA». 
Usa las explicaciones de las afirmaciones para tu propia comprensión, pues la conciencia carnal es un Santo Tomás, incrédulo y criticón. 
No lo dejes dudar. Di: «ESTE CUERPO MÍO ES EL TEMPLO DE DIOS VIVIENTE Y ES ASCENDIDO AHORA». 
Las instrucciones generalmente son para que el estudiante se compruebe la Ley a sí mismo. 
Di a menudo: «YO SOY EL PODER QUE GOBIERNA ESTA ACTIVIDAD Y, POR CONSIGUIENTE, SIEMPRE ES NORMAL». 
En todo el Universo no hay un individuo que pueda reconocer el «YO SOY» ajeno para ninguna otra persona. 
Uno puede dirigirse al «YO SOY» colectivo y, por supuesto, porque en ese «YO SOY» entra uno también, pero no es lo mismo cuando se trata del «YO SOY» individual. 
Cada paso alcanzado por ti en el reconocimiento de que eres, es una adquisición permanente y no se puede retrogradar.
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