jueves, 13 de octubre de 2016

Alegria de Vivir (Sanaya Roman) Capitulo 15º


CAPÍTULO 15 
La libertad es tu derecho 
La libertad es un sentimiento interno. 
Es la capacidad para elegir lo que deseas. 
Es el reconocimiento de que tú eres el capitán del barco. 
La libertad es saber que eres el dueño de tu propia vida, que eres el que está a cargo de todo. 
La libertad es esencial para la alegría, pues allí donde te sientas atrapado o donde se te haya privado de tus derechos, no puedes experimentar alegría. La libertad es importante para llevar la luz de tu alma a la conciencia. 
Vives en un planeta de libre albedrío, donde aprendes acerca de acción y reacción, causa y efecto. 
La realidad terrenal se basa en la elección. 
No importa cuál sea la situación que experimentes en tu vida, tanto si piensas que tienes libertad como si no, tú eres el único que ha elegido encontrarse en esa situación. 
Aprendes por el método de prueba y error. 
No te acuses a ti mismo o a los demás por las elecciones que han tomado, pues tú siempre creces por medio de las reacciones y efectos de tus propias acciones. 
En esta tierra-escuela del libre albedrío que llamáis vida, hay muchas lecciones y muchos desafíos sobre la libertad. 
Los únicos límites a la libertad son los que te impones tú mismo ¿Cómo perdiste tu sentido de gozosa libertad, que es tu derecho de nacimiento? Cuando eras un niño hubo muchas exigencias y expectativas depositadas en ti, a pesar de lo cual un niño tiene mucha más libertad de la que parece. 
Un niño es libre de responder de formas nuevas, de aprender y crecer sin ideas preconcebidas, de examinar las cosas desde una perspectiva fresca, de tomar cada experiencia por lo que es y no categorizar o analizar basándose en la experiencia pasada. 
Un niño tiene libertad, sobre todo en los primeros años de su vida, para formarse opiniones basadas no en las ideas del pasado, sino en reacciones naturales. 
A medida que el niño crece, algunos sentimientos de libertad se pierden en el proceso de desarrollar la mente. 
La mente empieza a buscar pautas, empieza a hacer asociaciones y a conectar cosas que serían mejor entendidas como acontecimientos independientes. 
Cuando ocurre algo, la mente empieza a buscar en todas las demás cosas de naturaleza similar, exagerando a menudo lo negativo al comparar la situación con los recuerdos del pasado. De niño, tomaste fuertes decisiones. 
Una mujer que a menudo sintió miedo de apoyar su trabajo creativo descubrió que cuando era una niña alguien había ridiculizado una imagen que había pintado. 
A partir de entonces sintió temor de mostrar su trabajo creativo a los demás. Empezó a ocultar sus dibujos y finalmente se sintió mal con cada esfuerzo creativo que emprendía. 
Llegó a tener miedo de afirmar su poder. 
Identificó nuevas experiencias con aquella otra antigua y de ese modo congeló los grados de elección que tenía disponibles en circunstancias nuevas, aunque similares. 
Eso la condujo a una pérdida de libertad: ya no era libre para elegir su respuesta a su propio poder y creatividad. 
Los niños toman decisiones constantes y permanentes sobre la naturaleza de la realidad. 
Otra mujer descubrió que le resultaba muy difícil hablar sobre aquellas cosas en las que realmente creía. 
Se dio cuenta entonces de que, cuando era una niña, en una situación en la que estaba haciendo un pastel con su tía, había sido agudamente regañada por un comentario que hizo. 
En ese mismo momento tomó la decisión de que, para ser querida por los demás, tenía que guardarse sus opiniones para sí misma. En situaciones futuras, funcionó de acuerdo con esa premisa. 
Eso la privó de su libertad para responder con espontaneidad y para considerar cada situación como una experiencia nueva. Llegó a sentir miedo de hablar, y se sentía intimidada cuando se trataba de expresar una opinión que otros podrían haber desafiado. La libertad es tu derecho de nacimiento. 
Pertenece a todos. 
Ahora podrías decir que no eres libre en tal o cual aspecto de tu vida, que no tienes libertad para dejar tu trabajo, para viajar por el mundo o para hacer lo que deseas. 
Eres libre... en la misma medida en que crees que eres libre. Para crear más libertad en tu vida, no te fijes en los aspectos en los que no tienes libertad; mira aquellas otras áreas en las que has creado libertad Quizá tengas libertad para estar fuera de casa, hasta altas horas de la noche, si así lo deseas, o libertad para comprar en la tienda la comida que deseas. 
Para tener más libertad mira qué libertades reclamas ya como derecho. Sentir pena por ti mismo a causa de tu falta de libertad te sitúa en el papel de víctima. 
Cada vez que te experimentas a ti mismo en ese papel, no eres poderoso. En lugar de eso, mira aquellos aspectos en los que has elegido no ser la víctima de otra persona o circunstancia. Todos vosotros habéis creado libertad en muchos aspectos de vuestras vidas. Puedes ver que te has dado a ti mismo muchas libertades, que valoras en mucho y que no permitirías que nadie te arrebatara. 
¿Qué ocurre con esos aspectos de tu vida en los que otros exigen de ti más de lo que estás dispuesto a dar? Quizá deseen más tiempo, energía, amor o atención. 
Es posible que te lo exijan de tal modo que sientas una pérdida de libertad. Si eso sucede en tu vida, intenta preguntarte si una parte de ti desea más tiempo y atención de otra parte de ti mismo de la que estás dispuesto a conceder. 
Cualquier cosa que tengas la sensación de que te la está quitando otra persona es el símbolo de algo que te estás quitando a ti mismo. 
Si tienes la sensación de que otros exigen de ti más atención de la que puedes darles, o que te plantean exigencias que no puedes y no eliges satisfacer, pregúntate:¿Hay una parte de mí que me plantea exigencias que no pueden quedar satisfechas por otra parte? Las otras personas actúan como espejos para mostrarte algo de lo que te haces tú a ti mismo. 
En este caso, puedes preguntar: ¿Estoy quitándome de algún modo algo a mí mismo, al no prestar suficiente atención a mis propias necesidades? Puedes empezar por ver cuáles son esas necesidades y por decidir que les prestarás la debida atención. En un caso, un hombre sintió que su novia le exigía demasiado en forma de tiempo y espacio. 
Disfrutaba con las muchas horas que se pasaba trabajando a solas, mientras que la necesidad de compañía de ella era mucho mayor que la de él. Al empezar a examinar las demandas que ella le planteaba para que le dedicara más atención, se dio cuenta de que durante todas sus largas horas de trabajo no prestaba atención a sí mismo y a sus propias y más grandes necesidades. Descubrió que no prestaba atención a su yo superior, que deseaba dormir, descansar y recibir más atención. En lugar de eso, trabajaba largas y agotadoras horas, ignoraba sus necesidades físicas y las necesidades de otras partes de sí mismo. La mujer, que sentía que no se le daba la atención y el tiempo que necesitaba recibir de este hombre empezó a considerar esto como un mensaje interior. 
Tenía la sensación de que no jugaban ni pasaban juntos un tiempo lleno de calidad. Al reflexionar más profundamente, se dio cuenta de que ella misma no se concedía ese tiempo de mayor calidad, de que se pasaba todo el día yendo de un lado a otro precipitadamente, respondiendo a las necesidades de los demás, y de que no se permitía a sí misma jugar y divertirse más. Todo aquello de lo que acusaba a su pareja, porque no se lo ofrecía, era algo que ella no se ofrecía a sí misma. 
La libertad es algo que creas por ti mismo. 
No es algo que se te ofrezca o se te pueda quitar. 
Puedes elegir entregarlo, o no reclamarlo, pero los demás no te lo pueden quitar. Sólo tú puedes ofrecerlo. 
Hay muchos aspectos de libertad en tu vida que sabes que nadie sería capaz de quitarte. 
Quizá tienes un lugar favorito donde comer y te sientes libre por comer en ese sitio. Sabes en lo más profundo de ti mismo que nadie podría impedírtelo. Quizá tengas la libertad de ver un programa favorito en la televisión, y sabes que nadie te lo impedirá. En esas situaciones, quizá observes que nadie intenta detenerte. Enviar al universo un mensaje definitivo y claro, raras veces tienes que luchar por lo que deseas ¿Alguna vez has ensayado algo por adelantado, has tenido una idea muy clara acerca de lo que deseabas, y luego has descubierto que ni siquiera tenías necesidad de pedirlo? 
En la mayoría de los casos, luchar por conseguir lo que deseas se produce cuando no estás seguro de que merezcas tenerlo. Muchos de los que trabajáis tenéis la sensación de no ser libres, de que de uno u otro modo habéis renunciado a vuestra libertad durante las horas de trabajo. 
La libertad es una actitud. 
Para experimentar libertad en esta situación quizá sea necesario observar la imagen más amplia. ¿Por qué haces este trabajo? Si es por el dinero, recuerda que tú mismo elegiste libremente realizar este trabajo para ganar dinero, y que eres libre en todo momento para encontrar otra forma de ganar dinero. Puedes crear un sentido de libertad de un momento a otro al darte cuenta de que eres libre para responder, actuar y sentir de cualquier modo que elijas. 
Eres libre para hablar y actuar dentro de la estructura de tu trabajo. Siempre hay un cierto nivel de libertad en todo aquello que haces. Observa en qué aspectos eres libre. 
Céntrate en esa libertad y ésta aumentará en tu vida. 
La mayor barrera que se opone a la libertad se encuentra en lo que piensas del mundo. La falta de libertad no procede de las demás personas, sino de tus propios procesos de pensamiento. Muchos de vosotros renunciáis a vuestra libertad al no permitiros elegir cómo queréis que sea vuestra reacción ante una situación dada. 
Por ejemplo, digamos que tu amigo siempre te critica, y que tú siempre respondes mostrándote dolido y enojado. 
Puedes recuperar la libertad al encontrar nuevas formas de reaccionar. Quizá puedas decir: «Oh, este amigo mío simplemente no conoce una forma mejor de reaccionar». 
O bien: «Quizá este amigo mío es muy crítico consigo mismo y sólo me critica a mí porque ésa es la forma en que se habla a sí mismo». Puedes elegir considerar las cosas desde la compasión y no tomártelas personalmente. 
Puedes elegir permanecer centrado y equilibrado, incluso cuando no permanecen así quienes te rodean. 
Esa es la libertad definitiva, la libertad de elegir cómo responderás y serás, la de actuar de un modo que eleve tu energía. La mayoría de la gente responde de formas habituales, en lugar de dedicarse a examinar sus respuestas. 
Deberías darte cuenta de que puedes elegir cómo quieres reaccionar y responder a todo lo que hay en el universo. Cuando alguien tiene plazos que cumplir empieza a darse prisa, a precipitarlo todo en su vida. 
Otras personas responden perdiendo el tiempo, vacilando y terminando las cosas en el último momento. 
Otras responden con depresión, con la sensación de que la tarea que tienen que cumplir es abrumadora, mientras su voz interna les dice que nunca podrán cumplirla. 
Sois libres para elegir; ¿quieres reaccionar ante algo de una forma que te haga sentir infeliz o a disgusto contigo mismo, o prefieres reaccionar de una forma que promocione tu valor propio y tu autoestima? 
Otras personas te responden según les dicten sus programas y creencias. El poder procede del hecho de saber que tú puedes elegir. No necesitas cambiar a las demás personas, lo que necesitas es cambiar tu forma de reaccionar ante ellas. 
Al elegir sentirte bien, no eres dependiente de los demás, no dependes de que ellos actúen de una manera determinada para que tú te sientas bien. Antes de que puedas atraer a personas capaces de apoyarte, apreciarte y reconocerte, tienes que elegir hacer eso por ti mismo. 
El grado en que te apoyas y te reconoces a ti mismo será el grado en que recibirás apoyo Cada vez que eliges sentirte a gusto contigo mismo, incluso cuando alguien te critica, te rebaja, o actúa de una forma ante la que solías responder con dolor, estás eligiendo la alegría. 
Y cada vez que lo haces así creas libertad en tu vida. 
Eres libre de tener que depender de que otras personas reaccionen de una forma determinada para sentirte feliz. 
Eres libre de tus propias expectativas. 
Frecuentemente, la sensación de dolor procede del hecho de sentirte atrapado por los detalles, en lugar de contemplar la imagen más amplia. 
Por ejemplo, una mujer se sintió muy desilusionada con su novio cuando éste no le trajo flores. Tenía en su mente la imagen de que recibir flores significaba ser amada. 
Cada vez que pensaba que él no le había traído flores, se sentía dolida. No era libre para elegir la alegría debido a sus propias imágenes internas. Cuando empezó a contemplar la verdad y la imagen más amplia, se dio cuenta de que ese hombre la amaba profundamente, estaba muy entregado a ella y no consideraba que el regalarle flores fuera una demostración de su amor. 
Al observar todas las cosas buenas que había entre ellos, la mujer se dio cuenta de que se había dejado atrapar en sus propias expectativas, de que había elegido el dolor arrastrada por la fuerza de la costumbre. 
Para tener libertad hay que estar dispuesto a ofrecer libertad No puedes poseer a otra persona, ni puedes tener una relación de igualdad cuando privas de libertad a otro. 
Todas las personas tienen el derecho a hacer aquello que más las haga sentirse vivas y orientadas hacia el crecimiento. Muchas personas tienen que abandonar relaciones porque no se les ofrece en ellas la libertad que necesitan para crecer. 
Algunas se sienten amenazadas por la necesidad de libertad que hay en su pareja. Interpretan la exigencia de libertad como un alejamiento, en lugar de como un intento del otro por buscar su propio yo superior. Irónicamente, cuanto más libertad das a los demás, tanto más querrán estar contigo. ¿Exiges a los demás cosas que no desearías que ellos te exigieran a ti? ¿Esperas que te informen, que vivan de acuerdo con tus propias expectativas, y que estén ahí siempre que tú lo necesites? 
Sea cual fuere el grado de libertad del que privas a los demás, ése es el grado de libertad del que te privas a ti mismo. Imagínate a un prisionero sentado en una celda, con un guardia que tiene que vigilarlo durante las veinticuatro horas al día. 
La cuestión que se plantea aquí es: ¿quién es realmente el prisionero, el guardián o el detenido? Si tienes la sensación de que debes vigilar continuamente a los demás, de que no puedes confiar en ellos o darles libertad, te encuentras tan atrapado como ellos. 
Muchos de vosotros perdéis vuestra libertad porque guardáis tan estrechamente esas cosas que no deseáis que os las quiten a vosotros. Quizá te dediques a vigilar a tu pareja, tus posesiones, tus hijos o familia y lo hagas de tal modo que dedicas más tiempo a protegerlos que a buscar tu propio crecimiento. 
Si experimentas celos, eso se basa a menudo en el temor de que otros estén dando algo a alguien que no te están dando a ti. 
Si observas y examinas el tema, suele tratarse de algo que no te estás dando tú a ti mismo. Si sientes celos por el hecho de que tu pareja dé atención a otra persona y deseas recortar su libertad para que no pueda hacerlo así, vuelve a considerar la cuestión. Es muy posible que tu yo superior no esté recibiendo por tu parte la atención que exige. 
Los celos privan de libertad a las dos personas que intervienen en el proceso, la que siente celos y la que está siendo poseída. 
Si te concedes a ti mismo lo que necesitas, ya sea atención, amor o alguna otra cosa, no experimentarás celos. 
Descubrirás que puedes obtener satisfacción de muchas otras fuentes, y no sólo de la persona a la que amas. 
Los celos implican escasez, quieren decir que no hay suficiente. La libertad, en cambio, implica abundancia, y quiere decir que hay suficiente. Determina ahora qué dará libertad a todo aquel que esté cerca de ti Deja que los demás comenten sus propias equivocaciones y descubran sus propias alegrías. 
Te garantizo que en cualquier momento que decidas dar libertad a los demás, ellos se volverán hacia ti todavía con mayor amor y respeto. 
Para dar a los otros su libertad se necesita ser una persona centrada, equilibrada y segura. Eso es un gran don para los demás y para ti mismo, pues el prisionero ya no necesita de ningún guardián y, por lo tanto, el carcelero es libre. 
Eres libre cuando eliges cómo deseas responder. 
Si eliges reaccionar con alegría y placer, si eliges reaccionar viendo lo positivo, haciéndote lo correcto a ti mismo, antes que lo incorrecto, entonces has ganado la libertad definitiva, la libertad de ser y de actuar de una forma que refleje tu más profunda verdad. La libertad es tu derecho 
HOJA DE JUEGO 
1. Haz una lista de por lo menos tres aspectos en los que te permitas libertad. 
2. ¿Hay algún aspecto de tu vida en el que no te sientas libre? Por ejemplo: no tengo libertad para volver a la escuela. 
3. ¿Crees que es posible que pudieras tener libertad en esos aspectos de tu vida? Si fuera posible, concédete a ti mismo permiso para tener libertad en esos aspectos. 
Es posible que esa libertad tarde un tiempo en aparecer en tu vida cotidiana, pero la libertad tiene que empezar siempre por el pensamiento de la misma. Transforma cada una de las afirmaciones que se han hecho anteriormente en una afirmación positiva relativa a aquellos aspectos en los que sientas que la libertad es posible. 
Por ejemplo: ahora soy libre para volver a la escuela.
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Alegria de Vivir (Sanaya Roman) Capitulo 14º


CAPÍTULO 14 
Claridad: vivir en más luz 
Alcanzar claridad supone ver la imagen más amplia, una estructura de tiempo más prolongada, una perspectiva mayor. Cuanto más grande sea la visión, tanto más claro podrás ser. 
La capacidad de un gran maestro para conocer el propósito de un alma en esta vida aporta claridad de visión y consejo. ¿Cómo puedes desarrollar esa clase de claridad en tu propia vida? La mayoría de vosotros os encontráis en un marco temporal que implica pensar en términos de semanas y días, en lugar de hacerlo en términos de años, en lugar de mirar desde la perspectiva de la duración de toda vuestra vida, del tiempo que habéis estado aquí en la tierra. 
Si estás dispuesto a mirarte a ti mismo como un todo, puedes empezar a encontrar diferentes niveles de claridad alrededor del momento presente. Eso no significa que necesites saber la forma o hacia dónde te diriges. 
Significa que cuando más grande sea la imagen que tienes de quién eres, tanto más claro puedes ser. 
Si tuvieras que dirigirte hacia el futuro y mirar atrás, al día de hoy, podrías conseguir una nueva perspectiva de quién eres, pues la claridad se alcanza mediante el cambio de perspectiva. La mayoría de vosotros tenéis ciertas formas de pensar, ciertos hábitos y pautas. Cada vez que te liberas y encuentras una nueva forma de pensar, aumentas tu claridad. 
La claridad no es algo que se alcanza y se tiene a partir de entonces. Se trata de un refinamiento de tu imagen que hay que realizar de forma permanente. 
Imagina un barco que tratara de encontrar un lugar donde atracar cerca de la orilla. Hay una pesada niebla y los hombres del barco no pueden ver nada, por lo que no abandonan el barco, pero tampoco emprenden acción alguna. 
A medida que se va levantando la niebla y continúan mirando, empiezan a ver la nebulosa línea del horizonte y de la costa. Pero siguen sin saber qué hay allí, por lo que tampoco emprenden ninguna acción. 
Poco tiempo después, al empezar a disolverse la niebla, la imagen se hace clara. Ahora ya saben lo que tienen delante, y se preparan para la acción. 
Pues ese mismo proceso se produce con la claridad. 
Al principio, las ideas parecen vagas y nebulosas, pues ése es el modo en que la esencia se convierte en forma. A menudo, sólo se trata de una sensación de que algo que tienes ahora no está correcto. Puede empezar como una sensación de incomodidad, pues el proceso de ganar claridad es también el proceso de desprenderse de la confusión. 
Puede tratarse de un anhelo, de un deseo o una necesidad. 
Se convertirá en parte de tu conciencia emocional después de que haya pasado a través de tus percepciones. Las cosas no suelen aclararse de repente, ya que siempre existe en marcha un proceso hacia la claridad. Cuando sientes por primera vez esa vaga insatisfacción, esa sensación de que hay que cambiar algo, pregúntate: «¿Cómo puedo sintonizar con mayor claridad esta imagen?». Cuanto más preciso puedas ser acerca de tu experiencia, tanto más rápidamente conseguirás claridad. Toma cualquier aspecto en el que experimentes una vaga incomodidad, nebulosidad, y centra la atención sobre él, con exclusión de todos los demás pensamientos. 
Señala con la mayor precisión posible cuál es el sentimiento de incomodidad. Si tuvieras que enfocar la atención sobre lo vago, expresarlo con palabras, probar diferentes pensamientos acerca de eso, encontrarías finalmente un punto de vista que encajaría. Una vez que hayas encontrado ese punto de vista, has encontrado claridad. 
La claridad procede de buscar y encontrar la información que necesitas, de tener la paciencia de buscar la luz de la sabiduría que te ayudará a encontrar la alternativa superior. 
A menudo, la claridad implica una forma de mirar las cosas capaz de ponerlas en un formato útil, que las encaje y las ajuste con lo que eres, para que puedas continuar con la acción. 
La acción siempre se ve precedida por una decisión, y a la decisión se llega a través de la claridad si operas desde tu más alto nivel. ¿Cuál es el valor de la claridad? ¿Qué hará por ti el hecho de ser claro? Te ahorrará mucho tiempo; de hecho, puede ahorrarte años de encontrarte en un camino de evolución más lento. 
Ser claro significa tomarte el tiempo para reflexionar en los temas que afectan a tu vida. 
Es mucho más importante reflexionarlos que actuar según ellos. Muchos de vosotros deseáis emprender la acción, ver resultados. Encontrar la acción correcta resulta bastante fácil si estás dispuesto a dedicar el tiempo necesario para pensar, para hacer intervenir tu yo superior y más exquisito, para concentrarte y crear el espacio para ello. 
La claridad procede de un estado de concentración mental, de enfocar los pensamientos y de prestar atención La claridad se alcanza al entrenar la mente a ser precisa y exacta en su definición de la experiencia. 
La claridad significa que te centras y vives a un nivel de energía con el que otros no pueden interferir. Cuanto más clara sea tu energía, menos afectado te verás por otras personas, menos implicado te verás por las expectativas o deseos de los demás, y tanto más claro será tu camino en la vida. 
Necesitas claridad, no sólo para realizar el propósito de tu vida, sino que la necesitas en cada ámbito de tu vida. Sé claro en tu intención. ¿Qué tienes la intención de hacer con tu vida? ¿Crecer? ¿Ser feliz? ¿Ser alegre? ¿Servir a los demás, curar? Cuanto más alto sea el nivel de claridad desde el que puedas empezar, tanto más fluirá esa energía por cada aspecto de tu vida. El propósito de tu vida es lo más importante sobre lo que puedes alcanzar claridad. La claridad de propósito dirigirá una energía igualmente clara hacia todos y cada uno de los demás aspectos de tu vida. 
Quizá te preguntes: «¿Qué es, esencialmente, el propósito de la vida?». Es ese deseo, el más profundo que hay en ti, que te produce la mayor alegría posible, en el que piensas, sobre el que fantaseas todo el tiempo. Es esa profunda urgencia a nivel del alma, esta motivación que sientes; es el sueño que conservas dentro de ti. El siguiente nivel de claridad después del propósito de la vida es el nivel de claridad de intención. ¿Cómo tienes la intención de realizar el propósito de tu vida? 
Y, lo que es todavía más importante, ¿tienes la intención de realizarlo? La claridad de intención es la imagen, la visión que estás creando. Cuando tienes la intención de hacer algo, es posible que tengas o no una imagen clara del producto final o del objetivo. La claridad de intención es, en cierto sentido, una imagen de hacia dónde te diriges, o el proceso que deseas experimentar para llegar allí. Quizá desees, simplemente, crear una vida feliz, o ser muy claro en tu intención de lograr hacer algo. Después de la claridad de intención viene la claridad de motivación. ¿Cuál es tu motivación para hacer algo? Sea cual fuere la acción que emprendas, querrás tener claridad acerca de por qué lo estás haciendo.
¿Cuál es la ganancia que ves en ello? ¿Qué deseas obtener de ello? A menudo, una falta de claridad se percibe después de que se ha emprendido una acción, y lo que se ha obtenido con ello no resulta ser lo que se esperaba. Es posible que hayas creado algo que creíste que deseabas en tu vida, para descubrir después que no era eso lo que deseabas. 
Si hubieras sido claro acerca de lo que deseabas, acerca de lo que esperabas obtener, al universo le habría resultado mucho más fácil aportártelo en muchas formas diferentes. 
También está la claridad de acuerdo. En cada nivel de las relaciones personales e interpersonales, en cada relación de negocios, aventura empresarial conjunta, hay acuerdos no explicitados. Cuanto más se puedan explicitar esa clase de acuerdos no expresados, tanta mayor claridad tendrás. 
Muchas desilusiones y problemas se producen cuando los acuerdos no están claros, cuando una persona sigue un conjunto de acuerdos y la otra persigue otros. 
Los dos pueden estar funcionando desde la claridad, pero si no se comunican, puede producirse confusión. 
Una comunicación cuidadosa aporta claridad La claridad de comunicación significa ser preciso y exacto al hablar. 
Significa no exagerar la propia experiencia, empeorar las cosas, hacer que las cosas buenas parezcan fantásticas. 
Puede haber una tendencia a exagerar los malos momentos y eso crea una comunicación imprecisa contigo mismo y con los demás. Crea experiencias descentradas, e incluso negativas. Vigila tus palabras cuando hables con los demás. ¿Reflejas con exactitud tu experiencia, o te estás comunicando para impresionar, para aturdir o para ganar simpatía y comprensión? 
Cuando hables con los demás deberías ser claro en cuanto a lo que deseas obtener. ¿Confías acaso en que la otra persona te dé ciertas cosas? ¿Estás funcionando a partir de muchos acuerdos no explicitados? Es importante comunicar con claridad lo que esperas si es que no quieres sentirte desilusionado. 
La comunicación es un aspecto que controla la vida que vives y las formas que atraes hacia ti. Cuando hables con precisión y claridad, cuando conozcas la intencionalidad de tu comunicación, descubrirás que cambia tu experiencia de los demás" y del mundo. 
Consigue claridad de propósito, de intención y de motivación Cuando tienes claro tu propósito, tu intención, motivación y acuerdos, cuando eres claro en tus comunicaciones, la acción fluye. Muchos de vosotros deseáis empezar con claridad de acción y, sin embargo, el punto de partida se encuentra en la claridad de propósito. La claridad de percepción te permite crear la visión que conjunta tu motivación, tu yo interior y el núcleo de tu ser. En un sentido espiritual, la claridad es un alineamiento de los cuerpos físico, mental y emocional con el yo espiritual. Se puede conseguir por medio de diversas técnicas. El aura se puede aclarar mediante técnicas de equilibrio de la energía, de tal modo que puedas trabajar sobre la claridad con tu mente. La mente es una de tus herramientas más poderosas. Puedes crear claridad mediante la visualización y el trabajo sobre tu aura. Vincular el espíritu con la mente puede aportar más claridad que ningún otro paso. Si lo que deseas es claridad, pídele a tu alma que te la dé. 
El espíritu tiene las respuestas, y una conexión con los flujos de energía que hay en el plano de la tierra y que te aportarán abundancia, amor y paz, así como cualquier otra cosa que pidas. Piensa ahora en algo sobre lo que desees obtener claridad. Imagina que te diriges hacia arriba, hacia tu espíritu. Imagínalo como una energía exquisita llena de luz. 
Observa cómo fluye a través de tu mente y limpia literalmente la casa, reacondiciona los pensamientos en una pauta que te permite convertirte en parte de un probable futuro que es más luz y más alegría. Siente cómo la energía desciende por todo tu cuerpo, hasta que se encuentran realineados todos tus cuerpos, el mental, el emocional y el físico. 
Si deseas saber más acerca del propósito de tu vida, o acerca de cualquier situación personal, entonces pregunta. 
Necesitarás crear la intención y un momento para escuchar. Tómate tiempo para sentarte tranquilamente. Es posible que no suceda la primera vez que lo intentes. Pero si continúas creando el espacio para que surjan las ideas y lleguen hasta ti, eso es todo lo que necesitas hacer. En cualquier momento que logres crear un espacio claro y relajado, calma tu mente y pide información porque te será dada. 
Es como una emisora receptora de radio, cuanto más creas el espacio para recibir, tanto más recibirás. Cuanto más tiempo dediques a obtener claridad (tiempo para pensar con tranquilidad, para vincularte con las energías superiores que hay en ti), tanto más te encontrarás emprendiendo acciones que son completamente diferentes a lo que habrías hecho. 
Es posible que elimines el ochenta por ciento o más de las acciones que habrías tomado de otro modo. 
El hecho de pasarte media hora pensando y consiguiendo claridad puede evitarte el tener que pasarte años en un camino más lento. Puedes evolucionar rápidamente en un nivel espiritual al dedicar el tiempo para conseguir claridad, al pedir aquello que deseas, y al abrirte para recibirlo. Claridad: vivir en más luz 
HOJA DE JUEGO 
1. Escribe algo que sientas como ambivalente o que percibas como confuso, y acerca de lo cual te gustaría obtener una nueva comprensión y claridad. 
2. Cierra los ojos y deja que emerja un símbolo que represente la más elevada resolución de ese problema. Traza o describe aquí ese símbolo. 
3. Imagina que sitúas ese símbolo sobre tu corazón; pide claridad y comprensión. 
A. ¿Qué comprensiones recibes acerca de cómo actuar o pensar? 
B. ¿Qué creencias tienes con respecto al resultado? ¿Necesitas cambiar esas creencias para pasar a un punto de vista más elevado?
C. ¿Qué alternativas tienes? Piensa por lo menos en tres. 
D. Y ahora, ¿qué tienes la intención de hacer?
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Alegria de Vivir (Sanaya Roman) Capitulo 13º


CAPÍTULO 13 
Conseguir equilibrio, estabilidad y seguridad. 
Puedes crear estabilidad al calmarte y tomarte unos pocos minutos para pensar antes de actuar. 
La acción continua, sin pausa, es apropiada para algunas de las tareas que tienes que hacer, e inapropiada si lo haces así todo el tiempo. 
Mientras avanzáis a lo largo del día, muchos de vosotros os lanzáis a un movimiento continuo, pasando de una cosa a la siguiente a medida que algo cruza por vuestra mente o atrae vuestra mirada. Si quieres ser estable y equilibrado, detente a menudo durante el día y céntrate en lo que estás haciendo. Cambia tu perspectiva. 
Siéntate tranquilamente y experiméntate a ti mismo y a tus pensamientos desde un nivel más calmado de conciencia. 
Eso implica colocar tus emociones en un estado de paz y quietud. Cuando cambias tu posición y te sientas, dejando caer las manos a lo largo de los costados, cambias tu respiración. Cuando no hay en tu cuerpo otro movimiento que tus pensamientos, puedes pensar de una forma diferente. 
Quizá empieces a experimentar una mayor conexión con tu yo superior en un momento así. 
Al detenerte por un momento en tus actividades cotidianas, descansar el cuerpo, aquietar la mente y calmar las emociones, descubrirás muchas formas nuevas de contemplar lo que está sucediendo en tu vida. Cuando estás continuamente en movimiento piensas de un modo diferente a como lo haces cuando te sientas y te aquietas. 
Aquietar tu cuerpo físico permite a tu espíritu entrar en tus pensamientos, sobre todo a medida que te vas sintiendo más pacífico y sereno. El equilibrio y la estabilidad se consiguen al efectuar una comprobación con tu yo superior antes de emprender una acción, sobre todo cuando se trata de temas importantes. Eso significa ofrecerte a ti mismo la oportunidad de ver las cosas desde muchos ángulos diferentes antes de actuar. Significa permitirte tomarte el tiempo que sea necesario para realizar un buen trabajo. 
Muchas de las cosas que te desequilibran pueden evitarse si te concedes el tiempo suficiente para pensar antes de actuar. 
Un viejo dicho aconseja: «Mira antes de saltar». No necesitas detenerte antes de cada acción que emprendas, pero puedes facilitar mucho tu vida y hacerla más alegre si te detienes y piensas en algo importante antes de emprender una acción. 
Es posible que se trate de la compra de un coche nuevo o de la firma de un contrato. Todos los cambios pueden aportar equilibrio y paz cuando se los considera con un pensamiento cuidadoso. Si estás en movimiento continuo corres el riesgo de terminar tomando decisiones y emprendiendo acciones que conducen a crisis y problemas. 
Si tienes que tomar una decisión sobre algo que consideres importante, no te precipites a tomarla. Al permitirte tiempo para pensar en ella, repasas en tu mente muchos problemas futuros y empiezas a comprender las consecuencias de ciertas acciones. Uno de los dones de tu mundo es que se trata de un lugar de acción y reacción. Cada vez que emprendes una acción pones en movimiento ondas como las de un estanque cuando arrojas una piedra. Cada acción afecta a futuros probables y establece cambios en el camino de tu vida. 
Cuanto más seas capaz de anticipar qué cosas se verán afectadas por tu acción, para emprender la acción desde esa perspectiva de mayor sabiduría, tanto más establecerás alegría y equilibrio en tu futuro. 
Tu actitud determina cómo experimentas el mundo Es la forma que tienes de reaccionar a ciertas cosas. Una actitud que crea alegría es aquella en la que interpretas lo que te sucede a través del filtro de la alegría. Tu actitud y tu perspectiva actúan como un filtro. Cuando tienes una perspectiva positiva, optimista, ésta rechaza las experiencias negativas y más densas. 
Tu actitud son las palabras que utilizas cuando hablas contigo mismo. Quizá hayas acabado de conseguir un objetivo que deseabas alcanzar. Una actitud alegre te dice: «Felicidades; es un trabajo bien hecho». Si tu yo alegre expresa palabras de alabanza, eso ayuda a que recibas más de lo mismo. 
Las actitudes son imanes, y cada momento que pasas con alegría imantas otro momento de alegría. 
El regocijo, las emociones ligeras son siempre más poderosas que las emociones negativas en cuanto a su capacidad para crear. La estabilidad procede de una actitud de equilibrio. Cuando te suceden cosas, tu respuesta a ellas crea tu propio equilibrio interior. Si un amigo tiene problemas y respondes con sentimiento de cólera o de tristeza, te alejas de tu propio centro y permites que te afecte la energía de tu amigo. 
Al empezar a crear más equilibrio y estabilidad en tu vida, serás capaz de observar cuándo te ves afectado por los problemas de los demás. 
Es de lo más notable que esos problemas no tengan ningún impacto en tu vida, no te afecten directamente y, sin embargo, te sientas deprimido o alterado. Observa esas situaciones en las que tu equilibrio se ve perturbado por la falta de equilibrio de cualquier otro. El siguiente paso consiste en decirte a ti mismo que eres capaz de conservar tu equilibrio, de que no dependes de que otros te respondan de una manera equilibrada para permanecer centrado y equilibrado. 
Muchos de vosotros os habéis permitido responder de una forma inestable o insegura cuando alguien que está a vuestro alrededor ha actuado de esa manera. Si alguien te habla acerca de algo que hiciste mal, o te acusa de algo, en lugar de sentirte enfadado puedes elegir conservar tu sentido del equilibrio, incluso aunque la otra persona no sea capaz de hacerlo así. 
A medida que su energía llega hasta ti y empiezas a notar que te está desequilibrando, debes darte cuenta de que resuenas con la parte desequilibrada que hay en él. Para dejar de responder de este modo, envíale amor. Al hacerlo así reafirmas tu propio equilibrio y conectas con tu yo superior. 
El equilibrio consiste en encontrar el punto medio entre los opuestos. Siempre estás implicado en mantener el equilibrio, tanto literalmente, en el mecanismo del oído interno, como simbólicamente, a través del malabarismo que hay en todas las cosas de tu vida. 
El equilibrio, pues, será aquello que tú mismo te imagines que es. Creas equilibrio al visualizarlo y al tener claro que esas imágenes de equilibrio son las que deseas.
Algunos de vosotros definís el equilibrio como aburrido, pues prosperáis cuando las cosas están ligeramente desequilibradas, y creáis entonces drama e intensas emociones. 
Has conocido sin duda a personas cuyas vidas son una alteración constante, que pasan de una crisis a la siguiente. 
Lo que esas personas se imaginan como equilibrio se mueve adelante y atrás entre los extremos. 
Para algunos, el pensamiento del equilibrio y de la estabilidad significa evitar las emociones, algo que puede parecer aterrorizante. 
Al llegar a los planos superiores de la realidad, tus emociones se hacen tan calmadas que son como el sereno lago que refleja en sus aguas cada nube y cada árbol. 
Muchas personas, sin embargo, temen no tener sentimientos, y crearán cualquier cosa con tal de conseguir atención, en lugar de permitir que nadie les preste la menor atención. 
A menudo, las personas crean alteraciones y problemas a su alrededor porque temen que si todo permaneciera en calma nadie les prestaría atención. Prefieren recibir una atención negativa antes que ninguna. 
Algunos de vosotros dependéis de experimentar emociones intensas para sentiros vivos. Y, sin embargo, las emociones intensas y dramáticas siempre te alejan de tu centro. 
Algunos, cuando os sentís muy pacíficos, cuando experimentáis poca emoción, creéis estar tristes o deprimidos. 
Cada vez que se hace el silencio en tu interior, ¿empiezas a pensar que algo anda mal? ¿Eres adicto a las emociones fuertes e intensas? ¿Te sientes bien cuando las cosas son pacíficas y calmadas, o empiezas entonces a preocuparte acerca de qué saldrá mal a continuación? 
Se necesita paciencia para acostumbrarse a permanecer en calma. Aunque quizá piensas que sería fácil, a la gente la resulta mucho más difícil adaptarse a un ambiente pacífico que a otro perturbador. Si el ambiente es demasiado pacífico, muchos de vosotros empezáis a crear turbulencia porque eso es a lo que estáis acostumbrados. 
Las personas necesitan diferentes cosas para mantener su equilibrio. Algunas necesitan un trabajo fijo, otras disponer de gran cantidad de tiempo libre, y otras necesitan mucha actividad y una variedad constantes. 
Haz un alto por un momento e imagínate una situación en tu vida en la que te sintieras estable y equilibrado. 
Si no se te ocurre ningún momento así, piensa en un símbolo que represente el equilibrio que te gustaría tener en tu vida. Ahora, imagínate sintiéndote equilibrado en el futuro. 
Disponer de un símbolo para representar algo es una forma muy poderosa de atraerlo hacia ti. Los símbolos funcionan a un nivel de conciencia más profundo que las palabras, y soslayan los sistemas de creencias. 
El equilibrio se relaciona con la moderación, y no con los extremos. Mantener el equilibrio en tu vida significa hacer la cantidad correcta de cada cosa. Algunos de vosotros pensáis que las cosas serían mejor si sólo dispusierais de más tiempo. 
Y, sin embargo, cuando la gente se jubila descubre que el disponer de mucho más tiempo es algo que existe realmente. Hay un equilibrio entre trabajo y juego, estar dormido y estar despierto, pasar un tiempo juntos y pasar un tiempo separados, y es ese equilibrio lo que crea la mayor paz y alegría para ti. 
No es la eliminación de los opuestos lo que trae consigo el equilibrio. Es el hacer las cosas con moderación, el detenerse cuando se ha agotado la energía y el dejarse llevar por las olas cuando llegan. Significa adaptar tu ritmo a una forma firme y uniforme. Algunos de vosotros continuáis funcionando incluso mucho después de que os haya abandonado la energía para seguir haciéndolo. Haz aquellas cosas que te aporten vivacidad. Hay una mezcla adecuada de enfoque y ensoñación, de intelecto e intuición, de permanecer sentado y en movimiento que trae consigo la alegría. La mayoría de vosotros necesitáis variedad y todos necesitáis seguir creciendo. 
El equilibrio consiste en encontrar la mezcla adecuada de actividades que apoyen tu vivacidad y te permitan lograr tu propósito de la forma más alegre posible. 
Algunas personas se sienten desequilibradas cuando están en paz, mientras que otras se sienten equilibradas cuando crean excitación, cuando las cosas se mueven con rapidez en sus vidas y se hallan ocupadas tratando de mantener en equilibrio muchas cosas. Algunos se imaginan que han alcanzado el equilibrio cuando las cosas funcionan bien y están bajo control. Siempre estás creando el grado de equilibrio que tendrás en el futuro mediante las imágenes que te hagas de ti mismo en el futuro. La verdadera seguridad existe cuando el yo puede satisfacer todas las necesidades La mayoría de vosotros cree que para tener seguridad tenéis que encontrar algo o alguien en el mundo exterior que os dé algo que os haga sentiros seguros. Nadie puede darte nada antes de que te lo des tú a ti mismo. 
Si no te lo puedes dar a ti mismo entonces nadie podrá dártelo tampoco. Eso significa que cualquier cosa que estés buscando ahora para sentirte seguro, como por ejemplo dinero, un amigo o una amiga, el matrimonio, un hogar, nada de eso logrará satisfacer esa necesidad hasta que tú mismo te hayas dado seguridad interna. 
Algunas de las cosas que la gente cree necesitar para sentirse segura son el reconocimiento, la alabanza, el amor, la fama y la fortuna. A menudo, el amor se exige de los demás de una forma muy específica, tantas llamadas telefónicas a la semana, tantos abrazos, tantas veces que la otra persona te diga «te amo». 
La necesidad de seguridad también puede incluir la de sentir que el mundo es seguro, sentir que eres especial, que formas parte de algo. Muchos de vosotros miráis a los demás para que os den eso, y os sentís constantemente desilusionados. 
Tú mismo puedes satisfacer tus propias necesidades de seguridad, puedes amarte a ti mismo, creer que el mundo es seguro, reconocer tus logros. 
En último término, sólo el yo puede satisfacer esas necesidades. Muchos de vosotros, en vuestra búsqueda de un propósito superior, seleccionáis a otras personas y sus vidas como vuestro propósito. 
Queréis sentiros envueltos en sus vidas, atraerlos más cerca de vosotros, lograr que escuchen cada una de vuestras palabras, que atiendan a cada uno de vuestros caprichos por ligeros que sean, y que os eleven hacia lo alto. 
El deseo de estar entrelazado con la vida de otra persona, de implicarse más en su futuro que en el propio, puede encubrir la necesidad de satisfacer tu propio propósito superior. 
Cuando buscas sentirte seguro convirtiendo a otra persona en tu proyecto antes de haber convertido en prioritario tu propio crecimiento, encontrarás una constante desilusión en el resultado. En el mejor de los casos descubrirás que el auto crecimiento no se consigue si conviertes el crecimiento de otro en el trabajo de tu vida. La seguridad procede del hecho de tener en tu vida algo que sea mayor que tú mismo, algo hacia lo que te extiendas y que trates de alcanzar, algo que te atraiga, tire de ti y te llame. Eso empequeñece, comparativamente, las pequeñas heridas y los acontecimientos insignificantes. 
Y, sin embargo, muchos de vosotros buscáis esa cosa más grande en otro, en lugar de buscarla en vuestro propio crecimiento. Para sentirte seguro necesitas sentir que estás creciendo, expandiéndote y ampliando el ámbito de tu propio mundo Quizá creas que te sentirás más seguro conservando las cosas sin cambios, manteniendo el status quo.
No obstante, la seguridad sólo procede del hecho de correr riesgos, de abrirse y descubrir más acerca de quién eres. Algunas personas han descubierto que cuando intentan conservar su mundo seguro y no correr riesgos, terminan por sentirse todavía más asustadas e inseguras. 
El temor siempre disminuye cuando se lo afronta cara a cara. Quizá hayas observado que cuando haces algo nuevo te sientes más valiente y más fuerte, incluso en otras áreas. 
El equilibrio se encarga de manejar la cantidad de cosas con las que tienes que enfrentarte cada día, y lo hace de un modo que es pacífico y saludable para ti, de una forma que contribuye a tu crecimiento y bien superior. 
Contribuye a que las cosas que haces sean más estimulantes, te ayuda a despertar por la mañana con la sensación de que la vida es algo que merece la pena. Decide que te convertirás en una fuente radiante de estabilidad y equilibrio para todos aquellos que te rodean. Ofrécete a ti mismo las cosas que necesitas para tener alegría, y muéstrate dispuesto a aceptar un universo pacífico cuando éste llegue. 
Conseguir equilibrio, estabilidad y seguridad 
HOJA DE JUEGO 
1. Piensa en un tema que sea ahora mismo importante en tu vida. Quizá se trate de una gran compra, de cambiar de trabajo, de terminar una relación. Anótalo aquí. 
2. Siéntate tranquilamente y relaja tu cuerpo. Deja que surjan a la superficie tus sentimientos más profundos. Dedica por lo menos cinco minutos a pensar en ese tema. 
Solicita guía a tu yo superior y a las fuerzas superiores del universo. Registra cualquier pensamiento que se te ocurre aquí. 3. En ese estado tranquilo y relajado. Piensa en lo que podrías hacer ahora mismo para aportar más equilibrio y estabilidad a tu vida. Registra tus ideas aquí. 
4. Crea en tu mente un símbolo para el equilibrio y la estabilidad, o dibújalo aquí abajo. Imagina que crece y se expande y se hace cada vez más poderoso.
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Curación Esotérica Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) Capitulo-1


CAPITULO PRIMERO
Las Causas Psicológicas de las Enfermedades 
Antes de continuar quisiera decir que trataré de evitar en lo posible todo tecnicismo. 
Nuestro tema es la consideración esotérica de la enfermedad y sus formas; intenta elucidar el tema de esas enfermedades y sus causas vitales e indicar las leyes generales que debe aplicar el curador y las seis reglas que se ha de imponer a sí mismo, y cumplirá a través de la disciplina y la comprensión. 
Habrán observado que he enumerado las causas psicológicas en cuatro acápites: 
1. Las que surgen de la naturaleza sensorio-emocional. 
2. Las que tienen origen en el cuerpo etérico. 
3. Las que están fundadas en un pensamiento erróneo. 
4. Las peculiares dolencias y perturbaciones psicológicas de los discípulos.
Les habrá llamado la atención que haya colocado las enfermedades del cuerpo etérico en segundo lugar y no en el primero. La razón de ello estriba en que las enfermedades y dolencias grupales aferradas a la raza, actúan primordialmente a través del cuerpo etérico y encuentran su camino hacia la manifestación, por conducto del cuerpo etérico de todas las formas. 
Las he colocado en segundo lugar, aunque en último análisis son más numerosas, debido a que la humanidad todavía no puede ocuparse de ellas en forma colectiva. 
El acercamiento debe hacerse por medio de los individuos, y los hombres deben eliminar de su cuerpo astral o emocional esas condiciones que, como individuos, los predispone a la enfermedad. 
En la actualidad la raza está polarizada astralmente. 
La naturaleza sensorioemocional es excesivamente poderosa en las masas. 
Esto conduce a poseer un cuerpo etérico relativamente negativo, el cual está sintonizado con toda la sustancia etérica del planeta. Esta sustancia, que subyace en todas las formas, es sencillamente un agente transferidor y transmisor de la energía vital al cuerpo físico denso externo. 
La energía circula a través de esta sustancia etérica, libre de todo control por parte del ser humano individual, que casi no se da cuenta de ello, porque el foco de su atención es astral. 
Desde el estado de conciencia astral o emocional, pueden ser deducidas muchas condiciones físicas individuales. 
En consecuencia debemos eliminar esas enfermedades que son de carácter grupal, las cuales han penetrado en la humanidad, y a través de ella, desde el mundo de la fuerza etérica, dejándola exhausta o sobrestimulada, o en tal condición que la muerte sobreviene en forma natural. 
Podría decirse, básicamente generalizando, que las dificultades físicas personales tienen actualmente su asiento en el cuerpo emocional y que ese vehículo de expresión es el agente predominante y predisponente de la mala salud del individuo, así como las enfermedades grupales y las de cualquier tipo de epidemias a través de las masas están fundadas en alguna condición de la sustancia etérica del planeta. 
Esas enfermedades que son generales, nacionales, raciales y planetarias, llegan al individuo por conducto del cuerpo etérico, y no son tan personales en sus implicaciones. 
Sobre esto me extenderé más adelante. 
Hoy sólo expongo una proposición general. 
Quisiera puntualizar que las enfermedades de las masas, del ciudadano común, de los intelectuales y de los discípulos del mundo, pueden diferir y difieren ampliamente, no tanto en 
su manifestación como en su campo de expresión. 
Este punto difícilmente el curador lo reconoce: no le es fácil ni posible comprender estas diferenciaciones y valorar el grado de evolución que un hombre puede haber alcanzado. 
Algunas enfermedades deben tratarse desde el plano mental y será necesario que el curador emplee la mente; algunas requieren una concentración de energía emocional por parte del agente curador; en otros casos el curador debe tratar de ser sólo un transmisor de energía pránica para el cuerpo etérico del paciente, por intermedio de su propio cuerpo etérico. ¿Cuántos curadores se dan cuenta realmente del enfoque de la conciencia o de la fuerza vital, al ocuparse del paciente? ¿Cuántos conocen el tipo de curación que es posible y necesario aplicar a un discípulo? ¡Cuán pocos se dan cuenta que ningún discípulo, por ejemplo, puede ponerse en manos de un curador magnético común o de quien trabaja con radiaciones, o de un experto psicólogo de cualquier tipo! 
Un discípulo no se atreve a someterse a las emanaciones áuricas de ningún ocasional curador ni al poder de un inexperto psicólogo académico, no importa cuán prominente pueda ser. Sin embargo, puede someterse a la sabia pericia del médico cirujano del plano físico, porque, para él, el cuerpo físico es sólo un autómata. 
Por lo tanto, puede valerse de medios físicos para su beneficio. Muchos de los fracasos de los métodos curativos empleados actualmente se deben a la incapacidad del curador para: 
1. Calcular dónde puede estar localizada básica y ampliamente la dificultad y de qué cuerpo surge y dónde yace principalmente. 
2. Conocer dónde está colocado el paciente en la escala de la evolución y por lo tanto, dónde debe buscar primeramente el origen de la dificultad. 
3. Diferenciar entre las enfermedades que se deben a las condiciones internas personales, a las tendencias heredadas o a la propagación grupal. 
4. Saber si la enfermedad requiere ser tratada: 
A. Alópata u homeopáticamente, pues ambos procedimientos pueden desempeñar su parte a veces, o a través de cualquier otro agente de la ciencia y tecnicismo modernos. 
B. Por radiación o magnetización, o ambas. 
C. Mediante el correcto reajuste interno psicológico, ayudado por una verdadera percepción interna, por parte del agente curador. 
D. Evocando el poder de la propia alma del hombre; algo que no es posible, excepto en las personas avanzadas. 
E. Por medio de métodos esotéricos definidos, tales como formar un triángulo de curación entre: 
Este método implica por parte del curador, mucho conocimiento y un elevado punto de realización espiritual; también presupone la existencia de un vínculo entre el curador, un Maestro y el grupo del Maestro, más el derecho adquirido de acudir al grupo para la afluencia de energía en bien del paciente, algo que raras veces se otorga. 
Quisiera ante todo puntualizar que mi propósito e intento no es escribir un tratado médico, tampoco trataré la anatomía del cuerpo, ni discutiré los síntomas de las enfermedades, excepto incidentalmente. No detallaré los síntomas ni consideraré las muchas enfermedades con extensos nombres que caracterizan a la raza de hoy; toda esta información puede extraerse de los libros de texto comunes si se prefiere, y estudiarlos si se desea; aunque personalmente no lo considero satisfactorio. 
Partiremos de la premisa de que existen las enfermedades y que son efectos de causas internas; que el hombre ha hecho grandes progresos para comprender el efecto de estas causas cuando producen cambios en la vestidura externa del hombre, así como los conocimientos obtenidos por la ciencia para comprender la vestidura externa de Dios, el mundo de la naturaleza fenoménica. 
El trabajo lenitivo, paliativo y curativo en la medicina y cirugía, ha sido comprobado más allá de toda controversia. 
Los métodos empleados, tales como la vivisección de animales, puede ocasionar verdadera ansiedad. A pesar de todo ello la deuda que tiene el género humano con la profesión médica es grande, y el servicio rendido a la humanidad por esa profesión, contrarresta en gran parte el mal. 
Aunque es verdad que no lo saben todo, también es cierto que existe un pequeño porcentaje (mucho menor que en ninguna otra profesión) de clínicos y cirujanos que buscan sus propios intereses y no honran a su profesión; también podría decirse que ya saben bastante como para admitir que aún les queda mucho que aprender. 
Igualmente es verdad que constituye un gran grupo altruista y autosacrificado dentro de la familia humana. Recuerden esto. Me ocuparé del aspecto subjetivo del hombre y las causas secundarias que tienen sus raíces en los cuerpos internos del hombre y en el aspecto subjetivo de la naturaleza misma. 
Las causas, primordiales y principales, como anteriormente expliqué, no podrán ser captadas. Están más allá de la capacidad de la mente concreta. Trato de aclarar lo que el hombre debe realizar para liberarse cada vez más de la acumulación del pasado, tanto individual como grupalmente y al hacerlo eliminar de su cuerpo físico los gérmenes de la enfermedad. 
Sin embargo, se ha de tener en cuenta que muchas enfermedades son de naturaleza grupal y en consecuencia inherentes a la humanidad misma. Así como el reino de los insectos devasta y destruye al reino vegetal, como puede observarlo cualquier fortuito caminante del bosque, así los gérmenes -individuales y grupales- devastan y destruyen hoy al reino humano. 
Son agentes de destrucción y ejecutan, en la actualidad, una tarea y deber definidos en el gran esquema de las cosas. 
El destino del hombre es morir, pues todo hombre debe morir al requerimiento de su propia alma. Cuando el hombre ha alcanzado una etapa superior en la evolución, deliberada y definidamente elegirá el momento en que conscientemente se retirará de su cuerpo físico, el cual permanecerá silente y sin alma, desprovisto de luz, sin embargo, ileso e íntegro; entonces se desintegrará de acuerdo con el proceso natural, y los átomos que lo constituyen volverán “a la reserva de los entes que esperan”, hasta ser nuevamente requeridos para que los empleen las almas encarnantes. 
Entonces se repite el proceso en el aspecto subjetivo de la vida, pero muchas almas ya han aprendido a retirarse del cuerpo astral sin someterse a ese “impacto en la niebla”, una forma simbólica de describir la muerte de un hombre en el plano astral. Luego pasa al nivel mental y deja su carcasa astral para aumentar la niebla y acrecentar su densidad. 
Por lo tanto, quiero puntualizar que deliberadamente evitaré los tecnicismos médicos, aunque me referiré a menudo al cuerpo físico y a las enfermedades que hacen de él su presa. También les daré ahora otra de las leyes sobre la curación así como una de las Reglas para el Curador. 
Estúdienlas con cuidado.
LEY II 
La enfermedad es el producto de tres influencias, y está sujeto a ellas. Primero, el pasado del hombre en que paga el precio de antiguos errores; segundo, su herencia, donde comparte con todo el genero humano, esas contaminadas corrientes de energías de origen grupal; tercero, su participación con todas las formas naturales, de aquello que el Señor de la Vida impone a Su cuerpo. 
Estas tres influencias son denominadas “La Antigua Ley de Participación de Mal”. Algún día ésta debe ceder su lugar a la nueva “Ley del Antiguo y Predominante Bien” que reside detrás de todo lo que Dios ha creado. 
Esta ley debe ser puesta en vigencia por la voluntad espiritual del hombre. ¿Qué es una Ley? Es la imposición (sobre las cosas más insignificantes y más importantes) de la voluntad y el propósito de aquello que es superlativamente grandioso. 
Por lo tanto está más allá del conocimiento del hombre. 
El hombre algún día debe aprender que todas las leyes de la naturaleza tienen su contraparte superior y espiritual, y en breve nos ocuparemos de ellas. 
Nuestras leyes aún son secundarias, y por ser leyes de la vida grupal rigen los reinos de la naturaleza y se expresan (para el reino humano) por medio de la mente, de la naturaleza emocional y de un agente del plano físico. 
No pretendo en este breve tratado elucidar las leyes primarias. Sólo las menciono, y en el futuro (lo cual depende de ciertos factores todavía no desarrollados) me ocuparé de ellas. 
La tercera parte de este tratado está destinada a las leyes básicas de la curación, las cuales no se refieren a las leyes mencionadas, sino a los aspectos prácticos del arte de curar. 
La segunda regla para el curador es la siguiente: 
REGLA DOS 
El curador debe adquirir pureza magnética a través de la pureza de vida. Debe lograr esa dispersiva irradiación que se manifiesta en todo hombre que ha vinculado los centros de la cabeza. Cuando se ha establecido tal campo magnético, entonces surge la irradiación. 
El significado de esto será parcialmente evidente para el estudiante esotérico avanzado. Como bien saben, el campo magnético se establece cuando la poderosa vibración del centro que se halla delante del cuerpo pituitario y el que se halla alrededor y arriba de la glándula pineal, entra en la órbita de cada uno. El único punto de controversia, en conexión con la regla citada (que consideraré más tarde), es cómo y de qué modo debe ser adquirida la pureza magnética y cómo los dos centros en la cabeza pueden formar conjuntamente un campo magnético. Más adelante, al finalizar me ocuparé de estos dos puntos, lo cual será muy práctico. 
Una de las causas que debería surgir definidamente de nuestro estudio, es que la enfermedad raras veces tiene origen individual -a no ser que un hombre disipe su vida y abuse excesivamente de su cuerpo por la bebida o excesos sexuales
y que todas las enfermedades que existen hoy en el mundo son casi totalmente heredadas, de origen grupal, y como resultado de infección o de desnutrición. 
Esta última es principalmente un mal de la civilización, efecto del desequilibrio económico o del alimento adulterado. 
Como indiqué anteriormente, esas últimas causas de la enfermedad no son principalmente el resultado de sutiles fuerzas internas, sino el ascenso de energías al cuerpo etérico, provenientes del plano físico y del mundo externo de fuerzas. Los instructores de ocultismo han prestado poca atención a estas fuerzas que vienen de lo externo, se originan en el plano físico y afectan a los cuerpos internos. 
Existen energías físicas y corrientes de fuerza que penetran en los cuerpos etéricos de todas las formas, así como la ilusión mundial y las miasmas del plano astral, frecuentemente tienen sus causas en las condiciones del plano físico. 
Las energías que penetran en los centros del hombre desde los niveles más sutiles, han sido frecuentemente consideradas en los libros de ocultismo, pero las fuerzas que encuentran su camino hacia los centros, desde la vida en el plano físico, raras veces son comprendidas o discutidas. 
Les doy una idea un tanto nueva para que reflexionen sobre ella. He pedido a A.A.B. insertar un breve resumen de algunos de los puntos que ya he dilucidado, bajo el titulo: ¿Qué es la enfermedad? 
Le sugerí lo siguiente: 
1. Toda enfermedad es desarmonía y falta de alineamiento y control: 
A. La enfermedad se halla en los cuatro reinos de la naturaleza. B. La enfermedad es de efecto purificador. 
C. Los métodos definidos de curación son peculiares a la humanidad y de origen mental. 
2. La enfermedad es un hecho en la naturaleza: 
A. El antagonismo hacia la enfermedad simplemente la energetiza. 
B. La enfermedad no es el resultado del erróneo pensar humano. 
3. La enfermedad es el proceso de liberación y el enemigo de lo estático. 
4. La ley de causa y efecto rige las enfermedades así como todo en la manifestación. Hallamos también que la curación se realiza de tres maneras: 
1. Por la aplicación de los métodos de las innumerables escuelas de medicina y cirugía y grupos afines.
2. Por el empleo de la psicología. 
3. Por la actividad del alma. También he anunciado que las causas principales de la enfermedad son tres: de naturaleza psicológica, heredadas por el contacto grupal, y también kármicas. Sin embargo recuerden que constituyen causas secundarias. 
Continua...

Curación Esotérica Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey)


PRIMERA PARTE 

LAS CAUSAS FUNDAMENTALES DE LAS ENFERMEDADES 
Este es el problema por el cual toda la ciencia médica ha luchado para encontrar una solución en el transcurso de las épocas, y consiste en hallar las causas fundamentales de las enfermedades. 
En nuestra actual era mecanicista hemos deambulado demasiado sobre la superficie de las cosas, alejándonos del punto de vista parcialmente veraz, mantenido en siglos pretéritos, de que las enfermedades se hallan detrás de los “malos humores” gestados, y proliferan en la vida subjetiva interna del paciente. 
Por la evolución del conocimiento obtenido, hemos llegado ahora a la superficie de las cosas (obsérvese que no empleo la palabra “superficial”) y ha llegado el momento en que el conocimiento puede volver a entrar en el reino de lo subjetivo y transmutarse en sabiduría. 
En la actualidad alborea el reconocimiento, en las mejores mentalidades de las profesiones médica y afines, de que en las actitudes subjetivas e ignotas de la mente y de la naturaleza emocional, y en la vida de inhibidas o excesivas expresiones sexuales, deben buscarse las causas de todas las enfermedades. Al comenzar este estudio quisiera decirles que aunque yo conociera la ultérrima causa de las enfermedades, para ustedes resultaría incomprensible. 
La causa se halla muy atrás, en la historia del legendario pasado de nuestro planeta, en el curso (ocultamente interpretado) de la Vida planetaria, y tiene sus raíces en lo que se denomina generalmente “mal cósmico”. 
Esta frase no tiene ningún sentido, pero describe simbólicamente un estado de conciencia, de ciertos “Dioses imperfectos”. Dada la premisa inicial de que la Deidad misma está trabajando para lograr una perfección, más allá de nuestra comprensión, se puede inferir de que existe para los Dioses mismos y para DIOS (como la VIDA del sistema solar) ciertas limitaciones y zonas o estados de conciencia que todavía esperan ser dominados. 
Estas limitaciones y relativas imperfecciones pueden causar efectos definidos sobre Sus cuerpos de manifestación -los distintos planetas considerados como expresión de Vidas y el sistema solar considerado como expresión de una VIDA. 
Dada también la hipótesis de que tales cuerpos externos de la divinidad, los planetas, son las formas a través de las cuales ciertas deidades se expresan a Sí Mismas, puede deducirse verdadera y lógicamente que todas las vidas y formas dentro de esos cuerpos, están necesariamente sujetas a estas limitaciones y a las imperfecciones surgidas de esas zonas inexploradas de la conciencia y esos estados de percepción, hasta ahora no alcanzados por las Deidades encarnadas en la forma planetaria y solar. Dado el postulado de que cada forma es parte de una forma mayor, y que en realidad “vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser” dentro del cuerpo de Dios (como lo expresa San Pablo), nosotros, como parte integrante del cuarto reino de la naturaleza, compartimos esta limitación e imperfección generales. 
Captar algo más de esta premisa general está más allá de nuestro poder de comprender y expresar, pues el equipo mental general de los aspirantes y discípulos comunes es inadecuado para la tarea. 
Los términos “mal cósmico, imperfección divina, zonas limitadas de la conciencia, la libertad del espíritu puramente divina”, empleados tan superficialmente por los místicos y pensadores esotéricos de la época: ¿Qué significan en realidad? Las afirmaciones de muchas escuelas de curación, respecto a la máxima perfección divina, y la formulación de sus creencias de que la humanidad se liberará realmente de las comunes dolencias de la carne, ¿no son frecuentemente altisonantes, personificando un ideal basado a menudo en deseos egoístas? ¿No constituyen frases sin significado alguno en sus implicaciones místicas? ¿Cómo podría ser de otra manera, cuando únicamente el hombre perfecto puede tener una idea real de lo que constituye la divinidad? 
Es mucho mejor admitir la imposibilidad de que el hombre comprenda las causas profundamente arraigadas de lo que puede verse surgir en la evolución de la vida de la forma.
¿No es más inteligente enfrentar las realidades y los hechos, tal como existen para nuestra actual comprensión, y entender que así como el hombre puede penetrar más inteligentemente en la mente de Dios que en la mente inferior del animal, también pueden existir otras mentes superiores, actuando en reinos más elevados de la naturaleza, que ciertamente han de ver la vida con más realidad y exactitud que el género humano? 
Es muy posible que el objetivo de la evolución (como ha sido delineado y acentuado por el hombre), en último análisis, sea solo un fragmento de un objetivo mayor que el hombre, con su finita comprensión, puede captar. 
Todo el propósito, tal como se halla oculto en la mente de Dios, quizás sea muy diferente de lo que el hombre podría concebir hoy; y el mal y el bien cósmicos, reducidos a terminologías, pueden perder todo su significado y sólo ser vistos a través del espejismo y la ilusión con que el hombre rodea todas las cosas. Las mejores mentalidades de esta era están comenzando ya a ver el primer tenue rayo de luz que horada este espejismo y sirve para revelar la realidad de la ilusión. 
Por medio de esta Luz se les revelará la siguiente verdad a quienes estén a la expectativa y posean mente abierta: 
La Deidad misma se halla en el camino de la Perfección. Muchas son las implicaciones que encierra este enunciado. 
Al tratar las causas de las enfermedades, adoptaremos la posición de que la fundamental y ultérrima causa cósmica escapa a nuestra captación, y que sólo a medida que el Reino de Dios se vaya revelando en la tierra, obtendremos un real entendimiento de la amplia y general difusión de las enfermedades en nuestro planeta y en los cuatro reinos de la naturaleza. 
Sin embargo pueden exponerse unas pocas enunciaciones básicas que, en sentido macrocósmico, oportunamente serán establecidas como verdades y ya pueden ser demostradas como tales en lo que concierne inteligentemente al microcosmo. 
1. Toda enfermedad (y esto es algo conocido) es producida por la falta de armonía o desarmonía entre el aspecto forma y la vida. 
Aquello que une la forma y la vida, o más bien el resultado de esta unión, denominada alma, el yo en lo que respecta a la humanidad, y el principio integrador, en lo que concierne a los reinos subhumanos. Las enfermedades aparecen donde no hay alineamiento entre estos diversos factores, el alma y la forma, la vida y su expresión, las realidades subjetiva y objetiva. 
En consecuencia, espíritu y materia no están libremente relacionados entre sí. Esto es un modo de interpretar la Primera Ley y toda esta tesis está destinada a exponer esa Ley. 2. La desarmonía que produce lo que se denomina enfermedad, corre a través de los cuatro reinos de la naturaleza y trae esas condiciones que producen dolor (donde la sensibilidad es exquisita y está desarrollada) y en todas partes congestión, corrupción y muerte. 
Reflexionen sobre las palabras siguientes: Desarmonía, Enfermedad, Dolor, Congestión, Corrupción, Muerte, porque describen la condición general que rige la vida consciente de todas las formas, macro y microcósmicas. 
Ellas no constituyen las causas. 
3. No obstante, estas condiciones pueden ser consideradas como purificadoras en sus efectos, y así debe considerarlas la humanidad si se quiere asumir la correcta actitud hacia las enfermedades. Esto a menudo lo olvida el curador fanático y el exponente extremista de una idea, finitamente captada y en la mayoría de los casos sólo forma parte de una idea mayor. 
4. Métodos de curación y técnicas paliativas que son peculiares de la humanidad, resultantes de la actividad mental del hombre. Indican el latente poder que posee como creador, y que progresa hacia la liberación. 
Señalan su habilidad discriminativa para presentir la perfección, visualizar el objetivo y por ende trabajar hacia esa ultérrima liberación. 
En la actualidad su error consiste en: 
A. Su incapacidad de ver el verdadero valor del dolor. 
B. Su resentimiento por el sufrimiento. 
C. Su incomprensión de la ley de no-resistencia. 
D. Su excesivo énfasis puesto sobre la naturaleza forma. 
E. Su actitud hacia la muerte y su sensación de que la desaparición de la vida, fuera de la percepción visual, por intermedio de la forma, y la consiguiente desintegración de esa forma, indican desastre. 
5. Cuando el pensamiento humano invierta las ideas comunes, respecto a las enfermedades, y las acepte como un hecho natural, el hombre comenzará a aplicar la ley de liberación, correctos pensamientos, que conducirá a la no-resistencia. Actualmente, por el poder de su pensamiento dirigido y su intenso antagonismo hacia la enfermedad, sólo tiende a vigorizar la dificultad. 
Cuando reoriente su pensamiento hacia la verdad y el alma, las enfermedades del plano físico comenzarán a desaparecer. 
Esto será evidente al estudiar más adelante el método de extirparlas. La enfermedad existe. 
Las formas en los reinos de la naturaleza carecen de armonía y no están alineadas con la vida inmanente. En todas partes existen enfermedad y corrupción y la tendencia a la disolución. Elijo mis palabras con cuidado. 
6. Por lo tanto, la enfermedad no es el resultado del erróneo pensar humano. Existió entre las innumerables formas de vida mucho antes que la familia humana apareciera en la tierra. 
Si ustedes buscan una expresión verbal y si se desea hablar dentro de los limites de la mente humana, podrían decir con cierta exactitud que: Dios, la Deidad planetaria, es culpable de pensar erróneamente. Pero no expresarán toda la verdad, sino sólo una ínfima fracción de la causa, como aparece a vuestra débil y finita mentalidad, a través del espejismo y la ilusión mundial general. 
7. Desde cierto ángulo, la enfermedad es un proceso de liberación y el enemigo de lo estático y cristalizado. 
No crean por lo que expongo que debería aceptarse la enfermedad y anhelar el proceso de la muerte. 
Si así fuera cultivaríamos la enfermedad y premiaríamos el suicidio. Afortunadamente para la humanidad, toda la tendencia de la vida es contraria a la enfermedad, y la reacción que produce la vida de la forma en el pensamiento del hombre, fomenta el temor a la muerte. 
Esto ha sido correcto, porque el instinto de autoconservación y la preservación de la integridad de la forma, es un principio vital de la materia, y la tendencia hacia la autoperpetuación de la vida dentro de la forma, es uno de los más grandes dones de Dios y persistirá. 
Pero en la familia humana esto debe oportunamente ceder su lugar a la muerte como un proceso organizado y liberado, a fin de conservar fuerza y proporcionar al alma un mejor instrumento de manifestación. 
Para esta libertad de acción la totalidad del género humano no está aún preparada. Los discípulos y aspirantes del mundo deberán comenzar a captar estos nuevos principios de la existencia. 
El instinto de autopreservación rige la relación del espíritu y la materia, de la vida y la forma, hasta que la Deidad misma decida encarnar dentro de Su cuerpo de manifestación, un planeta o un sistema solar. En lo expuesto he dado un indicio en lo que respecta a una de las causas básicas de la enfermedad y a la interminable lucha entre el espíritu aprisionado y la forma aprisionante. 
Esta lucha emplea como método la cualidad innata que se expresa a sí misma como el anhelo de preservarse y el ansia de perpetuarse (en la forma y especies actuales). 
8. La Ley de Causa y Efecto, denominada de Karma en Oriente, rige todo esto. 
El karma, en realidad, debe ser considerado como el efecto (en la vida de la forma de nuestro planeta) de las causas profundamente arraigadas y ocultas en la mente de Dios. 
Las causas que debernos buscar respecto a las enfermedades y la muerte son en realidad sólo la actuación de ciertos principios básicos que rigen -¿quién podrá decir si correcta o erróneamente?- la vida de Dios en la forma y serán siempre incomprensibles para el hombre hasta el momento de recibir la gran iniciación, simbolizada para nosotros en la Transfiguración. 
Durante todo nuestro estudio nos ocuparemos de las causas secundarias y sus efectos, con los resultados fenoménicos que esos efectos subjetivos que emanan de causas demasiado remotas para poder captarlas. Esto debería aceptarse y comprenderse, siendo lo máximo que puede hacer el hombre con su actual mecanismo mental. 
¿Cómo puede el hombre, pretender arrogantemente, comprenderlo todo, cuando la intuición raras veces actúa y la mente pocas veces se halla iluminada? Antes debe dedicarse a desarrollar la intuición y lograr la iluminación. 
Entonces podrá llegarle la comprensión, pues habrá merecido el derecho de adquirir el conocimiento divino. 
Pero el reconocimiento mencionado será suficiente para nuestro trabajo y nos permitirá establecer esas leyes y principios que indicarán cómo la humanidad puede dejar de ser consciente de la forma, y su consecuente inmunidad a la muerte y a esas condiciones enfermizas que rigen hoy nuestra manifestación planetaria. 
Dividiremos nuestro estudio, respecto a las causas de la enfermedad, en tres partes, eliminando, en la búsqueda de la verdad, el comprensible pero igualmente inútil deseo de captar los pensamientos de la Deidad. 
I. Causas psicológicas. 
II. Causas emanantes de la vida grupal. 
III. Las deudas kármicas, causas kármicas. 
Todo esto sólo proporciona una idea general (lo único posible ahora) sobre las enfermedades que existen en la familia humana y, en cierto porcentaje, en el reino animal. 
Cuando esta idea general sea captada se tendrá un entendimiento más claro del problema y entonces se podrá continuar con la consideración de los métodos que permitirán manejar, con mayor facilidad, los efectos indeseables. 
Los estudiantes del Arte de Curar deberán análogamente recordar que hay tres métodos para obtener la curación, y los tres tienen su lugar y valor, dependiendo del punto de evolución del sujeto sometido a curación. 
Primero, tenemos la aplicación de esos métodos paliativos y mejoradores que gradualmente curan las enfermedades y eliminan condiciones indeseables; reconstruyen la vida de la forma, y fomentan la vitalidad, a fin de que la enfermedad pueda ser desarrollada. 
De estos métodos las escuelas alópatas y homeópatas y las diversas osteópatas y quiroprácticas y otras escuelas terapéuticas, son buenos ejemplos. 
Han realizado un trabajo bueno y constructivo y la deuda que tiene la humanidad para con la sabiduría, la capacidad y las atenciones altruistas de los médicos es muy grande. 
Enfrentan siempre condiciones apremiantes y efectos peligrosos de causas que no manifiestan síntomas evidentes en la superficie. 
De acuerdo a estos métodos el paciente se halla en manos de un desconocido y deberá ser pasivo, obediente y negativo. Segundo, tenemos el trabajo y los métodos del psicólogo moderno, que trata de encarar las condiciones subjetivas y enderezar las actitudes erróneas de la mente, las inhibiciones, la psicosis y los complejos que producen los estados externos de la enfermedad, condiciones mórbidas y neuróticas y trastornos mentales. De acuerdo a este método se le enseña al paciente a colaborar en lo posible con el psicólogo, para poder obtener la debida comprensión de sí mismo, aprender a eliminar esas situaciones internas y compulsoras, responsables de los resultados externos. 
Se le enseña a ser positivo y activo, y esto es un gran paso hacia la correcta dirección. La tendencia de combinar la psicología con el tratamiento físico externo es sensata y correcta. 
Tercero, un método superior y nuevo que consiste en llamar a la propia alma del hombre para que inicie una actividad positiva. La verdadera y futura curación se efectuará cuando la vida del alma pueda fluir sin impedimento ni obstáculo a través de cada aspecto de la naturaleza forma, pudiendo entonces vitalizarla con su potencia y también eliminar esas congestiones y obstrucciones que son fuente fructífera de enfermedades. 
He aquí mucho para reflexionar. Si explico cautelosamente la aplicación práctica de las técnicas y métodos, se debe a que trato de sentar una sólida base para lo que impartiré posteriormente.
EL ENTRENAMIENTO DEL CURADOR 
Sobre el entrenamiento del curador daré en forma espaciada seis reglas que rigen (o deberán regir) su actividad. 
Recuerden las dos palabras que di anteriormente. 
Resumen la actividad del curador: 
MAGNETISMO y RADIACIÓN. 
Ambas producen diferentes efectos, como veremos más adelante. 
REGLA UNO 
El curador debe tratar de vincular su alma, corazón, cerebro y manos. Así puede verter la fuerza vital curadora sobre el paciente. Esto es trabajo magnético. 
Puede curar la enfermedad o acrecentar el estado maligno, de acuerdo al conocimiento del curador. 
El curador debe tratar de vincular su alma, cerebro, corazón y emanación áurica. Así su presencia puede nutrir la vida del alma del paciente. Este es trabajo de irradiación. 
Las manos no son necesarias. El alma despliega su poder. 
El alma del paciente, a través de la respuesta de su aura, responde a la irradiación del aura del curador, inundada con la energía del alma. 
Al considerar las causas de las enfermedades es necesario decir unas palabras respecto a las condiciones externas e internas. Será evidente para el pensador casual, que muchas enfermedades y las causas de la muerte se deben a las condiciones ambientales de las cuales él no es responsable. Éstas abarcan desde los acontecimientos estrictamente externos hasta las predisposiciones hereditarias, y podrían enumerarse de la manera siguiente: 
1. Accidentes, que pueden ser causados por negligencia personal, acontecimientos grupales, descuidos de otras personas, refriegas callejeras como en los casos de huelgas y por la guerra. También pueden ser producidos por un animal o víbora, envenenamiento accidental y muchas otras causas. 
2. Infecciones que llegan al hombre externamente y no como resultado de su propia y peculiar condición sanguínea, constituyendo las diversas enfermedades infecciosas y contagiosas y las epidemias prevalecientes. 
El hombre puede contraerlas en el cumplimiento del deber, por sus contactos diarios o por la amplia propagación de la enfermedad en su ambiente. 
3. Enfermedades debidas a la desnutrición, especialmente en los niños. Este estado de desnutrición predispone al cuerpo a la enfermedad, aminora la resistencia y la vitalidad y contrarresta el “poder luchador” del hombre, conduciéndolo a la muerte prematura. 
4. Herencia. Existe como bien se sabe ciertos tipos de debilidad hereditaria que predisponen a la persona a contraer ciertas dolencias y llevan a la consecuente muerte o producen esas condiciones que conducen a un constante debilitamiento del aferramiento a la vida; también existen esas tendencias que constituyen una especie de apetito peligroso y producen hábitos indeseables, relajamiento de la moral, y son un peligro para la voluntad del individuo, inhibiéndolo en su lucha contra tales predisposiciones, sucumbe a ellas y paga con la enfermedad y la muerte el precio de tales hábitos. 
Estos cuatro tipos de enfermedades y las causas de la muerte explican gran parte de lo que acontece en la vida de la gente pero no han de ser definidamente clasificados como causa psicológica de las enfermedades, y sólo serán considerados muy brevemente en la parte que trata de la vida grupal y las causas que predisponen a la enfermedad. 
Se tratarán también las enfermedades infecciosas, pero situaciones como las que se producen, por ejemplo, en un accidente automovilístico o ferroviario, no se considerarán dentro del acápite, respecto a las causas que producen enfermedades, si bien la tarea del curador puede estar involucrada en estos casos, el trabajo que se debe realizar es algo diferente del que se lleva a cabo cuando se trata de esas enfermedades que tienen sus raíces en uno de los cuerpos sutiles, o son el resultado de enfermedades grupales, etc. 
Las dolencias producidas por la mala nutrición y la alimentación errónea de nuestra moderna vida y civilización, no serán consideradas aquí. 
Ningún niño es individualmente responsable de ellas. 
Me ocupo de las enfermedades derivadas de erróneas condiciones internas. 
La responsabilidad del niño por las condiciones de su vida es prácticamente nula, a no ser que se admita el karma como factor predisponente y el poder de producir esos reajustes que surgen del pasado y afectan el presente. 
Trataré esto más ampliamente en el tercer punto, referente a nuestras deudas kármicas. Sólo sugeriré que el temario de las enfermedades podría ser encarado desde el ángulo del karma, lo cual seria de valor definido y concluyente si se hubiera dado una correcta enseñanza sobre este abstruso tema, desde que fue impartido en Occidente pero la verdad tal como nos ha llegado de Oriente ha sido tan distorsionada por los teólogos orientales, como las doctrinas de la Expiación y del Nacimiento virginal han sido mal interpretadas y enseñadas por los teólogos occidentales. 
La genuina verdad tiene muy poca semejanza con nuestras formulaciones modernas. Por lo tanto me encuentro seriamente limitado cuando debo tratar el tema de las enfermedades desde el ángulo del karma. 
Me es difícil impartir algo de la verdad tal como realmente existe, debido a las ideas preconcebidas sobre la antigua Ley de Causa y Efecto, que necesariamente existen en su mente. 
Si les dijera que la doctrina de la Emergente Evolución y las teorías modernas acerca de la actuación de un catalizador sobre dos sustancias -que cuando son puestas en mutua relación bajo el efecto del catalizador produce una tercera y diferente sustancia- encierra mucha verdad sobre el karma, ¿me comprenderían? Lo dudo. 
Si les dijera que el énfasis puesto sobre la Ley de Karma, que explica aparentes injusticias y acentúa la aparición del dolor, la enfermedad los sufrimientos, es solo una presentación parcial de la verdad básicamente cósmica, ¿aclararía algo? Si señalara que la Ley de Karma, correctamente interpretada y manejada, puede traer aquello que produce más fácilmente la felicidad, el bien y la liberación del sufrimiento, que el dolor con su corolario de consecuencias, ¿creen que captarían el significado de lo que digo? El mundo del espejismo es en la actualidad tan fuerte y la ilusión tan potente y vital que no podremos ver estas leyes básicas en su verdadero significado. 
La Ley de Karma no es la Ley de Retribución, coma podría suponerse al leer los libros actuales sobre el tópico: Esto es solo un aspecto de la actuación de la Ley de Karma. 
La Ley de Causa y Efecto no se debe entender como hoy se interpreta. 
Existe, a manera de ilustración, una Ley denominada Ley de Gravedad, que se ha impuesto en la mente del hombre. 
Tal ley existe, pero sólo es un aspecto de una ley mayor, y su poder puede ser, como sabemos, relativamente contrarrestado, pues cada vez que vemos volar un avión tenemos la demostración de la anulación de la ley por medios mecánicos, simbolizando la facilidad con que puede ser superada por los seres humanos. 
Si se dieran cuenta verían que están aprendiendo la antigua técnica por la cual el poder de levitación es uno de los ejercicios iniciales más fáciles y simples. 
La Ley de Consecuencias, no es inevitable ni algo establecido como creen las mentalidades modernas, sino que está relacionada con las Leyes del Pensamiento, más íntimamente de lo que se imaginan; la ciencia mental ha ido a tientas tratando de comprenderla. 
Su orientación y propósito son buenos y correctos y tiene grandes probabilidades de obtener resultados; sus conclusiones y métodos de trabajo son hoy extremadamente malos y engañosos. 
Me he referido a esta incomprendida Ley de Karma, pues ansío que emprendan el estudio de la Ley de la Curación con mente libre y abierta, hasta donde sea posible, teniendo en cuenta que la comprensión de estas leyes está limitada por:
1. Antiguas teologías con sus estáticos, distorsionados y erróneos puntos de vista. La enseñanza de la teología es mucho más engañosa, pero por desgracia, es generalmente aceptada. 
2. El pensamiento del mundo, fuertemente matizado por el elemento deseo, que contiene muy pocos pensamientos verdaderos. Los hombres interpretan estas leyes, confusamente percibidas, en términos determinantes y desde su pequeño punto de vista. La idea de retribución subyace en gran parte en la enseñanza sobre el karma, porque el hombre busca una plausible explicación de las cosas tal como él las ve, y tiende a retribuir de la misma manera. Sin embargo hay mucho más karma bueno que malo, aunque, por vivir en un periodo como el actual, les cueste creerlo. 
3. La ilusión y el espejismo mundiales que evitan al hombre común e ignorante, ver la vida tal como verdaderamente es. Incluso el hombre avanzado y los discípulos están sólo comenzando a obtener una vislumbre fugaz e inadecuada de una gloriosa realidad. 
4. Mentes incontroladas y células cerebrales que no han sido liberadas ni despertadas, impiden al hombre llegar a una correcta comprensión. Este hecho pocas veces se reconoce. 
El mecanismo de la comprensión es todavía inadecuado. 
Este detalle debe ser recalcado. 
5. Temperamentos nacionales y raciales con sus temperamentos predisponentes y prejuicios. 
Estos factores también impiden la exacta apreciación de estas realidades. 
Por lo expresado verán que sería una tontería de mí parte decir que ustedes comprenden las leyes que están tratando de descubrir y entender. Nada es tan confuso en la mente humana como lo que concierne a las leyes relacionadas con las enfermedades y la muerte. 
Por lo tanto es necesario comprender, desde el comienzo, que todo lo que diré, bajo el título de Las causas psicológicas de la enfermedad, no se relaciona con esas dolencias o predisposición a las enfermedades surgidas del medio ambiente, o esas taras definidamente físicas, heredadas de los padres, que han llevado en sus cuerpos y transmitido a sus hijos gérmenes de enfermedades, heredados a su vez de sus padres. 
Quisiera aclarar que las enfermedades heredadas son mucho más escasas hoy de lo que se supone; la predisposición a la tuberculosis, a la sífilis y al cáncer son las más importantes en lo concerniente a nuestra presente humanidad; son heredadas y también pueden trasmitirse por contacto. De estas me ocuparé en nuestro segundo y principal acápite, sobre las enfermedades que emanan del grupo.
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/
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