"Un sueño
es una realidad
que aún no existe
en el mundo material.
Un sueño
trasciende
tiempo y espacio,
pero todos los que sueñan
viven tales realidades.
Y benditos aquellos
cuyo sueño final de la realidad
llega hasta su manifestación.
Yo soy una entidad bendita.
¡Qué así sea!"
Ramtha
Nunca renuncies a vuestros sueños. Nunca, nunca. Sentaos.
Os quiero contar una historia. Esto es lo que quiero que entienda cada uno de vosotros: para estar lleno con todo tu poderío "con todo tu poderío" debes liberarte de tu pasado. Uno debe liberarse de ese jinete, el nigromante dentro de ti que te causa tal aflicción, angustia e infelicidad.
Y éstas deben ser reconocidas antes de que haya una auténtica curación de la enfermedad en el cuerpo, y un cambio real en la vida y la longevidad de la vida misma.
Quiero que sepas que cada célula en tu cuerpo fue creada para vivir eternamente y tiene la habilidad de rejuvenecerse a sí misma hasta su aspecto más joven y florecedor, y de mantener los límites de esa constitución hasta el infinito.
De cualquier forma, una persona cuya vida sufre "sufrimiento personal, en verdad, angustia y tristeza personal" envejece su cuerpo, al vivir con el miedo de que alguien vaya a adivinar qué le pasa, y al vivir con el miedo de que alguien vaya a conocer su mentira, teniendo así que vivir cada día como un hipócrita.
Presta atención cuidadosamente, porque cuando nosotros conocemos nuestro pasado, somos liberados de los momentos de nuestro pasado, éste deja de ser un misterio y deja de ser algo que ha sido ocultado por las organizaciones políticas, religiosas y socioculturales.
Así es como sucedió...
Yo soy un ser atemporal. Verdaderamente lo soy. Soy un ser viviendo un sueño remoto y muy antiguo. Así, las palabras que uso son seleccionadas de entre un conglomerado de palabras que os estimulan, que podéis entender, y que no son nada sofisticadas. Pero si yo os hablara en mi lengua os quedaríais perplejos. Yo soy un extranjero en el más amplio sentido de la palabra.
En mis días yo medía siete pies de altura. Tenía la piel color canela, el pelo negro y unos ojos muy oscuros y alargados.
No se me consideraba una persona correcta, políticamente hablando. Mi gente fue la más blanca de todas las razas. Fue la gente dorada con pelo cobrizo, ojos verdes como los juncos y labios carnosos y rosados; fueron los rostros pálidos y fueron aquellos de ojos azules, bocas delgadas y pelo fino, blanco como la nieve. Mi gente fue también negra como la noche, alta como las torres, hermosa. Eran los Jonios, eran los hombres rojos de Atlantia, ellos son los indios de hoy en día, que solían tenerlo todo. Ahora están reducidos a la pesca y el juego. ¿No te gusta? Realmente no me importa. ¿Sabes por qué? Porque si ésta es la época en la que eres un piel roja, tú has sido un hombre de Jonia, has sido un egipcio y un atlante, has vivido un millón de vidas. ¿Por qué le has de dar preferencia a ésta?
Veréis, Ramtha quiere decir el Ram que descendió de la montaña en un día terrible. Todo proviene de él en la antigüedad. Y en el antiguo Egipto, hay una avenida dedicada al Ram, el gran conquistador, que sobrevivió diez y quince mil años después de mi partida.Y ellos fueron lo suficientemente sabios para entender que cualquiera que pudiera caminar la avenida del Ram podría conquistar el viento. Esto es mitología.
(1) Esta descripción de nuestros nigromantes proviene de los terribles «jinetes de las tinieblas» en la historia de El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien.
(2) La avenida que Ramtha menciona aquí habría sido construida hacia el año 18.000 a.C, y habría permanecido en uso durante otros 10.000 años. Muchas de las carreteras principales que llevan a los templos de Thebas (hoy en día Luxor) en Egipto, solían estar continuamente alineadas con esfinges. Los que flanquean la entrada del primer pilar en el Templo de Karnak combinan el cuerpo de un león con la cabeza de un cordero. El cordero era el símbolo del dios Amón, en honor a quien se había construido el templo. Cada esfinge protege, entre sus brazos, una estatua erecta del rey Ramses II (1279-1213 aC.).
Si te sitúas en la sombra producida por el primer pilar del Templo de Amon, en Karnak, te impresionarás por la longitud de su eje norte-sur y el colosal tamaño de sus columnas.
Como todos los otros templos en Egipto, este simboliza el monte de la creación original. El nivel del terreno aumenta gradual y delicadamente desde la entrada hasta el santuario.
Las columnas son reproducciones en piedra de la vegetación que crecía en los pantanos que había alrededor del monte de la creación.
Si alguna vez encuentras un cuadro en bajorrelieve de un cordero, cómpralo. Las más grandes civilizaciones "hace ya cuatro mil años desde su caída" reconocieron lo que fue considerado una verdad incluso en su época: recordar algo que fue sumamente importante.
«El terrible día del Ram» no es recordado en la Biblia; no es recordado en los textos antiguos. Pero sí es recordado en los textos que hace 35.000 años faltaban diez o quince mil años para que Jehová y su hermano aparecieran en escena, y ellos serían los que crearían una división en toda la humanidad, y una religión basada en la creencia de un solo Dios que estaba siempre del lado de los vencedores. Esas serían las bases de la religión misma, ciertamente el mito de Moisés y Abraham.
Ahora, esto es lo que os quiero enseñar sobre la religión. Ninguna religión quiere admitir mi época porque fue la era de los dioses, antes de Jehová. Si Jehová hubiera vivido en mis tiempos no hubiera tenido ni una oportunidad. Cuando llegó el momento de la evacuación final y el despegue de la Tierra "cuando los seres humanos se habían reproducido para ser esclavos y sirvientes de los dioses" una gran inteligencia partió. Y lo que quedó fue la memoria de los dioses, pero lo que ellos realmente fueron es seres sobrehumanos.
Y lo que vosotros sois hoy en día, los cuerpos que elegisteis, son de dioses, no sólo dioses en forma de Homo erectus, sino dioses como los de esa otra línea genética que os fue dada hace cuarenta mil años y hace doscientos cincuenta mil años.
¿Por qué elegisteis este cuerpo? Porque estáis listos para usar el cerebro de gran tamaño y para usar aquello que trasciende la superstición.
¿Vosotros sois dioses? Claro que sí. ¿Pero qué podemos decir acerca de vosotros si aún vivís bajo la culpabilidad de un régimen religioso? Eso no es ser dioses, eso es ser esclavos.
Así, vosotros amáis y estáis escuchando algo que es más viejo que Moisés y que Abraham. Vosotros estáis escuchando al primer dios que entendió cómo ascender, un ser humano que nunca fue un cruce con lo que llamáis los atlantes, sino la rama pura de un grupo que los atlantes usaban como esclavos, de verdadera herencia lemuriana.
Aquellos que vinieron desde más allá de la Estrella del Norte son los gigantes enterrados por la mitología, pero que un día resucitarán. ¿Sabíais que esos gigantes que salieron de la tierra son mi familia? Yo soy un gigante que ha resucitado de la tumba de la antigüedad para entregaros una verdad que revolverá al mundo en el caos, y para ayudaros a crear un nuevo paradigma en el cual toda la gente pueda celebrar no sólo su herencia sino también su historia espiritual.
Vamos a hablar de vuestras raíces y vamos a ver qué es aquello que os ha traído quizás hasta este punto en el que vivís y que os va a contestar algunas de vuestras preguntas. Y escuchad atentamente, porque lo que escuchéis en este día, entidades, de cualquier manera que lo aceptéis, fue y es. Y no hay otra fuente en este planeta y en esta época que os pueda dar esta información sobre esto que estáis escuchando. ¿Por qué? Porque ellos no han alcanzado un punto para verla o para haberla conocido.
LECCIONES DE UN ÉPOCA ANTIGUA