BIDI - 2
13 de Julio de 2012
13 de Julio de 2012
Pregunta: cuando tengo una pregunta, me ocurre que la olvido un instante después, o si no, me digo que no es importante.
A veces fluctúa, estando con el cerebro vacío y sin tener más ganas siquiera, de intentar entender. ¿Son las primicias de un Abandono total antes del Basculamiento?
El hecho de ver la inutilidad de tus propias preguntas son las primicias del Abandono del Sí. Y por tanto, efectivamente, lo que se vive es un Bascular.
Es el momento en que todas las cuestiones que puedan surgir en la conciencia, en tus pensamientos, te es permitido verlos como que no cambian absolutamente nada de lo que tú Eres.
El hecho de que estas cuestiones desaparezcan o que a veces, te digas: “¿para qué?”, basta para alejar los pensamientos, hacerlos ineficaces respecto a tu Yo Soy.
Y esto es efectivamente, el Basculamiento, no hacia el Absoluto (lo que es imposible) sino más bien el último Basculamiento del Yo Soy a la Infinita Presencia.
Es el momento en que hay, efectivamente, dentro del Yo, la aparición de “¿para qué?”, que no es un dimisión, sino más bien situar las cuestiones en su sentido original.
Es decir un cuestionamiento sobre una causalidad: causalidad que pertenece, de manera permanente, a lo efímero.
En el Absoluto no puede existir la mínima cuestión.
La Vida se vive en la Paz, en la Alegría y sobre todo en el Éxtasis, donde toda cuestión que pueda aflorar no interesa más que la causalidad misma: “dónde está la llave de la puerta” y tampoco, “donde esta mi vía” y aun menos, “donde está la Puerta Interior”.
Las cuestiones permanecen en el dominio de la causalidad inmediata de la vida de este saco de comida y de este saco mental pero no interfieren de ninguna manera sobre la propia Conciencia, respecto al Yo Soy.
Solo el “yo” puede estar implicado, como una acción o una actividad mental, necesaria por ejemplo, para conducir un vehículo. Pero las cuestiones se extinguen por sí mismas sobre el sentido de la vida, sobre el sentido de la Presencia o la Ausencia.
Esto revela efectivamente, la inclinación del Yo Soy en su última manifestación, llamada Infinita Presencia.
Hay pues, seguramente, en el mecanismo mismo de las cuestiones que os planteáis, una orientación sobre la situación de vuestro punto de vista.
Si vuestras cuestiones dirigidas a la causalidad, se ejercen en una causalidad espiritual, estáis muy lejos del Absoluto donde él está, más aun, muy lejos de vosotros, a causa de vuestro propio alejamiento.
Porque al mantener una cuestión sobre el sentido mismo de vuestra propia vida, o sobre cuestiones espirituales, mantenéis una distancia artificial entre lo que Sois vosotros, en Verdad y lo que manifestáis. Mientras que haya pregunta y repuesta, como nosotros hacemos, no puede haber Absoluto: hay acercamiento o alejamiento, según el punto de vista que es vuestro o que es mío.
El Absoluto no conoce ninguna cuestión.