lunes, 12 de septiembre de 2016

Libro los 12 Trabajos de Hércules (6º TRABAJO DE HERCULES)


6º TRABAJO DE HÉRCULES: Apoderarse del cinturón de Hipólita
El sexto año de su servidumbre recibió Hércules de Euristeo
la orden de traerle el cinturón de Hipólita, que era la reina de las
amazonas. Ella lo había recibido de la propia Venus, diosa del amor, como símbolo del poder que ostentaba sobre sus súbditos.
Las amazonas eran un pueblo legendario que se decía vivía en el margen izquierdo del Danubio, a las orillas del gran mar. 
Estaba formado exclusivamente por mujeres, y los hombres sólo hacían trabajo de esclavos y de reproductores, siendo eliminados tras cumplir su misión. Los niños eran también sacrificados apenas nacer. A las niñas se les extirpaba el seno derecho para que no les sirviese de estorbo al lanzar sus flechas, ya que las amazonas se dedicaban exclusivamente a la guerra. Descendían de Ares, el dios de la guerra, y de la ninfa Armonía.
Sólo mujeres, pues, se reunían alrededor de su reina. Dentro del
templo de la Luna celebraban diariamente su culto y hacían sacrificios a Marte.
Acababan de regresar de su visita anual a la tierra de los
hombres. Dentro de los recintos del templo esperaban la orden de Hipólita, su reina, que estaba de pie sobre las gradas del altar mayor, llevando el cinturón que le había dado Venus, la reina del amor. 
Este cinturón era un símbolo de la unidad lograda a través de la lucha, el conflicto, la contienda; un símbolo de la maternidad y del Niño sagrado hacia quien toda vida humana realmente se dirige.
- Ha llegado la noticia - dijo ella - de que por su camino viene
un guerrero cuyo nombre es Hércules, un hijo de hombre y no
obstante un hijo de Dios, al que he de dar este cinturón. ¿Obedeceré la orden o combatiremos contra la palabra de Dios?
Y, mientras escuchaban sus palabras y reflexionaban, se oyó una
voz, diciendo que él ya estaba allí, que había venido con anticipación y esperaba apoderarse del sagrado cinturón de la aguerrida reina.
Sin esperar, Hércules, apenas penetró en el templo, atacó a la
reina. Durante la lucha, no quiso escuchar las palabras amables que ella le dirigía. 
Hasta que la venció, le arrancó el cinturón que ella había recibido como símbolo de unidad, amor y sacrificio y fe, y la
mató. 
Con ello mató a la que le ofrecía lo que él pretendía.
Y allí, junto a la reina muerta, horrorizado por lo que había hecho, oyó la voz del Maestro:
- Hijo mío. ¿por qué matar lo que necesitas, está próximo y es
querido? ¿Por qué matar a quien amas, la dadora de dignos
obsequios, custodia de lo posible? ¿Por qué matar a la madre del
sagrado niño? Otra vez advertimos un fracaso. Otra vez no has
entendido. Redímete enseguida.
Hércules se dirigió hacia las costas del gran mar, con el cinturón
de Hipólita. Cerca de la costa, vio a un monstruo marino que tenía en sus fauces a la pobre Hesione. 
Ésta gritaba desesperada pidiendo socorro. Así que Hércules, sin pensarlo dos veces, corrió hacia el monstruo para salvarla. 
Pero, cuando llegó, ya la había engullido, así que, espada en mano, se introdujo en su garganta y, llegado al estómago, tomó a la doncella de la mano y se abrió camino hacia el exterior, matando al monstruo y liberándola de él. 
De este modo compensó el error cometido al matar a la reina de las amazonas.
Así es la vida: un acto de muerte por un acto de vida. Y, de ese
modo, los hijos de los hombres que son hijos de Dios, van creciendo en sabiduría y equilibrio y aprenden a caminar con Dios.
Tras ello, Hércules pasó de nuevo por el sexto Portal y el
Maestro, viendo esto y viendo el cinturón de la reina le dijo:
- Tu sexto trabajo está concluido. 
Mataste lo que te quería y recataste lo que te necesitaba y así los dos son uno de nuevo.
Reflexiona sobre los caminos de la vida que se reflejan en los
caminos de la muerte. Ve y descansa, hijo mío.
2.- Se dice que Virgo es el más antiguo de los signos zodiacales.
A través del tiempo, ha habido Isis, Evas, Astartés, y otras, hasta
llegar a María. Todas ellas reverenciadas como madres del mundo.
Pero María es la única que sostiene al Niño en sus brazos. Porque en este signo es en el que concebimos y nutrimos el conocimiento de Cristo que, tras el período de gestación, en su signo opuesto, Piscis, nace como Salvador del Mundo.
3.- La experiencia de Virgo es, como la de Leo, una experiencia
de cueva, si bien se trata de “la cueva del tiempo”, que se caracteriza Por el calor, la quietud, las experiencias profundas y las crisis lentas y hondas.
Todos pasamos por todos los signos pero, en el de Virgo, sus
especiales energías se diversifican para generar mil nuevas ideas en todos los aspectos de la vida como el arte, el comercio, la industria y la ciencia, pero todas exigen un período de incubación, de reflexión y, luego, de lucha para imponerlas o compartirlas.
4.- Es interesante resaltar que las amazonas adoraban a la
Luna - es decir, a la forma – y a Marte – es decir, a la guerra – y eso demuestra que, como le dijo el Maestro a Hércules, ellas tampoco habían entendido su verdadero cometido en la vida. Ellas eran mujeres, traían en su seno la esperanza de futuro para espíritus anhelantes de renacer, pero los eliminaban si eran hombres y, además, en guerra permanente con los pueblos vecinos, mataban sin miramiento a los que consideraban sus enemigos. 
De modo que las que debían dar origen a la vida se habían convertido en adoradoras de la muerte. 
Fijémonos, en cambio, en que a María, la madre de Jesús,
símbolo de la feminidad perfecta, se la representa con la Luna bajo sus pies, es decir, por encima de ella, y sosteniendo en sus brazos al Príncipe de la Paz.
Recordemos el pasaje evangélico de la mujer adúltera en Juan
8:2-11, a quien Cristo dijo, "¿Ninguno te ha condenado? 
Pues tampoco yo te condeno. Vete y, en adelante, no vuelvas a pecar”.
Puede que, de un modo sutil, Cristo estuviese diciendo algo
relativo a este signo de Virgo. Y sería muy interesante reflexionar
sobre el pasaje: ¿No la condenó porque los circundantes que la habían denunciado y aprehendido no se atrevieron a condenarla? ¿Estará, entonces, el que algo sea o no pecado, en manos de que lo condene más o menos gente? Hay algo especial, siempre, en todo lo relacionado con el sexo.
5.- Virgo y su signo opuesto, Piscis, junto con Géminis y su
opuesto Sagitario forman la que se denomina “Cruz Común o
Mudable”, que es la de los que están pasando por la probación.
En ella alcanzamos la resignación y desarrollamos la aspiración
que nos prepararán para la Cruz Fija del Discipulado.
Cuando nuestra personalidad está crucificada en la Cruz
Mudable nos dedicamos a sus fines materiales, para que adquiramos así la habilidad necesaria para dedicarla a fines más elevados.
6.- Es conocido en ocultismo el llamado “pecado contra el
espíritu Santo”, que no es otra cosa que la prostitución de la energía creadora y su utilización para fines perversos. 
Y éste es el pecado, el más grande de todo su recorrido zodiacal, que, en este signo, cometió Hércules. 
Y lo cometió cuando mató a la reina de las amazonas en vez
de redimirla mediante la unión con ella, que es lo que ella le estaba ofreciendo. Pero también lo cometían las amazonas, como hemos visto antes, aunque su reina murió tratando de rectificar su error.
7.- Hay que tener presente que, como la rueda del zodíaco la
recorre el hombre ordinario en el sentido contrario al de las agujas del reloj, pero el discípulo la recorre en el sentido contrario, cuando entran en Virgo, uno lo hace a través de la vibración de Venus, pero el otro llega bajo la influencia de Mercurio.
Esa es la explicación de que, cuando uno tiene su vida centrada
por encima del diafragma, su carta astral, calculada del modo
tradicional, no resulta exacta.
8.- El signo de Virgo nos permite cultivar la tolerancia, la
compasión y la caridad, de modo que, poco a poco, nuestra capacidad de amar se va ampliando y haciéndose más inclusiva.
Sin embargo, lo que exige su signo opuesto, Piscis, es coraje.
Porque el espíritu del pisceano es un verdadero campo de batalla, ya que ha de obtener la liberación y la libertad no se regala, sino que se conquista.
9.- Hay un símbolo que representa, unificándolos, a Virgo y a su
opuesto Piscis, y es la sirena. Porque, siendo la Segunda Persona de la Trinidad Amor-Sabiduría, esa dualidad es inherente a todas sus criaturas y en el mismo sistema solar.
La meta del nativo de Virgo consiste en tener claro que ninguna
verdad es completa, ni siquiera real, si no incluye a su opuesta.
10.- Los principios fundamentales de este signo de Virgo que:
para el hombre común se resumen en la frase: “Y el Verbo dijo:
que reine la materia.”
pero, para el discípulo es la Virgen misma la que le dice: “Yo
soy la madre y el Hijo, Yo soy Dios y soy la materia.”
Porque fuimos nosotros mismos los espíritus que pronunciamos
la primera palabra y los que descendimos al tiempo y al espacio hace eones. Pero debemos ya, si lo queremos, reconocer y proclamar nuestra identidad con ambos aspectos de Dios, la materia y el espíritu, la madre y el hijo. Pensamiento resumido por San pablo cuando dijo:
“Cristo en ti esperanza es de gloria.”
Francisco Manuel Nácher.
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Libro los 12 Trabajos de Hércules (5º TRABAJO DE HERCULES)


5º TRABAJO DE HÉRCULES: MATAR EL LEÓN DE NEMEA
Hércules, con todas sus armas preparadas, se situó ante el
quinto Portal, ignorando qué le esperaba y preguntándose sobre su
siguiente prueba y hasta dudando de su decisión de seguir o no su
destino.
Pero su voz interior le decía:
- Los habitantes de Nemea necesitan tu ayuda. 
Están sufriendo los acosos de un terrible león. 
La noticia de tus hazañas les ha llegado y piden que los libres de ese azote cruel.
Y Hércules, prestando oídos a su voz interior, se dispuso a
responder a esa necesidad ajena. 
Así que, pensando que las armas obsequio de los dioses, más que ayudarle le iban a molestar, y fiándose de las suyas de siempre, su garrote, que él mismo había fabricado, su carcaj y su arco, partió en busca del león.
Tras una laboriosa búsqueda, vio al león. 
Era un hijo de Ortros (el perro hermano de Cerbero), al que Hera había situado allí para que luchase con Hércules.
El león estaba junto a un espeso matorral que había al borde del camino y, al ver a un enemigo que se aproximaba sin miedo,
acostumbrado como estaba a que todos huyesen con sólo verlo, rugió
con todas sus fuerzas. 
Con ese rugido, los arbustos se vieron sacudidos, los ecos del mismo llenaron la comarca y sus habitantes temblaron de miedo. 
Pero Hércules no se movió. Y, echando mano a su carcaj, le lanzó una flecha certera. 
La flecha dio en el costado del león y cayó al suelo sin haberlo herido. Hércules repitió la operación hasta que se quedó sin flechas, pero el león seguía ileso en medio del camino. Entonces Hércules, asió su garrote y se dirigió, sin miedo, hacia él. Y el león, no acostumbrado a que esto le sucediese, lanzó otro rugido y, dando un salto, desapareció entre los matorrales.
Hércules corrió en su persecución, pero no lo pudo encontrar.
Durante largo tiempo buscó al león por el monte sin éxito. 
Hasta que un día, de repente, escuchó un rugido que provenía de una cueva cercana. Hércules, si dudarlo, se internó en ella para enfrentarse a la fiera. Pero la atravesó y descubrió que la cueva tenía otra salida y que el león había huido por ella. Quedó sin saber qué hacer. Y, mientras meditaba cómo se las arreglaría para cazar al león, vio un montón de troncos y ramas cerca de él, así que los transportó a la entrada de la cueva y la taponó con ellos. Y, yendo por la otra entrada, penetró y allí se enfrentó al león. 
Lo asió con sus propias manos y lo estranguló.
Él solo, sin armas y con sus propia manos. Luego intentó desollarlo.
Pero la piel del león era invulnerable y no había cuchillo ni
herramienta que la pudiese cortar. 
Por fin, dio con la solución: las garras del mismo león. Con ellas pudo por fin arrancarle la piel y llevársela consigo como prueba de su hazaña.
2.- Este trabajo es el número cinco. Cinco es el número del
hombre, compuesto de un espíritu inmortal y cuatro vehículos
mortales: el físico, el vital, el de deseos y el mental.
a) En Aries, el espíritu tomó para su uso el tipo de materia que le
serviría para relacionarse con el mundo de las ideas. Esa materia,
luego, se vistió de materia mental, agregando así, a su individualidad,
la materia mental que le permitiese expresarse mejor y convertirlo en
un espíritu pensador.
b) En Tauro, contactó con el mundo del deseo, siguiendo un
procedimiento similar y así entro en contacto con el mundo de los
sentimientos y las emociones. Y llegó a ser un espíritu consciente.
c) En Géminis, se construyó un nuevo vehículo como canal para
las energías del espíritu y de la materia, manteniendo en armonía los
dos polos de su ser. Y así nació el cuerpo vital.
d) En Cáncer, que es el signo del nacimiento físico y de la
identificación con la masa, el espíritu inmortal se manifestó en la
cuádruple naturaleza, y el hombre se convirtió en el protagonista de su
propia vida, vivida en el plano físico.
e) Pero es en Leo donde llegamos, realmente, a ser la estrella de
cinco puntas, el ser que se reconoce a sí mismo como un individuo y,
al mismo tiempo, como un Yo. En este signo es donde empezamos a
utilizar palabras como “Yo” y “mi” y “mío.”
3.- La numerología nos dice que el número diez es el de la
perfección y el de la consumación humana, el número de un hombre
perfectamente desarrollado y manifestado. 
Y el número del equilibrio entre la materia y el espíritu, puesto que el uno (que es el espíritu, la polaridad positiva) junto al cero (que es la materia, la polaridad negativa), en plan de igualdad, representan el equilibrio.
Pero en el número cinco el espíritu aún no domina la materia.
Es el número del aspirante espiritual, que tiene por meta someter la
materia al espíritu. Y esa lucha, de momento, rompe el equilibrio del
diez que, al final del recorrido, se alcanzará.
Y hemos de recordar que estamos aquí voluntaria y libremente y
que hemos elegido elevar la materia al cielo.
4.- Leo es uno de los cuatro signos fijos, que forman la cruz en la
que tanto el Cristo Cósmico como el Cristo individual interno están
indudablemente crucificados, dificultados, impedidos de manifestarse
y, definitivamente sacrificados. Veámoslo:
a).- En Tauro, la fuerza creadora a través del deseo, aparece en
su aspecto inferior, el deseo sexual, que hay que transmutar en, o
sacrificar, a su aspecto superior.
b).- En Leo, la mente cósmica actúa sobre el individuo como
mente razonadora, y también su aspecto inferior ha de ser sacrificado
y la mente del hombre ha de subordinarse a la mente universal.
c).- En escorpio, que es el tercer brazo de la cruz fija, el amor
cósmico o atracción cósmica se muestra en su aspecto inferior,
produciendo la gran confusión de creer que la materia es lo importante y lo real. 
Por eso, en Escorpio, el aspirante está crucificado, supeditando la ilusión de la materia a la realidad del espíritu.
d).- En Acuario, la luz de la conciencia universal ilumina al ser
humano y sacrifica la vida individual volcándola en la vida universal.
Se supedita así, pues, lo imaginario, lo irreal a lo real, el aspecto
inferior al superior y la unidad a la suma total.
5.- Dícese que, antiguamente, sólo existían diez signos en el
zodíaco. 
Y que Leo y Virgo formaban un solo signo con un único símbolo. 
Y, si se reflexiona un poco, pronto se ve en ello el origen y la
interpretación de la esfinge, del león con cabeza de mujer: las dos
polaridades, positiva y negativa, el espíritu como león y la materia
como mujer o madre de toda forma.
6).- En el signo de Leo, el hombre se reconoce a sí mismo como
un individuo y empieza su recorrido por el mundo de las experiencias
que le han de proporcionar conocimiento. 
Pero también en Leo el hombre consciente de sí mismo empieza su aprendizaje para la Iniciación. Y es en Leo donde enfrentamos la última prueba del sendero del probacionismo. Y, cuando ese trabajo lo concluimos, llega el definitivo adiestramiento para la Iniciación, en Capricornio. Porque:
a).. En Aries, hemos aprendido el control del pensamiento.
b).- En Tauro, hemos aprendido a transmutar el deseo.
c).- En Géminis, hemos recolectado las manzanas de la sabiduría
y hemos aprendido a distinguir entre conocimiento y sabiduría.
d).- En Cáncer, hemos aprendido que es necesario transmutar el
instinto y el intelecto en intuición, elevándolos de categoría.
7.- El aspirante Hércules, en Leo, intuye con claridad lo que se le
avecina porque:
a).- Ya sabe que el futuro depende de las causas puestas en
funcionamiento en el pasado.
b).- Y sabe que, antes de llegar a Capricornio y escalar el Monte
de la Transfiguración, ha de matar a la Hidra en Escorpio.
c).- Y sabe sobre la lucha que habrá de enfrentar en los signos
próximos de Virgo, Libra y Escorpio.
d).- Y sabe que sólo matando al león (el rey de las bestias) en su
propia naturaleza, merecerá la victoria sobre la Hidra en Escorpio.
O sea que él, que ha salido de la masa y que ha creado su
personalidad, ha de matarla, volviendo a ella y sustituyendo el
egoísmo por el altruismo y subordinando el yo al todo.
8.- Resulta interesante y significativo que, en todas las escrituras
sagradas, los acontecimientos más importantes tengan siempre lugar o
en una cueva o en una montaña:
Recordemos que Jesús nació en una cueva; que la personalidad
se vence en la cueva de nuestro interior; que la voz de Dios se escucha
en la cueva interna; que el Cristo interno está en la cueva de nuestro
corazón…
Y recordemos también que hemos de escalar los montes de la
Transfiguración, la de la Crucifixión, y la de la Ascensión.
9.- ¿Y qué significa, en este mito, la cueva con las dos entradas,
una de las cuales hay que cegar para poder matar al león?
Partiendo de que los pioneros de la humanidad poseen un
desarrollo metal agudo y de que el resto de los humanos está
desarrollándose mentalmente muy deprisa, la residencia de las
emociones se está trasladando desde el plexo solar hasta la cabeza.
Porque tenemos en nuestra cabeza una “cueva” muy especial,
que alberga la pituitaria, una de las más importantes glándulas del ser
humano. 
Esa glándula está protegida por una estructura ósea o cuerpo
pituitario, que consta de dos partes o lóbulos, uno frontal o
antepituitario, que es el asiento de la mente razonadora, de la
intelectualidad, y el otro, postpituitario, que es el asiento de la
naturaleza emocional e imaginativa.
Así que ese cuerpo pituitario con sus dos partes simbolizaría la
cueva con sus dos entradas, en la que Hércules sostuvo su lucha. 
Y se nos dice claramente que, sólo cuando hubo bloqueado la entrada de la emociones (la postpituitaria), desechando hasta su familiar garrote (lo que simboliza el abandono de una vida egoísta), pudo, utilizando la otra entrada, la  de la mente razonadora, someter al león de la personalidad solo y con sus propias manos.
Francisco Manuel Nácher

Libro los 12 Trabajos de Hércules (4º TRABAJO DE HERCULES)


4º TRABAJO DE HERCULES: Capturar la Cierva de Keruneia o de Oro.
1.- Este cuarto trabajo consistió en capturar la cierva de
Keruneia. 
Artemis había encontrado, tiempo atrás, cinco ciervas
iguales y las había capturado. 
Sus cuernos eran de oro, sus pezuñas, de bronce y jamás habían sido alcanzadas por nadie corriendo. 
Su tamaño era el de los toros. Artemis utilizó cuatro de ellas para hacerse una cuadriga y la otra la dedicó a Hera y la situó en el bosque de Keruneia.
Era, por tanto, un animal sagrado y nadie podía tocarla si no quería ser
acusado de impiedad.
Todo un año necesitó Hércules para capturarla, cosa que logró,
al fin, en el templo de Artemisa (la Luna), donde la encerró y se la
cargó a cuestas. Ello provocó que Artemisa se la reclamase. 
Al atravesar la Arcadia cargado con ella, se cruzó con Diana y Apolo
que, a su vez, se la reclamaron también. Pero Hércules se negó a
entregársela y, al acusarle ellos de sacrílego, le echó la culpa de su
acto a Euristeo y siguió su camino.
2.- A Cáncer podemos considerarlo como el último de los signos
“preparatorios”. Y ello, tanto si se considera la involución o
introducción del espíritu en la materia, como si se trata de la evolución
o predominio gradual del espíritu sobre la materia, hasta llegar al reino humano.
El hombre medio, que se ha dotado de una mente en Aries y de
un deseo en Tauro y luego se ha concienciado de la dualidad de su
naturaleza en Géminis, penetra en el reino humano atravesando el
Portal de Cáncer.
El aspirante, ya despierto a lo superior, por su parte, en Aries
se hace fuertemente a su mente y la hace trabajar para sus intereses,
aprendiendo así a controlarla. 
En Tauro, recibe el primer destello de luz espiritual, cada vez más fuerte, mientras se aproxima a su meta. 
En Géminis, no sólo percibe los dos aspectos de su naturaleza, el material y el espiritual, sino que el aspecto espiritual o inmortal empieza a crecer a costa de la parte material o mortal.
3.- Para pasar el Portal de Cáncer hay que haber pasado antes por
el estado de conocimiento animal hasta llegar al humano. 
Se trata de un proceso inevitable, subconsciente, potencial y ordenado por las leyes naturales. Más adelante en la evolución, habrá que pasar el Portal de Capricornio. 
Pero a éste se entra mediante la iniciación, que es siempre un proceso voluntario, libre y poderoso. Cáncer, pues, supone la conciencia del conjunto, de la masa, el espíritu colectivo, mientras que Capricornio representa al grupo, al espíritu Universal.
En Aries y en Tauro, percibimos los mundos de los contactos físicos y de las emociones; en Géminis, el mundo de las ideas convirtiéndonos en humanos. 
Tenemos, pues, ya instinto e inteligencia. Entonces se nos indica, mediante una iluminación momentánea, que hay más mundos que descubrir y conocer.
4.- Cáncer representa la mente subconsciente, la imaginación
colectiva, el instinto hereditario.
El hombre no evolucionado está inmerso en la masa. 
El aspirante, en cambio, se eleva, en este signo, por encima de la
masa, a la que le suma el instinto, y empieza a desarrollar la
intuición.
Los términos instinto, intelecto e intuición son tres distintos
modos de conocimiento. El instinto es la conciencia de la materia y
la vida celular. 
Por eso Artemisa, la Luna, que gobierna la forma material, le reclamaba a Hércules la cierva.
Pero el hombre es racional, sabe analizar y posee una mente y
esa nueva capacidad de percepción de un mundo nuevo, es lo que lo
diferencia del animal que era, y le ofrece un nuevo campo de
conocimiento y experiencia. Y el instinto se transforma en intelecto.
El primero le informa del mundo físico y de las emociones que suscita
y el otro pone a su alcance el mundo de las ideas y lo hace humano.
Entonces es cuando el Maestro le dice que hay aún otro mundo, un
mundo con su propio método de contacto.
Expone el mito que, además de Artemisa, le reclamaron a
Hércules la cierva de oro Apolo, el dios sol y por Diana, la cazadora
celeste. ¿Por qué? Porque, así como Artemisa pensaba que la cierva
era el instinto, Diana pensaba que era el intelecto y Apolo pensaba que
era la intuición. 
Y ése es un problema que aún no hemos resuelto del todo porque, como discípulos, hemos de aprender a utilizar el instinto como Artemisa, a su estilo, y el intelecto siguiendo la influencia de Diana, hija del sol; y, a través de él, ponernos en contacto con el mundo de las ideas y de la investigación; y, luego, llevar esa facultad al tempo del Sol y transmutarla en intuición que nos permita conocer las cosas del espíritu.
Francisco Manuel Nácher
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/
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