viernes, 2 de diciembre de 2016

Ramtha La aparición de los sistemas solares.


* LA APARICIÓN DE LOS SISTEMAS SOLARES
Y entonces, he aquí, nacieron lo que tú llamas, en verdad, los universos de universos y cada uno permaneció ante su propia esfera, ante su propio entendimiento. 
Y mientras la creación se convertía en un hecho, los grandes soles centrales fueron situados en sus órbitas por la gran luz, la caldera del pensamiento, que aunque es quien genera vuestra luz, no produce calor ni está caliente. Es luz pura, nada más. 
Y la luz que se posa en vuestro universo, vuestro sol central, fue creada en ese momento, con el solo propósito de dar vida, gracias al ingenio de su creador, el mismo que creó las columnas centinelas de cada dios individual en sus comienzos.
La creación, como la llamamos apropiadamente en esta divina audiencia, siempre sigue la misma simulación de la ciencia. Todos nosotros creamos lo mismo en lo que se refiere a su grandeza o su pequeñez. Todo es igual. El sol se situó en cada universo, cada entendimiento, pues el sol, como lo llamas Ra, en mis palabras, es el dador de los propulsores de luz. 
Es el dador del gran recordatorio del primer tópico, el pensamiento. Es aquello de cuyo ser debe emanar vida. 
Es la madre de vuestro universo. Y los dioses, las columnas, en el momento en que esto se puso en marcha como la continuación verdadera desde los principios de los centinelas, dieron vida a los hijos del gran sol, uno por uno. 
Y surgió el primer hijo del gran sol. Su grandioso ser creció inmensamente en su masa, y después de dar a luz a su hijo, cesó. El hijo surgió de una gran apertura en lo que llamaríamos la parte superior o la región norte, dejando de este modo al descubierto las partes internas de luz del gran sol, como una gran herida.

Ramtha La creación, el arte de contemplar y convertirse.


Dios se había convertido en la unidad de pensamiento expandido hasta la luz, hasta la eminencia del sonido. 
Y vosotros os convertisteis en todo lo que apareció en el movimiento del Ahora hacia la eternidad, uno por uno, todos y cada uno. Y lo que se llama en verdad el pensamiento no tiene divisiones en lo que se llama el electro, sino que es el dador del electro en su masa más baja esto hace que la luz sea un hijo sustancial del divino Padre, y sin embargo contiene dentro de sí mismo todas las divisiones del electro. Cada luz que surgió con belleza manifiesta se desplazó con el pensamiento en un movimiento armonioso. Cada luz llevaba dentro la creación del gran pensamiento en su ser y contenía dentro de éste su propio y único estudio de la luz, el sonido de esta luz y su propio entendimiento eléctrico.
La luz contempló el pensamiento; la luz se convirtió en el pensamiento. Y el Dios de vuestro ser, nacido en la luz, cultivó a partir de sí mismo aquello que se llama en verdad el señor divino de vuestro ser llamado memoria, el pensamiento contemplativo que fue otorgado por el Padre a su hijo (al señor de vuestro ser), para que el hijo pudiera poseerlo, en verdad, como el Padre. 
Y he aquí que el soneto individualizado de cada entidad comenzó su expansión a través del movimiento del pensamiento, el divino Padre, la fuerza de la vida. 
Y mientras la vida estaba tejiendo su camino hacia la eternidad, su luz se separó mas se mantuvo agrupada, como una columna masiva en los cielos. 
Y mientras esta luz permanecía ahí apareció otra, y después otra, y otra más. Y cada fragmento de luz se convirtió en otro, y éste en otro. Y todos se situaron con lo que se llamarían en verdad los centinelas, que guardaban los perímetros de la eternidad dentro del pensamiento, pues éste era el dador.
Y el pensamiento contempló la luz, y he aquí que se había convertido en la luz, y su esencia estaría con ella para siempre. Ése fue el pacto.
«En el principio fue el verbo» no fue así, «y el verbo estaba con Dios» y con el hombre. 
En el principio siempre fue el pensamiento y el pensamiento siempre ha estado con el hombre, pues el hombre es el pensamiento . Como centinelas alineados en la vía de la eternidad y el movimiento del sonido desdoblándose hacia el trueno del Ahora central, he aquí, todos acontecieron en sus regiones. Y cada columna de luz, que poseía el poder del pensamiento extraordinario condensado en el poder de su ser, se convirtió en fuente de pensamiento individualizado, pensamiento Dios.
¿Y el color? No había color. El color fue creado por la gran luz, que no es ni blanca ni pura ni invisible. Ella es. Es la dadora de todas las descripciones del color. 
Y cada centinela de la luz, a través del esperado proceso de su nacimiento, comenzó a crear por él mismo, y he aquí, fue la misma expansión. Cuando el centinela se hubo expandido a partir de sí mismo, creó su propia continuidad, y siguió, y siguió. Y he aquí que los centinelas de la luz representaron lo que se llama en verdad la continuidad del pensamiento del Ahora en forma de canción, frecuencia vibratoria y entendimiento. 
Y la luz brilló una y otra vez, siempre continua pero sin moverse, pues, ¿dónde podría ir si nunca termina, apostada en su brillantez? Y todos fueron vistos, si puedes visualizarlo, en un vacío en el que cada gran columna de luz permanecía brillantemente donde había sido creada. La luz empezó a crear sobre la fuente de su propia luz.
Y, he aquí, el primer centinela provocó su propia expansión, y de su propia expansión, en verdad, creó un universo más pequeño y otra actitud de ese universo. Y cuando otro centinela se sumó al vacío todos se sumaron al vacío, pues mientras cada uno cobraba vida por sí mismo, todos ellos comenzaron a expandirse.
«En el principio fue el verbo, y el verbo estaba con Dios, y el verbo era Dios. El estaba con Dios en el principio. 
Todas las cosas se hicieron por él, y sin él nada se hizo. 
Lo que se hizo por él fue la vida, y esta vida fue la luz de la raza humana; la luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no la ha vencido». «Él estaba en el mundo, y el mundo se hizo por él, pero el mundo no lo conocía. El vino a lo que era suyo, pero su propia gente no lo aceptó».
«Y el verbo se convirtió en carne e hizo su morada entre nosotros, y vimos su gloria, la gloria como único hijo del Padre, lleno de gracia y verdad». 
Evangelio según San Juan 1:1-5; 10-11; 14.
Los orígenes de la civilización humana - Ramtha
http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar/
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/

Ramtha: La música de las esferas


Luz, entidad; el pensamiento es el más elevado de los sonidos, que sin ser escuchado es todo sonido. La luz, al ser el primer cuerpo de lo que se llama el pensamiento, emite sonido a través de su vibración, su entendimiento vibratorio. 
Mientras las cosas vibran, entidad, en diferentes niveles, y aparece la luz y sus diferentes colores tienen diferentes sonidos, y mientras los colores juegan en el espectro, los colores resuenan con sonido. Aquellos que vienen a este plano y están poseídos por el sonido de tal manera que intentan perfeccionarlo arduamente con lo que se llaman instrumentos, están haciendo esto como una representación y una réplica, entidad, de los sonidos en las esferas mayores de los cuales son conscientes.
Éste es el único plano en el que no puedes escuchar la música de la luz, pues es el único plano desprovisto de luz en la mayor parte de sus experiencias, en favor de la oscuridad. En todos los otros planos tú puedes oír la música; es cierto. Es como un susurro; y mientras la luz cambia y evoluciona, se vuelve más grande en su entendimiento vibratorio, más alta en su tono y más suave. Y de hecho así es, la luz evoluciona y crece y se manifiesta a través del pensamiento: pensamiento, palabra, acción. Los sonidos son más bajos en sus escalas y sin embargo toda la vida, simultáneamente con cada uno de ellos, están creando, momento a momento, un tono diferente, y los diferentes colores del espectro de la luz están entregando la música de Dios en todos los planos. Éste es el único plano en el que no la oyes; y de este modo es el único plano en el que se ha duplicado para lo que llamaríamos el recuerdo del hombre y su memoria. Y la música, toda ella significa amor.
Todo esto te acerca a un mejor entendimiento de cómo es su casa: ellos son herejes en este plano. Vienen de amplios reinos, donde son señores soberanos y donde emana música de sus seres y de su propio pensamiento. El sonido también tiene olor: dulce. Los colores tienen olor: variado.
Y ninguno es despreciable, todos ellos son maravillosos. 
De este modo, la luz es del blanco más puro. El sonido tiene tal tono, entidad, que no puede ser es-cuchado, pues se aquieta en el pensamiento. La luz blanca, y así es de hecho los colores del espectro del arco iris, que son todos los colores en este plano, es un solo matiz en el quinto plano. Y en el momento que todos los colores aparecen, entidad, los sonidos emanan de las divisiones de color y luz, y así, cuando ellos se juntan, florecen. Maravilloso.
La flor hecha la semilla en la tierra, y la semilla tendrá un tono elevado de sonido. Cuando el tallo crezca, será en verdad pálido y su sonido elevado, susurrante y suave. Hermoso. Y al reverdecer, el sonido se volverá vivido. Y cuando el tallo brote y salgan los capullos, el sonido se convertirá en innumerables sonidos, pues el color estará siendo exhibido.
Y cuando el capullo se abre en el preciso instante de su nacimiento, en la profundidad exacta del color de cada pétalo, en cada vena, en la gama de sus colores está emitiendo sonido simultáneamente en un movimiento armonioso que marcha al compás de la semilla, pero es una flor. Y los planos con flora existen en todas partes. Y el cielo, entidad, está embelesado en su propio ser, pues hay montañas, llanos y valles, en verdad, que emiten sonidos procedentes de todas partes. El sonido es la vida resonando en su belleza.
Ahora, el instrumento más cercano que tenemos aquí para duplicar lo que son los sonidos es tu arpa y todas sus cuerdas. Desde el tono más agudo, que sería la luz más pura, casi inaudible, hasta las profundidades de su personificación, hasta la masa plena y robusta de lo que se llama luz y color. 
La luz es sonido, pero el sonido nace de la luz en un entendimiento vibratorio. En este plano, el hombre escucha una música que es indefinible. Y usa su boca para tararear, y usa instrumentos para recrear los innumerables sonidos musicales que ha escuchado y de los cuales es consciente, pues su cuerpo vibra hacia ellos.
Y así, entidad, la música se ha convertido en el lenguaje universal, pues todos los que la escuchan aunque no hablen el mismo idioma, se vuelven comunicativos unos con otros. La música es esto en esencia, entidad, los sonidos de Dios y de la vida.
Los orígenes de la civilización humana - Ramtha
trabajadoresdelaluz.com.ar
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...