martes, 17 de enero de 2017

LA FRATERNIDAD DE SHAMBHALA.- LOS SECRETOS DEL GOBI (CAPÍTULO 1)

Citando al sabio chino Chuang, la señora Blavatsky dijo un día: Las cosas que los hombres saben no pueden ser comparadas de ninguna forma, en cuanto a su número, con las cosas que les son desconocidas.
En efecto, comparado con lo que debería ser, el saber humano es muy pobre. Dígase en su favor que en el cosmos y en el microcosmos existen un número tal de enigmas, y el Logos nos deja entrever tantos fenómenos insondables, que no se puede reprochar a nadie que el entendimiento humano permanezca tan alejado de la realidad universal.
La frase del Salmista: Tu conocimiento, ¡oh Eterno!, es para mí demasiado prodigioso, es la confesión leal del hombre frente a la creación divina. Sin embargo, es un hecho cierto que el conocimiento y el entendimiento humanos se dirigen generalmente en una dirección diametralmente opuesta a la de las manifestaciones divinas. Por esto, la frase del sabio chino es tan justamente certera.
Este estado de cosas nos lleva a serias consideraciones. El Logos no propaga por el mundo su conocimiento universal de una forma desordenada y sin inteligencia, sino que cada revelación divina tiene como base fundamental una necesidad y una lógica absolutas. Por consiguiente, este conocimiento perdido es una acusación para la humanidad, y también la causa de que nos encontremos de vez en cuando ante consecuencias extremadamente desagradables y en situaciones realmente confusas.
En estas condiciones, usted puede comprender fácilmente que, periódicamente, la Escuela Espiritual intente conducir al menos a una parte de la humanidad hacia esta base fundamental de necesidad y de lógica absolutas, con el fin de suscitar una reacción que concuerde con las exigencias divinas. Nosotros le pedimos que considere esta disertación bajo este ángulo.
No tenemos la intención de hablarle del Desierto del Gobi de una forma sensacionalista, sino que nuestra tarea consiste en instruirle sobre los próximos acontecimientos, para que así no se encuentre desprevenido.
Nuestro más profundo anhelo es que usted pueda testimoniar con nosotros de los tiempos felices en que nos serán desvelados, no solamente una parte del mundo que ha permanecido hasta nuestros días oculta y desconocida, sino también las actividades y criaturas prodigiosas de la naturaleza original. Esto nos hará comprender las razones por las cuales somos llamados microcosmos y hasta dónde puede extenderse nuestro conocimiento de Dios y de la naturaleza original.
Para muchos, nuestra época está marcada por el interés que suscitan los acontecimientos sociales, económicos y políticos, al mismo tiempo que, para algunos, solamente es el preludio opresivo y turbulento de una revolución cósmica; revolución cósmica que no sólo es realizada desde arriba, sino también desde abajo.
Para comprender todo lo que tiene relación con esto, debemos saber, en primer lugar, en qué consiste aproximadamente el secreto del Desierto del Gobi. Esta revelación no puede ser vista como una profanación, sino como un signo de la madurez de los tiempos y como una Fama Fraternitatis para todos los que tienen oídos para oír y ojos para ver.
En el corazón del Desierto del Gobi, en Asia Central, se encuentra el centro de la actividad de la Fraternidad Universal en relación con este mundo y su humanidad caída. Desde este lugar parten hacia la humanidad todos los impulsos liberadores. Los demás núcleos del trabajo espiritual, de los que hemos hablado en el transcurso de los años, como los de Australia, de la Gran Pirámide, de las Columnas de Hércules en la vertiente sur del Atlas y del Himalaya, así como otras actividades de la Fraternidad ‑como las que se desarrollan en los dos polos‑ proceden de este corazón espiritual del mundo, situado en la parte más impenetrable del Gobi, y son dirigidas por él.
El Gobi no es un desierto de arena propiamente dicho, sino un estéril, monótono e inconmensurable territorio de estepas tan desconocido y mucho más impenetrable que el Gran Chaco en América del Sur. Pocos viajeros han intentado penetrar hasta el corazón del Gobi. Está rodeado por una profunda soledad y un lúgubre espanto. Existen pocos escritos sobre este territorio y sus secretos, ya que la atención de los especuladores espirituales ha permanecido fijada en lugares más populares de la tierra.
Un trabajo conocido es el que Marco Polo escribió en el siglo XIII cuando se encontraba en prisión. Marco Polo recorrió, para llegar a China, el viejo camino del té, el cual atraviesa una parte del Gobi. Describe el terror y el respeto religioso que los habitantes de los países limítrofes sentían por esta región, como consecuencia de las apariciones en masa de espectros que la asedian.
Para el gnóstico, este fenómeno es, no obstante, muy simple. En el Gobi, los éteres planetarios son tan transparentes y concentrados que la esfera química y la esfera etérica del mundo físico se interpenetran casi imperceptiblemente, lo que hace posible al sentido ordinario el percibir la agitación y los movimientos de la esfera reflectora. Este es el fenómeno que provoca ese miedo mortal por el desierto del Gobi y que asegura a este territorio un perfecto incógnito, rechazando a los no autorizados.
No obstante, el Gobi ha desempeñado un papel importante en los antiguos conocimientos universales. Desde el comienzo de los tiempos dialécticos, el corazón de ese territorio ha sido conocido bajo el nombre de "Tierra Santa de los Hijos de Dios". Por lo tanto, cuando la Biblia y los Iniciados hablan de la Tierra Santa, en relación con nuestro planeta, no se refieren en absoluto al lugar donde los árabes y los israelitas se enfrentaron equipados con armas occidentales.
Todos los impulsos regeneradores metafísicos que, bajo forma de radiación, tocan al mundo, partieron y parten de este corazón, dejando por doquier su huella. Ya se trate de la ingeniosa construcción de la Gran Pirámide, de la sabiduría y de la fuerza de los Maniqueos y de los Cátaros, o de la misión de la Rosacruz moderna, todo parte de este Manantial único y se explica por él. La sede de la Orden de la Siddha ‑la Fraternidad Universal‑ se encuentra en esta Tierra Santa.
Abundantes leyendas fueron tejidas sobre el Gobi, y fragmentos de acontecimientos históricos ya olvidados inspiraron narraciones misteriosas.
La antigua sabiduría nos dice, por ejemplo, que mucho tiempo antes de la civilización pre‑lemuriana, un gran mar interior se extendía en el lugar donde actualmente se encuentran lagos salados y desiertos estériles. En el interior de este mar habitaba el "último vestigio" de la raza divina, repartida en doce islas. Estas islas poseían una belleza y un encanto maravillosos. Sus habitantes divinos eran llamados "los Hijos de la Voluntad y del Yoga" o los verdaderos "Elohim". Ellos conocían y dominaban todos los secretos de la naturaleza y estaban en posesión de la Palabra inexpresable, actualmente perdida. Ellos son los que conocen los secretos de la naturaleza original y los guardan para los que se hagan dignos de ellos.
Este reino insular existe aún como un oasis en el desierto del Gobi. Todos los que conocen la Palabra Secreta lo saben, y todos los que conocen esta Palabra tienen acceso a él. No existe ninguna vía de comunicación ordinaria con este oasis del Gobi. Este lugar está protegido cuidadosamente contra los intrusos, tanto por vía terrestre como por vía aérea. No hay más que siete pasajes secretos que son llamados, de una forma velada, los siete pasajes subterráneos de Shambhala.
Nuestra misión es hablarle de estas cosas y hacerle tomar conciencia, tanto como sea posible, de la profundidad de la sabiduría que la humanidad poseía originalmente. Ya que el tiempo de la revelación ha llegado y nuestra intención, en las tensiones del mundo actual, no es pasar apresuradamente sobre estas cosas sagradas, pues en tal caso serían olvidadas rápidamente.
Hace tiempo fue profetizado que todo lo que estaba escondido sería un día revelado, pero también se dijo que aparecerían muchos falsos profetas. Por ello, hemos sido puestos en guardia para no creer en cualquier espíritu sin antes probar que es de Dios. La Biblia nos previene: Con esto reconoceréis al espíritu de Dios: todo espíritu que demuestre que Jesucristo ha venido en la carne, es de Dios, y todo espíritu que no lo demuestre, no es de Dios.
Cuando se produce un gran cambio mundial, todo lo que está escondido acerca de Dios y lo Absoluto es de nuevo manifestado, y la humanidad entera es confrontada con la vida real absoluta del Reino Inmutable.
Esta revelación no se presenta al principio como un juicio, sino como una llamada a la resurrección, como una mano caritativa tendida para la regeneración. No debe ser vista como una demostración pública, sino comprendida como un sacrificio de amor inconmensurable para nosotros que estamos en la angustia, casi imposible de soportar por los santos de Dios.
Cuando este sacrificio se cumpla, usted lo podrá reconocer solamente como el Espíritu de Dios, si puede ser unido incontestablemente al reconocimiento de que Jesucristo ha venido en la carne. No por la creencia en el acontecimiento histórico de que, hace más o menos 2000 años, un tal Jesús vino en la carne, sino por la revelación en uno mismo, en la carne y de forma científicamente cierta, de la realización de Jesús y la radiación del Cristo en su fuerza, belleza y realidad perfectas.
Las revelaciones de los tiempos finales que preceden a la gran revolución darán a los hombres una visión íntegra de la verdadera vida de la humanidad original. A continuación se producirá un desenmascaramiento implacable de todos los especuladores metafísicos, tanto en el mundo religioso y teológico, como en el mundo filosófico, colocando a cada uno, sin excepción, ante una elección definitiva. Por este motivo, el tiempo se aproxima en que por todas partes se hablará con respeto, con miedo y temor, con una cólera furiosa, o con una intensa gratitud, de los siete pasajes de Shambhala.
La revolución cósmica no comprende solamente un proceso de respiración intercósmica, con los cambios geológicos y atmosféricos correspondientes, sino que implica al mismo tiempo un inmenso esfuerzo para la redención de la humanidad.


LOS MENSAJES DE BIDI (Preguntas y Respuestas-9 Abril 2012)

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BIDI  
9 abril 2012
Y bien, BIDI está de vuelta entre vosotros. Me complazco en reunirnos para nuestra charla tuya y mía (ndr: utiliza un neologismo a partir de la palabra entretien y construye “nos entre tiens et miens”=charlas tuyas y mías). En primer lugar vamos, si os parece bien, a continuar examinando, pesando y sopesando vuestras cuestiones, en las mismas circunstancias y condiciones que del día anterior. Pido pues, vuestra escucha y el hecho de oír y dejar venir lo que llega a vosotros, sin interferir de ninguna forma, sin oponeros. Simplemente acogiendo como yo os acojo. Podemos abordar la primera pregunta.

Pregunta: a nuestra llegada a esta Dimensión, estructurada, perfecta e ilimitada ¿cómo es posible haber llegado tan bajo en esta Dimensión, en Vibración y Conciencia? ¿Por qué?

Ese mecanismo se llama descenso. Este descenso está ligado a un punto de vista cada vez más estrecho y limitado, incluyendo a la Conciencia en su propia limitación (en una auto limitación) que gradualmente (en tiempos muy extensos) la induce a aislarse y separarse cada vez más. Esto se ha descrito en muchos textos muy antiguos, que hablan de eras y épocas que se suceden y llevan a descender gradualmente a la Conciencia, a los bajos fondos del olvido. Pero esto solo tiene un tiempo. Desde el instante en que la mente es capaz de mirarse con toda honestidad, con toda lucidez y de manera lógica, efectivamente llega a considerar esto como un proceso absurdo, inicuo. La problemática ha sido no intentar responder a esta clase de pregunta porque, por supuesto os va a llevar, no solamente a constatar el estado de la Conciencia sino más bien, a encontrar las causas. Ahora, os recuerdo, el Absoluto no tiene causa. Querer buscar una causa (una explicación) te volverá a enviar sistemáticamente, a esa causalidad y por tanto a la Dualidad. Plantéate la cuestión de por qué hacerse esa pregunta. ¿Qué necesidad hay de explicar o de lamentar? ¿Cuál es ese alejamiento de lo que tú Eres, que permite preguntarse sobre lo que tú consideras como triste o como anormal? No consideres lo que es anormal, sino mira lo que es normal. De igual forma que la Dualidad consiste en ver el bien y el mal, la Unidad solo consiste en ver la Unidad y no dejarse llevar de ninguna forma y manera, a disertar, a plantearse cuestiones sobre el bien y el mal, porque la ecuación del bien y del mal, por su propia naturaleza, es irresoluble. Cualesquiera que sean los aspectos importantes en una vida dirigidos al servicio, a la dedicación, cualesquiera que sean las concepciones filosóficas o incluso espirituales, (relativas al bien y al mal), no desembocarán jamás en una solución, porque la solución solo puede existir, en tanto existe un antagonismo. Yo hablaba ayer, de las dos extremidades de un límite. No porque lleguéis a una extremidad de un límite, conocéis todos los límites, la otra extremidad pero, sobre todo, que estéis aptos para superar este límite. Necesitáis literalmente, extraeros de esta noción de causalidad. Esta causalidad permite explicar este mundo y solo este mundo. La causalidad permite expresar las leyes de acción/reacción, las leyes del Alma pero jamás, la ley del Absoluto. Porque el Absoluto solo conoce una única ley que es la de la Unidad Abandonada ella misma, es decir el principio mismo de la Unidad. El factor causal, sea el que sea (en vuestra vida, en la historia de la vida sobre este planeta) remite necesariamente, a un inicio y un fin.

La causalidad solo puede estar inscrita en el Absoluto y solo puede derivar su lógica a partir del Absoluto. La causalidad (acción/reacción, principio y fin) se inscribe en una historia y no en la Verdad. Porque toda historia está inscrita en un tiempo lineal, en ciertos límites que son también los tuyos, pero que no corresponden a la Verdad. La historia es, de alguna forma, el esqueleto de lo que queda de la vida. Las carnes se han ido. Queda algo que está petrificado. Queda algo que no participa en la Vida. Hoy se te pide ser la vida. La Llamada de la Luz hace resonar en ti, no ya la causalidad sino la sed de Absoluto. Aunque estas palabras te son desconocidas, aunque te parezcan fuera de toda causalidad y por tanto, de cualquier posibilidad, no sigue siendo menos verdad que es la única y sola Verdad. Plantear en tanto que Absoluto (osar plantear en tanto que esto) va a poner fin, de manera muy rápida (por la estigación misma de lo que es el Sí, de lo que es el ego y por tanto, de lo que no es el Absoluto), os conducirá a las puertas de lo que el ego llama la nada y por tanto a experimentar y vivir la experiencia que es Absoluta. Cierto, en momentos bisagra, ha sido oportuno que se os dé (o que os hayan dado, puesto que yo no he participado) ciertos elementos relativos a la historia. Simplemente para mostraros y demostraros hasta qué punto la historia puede ser deformada, arreglada, invertida y manipulada de tal manera que hará que deis siempre la espalda a la Verdad. Porque os llevan siempre (esas historias) a creer en historias y no en vosotros. El ser humano tiene necesidad de historias, en tanto que están inscritas en su conciencia, en la causalidad. Desde que circunscribe su conciencia a las esferas del Absoluto (e incluso en el Sí), la historia ya no tiene sentido. No tiene dirección. Ya no tiene lógica y no tiene justificación. La historia no es más que la coartada que provee la vida, que rechaza conocerse. La historia no es más que el último recurso que quiere dar a la mente, la certeza de que puede explicar su presente mediante un pasado.

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