viernes, 19 de agosto de 2016

Telepatía y el Vehículo Etérico (Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul (Alice A. Bailey) CAPITULO VI Y ULTIMO (LA VIDA PLANETARIA, UN CENTRO EN EL SISTEMA SOLAR).


CAPITULO VI 

LA VIDA PLANETARIA, UN CENTRO EN EL SISTEMA SOLAR.
Ahora trataremos de aplicar cualquier conocimiento referente a la vida planetaria, que se manifiesta como un centro del sistema solar. También se estudiará su expresión secundaria a través de los tres centros mayores: 
Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. 
El concepto fundamental del hilozoísmo constituye la base de toda la enseñanza esotérica sobre el tema de la vida manifestada. 
Cada forma está compuesta de muchas formas, y todas compuestas o simples son la expresión de una vida que anima o mora internamente. 
La fusión de la vida con la sustancia viviente produce otro aspecto de expresión: la conciencia. 
Esta conciencia varía según la receptividad natural de la forma, su grado de evolución y su posición en la gran cadena de la Jerarquía. 
Sin embargo, por encima de todo concepto, está el concepto de la vida misma. 
Existe hasta donde nos es permitido conocer sólo una Vida, expresándose como Ser, conciencia sensible y apariencia material. Esa Vida Una se conoce a sí misma (si puedo emplear tal término) como la voluntad de ser, la voluntad al bien y la voluntad de saber. Evidentemente constituyen términos y métodos que han sido organizados para impartir una mejor información. 
Es también un breve preámbulo de otra afirmación que puede expresarse de la manera siguiente: El Logos planetario, Aquél en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, es la Vida que da forma y anima a este planeta, la Tierra; su vida integra al planeta en una totalidad y fluye por todas las formas grandes o pequeñas que, en conjunto, constituyen la forma planetaria. Mantengan en la imaginación, mediante esa facultad innata de construir símbolos que posee el hombre, el concepto de nuestro planeta como un gran loto compuesto de muchas energías entretejidas, localizadas dentro de la forma mayor del sistema solar, que como sabemos está representado por un loto de doce pétalos. 
Este loto, la Tierra, responde a las numerosas energías entrantes, de las cuales me ocupé extensamente en mi libro Astrología Esotérica *. 
En el corazón de este vasto mar de energías se encuentra esa Conciencia cósmica a la que damos el nombre de Sanat Kumara, el Señor del Mundo, el Anciano de los Días. 
Su Voluntad de Ser trajo Su forma manifestada a la palestra tangible de la vida; Su Voluntad al Bien activa la Ley de Evolución y lleva Su Forma, con las innumerables formas menores de que está compuesta, a la gloria final que sólo Él ve y conoce. 
Su conciencia y respuesta sensible a todas las formas, a todos los estados del ser y a todos los posibles impactos y contactos, garantizan el desarrollo de la conciencia de las innumerables vidas que existen dentro o sobre nuestra Tierra.
Este gran Centro de Existencia actúa por medio de un triángulo de energías o a través de centros menores, siendo cada uno llevado a la expresión activa por uno de los tres Rayos o Energías mayores. 
El Centro creado por el Rayo de la Voluntad o Poder se denomina Shamballa, y Su mayor actividad consiste en conferir, distribuir y hacer circular el principio fundamental de la vida misma en cada forma retenida dentro del "círculo no se pasa" planetario de la Vida o Logos planetario. 
Esta energía es el incentivo dinámico en el corazón de toda forma y la expresión sostenida de la intención de Sanat Kumara, intención que se manifiesta como el propósito planetario, conocido únicamente por Él. 
El segundo Centro está creado por el Rayo de Amor-Sabiduría; es la energía fundamental que trajo al ser a todo el universo manifestado, porque es la energía del aspecto constructor. 
A ella damos en lo que atañe a la humanidad el nombre de Jerarquía, porque es el factor que controla la gran cadena de la Jerarquía. La actividad principal de este Centro se relaciona con el desenvolvimiento de la conciencia del planeta y, por lo tanto, con todas las formas de vida dentro o sobre el planeta; en ningún sentido está relacionado con el aspecto vida. 
La tarea de las "unidades de Energía" que constituyen el personal de este Centro reside en despertar y estimular el sentido de la percepción y de la conciencia, que responde en forma sensible a la vida de todas las formas. 
Así como la actividad fundamental en Shamballa y a través de ella podría denominarse la Ciencia de la Vida o vivencia dinámica, también la ciencia fundamental mediante la cual la Jerarquía trabaja, podría denominarse la Ciencia de las Relaciones. Conciencia no sólo es el sentido de identificación  o de autopercepción, sino que se refiere también al sentido de relación de este autoreconocimiento, el "Yo", con todos los demás yoes. La conciencia se desarrolla progresivamente, y los Miembros de este segundo Centro, la Jerarquía, tienen una tarea grande e importante que realizar en este ciclo particular del sistema solar específico, la de hacer comprender a los entes de cada reino de la naturaleza, el lugar, la posición, la responsabilidad y las relaciones. 
Quizás esto no tenga relación con esas condiciones en que se hallan las unidades de vida, por ejemplo en el reino vegetal o animal; pero un destello de comprensión llegará si recuerdan que la simiente o germen de todos los estados de conciencia está latente en cada forma y los instintos de perpetuación y de maridaje son los campos de mayor fecundidad. 
El tercer Centro es el Reino Humano, que fue traído a la existencia por la energía del tercer Rayo de Inteligencia Activa. Su función principal es la creación inteligente; sin embargo posee la actividad secundaria de relacionar los Centros segundo y tercero y asumir progresivamente el control de los reinos subhumanos y relacionarlos entre sí. 
Esta función secundaria recién ahora adquiere tal proporción que puede ser reconocida y comprobada. Cada uno de estos tres Centros tiene un Triángulo de Energías o Triángulo Central que los rige y controla. Con relación a Shamballa este triángulo está compuesto por los tres Budas de Actividad, Que representan la Vida consciente e inteligente y la sabiduría y la creación activas, conscientes e inteligentes. 
En conexión con la Jerarquía, el Triángulo central está compuesto por el Manu, que representa la amorosa e inteligente vida; por el Cristo que representa la amorosa e inteligente conciencia, y por el Mahachohan que representa la amorosa e inteligente actividad; representando en conjunto todos los aspectos de la vivencia, expresión y acción grupales; estas cualidades se enfocan principalmente a través del Mahachohan, porque Él es el Señor de la Civilización, y la civilización de la humanidad representa el crecimiento y el desarrollo progresivos. 
Sólo en la última raza raíz humana aparecerá y actuará, abiertamente sobre nuestro planeta, el esencial Triángulo central en el tercer Centro planetario, la Humanidad. 
Los hombres no están todavía preparados para ello, pero las zonas de actividad creadora consciente, de donde surgirá este triángulo de energías personificadas y actuantes, ya están en proceso de preparación. Un aspecto de este futuro triángulo emergerá del campo de los gobiernos mundiales, de la política y de los estadistas, otro de las religiones mundiales y el tercero del campo de la economía y de las finanzas mundiales. 
En la actualidad no existen en la Tierra hombres de voluntad, amor e inteligencia espirituales; si surgieran en estos tres campos de expresión, poco podrían hacer, pues el sentido de reconocimiento y responsabilidad no está aún desarrollado; vendrán más tarde; entonces relacionarán el departamento del Manu con el del gobierno mundial, el del Cristo con el de las religiones mundiales y el del Señor de la Civilización con el orden social y financiero. 
Esa época llegará con toda seguridad, pero sólo después de la exteriorización de la Jerarquía y de su abierta actuación en el plano físico. Entonces, algunos de los discípulos avanzados de cada uno de los tres departamentos jerárquicos, aparecerán y ensayarán el experimento de esta centralización y personificación de las tres cualidades del Triángulo central. 
Así, por acción directa se descubrirá cuándo la humanidad está preparada para realizar el experimento de ser controlada directamente y si ha desarrollado el necesario sentido de responsabilidad responsabilidad que producirá cooperación. Estos tres Centros, por lo tanto, pueden ser representados de la manera siguiente: por un círculo, que representa toda forma de energía, por el triángulo central de energías que contiene las cualidades de los tres rayos menores, y por el punto en el centro que representa la Vida dinámica personificada. 
En lo que respecta a Shamballa, ese punto es Sanat Kumara Mismo; cuando llegue el momento propicio (todavía no ha llegado) tendrá Sus Representantes como puntos centrales en la Jerarquía y en la Humanidad. 
Para este acontecimiento relativamente lejano, la doctrina o teoría de los Avatares, de los Mediadores o de los Intermediarios, prepara o preparará el camino que permitirá a los hombres pensar en tales términos representativos e incluyentes. 
No ha llegado aún el momento para la Jerarquía, en que el Divino Representante establezca su "residencia estatal". Buda aparece todos los años y trae fuerza de Sanat Kumara para la Jerarquía, pero no puede permanecer. 
Las "unidades de energía", los Miembros de la Jerarquía, no pueden soportar durante mucho tiempo la poderosa cualidad de la vibración entrante, sino después de una debida preparación grupal y sólo durante breves minutos, sin embargo, el "período de potencia dinámico" se prolonga, durante este siglo, de uno a cinco días; en el próximo siglo se instituirá un período de registro más extenso. Al finalizar la era, los tres Centros mayores estarán en completa, unificada y sintonizada actividad, con Sanat Kumara en Shamballa influyendo e informando a Sus Representantes, en los Centros jerárquicos y humanos; entonces el Triángulo central, en cada Centro, no sólo funcionará activamente, sino que trabajará conjuntamente en estrecha relación, formando simbólicamente la "Estrella de nueve puntas, en continua rotación"; luego, el conjunto de energías de los tres Centros mayores dominará a los otros cuatro, lo cual controlará la manifestación de la Expresión de Vida en todos los reinos de la naturaleza. 
Si consideramos la esfera de radiación de estos tres Centros mayores es interesante observar que, en esta época y en el actual ciclo mundial, la radiación más potente y la influencia de mayor alcance es la de la Jerarquía. 
Además de "dar vida" a todas las formas sobre y dentro del planeta, la influencia o irradiación de Shamballa es restringida en forma consciente y definida hasta el momento en que la Jerarquía y la Humanidad puedan responder en forma constructiva. Es innecesario decir que se halla presente y evoca respuesta de quienes son capaces de penetrar en su esfera de radiación, pero se considera que aún existen demasiadas formas de expresión que no podrían reaccionar correctamente al trabajo del "Destructor de formas" siendo el aspecto más poderoso de este centro de primer rayo y el que primero se manifiesta, porque su tarea debe ser cumplida antes que puedan funcionar correctamente los otros dos aspectos de su potencia. 
El centro llamado humanidad irradia todavía en forma inadecuada debido a que en la actualidad está desarrollado en forma impropia; su esfera de influencia es limitada; aunque los hombres ya comienzan a trabajar externamente en dirección a los reinos subhumanos y a atraer con mayor fuerza el reino de las almas. 
Sin embargo, la Jerarquía no tiene restricciones internas, tales como las que consciente y deliberadamente se ha impuesto a sí misma Shamballa o que inconscientemente, se ha impuesto la humanidad; todo lo que impida la radiación jerárquica (si se me permite emplear tal término) provendrá de las formas sobre las cuales haga su impacto aquella irradiación, pero la influencia que sale del Triángulo central de la Jerarquía es única y de gran alcance. 
Todo lo que hemos considerado se efectúa dentro del cuerpo etérico del planeta, porque todos estos centros existen sólo etéricamente y no son afectados por el hecho de que las "unidades de energía" de Shamballa o de la Jerarquía puedan estar actuando como vehículos físicos. 
Algunas lo están, otras no. 
Las Vidas condicionadoras, en ambos Centros, actúan solamente por medios etéricos, manejando y controlando energías; el Centro Humano, con sus "unidades de energía" actúa hoy, en gran parte, en niveles puramente físicos o por medio de ese tipo de sustancia que denominamos "materia"; los hombre trabajan con formas externas, con elementos tangibles y con factores materiales. 
Las "unidades", en los demás Centros, trabajan con sustancia y no con materia. Esta distinción es muy importante y vital. 
La Jerarquía existe en el plano búdico, el primero de los éteres cósmicos, y opera desde allí impresionando a la materia mental. Shamballa actúa en los niveles de los tres éteres superiores, mientras que la humanidad opera principalmente en los tres mundos del plano físico denso cósmico. 
El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo tiene, en dicho plano, "unidades de energía" que pueden trabajar con materia y con sustancia. Existe aquí una diferencia muy interesante y muy pocas veces captada. 
Hablando esotéricamente, se aplica la palabra "materia" o material, a todas las formas de los tres mundos; al ser humano común le es difícil comprender que la materia, considerada desde el ángulo espiritual, es el medio por el cual se efectúan los procesos mentales y con el cual se construyen todas las formas mentales; sin embargo, es así; sustancia hablando técnicamente y comprendida esotéricamente es en realidad materia etérica cósmica, o aquello que compone los cuatro planos superiores de nuestros siete planos. 
Desde el punto de vista humano, la capacidad de trabajar con sustancia etérica cósmica y en ella, se demuestra ante todo cuando se despierta la mente abstracta y comienza a impresionar a la mente concreta; la intuición es una idea revestida de sustancia etérica, y desde el momento que el hombre responde a esas ideas, comienza a dominar las técnicas del control etérico. 
Todo eso constituye, en realidad, un aspecto del gran proceso creador: las ideas que emanan de los niveles búdicos del ser (el primer éter o éter cósmico inferior) deben ser revestidas con materia de los niveles abstractos del plano mental; luego con materia del plano mental concreto; más adelante, con materia de deseos y, finalmente (si aún subsisten), toman forma física. Una idea es verdadera cuando viene de los niveles intuitivos de la conciencia divina. Es observada o captada por el hombre cuyo cuerpo tiene sustancia de la misma cualidad, porque la relación magnética entre el hombre y la idea ha hecho posible su captación. En el gran proceso creador él dará forma a la idea, si puede hacerlo, apareciendo el artista o el humanista creador, ayudando de esta manera a la intención creadora divina. 
No obstante, las ideas pueden nacer sin vida y ser abortadas, no llegando a manifestarse. 
El estudiante se da cuenta de que los tres Centros principales tienen sus analogías en el cuerpo etérico humano y cada uno de ellos se relaciona con su analogía superior; así pueden ser "impresionados", afectados y despertados por su correspondiente agente superior. 
Podría decirse que:
1. La energía proveniente del centro planetario, Shamballa, utiliza el centro coronario, el loto de mil pétalos, cuando el hombre está suficientemente desarrollado. 
Dicho centro es el agente de la voluntad divina en la vida del hombre espiritual, actuando a través de la Tríada espiritual. Sólo es activamente útil cuando el antakarana ha sido construido o está en proceso de construcción. 
2. La energía proveniente del centro planetario, la Jerarquía, utiliza el centro cardíaco. 
Este centro es el agente del amor divino (que manifiesta básicamente la voluntad al bien), actuando a través del alma del aspirante o discípulo individual; esto es posible cuando se logra, en cierta medida, contacto con el alma y el aspirante está en camino de convertirse en una personalidad fusionada con el alma. 
3. La energía proveniente del tercer centro planetario, la Humanidad, utiliza el centro laríngeo y actúa a través de la personalidad integrada; únicamente lo utiliza cuando alcanza un grado relativamente elevado de desarrollo evolutivo. 
El centro laríngeo sólo se despierta en forma creadora y espiritual cuando la naturaleza inferior ha sido hasta cierto punto subordinada a la aspiración idealista, aspiración que no ha de ser espiritual ni religiosa y por lo tanto restringida, como la considera el pensador ortodoxo, sino que debe ser de naturaleza tan amplia que el hombre integrado constituye su instrumento, lo cual le exigirá que ponga en actividad toda su facultad creadora. 
En este sistema solar, el centro cardíaco es el que comúnmente se despierta primero y entra en actividad; apenas hay vida y cierta actividad en ese centro, los otros dos centros mayores comienzan a despertarse. Su analogía se observa en el hecho de que la Jerarquía es el factor mediador entre los centros coronario y laríngeo planetarios y entre Shamballa y la Humanidad. Por esto se hace hincapié en el aspecto corazón, en todas las enseñanzas.
Existen dos centros que se consideran "agentes receptores y distribuidores": 
1. El centro ajna, en el entrecejo, especialmente en esta etapa del desarrollo humano, actúa en conexión con los tres centros mayores, como distribuidor de la fuerza del alma y de la energía espiritual, provenientes de los centros cardíaco y laríngeo. 
2. El centro plexo solar actúa en conexión con el sacro y con el centro ubicado en la base de la columna vertebral, el centro de la vida, actuando también con todos los centros subsidiarios que están abajo del diafragma, reuniendo y trasmutando sus energías y trasmitiendo al principal centro superior "aquello que ha sido purificado". 
Se podría agregar que la voluntad de ser es, desde cierto punto de vista, la energía de la inmortalidad; penetra y actúa a través del centro coronario, mientras que la voluntad de vivir se manifiesta como el instinto, fundamental de autoconservación y está positivamente enfocada en el centro que se encuentra en la base de la columna vertebral, que está relacionado con la personalidad e íntimamente aliado al deseo y por lo tanto al plexo solar; hay una línea directa de energía entre el centro inferior en la columna vertebral y el plexo solar, que aún no ha sido reconocida; la otra está vinculada con el hombre espiritual divino y estrechamente aliada al alma y, por lo tanto, al centro cardíaco. 
 Le resulta difícil al neófito comprender la complejidad de todas estas relaciones, dificultad que se acrecienta debido a las numerosas y variadas etapas de desarrollo, a las diferenciaciones de rayo y también a los innumerables principios o énfasis puestos sobre los vehículos y sobre los distintos planos y niveles planetarios de conciencia y de existencia. 
Al estudiante no se le pide que se ocupe de esto. 
Los factores de importancia que debe comprender y sobre los cuales ha de construir el templo de su vida y su actual modo de vivir, son los mismos para cada uno y para todos, no importa el rayo a que pertenezca ni su grado de evolución: 
1. El cuerpo etérico del hombre es parte integrante del cuerpo etérico planetario, y responde a la libre distribución de las innumerables energías circulantes. 
2. Los tres vehículos periódicos que componen la expresión del ser humano y hace que sea lo que es (la Mónada, el Alma y la Personalidad) están relacionados con los tres centros planetarios: Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad y, por lo tanto, con cada uno de los tres centros principales individuales del hombre. 
3. Los tres centros del ser humano que se hallan arriba del diafragma (el coronario, el cardíaco y el laríngeo) son órganos receptivos de las energías que proceden de los tres centros planetarios. 
4. El centro ajna, entre las cejas, es el agente que distribuye las energías recibidas de los centros coronario, cardíaco y laríngeo. 5. El agente purificador, transmutador y trasmisor de las energías de todos los centros que se hallan abajo del diafragma es el centro plexo solar. Por medio de este centro actúan hoy la mayoría de los seres humanos. 
Es el centro que ejerce mayor control, ya sea para la recepción o para la distribución de energía; esto sucederá hasta que el centro cardíaco se despierte y comience a ejercer control sobre la personalidad.
Lógicamente mucho más podría decir sobre el tema de los centros mayores planetarios y humanos, pero ya he dado al lector suficientes elementos para reflexionar (casi diría, para devanarse los sesos). 
Es importante tener presente la relación que existe entre: 
1. Los centros que se hallan abajo y arriba del diafragma. 
 2. Los centros mayores. 
 3. Los centros mayores y los tres planetarios. 
Debemos considerar todo esto en términos de energías que circulan y se mueven libremente, distribuyéndose por todo el cuerpo etérico del planeta (y en consecuencia, por todo el cuerpo etérico humano) de acuerdo al propósito esencial de Shamballa y bajo la dirección de la Jerarquía. 
El tema de las relaciones es el canon fundamental del proceso evolutivo de desarrollo en el actual segundo sistema solar (formado por tres sistemas), el del Hijo, donde la cualidad del segundo aspecto divino, el Amor, se está perfeccionando. 
El hombre participa al principio, inconscientemente, en este proceso de perfeccionamiento durante el extenso ciclo de desarrollo evolutivo, de acuerdo a la Ley de Necesidad; pero cuando se convierte en aspirante y da los primeros pasos en el camino hacia la madurez espiritual, empieza a desempeñar un papel crucial que mantendrá hasta lograr la liberación espiritual y convertirse en un miembro de la Jerarquía, el quinto reino o espiritual, por medio del perfecto servicio en el cuarto reino o humano. 
La relación entre los reinos cuarto y quinto aumenta continuamente, proporcionando nuevos poderes y una mayor vivencia vital en la familia humana, lo cual es registrado conscientemente por los miembros más avanzados. 
La distribución de energía desde la Jerarquía ofrece una secuencia muy interesante sobre la cual daré breves indicaciones. Como sabemos, la Jerarquía es el Ashrama del Señor de Amor, el Cristo; también sabemos que este principal Ashrama está formado por los siete Ashramas de Rayo; cada uno tiene en su centro a un Chohan o Maestro de sabiduría y cada uno de los siete Ashramas está vinculado a uno o más Ashramas subsidiarios. 
Un Ashrama es una fuente de donde emana la impresión jerárquica hacia el mundo. 
Sus "energías impulsoras" y sus incitantes fuerzas están dirigidas a expandir la conciencia humana, mediante las vidas magnéticas de los miembros del grupo, a medida que desempeñan sus deberes, obligaciones y responsabilidades en el mundo externo, siendo ayudado también por la constante actividad vibratoria de los miembros del Ashrama que no están en encarnación física, así como también por el pensar unido y claro y la convicción de todo el Ashrama. 
Los principiantes, la mayoría de los aspirantes son (aunque no todos), por lo general absorbidos por la idea del Ashrama. 
Los discípulos entrenados son absorbidos por el trabajo a realizar, y el Ashrama como Ashrama tiene poca cabida en sus pensamientos; se hallan tan preocupados con la tarea que tienen por delante, con la necesidad de la humanidad y con aquellos a quienes deben servir, que rara vez piensan en el Ashrama o en el Maestro "que está en su centro". 
Son parte integrante de la conciencia ashrámica y su ocupación consciente se denomina, en los escritos antiguos, "la emanación de lo que fluye a través de ellos, la enseñanza de la doctrina del corazón, de la verdad misma, radiación de la luz de la vida, llevada por la corriente a la que el no-iniciado da el nombre de "la luz de amor".
Existe un Mántram esotérico que personifica esta actitud –la actitud del discípulo que lucha, en el esfuerzo mancomunado, para vincular la intención jerárquica con la aspiración humana y así acercar a la humanidad a su meta. 
La intención de la Jerarquía consiste en aumentar la capacidad del hombre para alcanzar la libertad a fin de actuar con efectividad en esa "vida más abundante" que traerá Cristo y que exige que el espíritu del hombre sea libre libre para acercarse a la divinidad y para escoger el Camino de ese acercamiento. 
El Mántram se denomina "La Afirmación del Discípulo". Involucra ciertos internos reconocimientos y aceptaciones, fácilmente percibidas por aquellos cuya intuición está suficientemente despierta; su significado no deberá estar más allá de la capacidad de penetración de cualquier estudiante y pensador sincero y, si ello los atrae, hallarán significado y justificación a su esfuerzo. 
Soy un punto de luz dentro de una luz mayor. Soy una corriente de energía amorosa dentro de la corriente de Amor divino. 
Soy un punto de fuego del sacrificio, enfocada dentro de la ardiente Voluntad de Dios. Y así permanezco. Soy un camino por el cual los hombres pueden llegar a la realización Soy una fuente de fuerza que les permite permanecer. Soy un haz de luz que ilumina su camino. Y así permanezco. 
Permaneciendo así giro Y huello el camino de los hombres Y conozco los caminos de Dios. Y así permanezco. Notas: * Tratado sobre los Siete Rayos, T. III
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...