jueves, 9 de marzo de 2017

LA FRATERNIDAD DE SHAMBHALA.- LOS DOS TIPOS DE ELOHIM

 
Le hemos hablado frecuentemente de los Elohim, apelación sublime de la Fraternidad Universal, la humanidad original en manifestación, en cuanto a su actividad para con sus hermanos y hermanas caídos. Estos Elohim forman el grupo sublime y divino que, al servicio del Supremo Constructor, mantiene a la humanidad dialéctica en estado de manifestación y hace todo lo posible por conducirla de nuevo a la vida original.
  
Para colocar a estos Elohim cerca de su conciencia, y para que pueda ver que se trata de fuerzas totalmente actuales, queremos designarlos en primer lugar como "Espíritu Santo", ya que este nombre es más familiar a los oídos cristianos. El Espíritu Santo es el poderoso que transmite la voluntad de Dios al mundo y a la humanidad. La palabra Elohim significa, en cierta combinación cabalística, "el Dios poderoso que exhala el espíritu sobre las aguas". El Espíritu Santo es el ejecutor de la voluntad de Dios, y aunque según las nociones metafísicas está muy cerca de nosotros, es de hecho una irrealidad para nuestro estado de ser dialéctico.
La teología "suiza " o "bartheana ", ha llegado a la conclusión de que todas las investigaciones o ensayos religiosos son estériles sin el Espíritu Santo. Inconscientemente, esta teología reconoce que sin la ayuda y sin la unión con la Fraternidad del Gobi, el camino no puede ser recorrido.
 
 
Esta unión sublime y universal puede manifestarse de forma directa o indirecta. La unión directa es la confrontación corpórea con uno de los hermanos o hermanas de la Orden de los Elohim; la unión indirecta se efectúa por las radiaciones de fuerza que emana de ella. Hay pues dos fases en el toque del Espíritu Santo. Estas dos fases o grados son descritos frecuentemente en la Biblia. Volveremos a hablar sobre ello más adelante.
Además, debemos darnos cuenta de que cada una de estas uniones presenta igualmente dos aspectos: uno masculino y otro femenino. Hay Elohim masculinos y Elohim femeninos, y la fuerza irradiada por el Espíritu Santo posee netamente un rayo de actividad masculina y un rayo de actividad femenina.
 
 
Lo que en la filosofía de la Rosacruz es llamado "el camino" no es solamente la designación simbólica de un camino que el alumno puede recorrer para entrar en la nueva vida liberadora, sino que "el camino" es igualmente la realidad más elevada. El camino comienza en el instante en que el alumno es tocado por la fuerza irradiada por el Espíritu Santo y empieza a avanzar guiado por esta fuerza. Este alumno se llena cada vez más del Espíritu Santo, lo que quiere decir que a medida que avanza en el camino, la fuerza de radiación se intensifica. Esta fuerza es para él la estrella que le conduce a Belén.
La Enseñanza Universal nos enseña que de los Elohim parten doce rayos. En diferentes simbolismos, estas doce fuerzas están representadas por el pan o los doce panes. Si a continuación pensamos que "Belén" significa "la casa del pan", y que en el evangelio los magos o sabios son conducidos por la estrella hacia esta casa del pan, entonces todo se esclarece: ir a Belén significa recorrer el camino que conduce al Señor de toda Vida. Es allí donde encontraremos al hombre verdadero, al hombre‑rey, al rey de los judíos.

      El sentido original, el significado espiritual de la palabra "judío" nos conduce a la noción "león". Y en la palabra Gobi encontramos la combinación de estas dos palabras. Así cuando hablamos de un oasis en el desierto del Gobi, hablamos, como los antiguos y los clásicos, de Belén, de la Casa del Pan.

Y ahora debe fijarse en algo. Si usted desea ser verdaderamente alumno, si quiere recorrer verdaderamente el camino, o sea, si quiere ser guiado en el camino por el Espíritu Santo, y no estudiar y experimentar por su propia voluntad, según los impulsos de su ambición dialéctica, debe saber que el Belén al que quiere conducirle la fuerza de radiación del Espíritu Santo está frecuentemente en dirección opuesta a la que el alumno pensaba al principio. En relación con esto queremos recordarle la vocación de Cristián Rosacruz y lo diferente que fue la forma en que todo se realizó de lo que él había supuesto.
 
Tal vez usted se imagina quizás el camino como una línea recta entre dos puntos. Suponemos la Casa del Pan, la Fuente de los Elohim, en una región muy aislada, en un vacío. Sin embargo, tiene que tener en cuenta que Belén está aquí.
Los sabios encontraron al Rey de los Judíos en un establo, en la realidad infernal de la existencia dialéctica. Por esto el camino hacia los Elohim no conduce hacia un lugar aislado ni hacia la esfera reflectora, sino que es aquí mismo donde usted lo encontrará.
Por esto, el Espíritu Santo es llamado también en muchas ciencias sagradas "el espíritu planetario", porque su contacto, su radiación, conduce al alumno al centro de la vida real para efectuar allí un intenso trabajo, ya que la salvación de un hijo de hombre significa al mismo tiempo la llamada y el despertar de muchos más.
 
En el Atrio le invitamos a recorrer el camino, pero usted no se encuentra todavía en el camino. Está en el camino a partir del momento en que el Espíritu Santo le ha tocado con la fuerza que él irradia, siempre y cuando usted sea sensible y reaccione positivamente a esta radiación. Cuando se reacciona, ocurre siempre que el Espíritu Santo le lleva al desierto, y esto implica una tarea doble: una en sí mismo y otra en el mundo. El que se encuentra en la fuerza irradiada por los Elohim sabe lo que tiene que hacer; el Espíritu Santo se lo dice. De acuerdo con esto, la característica de tal alumno es siempre de naturaleza doble: exterioriza un crecimiento interior, un despliegue interior tenaz y continuo, y al mismo tiempo explora un campo de trabajo y se entrega con todo su ser al camino del servicio.
 
 
En relación con esto llamamos su atención sobre las figuras de Marta y María. Marta la servidora y María sentada a los pies de Jesús. Marta era una alumna más avanzada que María, dice el maestro alemán Eckehart. Marta conocía tanto la vida contemplativa como la vida activa, mientras que María estaba solamente en la vida contemplativa, en la preparación para la vida de trabajo. Sin la vida contemplativa, la vida de trabajo no tiene sentido y no ofrece ningún resultado.
Marta deseaba saber con sus preguntas si su amada hermana María había salido de la fase de la contemplación y era capaz de pasar a la fase siguiente, al gran trabajo de salvación. Jesús responde a su pregunta haciéndola comprender que María no ha llegado a ese punto y por eso seguía en ese momento el camino justo al permanecer sentada a los pies del Maestro, perdida en su visión interior. En su estado había escogido la mejor parte. Esperamos que este concepto penetre bien en su conciencia.
Sin el contacto del Espíritu Santo no somos nada y no podemos nada. Sin el toque de la fuerza irradiada por la Fraternidad Universal no es posible la liberación individual y menos aún el desarrollo del trabajo liberador de la humanidad. Lo que denominamos "llamada", "vocación" o "encargo" es el contacto del Espíritu Santo.



Los discípulos no se pusieron a trabajar hasta que no hubo descendido el Espíritu Santo. María y otras mujeres santas no les ayudaron en el cumplimiento de su mandato hasta después de este descenso.
La voluntad del alumno debe estar inflamada en Dios. Mientras arda en él todavía la llama de la voluntad personal, la voluntad natural, el trabajo no es más que ambición dialéctica y siempre se engendran dificultades. Aparece la lucha por obtener los primeros puestos y, tal como en los discípulos de Jesús en la fase preparatoria, surgen controversias entre los alumnos por saber quién es el más grande y el mejor.
En el Atrio de la Rosacruz, todo el que lo desea es puesto en contacto con la fuerza irradiada por el Espíritu Santo. Desde el momento en que un alumno ha llegado a este estado y es digno de este contacto, él o ella lo percibe como una llamada, y el camino le es desvelado.
Este camino no trae jamás tropiezo ni conflicto con otro hermano o hermana. Por el contrario, crea armonía y comprensión mutua. La vida contemplativa y la vida activa no están nunca en contradicción. Ambas siguen a la estrella que conduce a la Casa del Pan, a Belén, hacia el rey de los judíos recién nacido. Y el alumno que llega a Belén es aquél que descubre en sí mismo al rey recién nacido, el nacimiento del hombre nuevo en su microcosmos. Si Cristo hubiese nacido mil veces en Belén y no en ti, seguirías aún perdido. Cuando el rey de los judíos nacido en el microcosmos se eleva, la antigua voluntad ha muerto y el rey según la naturaleza ha desaparecido.
 
Y ahora, después de todo esto, volvamos al corazón de nuestro tema.
Queremos hablarle de los dos tipos de Elohim. ¿Qué quiere decir esto? Usted ya sabe que hay Elohim masculinos y femeninos; aspectos que se reconocen claramente en la actividad del Espíritu Santo. Son el principio creador y el principio receptor, el principio racional y el principio productor. Actividad doble, enteramente mantenida y engendrada por los hermanos y hermanas de la Orden de Shambhala.
La naturaleza de la perfecta armonía de esta Fraternidad no se manifiesta en ninguna otra parte mejor que en la colaboración de estos dos rayos del Espíritu Santo. Nada en la dialéctica puede ser comparado con ello. Estos dos rayos se desarrollan en cada actividad del Espíritu Santo.
El alumno recibe las doce fuerzas por la radiación masculina, mientras que el trabajo de desarrollo se encuentra bajo el control de la radiación femenina. La conducción hacia el camino está también bajo la radiación masculina, mientras que los cuidados y la continua alimentación están bajo la radiación femenina.
 
Así pues, los antiguos sabios hablaban con pleno derecho de la Fraternidad del Gobi como del Mundo Padre Madre. Cuando el hermano realiza la apertura de un corazón humano, la hermana hace germinar la semilla. El hermano siega, trilla y mete el grano en el granero. La hermana amasa y cocina el pan. Juntos experimentan la alegría y la felicidad de ver al alumno comer este pan viviente.
Esta doble intervención de la Fraternidad Universal es llamada en las Sagradas Escrituras la intervención de los ángeles. Hay muchísimas indicaciones sobre esto en las Escrituras.
Cuando un rayo del Espíritu Santo sale hacia el grupo de buscadores para intentar tocarles, es éste un rayo de fuerza cuyo contacto siempre es de naturaleza impersonal. "El Reino de los Cielos viene hacia nosotros como una fuerza", dice Pablo. Esto nos hace distinguir inmediatamente la verdad de la mentira, ya que las fuerzas de la esfera reflectora intentan siempre alcanzarnos por un contacto personal.



Cuando tal rayo de fuerza del Espíritu Santo nos toca, descubrimos en él la característica de su generador o de su generadora. En dicha manifestación de fuerza hay una estructura de líneas de fuerza, una imagen: la representación del objetivo y de la esencia de esta manifestación de fuerza, y también la imagen de la gloriosa Fraternidad. Por esto la Biblia habla de los ángeles que se aparecen a los profetas y a los iluminados y a todos los que eran dignos de recibir el contacto del Espíritu Santo.
 
 
Esta manifestación de la Fraternidad de Shambhala emite igualmente un sonido. El objetivo y la esencia son sonorizados simultáneamente. Por ello se dice que los ángeles hablaban, que traían una comunicación o hacían escuchar una llamada o advertencia. Todos los que reciben tal toque son invadidos por una sensación completa que no deja nada a lo imprevisto.
Tal vez usted comprenda que el alumno en el camino ha recibido todo o recibe todo lo que pudiese desear. El Espíritu Santo se le aparece como instructor. El Espíritu Santo le habla y le precede paso a paso por el camino, y sin embargo, una unión personal es imposible. La luz en el camino, el rayo de la Fraternidad, los Elohim dobles, es todo en todos para él.
¡Que un día pueda ser así para todos!
 
 Jan van Rijckenborgh

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