jueves, 13 de octubre de 2016

Alegria de Vivir (Sanaya Roman) Capitulo 14º


CAPÍTULO 14 
Claridad: vivir en más luz 
Alcanzar claridad supone ver la imagen más amplia, una estructura de tiempo más prolongada, una perspectiva mayor. Cuanto más grande sea la visión, tanto más claro podrás ser. 
La capacidad de un gran maestro para conocer el propósito de un alma en esta vida aporta claridad de visión y consejo. ¿Cómo puedes desarrollar esa clase de claridad en tu propia vida? La mayoría de vosotros os encontráis en un marco temporal que implica pensar en términos de semanas y días, en lugar de hacerlo en términos de años, en lugar de mirar desde la perspectiva de la duración de toda vuestra vida, del tiempo que habéis estado aquí en la tierra. 
Si estás dispuesto a mirarte a ti mismo como un todo, puedes empezar a encontrar diferentes niveles de claridad alrededor del momento presente. Eso no significa que necesites saber la forma o hacia dónde te diriges. 
Significa que cuando más grande sea la imagen que tienes de quién eres, tanto más claro puedes ser. 
Si tuvieras que dirigirte hacia el futuro y mirar atrás, al día de hoy, podrías conseguir una nueva perspectiva de quién eres, pues la claridad se alcanza mediante el cambio de perspectiva. La mayoría de vosotros tenéis ciertas formas de pensar, ciertos hábitos y pautas. Cada vez que te liberas y encuentras una nueva forma de pensar, aumentas tu claridad. 
La claridad no es algo que se alcanza y se tiene a partir de entonces. Se trata de un refinamiento de tu imagen que hay que realizar de forma permanente. 
Imagina un barco que tratara de encontrar un lugar donde atracar cerca de la orilla. Hay una pesada niebla y los hombres del barco no pueden ver nada, por lo que no abandonan el barco, pero tampoco emprenden acción alguna. 
A medida que se va levantando la niebla y continúan mirando, empiezan a ver la nebulosa línea del horizonte y de la costa. Pero siguen sin saber qué hay allí, por lo que tampoco emprenden ninguna acción. 
Poco tiempo después, al empezar a disolverse la niebla, la imagen se hace clara. Ahora ya saben lo que tienen delante, y se preparan para la acción. 
Pues ese mismo proceso se produce con la claridad. 
Al principio, las ideas parecen vagas y nebulosas, pues ése es el modo en que la esencia se convierte en forma. A menudo, sólo se trata de una sensación de que algo que tienes ahora no está correcto. Puede empezar como una sensación de incomodidad, pues el proceso de ganar claridad es también el proceso de desprenderse de la confusión. 
Puede tratarse de un anhelo, de un deseo o una necesidad. 
Se convertirá en parte de tu conciencia emocional después de que haya pasado a través de tus percepciones. Las cosas no suelen aclararse de repente, ya que siempre existe en marcha un proceso hacia la claridad. Cuando sientes por primera vez esa vaga insatisfacción, esa sensación de que hay que cambiar algo, pregúntate: «¿Cómo puedo sintonizar con mayor claridad esta imagen?». Cuanto más preciso puedas ser acerca de tu experiencia, tanto más rápidamente conseguirás claridad. Toma cualquier aspecto en el que experimentes una vaga incomodidad, nebulosidad, y centra la atención sobre él, con exclusión de todos los demás pensamientos. 
Señala con la mayor precisión posible cuál es el sentimiento de incomodidad. Si tuvieras que enfocar la atención sobre lo vago, expresarlo con palabras, probar diferentes pensamientos acerca de eso, encontrarías finalmente un punto de vista que encajaría. Una vez que hayas encontrado ese punto de vista, has encontrado claridad. 
La claridad procede de buscar y encontrar la información que necesitas, de tener la paciencia de buscar la luz de la sabiduría que te ayudará a encontrar la alternativa superior. 
A menudo, la claridad implica una forma de mirar las cosas capaz de ponerlas en un formato útil, que las encaje y las ajuste con lo que eres, para que puedas continuar con la acción. 
La acción siempre se ve precedida por una decisión, y a la decisión se llega a través de la claridad si operas desde tu más alto nivel. ¿Cuál es el valor de la claridad? ¿Qué hará por ti el hecho de ser claro? Te ahorrará mucho tiempo; de hecho, puede ahorrarte años de encontrarte en un camino de evolución más lento. 
Ser claro significa tomarte el tiempo para reflexionar en los temas que afectan a tu vida. 
Es mucho más importante reflexionarlos que actuar según ellos. Muchos de vosotros deseáis emprender la acción, ver resultados. Encontrar la acción correcta resulta bastante fácil si estás dispuesto a dedicar el tiempo necesario para pensar, para hacer intervenir tu yo superior y más exquisito, para concentrarte y crear el espacio para ello. 
La claridad procede de un estado de concentración mental, de enfocar los pensamientos y de prestar atención La claridad se alcanza al entrenar la mente a ser precisa y exacta en su definición de la experiencia. 
La claridad significa que te centras y vives a un nivel de energía con el que otros no pueden interferir. Cuanto más clara sea tu energía, menos afectado te verás por otras personas, menos implicado te verás por las expectativas o deseos de los demás, y tanto más claro será tu camino en la vida. 
Necesitas claridad, no sólo para realizar el propósito de tu vida, sino que la necesitas en cada ámbito de tu vida. Sé claro en tu intención. ¿Qué tienes la intención de hacer con tu vida? ¿Crecer? ¿Ser feliz? ¿Ser alegre? ¿Servir a los demás, curar? Cuanto más alto sea el nivel de claridad desde el que puedas empezar, tanto más fluirá esa energía por cada aspecto de tu vida. El propósito de tu vida es lo más importante sobre lo que puedes alcanzar claridad. La claridad de propósito dirigirá una energía igualmente clara hacia todos y cada uno de los demás aspectos de tu vida. 
Quizá te preguntes: «¿Qué es, esencialmente, el propósito de la vida?». Es ese deseo, el más profundo que hay en ti, que te produce la mayor alegría posible, en el que piensas, sobre el que fantaseas todo el tiempo. Es esa profunda urgencia a nivel del alma, esta motivación que sientes; es el sueño que conservas dentro de ti. El siguiente nivel de claridad después del propósito de la vida es el nivel de claridad de intención. ¿Cómo tienes la intención de realizar el propósito de tu vida? 
Y, lo que es todavía más importante, ¿tienes la intención de realizarlo? La claridad de intención es la imagen, la visión que estás creando. Cuando tienes la intención de hacer algo, es posible que tengas o no una imagen clara del producto final o del objetivo. La claridad de intención es, en cierto sentido, una imagen de hacia dónde te diriges, o el proceso que deseas experimentar para llegar allí. Quizá desees, simplemente, crear una vida feliz, o ser muy claro en tu intención de lograr hacer algo. Después de la claridad de intención viene la claridad de motivación. ¿Cuál es tu motivación para hacer algo? Sea cual fuere la acción que emprendas, querrás tener claridad acerca de por qué lo estás haciendo.
¿Cuál es la ganancia que ves en ello? ¿Qué deseas obtener de ello? A menudo, una falta de claridad se percibe después de que se ha emprendido una acción, y lo que se ha obtenido con ello no resulta ser lo que se esperaba. Es posible que hayas creado algo que creíste que deseabas en tu vida, para descubrir después que no era eso lo que deseabas. 
Si hubieras sido claro acerca de lo que deseabas, acerca de lo que esperabas obtener, al universo le habría resultado mucho más fácil aportártelo en muchas formas diferentes. 
También está la claridad de acuerdo. En cada nivel de las relaciones personales e interpersonales, en cada relación de negocios, aventura empresarial conjunta, hay acuerdos no explicitados. Cuanto más se puedan explicitar esa clase de acuerdos no expresados, tanta mayor claridad tendrás. 
Muchas desilusiones y problemas se producen cuando los acuerdos no están claros, cuando una persona sigue un conjunto de acuerdos y la otra persigue otros. 
Los dos pueden estar funcionando desde la claridad, pero si no se comunican, puede producirse confusión. 
Una comunicación cuidadosa aporta claridad La claridad de comunicación significa ser preciso y exacto al hablar. 
Significa no exagerar la propia experiencia, empeorar las cosas, hacer que las cosas buenas parezcan fantásticas. 
Puede haber una tendencia a exagerar los malos momentos y eso crea una comunicación imprecisa contigo mismo y con los demás. Crea experiencias descentradas, e incluso negativas. Vigila tus palabras cuando hables con los demás. ¿Reflejas con exactitud tu experiencia, o te estás comunicando para impresionar, para aturdir o para ganar simpatía y comprensión? 
Cuando hables con los demás deberías ser claro en cuanto a lo que deseas obtener. ¿Confías acaso en que la otra persona te dé ciertas cosas? ¿Estás funcionando a partir de muchos acuerdos no explicitados? Es importante comunicar con claridad lo que esperas si es que no quieres sentirte desilusionado. 
La comunicación es un aspecto que controla la vida que vives y las formas que atraes hacia ti. Cuando hables con precisión y claridad, cuando conozcas la intencionalidad de tu comunicación, descubrirás que cambia tu experiencia de los demás" y del mundo. 
Consigue claridad de propósito, de intención y de motivación Cuando tienes claro tu propósito, tu intención, motivación y acuerdos, cuando eres claro en tus comunicaciones, la acción fluye. Muchos de vosotros deseáis empezar con claridad de acción y, sin embargo, el punto de partida se encuentra en la claridad de propósito. La claridad de percepción te permite crear la visión que conjunta tu motivación, tu yo interior y el núcleo de tu ser. En un sentido espiritual, la claridad es un alineamiento de los cuerpos físico, mental y emocional con el yo espiritual. Se puede conseguir por medio de diversas técnicas. El aura se puede aclarar mediante técnicas de equilibrio de la energía, de tal modo que puedas trabajar sobre la claridad con tu mente. La mente es una de tus herramientas más poderosas. Puedes crear claridad mediante la visualización y el trabajo sobre tu aura. Vincular el espíritu con la mente puede aportar más claridad que ningún otro paso. Si lo que deseas es claridad, pídele a tu alma que te la dé. 
El espíritu tiene las respuestas, y una conexión con los flujos de energía que hay en el plano de la tierra y que te aportarán abundancia, amor y paz, así como cualquier otra cosa que pidas. Piensa ahora en algo sobre lo que desees obtener claridad. Imagina que te diriges hacia arriba, hacia tu espíritu. Imagínalo como una energía exquisita llena de luz. 
Observa cómo fluye a través de tu mente y limpia literalmente la casa, reacondiciona los pensamientos en una pauta que te permite convertirte en parte de un probable futuro que es más luz y más alegría. Siente cómo la energía desciende por todo tu cuerpo, hasta que se encuentran realineados todos tus cuerpos, el mental, el emocional y el físico. 
Si deseas saber más acerca del propósito de tu vida, o acerca de cualquier situación personal, entonces pregunta. 
Necesitarás crear la intención y un momento para escuchar. Tómate tiempo para sentarte tranquilamente. Es posible que no suceda la primera vez que lo intentes. Pero si continúas creando el espacio para que surjan las ideas y lleguen hasta ti, eso es todo lo que necesitas hacer. En cualquier momento que logres crear un espacio claro y relajado, calma tu mente y pide información porque te será dada. 
Es como una emisora receptora de radio, cuanto más creas el espacio para recibir, tanto más recibirás. Cuanto más tiempo dediques a obtener claridad (tiempo para pensar con tranquilidad, para vincularte con las energías superiores que hay en ti), tanto más te encontrarás emprendiendo acciones que son completamente diferentes a lo que habrías hecho. 
Es posible que elimines el ochenta por ciento o más de las acciones que habrías tomado de otro modo. 
El hecho de pasarte media hora pensando y consiguiendo claridad puede evitarte el tener que pasarte años en un camino más lento. Puedes evolucionar rápidamente en un nivel espiritual al dedicar el tiempo para conseguir claridad, al pedir aquello que deseas, y al abrirte para recibirlo. Claridad: vivir en más luz 
HOJA DE JUEGO 
1. Escribe algo que sientas como ambivalente o que percibas como confuso, y acerca de lo cual te gustaría obtener una nueva comprensión y claridad. 
2. Cierra los ojos y deja que emerja un símbolo que represente la más elevada resolución de ese problema. Traza o describe aquí ese símbolo. 
3. Imagina que sitúas ese símbolo sobre tu corazón; pide claridad y comprensión. 
A. ¿Qué comprensiones recibes acerca de cómo actuar o pensar? 
B. ¿Qué creencias tienes con respecto al resultado? ¿Necesitas cambiar esas creencias para pasar a un punto de vista más elevado?
C. ¿Qué alternativas tienes? Piensa por lo menos en tres. 
D. Y ahora, ¿qué tienes la intención de hacer?
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