viernes, 14 de octubre de 2016

Alegria de Vivir (Sanaya Roman) Capitulo 17


CAPÍTULO 17
Dar un salto cuántico 
Las ideas nuevas y los nuevos movimientos hacia adelante no siempre se presentan en la forma en que espera la mente. 
Al imaginar lo más elevado para ti mismo es importante que uses tu mente para ir hacia arriba y hacia el exterior; deja que tu mente se eleva con las imágenes iniciales de lo que deseas. 
A medida que la mente crea imágenes, esas imágenes se dirigen hacia la luz del alma, al mismo ser interior que ha creado esas imágenes. Entonces, el alma da a la mente nuevas ideas y visiones. Hay veces en las que parece que piensas en lo que deseas y, para cuando lo consigues, resulta diferente a lo que habías pedido originalmente. 
Eso se debe a que la mente, cuando solicita algo, activa automáticamente los recursos de un yo más grande. 
Cuando la petición regresa lo hace en esa forma más elevada. Quizá te hayas preguntado por qué algunas de las cosas que pediste tardaron tanto tiempo en llegar hasta ti. 
Los saltos cuánticos implican tiempo y tu capacidad para manifestar las cosas. Si retrocedieras y contemplaras lo que pediste en el pasado, verías que muchas de las cosas que no conseguiste ya no las deseas, y que, sin embargo, tienes aquellas otras cosas que fueron por tu bien superior. 
Algunas de las cosas que te preparas para tener te llegarán en algún momento posterior. 
Otro nivel desde el que operas, aparte de la mente, es el espíritu. El espíritu te dice cómo conseguir cosas, no a través de la mente, sino a través de coincidencias, sentimientos y emociones. 
Después de haber utilizado tu mente para decirle al universo lo que deseas, empieza a escuchar tus urgencias espontáneas y creativas. Es posible que no parezcan tener relación alguna con el objetivo que deseas alcanzar. 
Puede parecer como si, por ejemplo, trataras de obtener un gran éxito financiero y, de repente, deseas tomarte el verano libre y estudiar alguna otra cosa. 
Al confiar en tus urgencias internas y estudiar esa otra cosa quizá descubras el surgimiento de nuevas ideas que te aportan la riqueza que originalmente deseabas. 
El alma siempre te está indicando el camino correcto a seguir, pero tienes que ser tú quien dé el salto de la fe y la confianza, y quien actúe de acuerdo con esa guía interior. 
Si vas a experimentar un gran cambio en tu vida, querrás cambiar también esas creencias que te impidieron hacerlo en el pasado Si tienes muy clara tu intención de ir desde un sitio a otro, por ejemplo desde un nivel de prosperidad financiera a otro, o desde un nivel de éxito creativo a otro, entonces se producirán cambios por los que tú mismo tienes que pasar. Porque si ya te encontraras allí, en los diversos niveles de personalidad y de las emociones, no necesitarías hacer nada. 
En ese caso ya tendrías lo que deseas. 
Una mujer acudió a mí y me dijo: «Quiero ser millonaria. 
Hoy no puedo pagar el alquiler, pero quiero ser millonaria, y me gustaría que eso sucediera lo más rápidamente posible». 
Si ella hubiera creído que eso era posible, lo habría conseguido en ese mismo momento. 
Cuando le haces al universo una petición para dar un salto cuántico, esa petición asciende desde tu mente hasta tu espíritu. Entonces, el espíritu empieza a emitir señales de regreso a tu mente y a tu parte emocional, comunicándoles cómo crear los cambios que deseas. Ahora bien, debes prestar atención a esas señales. Hay muchos niveles en los que tendrán que producirse cambios para que alcances este nuevo paso. 
Por ejemplo, en nuestro ejemplo de mayor prosperidad financiera, esa persona podría necesitar aprender muchos de los principios que intervienen en la creación de dinero. 
En consecuencia, el alma de esa mujer podría dirigirla hacia la lectura de muchos libros, o enviar a alguien que pudiera enseñarle e instruirle. Pero también es posible que ella no esté dispuesta a desprenderse de las viejas imágenes de la falta de dinero. Es posible que su corazón no esté abierto todavía lo suficiente como para creer que puede recibir y que se merece esa clase de dinero. 
Así pues, se le enviarán muchas lecciones para ayudarla a abrir su corazón. De hecho, su nivel de confianza podría estar tan subdesarrollado que el hecho de ganar el dinero se retrasara mientras ella desarrolla fe y confianza. 
Pidas lo que pidas, es posible que tengas que desprenderte de algo para conseguirlo. Si has pedido dinero, quizá tengas que desprenderte de tu imagen de la falta del mismo, de todas aquellas formas en las que vives y reflejas esas imágenes, y de las formas en que gastas y compras. 
Tu alma te enviará muchos desafíos y oportunidades para el crecimiento, para ayudarte a desprenderte de esas imágenes de escasez. Es posible que el dinero llegue al principio en pequeñas cantidades, de modo que tú puedas demostrar su predisposición a gastarlo en aquellas cosas que sean capaces de crear prosperidad. 
Finalmente, a medida que la energía cambia dentro de ti, que tus programas y decisiones y creencias vuelven a ser reescritos, las ideas empezarán a fluir y surgirán ideas concretas acerca de cómo crear específicamente la suma de dinero que deseas. Quizá transcurra un año o dos, o incluso más, antes de que te desprendas lo suficiente de los programas en los que falta la abundancia, como para que aparezcan las ideas específicas. 
En ese momento continuarás creando muchas formas de atraer riqueza, que irás perfeccionando, hasta que la riqueza sea un hecho. Algunas personas se detienen en el camino cuando algo no les llega de inmediato, porque sus mentes no ven la conexión que existe entre las lecciones que están ocurriendo y su petición de un mayor cambio. Sus mentes pueden interpretar incluso que algunos de los acontecimientos las llevan en una dirección equivocada, y que aun cuando piden algo una y otra vez, lo que ocurre es precisamente lo opuesto. 
No obstante, si consideras lo mucho que estás creciendo al tener lo opuesto de lo que deseas (o lo que parece ser lo opuesto), te darás cuenta de que, en realidad, esos acontecimientos trabajan sobre tu energía y te abren de ciertas formas para tener aquello mismo que has pedido. 
Por ejemplo, una mujer pidió un aumento del cien por ciento en su salario mensual. Poco después de eso, su jefe tuvo que reducirle su salario a la mitad, debido a problemas en la empresa. A ella le pareció que estaba recibiendo lo opuesto de lo que había pedido. No obstante, empezó a pensar en iniciar su propio negocio en un campo económico relacionado, algo que había deseado hacer desde hacía años. 
De ese modo, el recorte en su salario se convirtió en la motivación para impulsarla hacia adelante e iniciar su propio negocio. Consiguió realmente el salario que había pedido aunque varios años más tarde y en su propio negocio. 
Como puedes ver, el cambio implica mucho más que pedir algo y tenerlo. Quizá tengas que hacer una introspección, expandir tu fe y tu confianza y abrir tu corazón. 
Tienes que confiar en tu guía interior y en tus impulsos para avanzar desde tu nivel actual de abundancia hacia otro superior. También necesitas desprenderte de muchas de las viejas imágenes acerca de quién eres. 
Dispondrás de muchas oportunidades para el crecimiento que te ofrecerán la posibilidad de cambiar esas imágenes mentales. A nivel del alma siempre es una alegría crecer, y el alma siempre está preocupada porque estés creciendo. 
Tanto si creces a través del dolor como de la alegría, el crecimiento es lo que constituye el objetivo final; se trata del crecimiento que necesitas para tener aquello que has decidido que deseas. El alma deja que tu mente funcione con una gran cantidad de libre albedrío al elegir para ti mismo objetivos que quieras alcanzar, o los saltos cuánticos que desees dar. 
Cuanto más alto puedas apuntar con tu mente, tanto más podrás unirte con el crecimiento de tu alma. A medida que tu mente piensa en nuevas ideas, va hacia arriba y se vincula con tu espíritu, que se encuentra fuera de las energías más densas del plano terrenal. 
El espíritu te vuelve a hablar a través de las emociones, y más frecuentemente a través de los sentimientos, produciéndote una sensación o una urgencia de algo que desea que hagas. Cuando surgen esas sensaciones o urgencias, a veces querrás ignorar tu mente (no hacerla equivocar), pues la mente buscará a menudo razones y explicaciones antes de emprender la acción. 
Si experimentas una fuerte urgencia de hacer algo, es importante que hagas caso de esa urgencia. 
Tu mente puede intentar encontrar razones por las que deberías o no deberías hacer caso de esa urgencia, puesto que tu mente sigue los programas familiares que conoce. 
Tus urgencias proceden del alma, que tiene una imagen mucho más amplia de lo que tu mente es capaz de concebir, para aportarte lo que deseas. Te dirige en direcciones que tu mente no puede anticipar. Así pues, querrás tomar una decisión, al dar un salto cuántico, para seguir tu guía interna, las urgencias internas de tu nivel de sentimientos, de tu alma. 
Hay dos niveles de realidad. 
En uno de ellos tu mente establece un objetivo que está muy claro en su intencionalidad, toma la decisión de alcanzarlo y compromete tu voluntad. 
El segundo nivel es el del alma; desde ella surge el yo superior que se expande en todas direcciones y te atrae hacia las coincidencias, las personas y los acontecimientos que crean lo que deseas. Eso sucede más allá del nivel de la mente; tienes que seguir tus urgencias internas y tu guía para unirte a este flujo. Puedes elegir con qué rapidez deseas que suceda Para acortar el tiempo que transcurre entre la petición de lo que deseas y su recepción, empieza por tener claro cuáles son tus objetivos. 
Algunos de vosotros sois tan poco específicos que vuestras mentes deambulan de un lado a otro, nunca llegan a plantear peticiones claras a vuestras almas, por lo que las almas tienen que pasarse mucho tiempo dedicadas a guiar vuestras mentes a conseguir una imagen clara de lo que deseáis. Cuanto mayor sea la exactitud y precisión con la que puedas afirmar lo que deseas en cualquier aspecto de tu vida, con guías y pasos exactos, tanto más rápidamente lo conseguirás. 
Es posible que no lo recibas en la forma exacta en la que lo has pedido, pero tu alma creará para ti la esencia de lo que deseas. Al ser preciso, estás formulando la esencia. La esencia es el crecimiento que vas a experimentar en cualquier salto cuántico, y te sugeriría que tomaras todo aquello que has pedido y te preguntaras: «¿Cuál es la esencia de esto?». Si observas lo que has intentado crear, te darás cuenta de que siempre has recibido la esencia de todo aquello que pediste. 
Por ejemplo, si deseaste una relación amorosa, quizá deseaste, simplemente, sentirte amado. Tu alma puede darte amor de muchas formas, quizá a través de un amigo íntimo, de un niño o incluso de un animal de compañía, quizá a través de un ascenso profesional, o de cualquier otra forma en que aceptes amor. Si quieres conseguir un cuerpo más ágil, la esencia de lo que deseas puede ser más amor por ti mismo. 
Si estás dispuesto a buscar la esencia en tus saltos cuánticos, serás capaz de crearla mucho más rápidamente. Si te sientes tentado de considerar el pasado y decir: «Bueno, deseé esto, pero no lo conseguí», contempla el núcleo de la cuestión, la esencia de lo que pediste. 
Yo diría que lo has conseguido de muchas formas. 
El alma es bastante creativa a la hora de interpretar tu petición. Tiene que ser creativa porque la mente es bastante estrecha en su capacidad para pedir. El alma toma cualquier petición de crecimiento y la expande en todas las direcciones que puede. Hay algunos acuerdos entre la mente y el alma. 
Uno de ellos es el acuerdo de que la mente buscará aspectos específicos en los que pueda producirse el crecimiento. Mientras tanto, el alma expande las imágenes y las alternativas de que dispone la mente. Por su parte, la mente puede actuar o no de acuerdo con las oportunidades que le presenta el alma. Así, se produce un juego constante entre el alma y la mente, de un modo bastante parecido a como se produce un baile entre la mente y el cuerpo. La mente crea la imagen de lo que desea y envía la información al cuerpo. 
El cuerpo puede aceptar el actuar de acuerdo con la guía que le envía la mente, o puede elegir no hacerlo. 
A menudo se necesitan cambios emocionales para dar un salto cuántico Cuando tus emociones son pesadas, tristes o negativas, el aura que rodea tu cuerpo es densa. 
Es como conducir un coche con el parabrisas sucio. 
No puedes ver con claridad, ni muy lejos. La luz de tu alma no llega con suficiente luminosidad. 
El alma te guiará para que busques aquellos aspectos de tu vida que están creando perturbaciones emocionales y te hace dejar de reaccionar a ellas. 
Encuentra formas de calmar tus emociones, pues calmar las emociones acelera el tiempo que se necesita para alcanzar tus objetivos. Cuando estás calmado, cuando te sientes pacífico, tu alma llega a tus emociones para darte esa guía interna. 
El alma ofrece guía a través del cuerpo emocional, en forma de urgencias, comprensiones y esa clase de sentimientos repentinos que te hacen abordar nuevos aspectos. 
Dar un salto cuántico no significa buscar alivio de la preocupación o la desilusión, sino crear regocijo y alegría. Contempla aquellos momentos en los que hiciste algo grande y verás la motivación del deseo que te condujo a crearlo. 
A menudo, dices: «Debería hacer esto, o crear tal o cual cosa, para sentirme feliz». Si hacer esas cosas sólo te aporta una sensación de alivio, probablemente continuarás considerándolo como un debería, y no como un hecho realizado. 
Debes encontrar deseo-motivación para aquellas cosas que deseas hacer. Necesitas una gran motivación y un verdadero impulso interior para dar un salto cuántico. 
No funcionará si sólo se trata de algo que ha creado tu mente como algo bonito que hacer, o como algo que te hace sentir bien. Debe tratarse de algo detrás de lo cual puedas estar a todos los niveles, algo por lo que tus emociones puedan sentirse excitadas, y que realmente desees hacer. 
El disgusto por la pobreza, por ejemplo, no es suficiente para sacarte de ella. Necesitas desear y amar realmente el hecho de ganar dinero si es eso lo que quieres tener. No puedes conseguir aquello que deseas si odias la falta de ello. 
Así pues, cuando contemples el salto cuántico que deseas dar, pregúntate cuál es tu motivación. Si te das cuenta de que no hay ninguna otra motivación más que aliviarte de una mala sensación acerca de quién eres, pregúntate: «¿Qué puedo crear como motivación?». 
Esas cosas que creas y hacia las que te diriges son cosas por las que te sientes muy cargado, que te aportan una gran alegría y regocijo. Siempre puedes encontrar el dinero para algo que deseas hacer. Siempre puedes encontrar el tiempo para algo que te excita. Y lo mismo sucede a la hora de dar un salto cuántico. Si tienes en tu vida un aspecto en el que piensas que deberías efectuar un gran cambio, pero no lo has hecho todavía, pregúntate si realmente tienes la intención de hacerlo. 
Tú conoces muy bien cuál es la diferencia. 
Si trabajas para dar saltos cuánticos que no se han producido todavía, debes ser muy consciente de que todo aquello que estás haciendo ahora mismo en tu vida te está acercando cada vez más a ello. 
Haz una introspección por un momento y pregúntate: ¿Qué salto cuántico me dispongo a dar? ¿Y cómo me podría estar preparando para darlo algo que ocurrió la semana pasada o incluso hoy mismo? La mente trabaja mejor si tiene puntos de referencia fijos en su progreso a lo largo del camino En ciertos aspectos, la mente es como un niño. Los niños no desean pensar en la escuela superior cuando tienen dos años. Desean pensar en la comida, o en sus amigos. Pues la mente hace lo mismo. Crear algo que sea delicioso mañana, dar un pequeño paso, o llevar a cabo una pequeña acción que te permita acercarte un paso más a tu objetivo. 
A la mente le gusta tener marcas y experimentar una sensación de logro. ¿Qué podrías crear mañana que fuera delicioso para ti y que te acercara un paso más a tu objetivo superior? 
Al mismo tiempo pregúntate a ti mismo: «¿Existe alguna urgencia interior que experimente ahora mismo acerca de algo que deseo hacer y que he estado retrasando?». 
Algo en lo que hayas estado pensando ¿quizá te ocupa mucho tiempo o puede apartarte de tu curso? De este modo puedes empezar a trabajar con tus emociones y con tu mente para acercar un poco más el salto cuántico. 
Si cada día te levantas y te dices: «¿Qué puedo crear para que mi mente vea que estoy haciendo algo para acercarme más a mi objetivo?», lograrás mucho mayor progreso en tu salto hacia adelante. A la mente le gusta tener la sensación de que ha logrado cosas; tienes que mantenerla satisfecha. Las emociones también son mucho más felices cuando pueden ver que se hacen progresos. Debes ser consciente de que los pasos actuales que puedas dar quizá resulten no ser los necesarios. Sin embargo, pueden ser, a pesar de todo, bastante satisfactorios y aportarte una sensación de moverte hacia delante. 
A veces, la mente es incapaz de conectar lo que está sucediendo (las llamadas telefónicas, los problemas particulares que surgen), con el movimiento hacia delante. A menudo tienes una imagen o visión grande, pero cada pequeña pieza del rompecabezas sucede en el tiempo presente y quizá no parezca encajar en el conjunto. 
Hasta un comentario que te haga un amigo, o una llamada telefónica, pueden formar parte de tu movimiento hacia delante. Sucede a menudo que la mente no puede ver la pauta y el movimiento que se están produciendo, al no conocer todos los aspectos que se están abriendo, o todas las creencias que se están cambiando. 
Así, no piensa que estás creciendo o que estás alcanzando tu objetivo. Si se pone impaciente o incrédula puede llegar a nublar tus emociones y hacer que dar el salto te sea más difícil. Si puedes dar a tu mente la satisfacción de haber logrado una acción, eso debería ayudar también a tus emociones. 
Pregúntate qué paso te gustaría dar que representara un paso en dirección a tu objetivo. 
Pregúntate si existe alguna urgencia interna que experimentes por algo y que puedas hacer durante el próximo mes. 
Ni siquiera tiene por qué estar relacionada con tu objetivo. Simplemente, toma la decisión de que lo harás. Dar un salto cuántico 
HOJA DE JUEGO 
1. ¿Qué salto cuántico te gustaría dar en tu vida? 
2. ¿Hay alguna cosa de la que debieras desprenderte para hacerlo (creencia, actitud, cosa, persona)? 
3. ¿Cuál es la esencia de este objetivo? ¿Hay alguna otra forma que te pueda proporcionar la esencia de lo que deseas? 
4. Cuál es tu motivación para tenerla, es decir, qué conseguirías con ello? 
5. A menudo, las urgencias o los susurros internos de tu mente se hallan conectados con tu salto cuántico, aunque no parezcan estar relacionados. Haz a continuación una lista de cualquier urgencia interna que hayas podido experimentar. 
6. ¿Qué paso específico, por muy sencillo que sea, puedes dar durante la semana siguiente para acercarte a tu objetivo?
http://compartiendoluz2.blogspot.com.es/

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